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Servicio diario -
24 de Noviembre de 2004


Santa Sede
Juan Pablo II reza por Ucrania en crisis
El Papa presenta a Cristo como «imagen del Dios invisible»
El Vaticano se preocupa por la mujer, más afectada por el contagio del Sida
La Santa Sede recuerda a la ONU su papel en la lucha contra la pobreza

Mundo
Episcopados europeos: El ingreso de Turquía en la UE es una cuestión política, no religiosa
Perú: Nace una iniciativa pastoral para ayudar a personas con VIH/SIDA
«Caritas» alerta: Arrasada por un huracán, la isla caribeña de Granada necesita ayuda
Más de cien mil jóvenes españoles participarán en Colonia 2005

Entrevista
El Santo Grial, ¿realidad o ficción?

Análisis
Un libro rescata el testimonio de diez políticos católicos del siglo XX

Audiencia del miércoles
Juan Pablo II: Cristo, «imagen del Dios invisible»

Documentación
Mensaje para la Jornada Mundial del Sida (2004)

 




 


Santa Sede



Juan Pablo II reza por Ucrania en crisis
Tras las denuncias de fraude en las elecciones presidenciales

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II aseguró este miércoles al final de la audiencia general que reza por Ucrania, país que se encuentra sumido en una profunda crisis tras las denuncias de fraude en las elecciones presidenciales.

Tomando la palabra en ucraniano, el Santo Padre se dirigió a los peregrinos presentes en el Vaticano de ese país: «Queridos, os aseguro a vosotros y a todo el pueblo ucraniano que en estos días rezo de manera particular por vuestra querida patria».

Banderas amarillo-azules se agitaron en respuesta del saludo del Papa. Fueron enarboladas por algunos de los 60 peregrinos de ese país presentes en el Aula Pablo VI, a quienes se añadieron varias decenas de seminaristas, sacerdotes y estudiantes ucranianos en Roma.

El saludo no aparecía en el discurso que se había distribuido a la prensa en un primer momento, fue añadido por el Papa posteriormente.

A pesar de que las calles de Kiev estaban inundadas de gente que aclamaba al líder opositor ucraniano, Víctor Yúschenko, la Comisión Electoral Central (CEC) de Ucrania proclamó este miércoles presidente electo del país al primer ministro Víctor Yanukóvich.

Según los datos definitivos, anunciados en una tempestuosa reunión de la CEC en la que hubo se dieron intentos de solucionar los diferendos con los puños, Yanukóvich obtuvo el 49,46 por ciento ó 15.093.691 votos, mientras que Yúschenko consiguió el 46,61 por ciento ó 14.222.289 votos.

La comunicación fue recibida en la sala con vítores de los partidarios del primer ministro y con gritos de «vergüenza» de los favorables a Yúschenko.

Poco antes el líder de la oposición ucraniana había declarado ante más de un centenar de miles de sus partidarios en la plaza de la Independencia que estaba dispuesto a aceptar la repetición de las elecciones presidenciales, pero a condición de que sean «limpias y transparentes», según informa la agencia EFE.

Yúschenko precisó que se necesita cambiar la composición de la Comisión Electoral Central, a la que acusa de fraude, y aprobar una ley que prohíba el voto fuera del lugar de residencia, principal instrumento del pucherazo, según la oposición.

El líder opositor anunció que el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, llegará próximamente a Ucrania con «poderes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa» para mediar en la crisis política.

Con su oferta, Yúschenko intentó dejar entreabierta una posibilidad de diálogo con las autoridades, después de que el lunes lanzara una campaña de desobediencia civil seguida de manera masiva en Kiev y las regiones occidentales del país en respuesta al «fraude masivo y brutal», denunciado por la oposición.

El anuncio de la CEC redujo considerablemente el campo de negociación, pues el presidente saliente de Ucrania, Leonid Kuchma, aunque ha afirmado que no se empleará la fuerza contra los opositores, fue categórico en señalar que la Comisión Electoral Central es la que decide en materia de comicios y hasta acusó a la oposición de tratar de dar un golpe de Estado.
ZS04112407

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El Papa presenta a Cristo como «imagen del Dios invisible»
Invita a 3.500 jóvenes a construir su Reino de justicia y paz

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Cristo es la «imagen del Dios invisible», explicó este miércoles Juan Pablo II durante la audiencia general, en la que invitó a los cristianos a participar en la construcción de su Reino de justicia y de paz.

El pontífice meditó en esta ocasión en el «Himno a Cristo». que se eleva al inicio la carta de san Pablo a los Colosenses (1, 3.12-20), en el que aparece Jesús como «corazón de la liturgia y centro de toda la vida eclesial».

La composición, que es presentada en la Liturgia de las Vísperas, la oración de la Iglesia al anochecer, «celebra a Cristo como “primogénito de toda criatura”, es decir, ha sido generado antes de todo ser, afirmando así su eternidad que trasciende el espacio y el tiempo», comenzó explicando el obispo de Roma.

«Él es la “imagen” el “icono” de Dios que permanece invisible en su misterio –añadió--. Ésta fue la experiencia de Moisés, quien en su ardiente deseo de contemplar la realidad personal de Dios, escuchó esta respuesta: “Mi rostro no podrás verlo, porque no puede verme el hombre y seguir viviendo”».

«Por el contrario, el rostro del Padre creador del universo se hace accesible en Cristo, artífice de la realidad creada: “por medio de Él fueron creadas todas las cosas… y todo se mantiene en Él”». Es «”imagen del Dios invisible”, cercano a nosotros a través del acto creativo», aclaró.

«Con su “plenitud” divina –subrayó--, pero también con su sangre derramada en la cruz, Cristo “reconcilia” y “hace la paz” entre todas las realidades, celestes y terrestres».

«De este modo, les restituye su situación originaria, recreando la armonía primigenia, querida por Dios según su proyecto de amor y de vida. Creación y redención están, por tanto, ligadas entre sí como etapas de una misma historia de salvación», indicó.

En esta ocasión, la audiencia se celebró en dos momentos. Antes de encontrarse con los peregrinos en el Aula Pablo VI, el Santo Padre saludó en la basílica vaticana a 3.500 jóvenes y estudiantes de Italia.

«¡Que Jesús sea siempre el centro de vuestra vida! Que sea la luz y la guía de cada decisión que toméis; participad generosamente con vuestro testimonio en la construcción de su Reino de justicia y de paz», les deseó a los chicos y chicas.

Es posible consultar las meditaciones de Juan Pablo II sobre los salmos y cánticos de la Liturgia de las Vísperas pronunciadas en los últimos meses en la sección «Audiencia del miércoles» de la página web de Zenit (www.zenit.org).
ZS04112405

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El Vaticano se preocupa por la mujer, más afectada por el contagio del Sida
El cardenal Javier Lozano Barragán recuerda el alcance mundial de la pandemia

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- El Vaticano ha denunciado que el impacto del VIH/Sida en las mujeres –en una proporción de contagios 2,5 veces superior respecto a los varones— «acrecienta la desigualdad e impide el progreso hacia la universalidad de los derechos».

Así se contiene en el mensaje del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud con ocasión de la Jornada Mundial del Sida del 1 de diciembre de 2004, dedicada esta vez por la ONU a las mujeres por su mayor vulnerabilidad para contraer el virus del VIH/Sida.

«En efecto, un estudio ha puesto en evidencia que las mujeres son contagiadas 2,5 veces más que los hombres», alerta el presidente del dicasterio, el cardenal Javier Lozano Barragán, en el texto que firma y que este miércoles distribuye íntegramente la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos a través de «Fides».

«Comparto la preocupación de la comunidad internacional frente al cuadro dramático de las consecuencias de la epidemia sobre la salud, las condiciones de vida, las perspectivas, el estado y la dignidad de las mujeres y de las jóvenes en muchas regiones del mundo», expresa el purpurado.

Y es que «desde siempre –recuerda-- la Iglesia defiende con especial vigor a la mujer y su elevada dignidad y lucha para combatir las discriminaciones que, incluso hoy, permanecen en amplios sectores de nuestra sociedad, y solicita mayores esfuerzos para eliminar las desigualdades contra las mujeres», también en el ámbito de la salud.

No sólo «el impacto del VIH/Sida en las mujeres acrecienta la desigualdad e impide el progreso hacia la universalidad de los derechos», sino que «cuanto mayor es el progreso del contagio en las mujeres, que son el fundamento de las familias y de las comunidades, más aumenta el riesgo de un derrumbe social», alerta el cardenal Lozano Barragán.

Desde que surgió esta epidemia hacia los años ‘80, más de 22 millones de personas han muerto en el mundo por Sida y en la actualidad 42 millones de personas viven con el VIH/Sida, uno de los mayores retos sanitarios a nivel mundial.

Haciéndose eco de los datos de este año de las Naciones Unidas, el dicasterio recuerda que en 2003 murieron 2,9 millones de personas por Sida y 4,8 millones fueron infectadas por el VIH. El Sida es la causa principal de muerte entre los 15 y 49 años de edad.

Especialmente en África la epidemia del Sida se ha propagado en forma muy veloz provocando enfermedad, muerte, pobreza y dolor. Se prevé que hasta el año 2025 el Sida causará la muerte a 31 millones de personas en India y 18 millones en China.

Entre 2001 y 2003 el número global de niños que se quedaron huérfanos a causa del Sida aumentó de 11,5 a 15 millones, en su mayoría en África. Se calcula que hacia 2010 en África sub-Sahariana habrá 18,4 millones de huérfanos por el VIH/Sida. Sólo el año pasado la epidemia dejó huérfanos a 5,2 millones de niños.

En numerosas ocasiones Juan Pablo II ha mostrado su preocupación por la epidemia y ha lanzado llamamientos a autoridades y científicos por la erradicación de esta plaga y ha señalado la atención y servicio que merece quien la padece.

Igualmente el Papa –recuerda el cardenal Lozano-Barragán-- «en su mensaje por la Jornada Mundial del Enfermo para el 2005 (nn. 3-4) subraya que el drama del Sida se presenta como una “patología del espíritu” y que para combatirla de manera responsable es preciso aumentar la prevención mediante la educación al valor sagrado de la vida y la formación a la práctica correcta de la sexualidad».

Junto a este punto, para luchar más eficazmente contra el VIH/Sida el purpurado propone nuevamente –ya lo hizo ante la ONU en 2001— eliminar toda forma de discriminación hacia quien padece esta afección, informar adecuadamente sobre la pandemia, favorecer una mayor participación de la sociedad civil en la lucha contra el Sida, dirigir mayor atención a los grupos sociales más vulnerables y ofrecer mayor atención al cuidado de los niños seropositivos y a la protección de los huérfanos causados por el Sida.

Indica también como pautas la necesidad de apoyar los planes globales mundiales para combatir el VIH/Sida, invitar a los gobiernos a crear condiciones adecuadas para combatir este flagelo, «solicitar a los países industrializados que, evitando toda forma de colonialismo, ayuden a los países que tienen necesidad en esta campaña contra el Sida» y «reducir al mínimo el precio de los medicamentos anti-retrovirales necesarios para curar a los enfermos de VIH/Sida».

«La Iglesia católica –recuerda el presidente del dicasterio para la Salud-- siempre ha dado su aporte tanto para prevenir la transmisión del virus VIH como en la asistencia a los enfermos y a sus familias en el plano médico-asistencial, social, espiritual y pastoral».

Actualmente el 26,7% de los centros para el tratamiento del VIH/Sida en el mundo son católicos. Son numerosos los proyectos y programas de formación, prevención del Sida y de asistencia, curación y seguimiento pastoral del enfermo de VIH/Sida que las Iglesias locales, los institutos religiosos y las asociaciones laicales llevan adelante.
ZS04112406

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La Santa Sede recuerda a la ONU su papel en la lucha contra la pobreza
Intervención del arzobispo Migliore en la Plenaria de la Asamblea General

NUEVA YORK, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- El representante de la Santa Sede ante la ONU ha recordado de que en la reducción de la pobreza en el mundo, el organismo internacional y los países desarrollados desempeñan un «papel clave».

El arzobispo Celestino Migliore intervino el lunes en la Plenaria de la Asamblea General de la ONU sobre el punto 55 (A) referente al «Seguimiento de los resultados de la Cumbre del Milenio».

La cumbre se celebró en septiembre de 2000 y 171 gobiernos firmaron la Declaración del Milenio en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

«Es alentador oír a las delegaciones que hablan de su compromiso a favor de un desarrollo que tiene un rostro humano –reconoció el nuncio apostólico--. Crear lazos entre los derechos humanos y el desarrollo y reconocer las libertades básicas y la igualdad ante la ley, eliminan muchos conflictos violentos que amenazan las esperanzas de realización de los derechos económicos y sociales».

El prelado recordó que ha habido progresos para conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio y que algunos países «han sido capaces de poner en marcha un proceso significativo de desarrollo económico, que les ha permitido asumir por sí mismos el costo económico de los Objetivos de Desarrollo».

Pero «la escasa ayuda económica y las condiciones económicas internacionales no han permitido aún a los países más pobres conseguir las metas más importantes en el ámbito de la educación, la sanidad y el acceso al agua y los servicios higiénicos», advirtió.

Según la intervención de monseñor Migliore –difundida este miércoles por la Santa Sede--, el año pasado la ayuda total oficial al desarrollo fue de 68,5 mil millones de dólares estadounidenses, esto es, el 0,25% de los ingresos de los países donantes, pero se trata de una cifra «lejana» al 0,7% acordado.

Igualmente alertó de que «muchas de las ayudas actuales» «no están orientadas a las necesidades fundamentales de los países pobres».

«La capacidad de los países más pobres, que se encuentran sobre todo en África, de conseguir beneficios fiscales y de exportación no prospera a causa de la subvención a la exportación de los países ricos y por las tarifas impuestas a las exportaciones africanas. Éstas a veces son diez veces superiores a las de las mercancías que circulan en los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)», constató.

De ahí que, según monseñor Migliore, «el éxito de los esfuerzos globales hacia la paz y el desarrollo (...) esté inevitablemente unido a la precisa visión del papel de las Naciones Unidas y a la responsabilidad última de los gobiernos», por lo que el prelado les exhorta a «reinterpretar la idea de soberanía a través de una nueva responsabilidad global».

Tal soberanía incluye «que los países en vías de desarrollo puedan siempre participar plenamente en las decisiones tomadas acerca de los proyectos destinados a sus respectivos territorios».

El prelado indicó que se espera de las Naciones Unidas un liderazgo que contribuya «a garantizar la realización de las ideas nuevas e importantes en lugar de que éstas sean relegadas» y que «se tomen iniciativas para que la acción de los gobiernos nacionales e internacionales sea más consistente».


«En otras palabras --recalcó--, el buen gobierno nacional debe ser respaldado y apoyado por un buen gobierno internacional».

El nuncio apostólico recordó que «cuando 171 gobiernos del Norte y del Sur firmaron la Declaración del Milenio» «había una sensación de urgencia en el aire», y la Santa Sede se alió con aquellos objetivos en el marco de los desafíos del Jubileo. En todo el mundo se lanzaron programas, plazos, campañas y conferencias, un camino que será evaluado el próximo año.

«No obstante, estas cumbres promoverán la causa de la paz sólo si los compromisos en ellas adoptados se cumplen verdaderamente», concluyó.
ZS04112403

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Mundo



Episcopados europeos: El ingreso de Turquía en la UE es una cuestión política, no religiosa
Concluye la Asamblea Plenaria de la COMECE en Bruselas

BRUSELAS, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- La Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) ha recordado que «decidir si Turquía puede iniciar negociaciones con vistas a ingresar en la Unión Europea en el futuro es una cuestión política, no religiosa».

«Esta cuestión política merece un amplio debate en la sociedad civil europea», añade.

Este ha sido uno de los puntos de reflexión de la Asamblea Plenaria que ha celebrado el organismo en Bruselas el 18 y 19 de noviembre.

En un comunicado difundido al término de su encuentro, los episcopados europeos recalcan que «para la Iglesia católica es importante que Turquía y la UE desarrollen sus relaciones de una forma constructiva y amigable».

«La religión no constituye un obstáculo para que un país como Turquía, con una población mayoritariamente musulmana, llegue a ser miembro de la UE», reconocen.

«En cualquier caso –dice la COMECE— es importante que Turquía respete los derechos fundamentales, por ejemplo la igualdad de status para la mujer, la libertad de expresión y asociación y la libertad religiosa».

Por lo tanto subrayan los prelados que «debe cuestionarse si es apropiado abrir negociaciones con Turquía mientras los derechos fundamentales, incluyendo la libertad religiosa, no sean completamente respetados en ese Estado».

De ahí que la COMECE proponga que antes de las negociaciones para el ingreso de Turquía, sean garantizados los derechos de libertad religiosa y el status de las minorías según el Tratado de Lausana de 1923.

En cuanto al Tratado Constitucional de la UE, que entrará en vigor tras la ratificación de los Estados miembros, los obispos europeos solicitan un debate público, sobre todo en aquellos países donde se celebrará un referéndum. Igualmente han expresado su pesar porque persista la omisión al Cristianismo en la versión final del preámbulo del texto.
ZS04112402

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Perú: Nace una iniciativa pastoral para ayudar a personas con VIH/SIDA
Del Departamento Episcopal de Pastoral de la Salud

LIMA, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Como respuesta al llamado del Juan Pablo II a ayudar a quienes sufren el flagelo del SIDA, el Departamento Episcopal de Pastoral de la Salud (DEPASA) de la Conferencia Episcopal Peruana ha puesto en marcha la Pastoral de VIH-SIDA o también denominada «Pastoral de la Esperanza».

Este servicio nace con el fin de acoger, acompañar, servir, educar y defender los derechos de miles de personas que padecen con el virus del Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA), afirman fuentes del episcopado peruano.

La Hermana Graciela Solís, Secretaria Ejecutiva del DEPASA, señala que esta iniciativa nació ante la necesidad de acompañar y brindar apoyo «a nuestros hermanos que muchas veces son marginados por la sociedad».

Se trata de que a través de toda la red de agentes pastorales de salud, que trabajan en las diócesis peruanas, se realicen acciones coordinadas con las instituciones de salud, involucradas en la lucha contra el SIDA.

«Lo que propone la Pastoral de VIH/SIDA es trabajar directamente con las personas que padecen este terrible mal, a través de visitas personales o familiares, que será un soporte moral y espiritual para ellos», señaló la religiosa.

También explicó que los agentes pastorales de la salud brindarán orientación y campañas de sensibilización a toda la comunidad, para informar sobre este terrible mal que no distingue condición social o raza, como una forma de valorar a estas personas afectadas y que no sean marginadas por la sociedad.

A nivel de Lima, más de 50 agentes de las diversas parroquias se han comprometido trabajar en este programa de ayuda y, a su vez, en otras diócesis otros agentes pastorales irán motivando a más personas dentro de su ámbito.

Según las estadísticas, en 1983 se reportó el primer caso de VIH/SIDA en el Perú, en el Hospital Nacional Cayetano Heredia. En la actualidad se han registrado más de 14.792 casos de VIH/SIDA en el Perú (notificados al 30 de abril de 2004).

Lima es la ciudad del Perú que más casos de SIDA presenta desde 1983, con 9.928 casos, siendo la mayoría personas de sexo masculino. En el Perú, la edad de las personas con mayor incidencia en VIH - SIDA fluctúan entre los 25 y 34 años y la forma de contagio más común es a través del contacto sexual, que representa el 96% de los casos.

A fines de 2002, en América Latina y el Caribe había 1.940.000 personas viviendo con el VIH-SIDA, de ellas, 1.500.000 en América Latina y 440.000 en el Caribe.

Ese mismo año se estima que ocurrieron 140.000 nuevas infecciones en Latinoamérica y 50.000 en el Caribe, en adultos entre 15 y 49 años.

La Hermana Solís manifestó que la mejor manera de prevenir más casos de VIH/SIDA es con una adecuada educación sexual en los niños y jóvenes. «Hay que hacer hincapié que lo que puede contrarrestar este flagelo es una adecuada conducta sexual, basada en la fidelidad, la castidad y la abstinencia sexual hasta el matrimonio», señaló Solís.
ZS04112409

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«Caritas» alerta: Arrasada por un huracán, la isla caribeña de Granada necesita ayuda
Destruidos el 90% de los edificios

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- El organismo católico de asistencia «Caritas Internationalis» ha lanzado una petición de 400 mil dólares estadounidenses para reforzar la respuesta de ayuda de «Caritas Antillas» a los graves daños que ha dejado el huracán «Iván» a su paso por la pequeña isla caribeña de Granada.

«Caritas Antillas» --que abarca la diócesis de Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Vicente y las islas Granadinas, así como la archidiócesis de Santa Lucía— ha distribuido alimento, agua, ropa y otros artículos esenciales a los habitantes de Granada necesitados.

Igualmente ha ayudado a facilitar la asistencia de donantes internacionales, regionales y nacionales.

Madres solas, niños y ancianos son los principales destinatarios de la ayuda de «Caritas Antillas», que calcula que 7.500 personas o 1.500 hogares se beneficiarán del llamamiento de «Caritas Internationalis».

Dos meses después de que este poderoso huracán causara estragos en Granada, la mayoría de su población continúa sin electricidad y sufre la escasez del agua, mientras se llevan a cabo las reparaciones.

De una población total de 100 mil personas, 38 murieron y 353 resultaron heridas cuando el huracán «Iván» golpeó Granada el pasado septiembre, explica el organismo católico en un comunicado del jueves pasado.

Se estima que el 90% de la población ha resultado afectada por el fenómeno meteorológico y depende de la asistencia de emergencia.

Asimismo el 90% de las casas y edificios de la isla resultaron destruidos. Gravemente dañados están el Centro de Operaciones de Emergencias y el hospital central de la isla,

Sus habitantes además han perdido casi toda la cosecha de nueces, el principal producto agrícola de exportación del lugar, desapareciendo el medio de sustento de numerosos agricultores.

«Caritas Internationalis» es una confederación de 162 organizaciones católicas de asistencia, desarrollo y servicio social, con presencia en más de 200 países y territorios

Más información en www.caritas.org.
ZS04112410

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Más de cien mil jóvenes españoles participarán en Colonia 2005
Las Jornadas Mundiales de la Juventud

MADRID, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org-Veritas).- Unos cien mil jóvenes españoles podrían participar en la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará del 15 al 21 de agosto de 2005 en la ciudad alemana de Colonia, según informa el Departamento de Juventud.

Víctor Cortizo, director del Departamento de Juventud destacó esta mañana para Veritas los aspectos más novedosos de esta jornada.

El primero es «tener un encuentro con varias diócesis del este de Europa, es decir, encontrarnos con una realidad de un fuerte ateísmo y donde se recordará todo lo que ha supuesto el comunismo».

El segundo es poder estar en Colonia, «donde se encuentra la tumba de los Reyes Magos, con todo el simbolismo especial que conlleva y el reencuentro con las raíces cristianas de Europa».

Y el tercero es el espacio para el «servicio social» que se llevarán a cabo los jóvenes participantes.

Aunque será desde el 16 al 21 de agosto cuando se desarrollen los eventos en Colonia y alrededores, desde el 11 y hasta el 15 de ese mes, a los jóvenes les espera los «Días de encuentro» en las diócesis alemanas, donde se llevarán a cabo varias actividades.

Una de ellas será el 11 de agosto, el día «del servicio social», en el que bajo el slogan «underconstruction- ayúdanos a construir un mundo más justo», se dedicarán «actividades a la gente del lugar, por ejemplo: embellecer o arreglar una plaza de entretenimiento para niños remodelar un salón de encuentros para niños". Aseguran que "un millón de horas serían destinadas a este "servicio social"».

A partir del 16 de agosto comenzará la Jornada con una gran misa de apertura ofrecida por el arzobispo de Colonia, el cardenal Joachim Meisner y por la tarde se celebrara el Festival de la Cultura.

También habrá «momentos de paz y tranquilidad para reflexionar», ya que «hasta el Domingo habrá en muchas partes de Colonia y alrededores oportunidades para orar tranquilamente o iniciar el sacramento de la reconciliación».

Los organizadores invitan, por otra parte, a «hablar e intercambiar opiniones» con el «gran número de obispos de todo el mundo en las misas». «Podrán hacer preguntas, responder, discutir y aportar ideas contribuyendo a crear un ambiente de sana y provechosa discusión», aseguran.

El Jueves 18 de agosto «es la gran fiesta de bienvenida para y con el Papa en el prado a orillas del Rin», que «se trata de uno de los momentos más excitantes de cada Jornada Mundial de la Juventud». El viernes por la tarde, junto a cada misa, habrá una celebración de Via Crucis.

Los eventos del fin de semana tienen lugar en Sankt Augustin-Hangelar entre Colonia y Bonn. El 20 de agosto «se reúnen todos los jóvenes con el Papa para pasar la noche en vela, también conocida como “Vigilia”, a modo de acto de cierre, donde los jóvenes pernoctarán».

Toda la información para la organización del viaje hasta Colonia se encuentra en la página www.colonia2005.org.
ZS04112411

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Entrevista



El Santo Grial, ¿realidad o ficción?
Janice Bennett habla sobre la legendaria copa de la Ultima Cena

LITTLETON, Colorado, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- La historia del Santo Grial ha inspirado numerosos libros de ficción e imaginación, incluyendo películas muy populares. La verdad sobre la actual ubicación de este cáliz es menos clara.

Un investigadora, Janice Bennett, autora del libro publicado en Estados Unidos «St. Laurence and the Holy Grail» (Ignatius.com) cree que la historia del cáliz se puede seguir desde el viaje de San Pedro a Roma hasta que finalmente quedó custodiado en España.

Bennett posee un master en Literatura española por la Universidad de Colorado y un certificado de «Advanced Bible Studies» de la Escuela Católica Bíblica de Denver. Es miembro del centro español de Sindonología, con sede en Valencia, España.

Ha compartido con Zenit sus razones para creer que la Santo Cáliz que se venera en Valencia es la copa usada por Jesús en la Ultima Cena.

--¿Qué es exactamente el Santo Grial? ¿Cómo responde usted a quienes dicen que es sólo una leyenda?

--Bennett: Para los cristianos, el Santo Grial es y siempre ha sido la copa usada por Jesús para consagrar el vino en la Ultima Cena, el auténtico receptáculo que recibió la sangre de Cristo en el apenas instituido sacramento de la Eucaristía.

La gente de todo los tiempos se ha quedado un poco perpleja de que esta preciosa reliquia haya originado un importante número de historias fantásticas sobre guerreros, monjes y reyes que se embarcaban en su búsqueda.

Esto ha sido así no sólo para la gente medieval sino para personas de nuestro hoy, dada la actual popularidad de las leyendas sobre el Santo Grial y películas tales como «Indiana Jones y la Ultima Cruzada», en la que Indiana Jones descubre un gran número de posibles griales en la inverosímil ubicación de Petra, Jordania.

Lamentablemente, el grial que Indiana dice que es auténtico es el menos probable, históricamente hablando, porque está hecho de madera, un material poroso que estaba prohibido en la celebración de la Pascua judía.

Es innegable que Jesús utilizó una copa para la consagración y que esta copa es un objeto histórico, no un mito. Quizá a causa del misterio y fantasía que han rodeado a esta reliquia por excelencia, algunos investigadores actuales han creado un escenario por el que el Santo Grial podría estar relacionado con temas que van desde la Sábana Santa de Turín hasta María Magdalena

Otros definen el Grial simplemente como un interrogante personal o una exploración del ser, o lo relacionan con toda suerte de antiguas leyendas y ritos de la fertilidad, conduciendo a una gran confusión como la que tenemos actualmente.

--¿Por qué llegó a investigar sobre su existencia y paradero?

--Bennett: Mi marido y yo visitamos la Capilla del Santo Grial en la catedral de Valencia a principios de los años noventa. Pensé que era muy extraño que dijeran tener la copa usada por Jesús en la Ultima Cena, porque nunca oí nada parecido en los Estados Unidos.
La única información disponible era un pequeño folleto, no muy bien traducido al inglés, que mencionaba al Papa Sixto II, confiando la copa a San Lorenzo en el año 258 después de Cristo, y que San Lorenzo la envió a España en manos de un soldado español. También ofrecía una breve historia de la reliquia en España.

Años más tarde, cuando investigaba sobre reliquias en la Biblioteca Nacional de Madrid, recordé aquel folleto. Busqué información sobre San Lorenzo y encontré una traducción muy interesante de un documento que se dice escrito por san Donato, en el siglo VI, que no sólo contiene una biografía de los primeros años de San Lorenzo sino que confirma que este traslado tuvo lugar.

Al mismo tiempo, encontré un librito, escrito por el sacerdote responsable de cuidar la reliquia, a principios de la guerra civil española de 1936.

Cuando examiné las fotos de donde había sido escondida durante el conflicto --dentro de los cojines de un sofá, en el compartimento secreto de un armario y tras una pared de piedra--, me quedé verdaderamente sorprendida de las dificultades que la reliquia ha sufrido a través de los siglos.

Inmediatamente me di cuenta que tenía que investigar la historia de esta copa en profundidad. El Santo Cáliz de Valencia no sólo reivindica su autenticidad sino que tiene detrás una larga tradición y una historia fascinante que apoya completamente esta afirmación.

--¿Qué se piensa que sucedió al Santo Grial inmediatamente después de la Última Cena?

--Bennett: Muchos estudiosos creen que el Cenáculo --la habitación en la que tuvo lugar la Ultima Cena--, y el Santo Cáliz eran propiedad de la familia de san Marcos, el evangelista, que hizo de intérprete de san Pedro en Roma.

San Marcos y san Pedro vivían en relación estrecha y parece tener sentido que san Marcos diera la Santa Copa a san Pedro, por la simple razón de que era muy importante para los primeros cristianos usar reliquias en la liturgia, y Pedro era la cabeza de la Iglesia.

La tradición española afirma que san Pedro se llevó el Santo Cáliz consigo a Roma, donde lo pasó a sus sucesores hasta la persecución de Valeriano, en el año 258.

Debido al grave peligro de que la preciosa reliquia cayera en manos de los romanos, san Sixto II, sabiendo que pronto sería martirizado, confió la copa a su tesorero y diácono, san Lorenzo. Éste a su vez la dio a un soldado español pidiéndole que la llevara a Huesca, España, donde sabía que su familia se haría cargo de ella.

Esta antiquísima tradición se apoya en muchos factores: el canon romano de la Misa, el hecho de que la copa no se menciona en Roma hasta el siglo III, varios documentos, y la presencia tradicional e histórica del Santo Cáliz en España.

--¿Cuál es su teoría sobre la historia del Santo Grial y la actual ubicación?

--Bennett: Mucha gente cree que hay cientos de posibilidades sobre el auténtico Santo Grial, según el viejo dicho de que si se reunieran todos los pedazos de la Verdadera Cruz extendidos por el mundo, habría madera suficiente para una docena de cruces. No es éste el caso.

Es verdad que en el siglo XVI había unas 20 copas que reivindicaban el honor de ser la auténtica usada por Jesús en la Ultima Cena. Pero hoy ninguna de ellas es considerada auténtica, con la excepción del Santo Cáliz de Valencia y la copa de plata de Antioquía.

La copa de plata de Antioquía tiene una capacidad de dos litros y es demasiado grande para poder pasar de mano en mano, en torno a la mesa de la Ultima Cena durante la comunión eucarística. Lo interesante, sin embargo, es el hecho de que san Jerónimo mencionara que había dos copas sobre la mesa de la Ultima Cena, una copa de plata que contenía el vino para la cena, y una de piedra que fue usada para la institución de la Eucaristía.

Sólo el Santo Cáliz de Valencia, con la parte superior de piedra de ágata, responde a la descripción de san Jerónimo acerca de la copa usada por Cristo en la consagración. Cuando se examina su tradición e historia en detalle, es completamente evidente que todo concuerda. No creo que alguien pueda desautorizar la teoría de que el Santo Grial es en efecto el Santo Cáliz de Valencia, España.

--¿Qué fábulas modernas equivocadas han detectado los modernos estudiosos sobre el Santo Grial y sobre quienes estuvieron implicados en su traslado?

--Bennett: Cuando hablamos del Santo Cáliz de Valencia, uno de los problemas ha sido una laguna de información sustancial y sobre los hechos que van más allá de la tradición de san Lorenzo, y otra ha sido la afirmación errónea de que hay muchos griales que reclaman ser el que el Papa Sixto II dio a san Lorenzo.

Los hechos a menudo se mezclan con afirmaciones falsas y material legendario, de tal manera que hacen dudar sobre la posibilidad de llegar a saber la verdad.

Un serio rival de la tradición de san Lorenzo, al menos en la opinión popular, es la leyenda de que José de Arimatea llevó el Santo Grial a Inglaterra.

Está basada en el poema «Joseph of Arimathea», del poeta Robert de Boron, que confirma la leyenda apócrifa de Nicodemo, añadiendo que José de Arimatea llevó el Grial a Glastonbury, para unir la cristiandad a los huesos del legendario Arturo que se suponía habían sido enterrados allí.

Narra que José de Arimatea recogió la sangre de Cristo en una vasija que fue usada como bandeja para el pan y el cordero pascual en la Ultima Cena, y luego la entregó al dios celta Bron que la llevó a Occidente como un talismán de inmortalidad.

No es difícil comprender que esta leyenda no se basa en nada jamás probado y el grial en este caso no es una copa histórica, sino más bien una bandeja que no existió en realidad. Nos encontramos ante un ejemplo perfecto de mezcla de fantasía y realidad, literatura y leyenda que permite muchas discusiones sobre el Santo Grial.

--¿Por qué el Santo Grial debería interesar a los cristianos en la actualidad?

Bennett: El Santo Grial debería interesar a los cristianos de hoy por la misma razón de que siempre ha sido venerado, a través de los siglos, como la copa usada por Cristo para instituir la Eucaristía.

Es muy apropiado que este último «descubrimiento» sobre el Santo Grial coincida con el Año de la Eucaristía, que fue proclamado por el Papa Juan Pablo II, en la fiesta de Corpus Christi en junio y empezó en octubre. En la celebración de este sacramento, tan central a la fe, a lo largo de todo el año, los católicos están llamados a honrar la Eucaristía para recibirla con más fe y reflejar más profundamente su significado en sus vidas y en la vida de la Iglesia.

La historia del Santo Cáliz de Valencia es un hermoso recuerdo de la importancia de este sacramento en la vida de la Iglesia, tan evidente en el cuidado por conservar a través de los siglos la vasija usada por Cristo en la institución de la Eucaristía.

La historia inicia con san Pedro, primera cabeza de la Iglesia, que llevó la copa sagrada a Roma para usarla en la liturgia de la Misa. Sigue con los santos Sixto y Lorenzo, ambos martirizados por rehusar entregarlo a los romanos.

La Iglesia en España protegió la vasija de la invasión musulmana en el siglo VIII y años más tarde vemos el mismo respeto y heroico valor en quienes salvaron la copa de la destrucción durante la guerra de independencia y la Guerra Civil españolas.

Gracias a su deseo personal, en 1982 el Santo Padre fue el primer Papa en celebrar la Misa con la reliquia desde san Sixto II en el siglo III, y hoy los cristianos de todo el mundo pueden venerar esta copa tan especial.

Este es un milagro de nuestros días que puede darnos ocasión para profundas reflexiones sobre la importancia de la Eucaristía en nuestra vida diaria, de manera que podemos públicamente proclamar que el sacrificio de Cristo es para la salvación del mundo entero, como desea el Santo Padre.
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Análisis



Un libro rescata el testimonio de diez políticos católicos del siglo XX
«El evangelio de los audaces», de la Editorial LibrosLibres

MADRID, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Recientemente presentado en Madrid, un nuevo volumen editado por LibrosLibres, «El Evangelio de los audaces», propone el testimonio de diez políticos católicos del siglo XX consciente de que sus trayectorias públicas y personales e idearios, en todos los supuestos, continúan vigentes y ejemplares.

El libro –cuya intención es «asomarse a las raíces del compromiso público del católico en un tiempo aquejado por numerosas incertidumbres»-- ofrece amplios cuadros biográficos de Konrad Adenauer, Balduino I de Bélgica, Georges Bidault, Alcide de Gasperi, Ángel Herrera Oria, Robert Francis Kennedy, Aldo Moro, Giorgio La Pira, Robert Schuman y Enrique Shaw.

Injustamente relegadas al olvido, son diez figuras que, explican los autores del trabajo –Gustavo Villapalos y Enrique San Miguel, doctores en Derecho y en Historia-- «revistieron un extraordinario protagonismo durante el período más crítico del siglo XX a lo largo de sus décadas centrales y resultaron determinantes en el combate frente al totalitarismo, en la génesis de la integración política europea, en la creación del Estado del Bienestar en Europa o en la superación de la dinámica de bloques».

«Los testimonios de políticos que no sólo no actúan sin renunciar a sus creencias, sino que participan en la vida pública como consecuencia del imperativo moral de todo hombre de ser útil a sus semejantes, constituyen un requisito esencial a la propia vida comunitaria», reconoce a Zenit Enrique San Miguel.

De hecho advierte que «en la Europa de comienzos del siglo XXI, los testimonios de los políticos católicos son imprescindibles para la preservación del sistema democrático, y de la propia pluralidad de la vida pública».

Presidente del Partido Demócrata Cristiano, Konrad Adenauer (1876-1967) fue elegido canciller de la República Alemana Occidental en 1949 y reelegido en tres ocasiones, e integró Alemania en la Comunidad Europea.

Jefe de gobierno francés (1947-1948), Robert Schuman (1886-1963) está considerado como uno de los «padres de Europa» por su impulso a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Se está estudiando su beatificación.

El estadista italiano Alcide De Gasperi (1881-1954) ocupó la presidencia de gobierno de su país entre 1945 y 1953. Está en proceso de canonización.

Al frente de Democracia Cristiana en 1951, Giorgio La Pira (1904-1977) pasó a ser el primer alcalde cristiano de la ciudad italiana de Florencia. También se encuentra en proceso de canonización.

Por su parte, a Georges Bidault (Francia, 1899-1983) le tocó vivir de cerca las dos guerras mundiales y ocupó diversos cargos políticos a lo largo de su vida. Fue uno de los artífices del Plan Marshall.

Estos cinco católicos sufrieron la persecución del nazismo. Mientras que el volumen incluye la trayectoria de otros dos políticos católicos que cayeron asesinados: Aldo Moro (Italia, 1916-1978) –al frente de Democracia Cristiana, llegó a ser primer ministro entre 1963 y 1968— y Robert Kennedy (1925-1968), senador por Nueva York.

«Si los servidores públicos que afirman actuar en cuanto cristianos son verdaderamente leales a la Buena Noticia de Jesús, la persecución resulta casi inevitable», reconoce Enrique San Miguel a Zenit.

«Ya decía Óscar Wilde que, “al final, un hombre justo es un fastidio para todo el mundo”. Y el testimonio católico de figuras como Adenauer, De Gasperi, La Pira y Schuman es verdaderamente abrumador», añade.

«La presencia y la participación públicas de los católicos no obedecen, no pueden obedecer --apunta--, a una visión complaciente de un mundo en el que los derechos y libertades fundamentales se vulneran sistemáticamente, comenzando por el derecho a la vida».

«La caridad es el fundamento de la acción pública –admite el co-autor de “El Evangelio de los audaces”--. Los líderes católicos de los decenios centrales del siglo XX percibieron que los discursos materialistas representaban la negación de la grandeza de la dignidad humana. Singularmente los discursos colectivistas del totalitarismo, pero también las concepciones del orden político subordinadas a las leyes del mercado».

«Por eso nació en Alemania la Economía Social del Mercado. El llamado “Estado del Bienestar”, y sus políticas de equilibrio social y territorial, surgieron con los gobiernos del humanismo cristiano», prosigue.

«Pero el sueño de una sociedad más cohesionada, vertebrada por principios, y no por intereses, se extendió también a la plasmación política del universalismo cristiano, comenzando por la integración europea, básicamente protagonizada por líderes católicos, que creyeron firmemente en la fraternidad entre los pueblos como garantía de justicia y de paz. Los resultados son formidables», recuerda Enrique San Miguel.

El libro, para sus autores, estaría incompleto si se limitara a políticos dedicados a la acción partidaria. En este sentido, las figuras del rey Balduino de Bélgica (1930–1993) o del cardenal Ángel Herrera Oria (1886-1968), por ejemplo, no se constriñen en los estrictos márgenes de la acción política ordinaria.

Juan Pablo II presenta a Balduino I --rey de Bélgica desde los 21 años— como ejemplo para los ciudadanos de su país. Herrera Oria, creador del diario El Debate y de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), fundó en 1931 Acción Popular; ordenado sacerdote en 1940, Pablo VI le creó cardenal en 1964.

Pero el libro propone además una figura como la de Enrique Shaw (1921-1962), que hizo presente el mensaje cristiano en el ámbito laboral, en el mundo de la empresa, cambiando las relaciones de trabajo, transformando la concepción de las actividades productivas, preconizando el respeto y la fraternidad. Fundó con apenas treinta años en Argentina la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE). Está en marcha su causa de beatificación.

Son, en resumen, «diez seres humanos que encontraron en Jesucristo la fuente interior de la acción pública, el compromiso cívico y la vocación humanista en su más profundo sentido». Por eso el libro se presenta como una herramienta para la nueva evangelización de la política, de la vida académica y de la cultura.
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Audiencia del miércoles



Juan Pablo II: Cristo, «imagen del Dios invisible»
Comentario al cántico de san Pablo del inicio de la carta a los Colosenses

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Juan Pablo II en la audiencia general de este miércoles dedicada a comentar el cántico de la carta de san Pablo a los Colosenses (1, 3.12-20), «Himno a Cristo».


 

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
 



1. Acaba de resonar el gran himno cristológico con el que comienza la carta a los Colosenses. En él sobresale la figura gloriosa de Cristo, corazón de la liturgia y centro de toda la vida eclesial. Ahora bien, muy pronto el horizonte del himno se amplía a toda la creación y a la redención, abarcando a todo ser creado y a toda la historia.

En este canto se puede percibir el ambiente de fe y de oración de la antigua comunidad cristiana y el apóstol recoge su voz y testimonio, imprimiendo al mismo tiempo al himno su impronta.

2. Después de una introducción en la que se da gracias al Padre por la redención (Cf- versículos 12-14), el cántico, que la Liturgia de las Vísperas presenta cada semana, se articula en dos estrofas. La primera celebra a Cristo como «primogénito de toda criatura», es decir, ha sido generado antes de todo ser, afirmando así su eternidad que trasciende el espacio y el tiempo (Cf. versículos 15-18a). Él es la «imagen», el «icono» de Dios que permanece invisible en su misterio. Ésta fue la experiencia de Moisés, quien en su ardiente deseo de contemplar la realidad personal de Dios, escuchó esta respuesta: «Mi rostro no podrás verlo, porque no puede verme el hombre y seguir viviendo» (Éxodo 33, 20; Cf. Juan 14, 8-9).

Por el contrario, el rostro del Padre creador del universo se hace accesible en Cristo, artífice de la realidad creada: «por medio de Él fueron creadas todas las cosas… y todo se mantiene en Él» (Colosenses 1, 16-17). Cristo, por tanto, por un lado es superior a las realidades creadas, pero por otro, está involucrado en su creación. Por este motivo, puede ser visto como «imagen del Dios invisible», cercano a nosotros a través del acto creativo.

3. La alabanza en honor de Cristo avanza, en la segunda estrofa (Cf. versículos 18b-20), hacia otro horizonte: el de la salvación, la redención, la regeneración de la humanidad creada por Él, pero que al pecar había caído en la muerte.

Ahora la «plenitud» de gracia y de Espíritu Santo que el Padre ha dado al Hijo permite el que, al morir y resucitar, pueda comunicarnos una nueva vida (Cf. versículos 19-20).

4. Él es celebrado, por tanto, como «el primogénito de entre los muertos» (1,18b). Con su «plenitud» divina, pero también con su sangre derramada en la cruz, Cristo «reconcilia» y «hace la paz» entre todas las realidades, celestes y terrestres. De este modo les restituye su situación originaria, recreando la armonía primigenia, querida por Dios según su proyecto de amor y de vida. Creación y redención están, por tanto, ligadas entre sí como etapas de una misma historia de salvación.

5. Como de costumbre, dejamos ahora espacio a la meditación de los grandes maestros de la fe, los Padres de la Iglesia. Uno de ellos nos guiará en la reflexión sobre la obra redentora realizada por Cristo con su sangre.

Al comentar nuestro himno, san Juan Damasceno, en el «Comentario a las cartas de san Pablo» que se le atribuye, escribe: «san Pablo habla de la “sangre por la que hemos recibido la redención” (Efesios 1, 7). Se nos da como rescate la sangre del Señor, que lleva a los prisioneros de la muerte a la vida. Los que estaban sometidos al reino de la muerte sólo podían liberarse a través de Aquél que se hizo partícipe con nosotros de la muerte… Con su venida, hemos conocido la naturaleza de Dios que existía antes de su venida. De hecho, es obra de Dios el haber extinguido la muerte, restituido la vida y reconducido a Dios al mundo. Por ello, dice: “Él es imagen de Dios invisible” (Colosenses 1, 15), para manifestar que es Dios, aunque no es el Padre, sino la imagen del Padre, y tiene su misma identidad, si bien no es Él» («Los libros de la Biblia interpretados por la gran tradición» --«I libri della Bibbia interpretati dalla grande tradizione»--, Bolonia 2000, pp. 18.23).

Después Juan Damasceno concluye echando una mirada de conjunto a la obra salvadora de Cristo: «La muerte de Cristo salvó y renovó al hombre; y dio a los ángeles la alegría primitiva, a causa de los salvados, y unió las realidades inferiores con las superiores… Hizo la paz y quitó de en medio la enemistad. Por eso decían los ángeles: “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra”» (ibídem, p. 37).

[Traducción del original italiano realizada por Zenit. Al final de la audiencia, uno de los colaboradores del Papa leyó esta síntesis de su intervención en castellano:]

Queridos hermanos y hermanas:
En el himno cristológico de la Carta a los Colosenses que acabamos de proclamar, resalta la figura gloriosa de Cristo, corazón de la liturgia y de toda la vida eclesial. En él se percibe el espíritu de oración y la fe de la primitiva comunidad cristiana en el Señor Jesús, celebrado como primogénito de toda criatura y de los que resucitan de entre los muertos.

Con su plenitud divina, y también con su sangre derramada en la Cruz, Cristo reconcilia consigo todos los seres, celestes y terrestres, y los conduce a su fin último, querido por Dios según su proyecto de amor y vida.

[A continuación, el Santo Padre dirigió este saludo en castellano:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de España y América Latina, especialmente a los de las diócesis de Mallorca y de Huelva, así como al grupo de Castilla y León, y a los mexicanos de Guadalajara ¡Gracias por vuestra presencia!
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Documentación



Mensaje para la Jornada Mundial del Sida (2004)
Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje íntegro del presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, el cardenal Javier Lozano Barragán, difundido este miércoles con ocasión de la celebración de la próxima Jornada Mundial del Sida, instituida desde 1988 por la ONU.

 

* * *



 

MENSAJE CON OCASIÓN DE LA
JORNADA MUNDIAL DEL SIDA – 1 DE DICIEMBRE DE 2004



A los Presidentes de las Conferencias Episcopales, a los Obispos encargados de la Pastoral de la Salud en las Conferencias Episcopales y a todo el Pueblo de Dios

Queridos hermanos:

1. Desde hace algunos años, el 1º de diciembre celebramos la Jornada Mundial del SIDA. Con esta ocasión, en mi calidad de Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, también este año deseo dirigir un Mensaje de cercanía y animación de la Iglesia a los que luchan contra esta pandemia devastadora, a los que asisten y curan a los enfermos de VIH/SIDA y a estos últimos que experimentan en primera persona el misterio del sufrimiento humano. La Organización de las Naciones Unidas para el programa sobre el SIDA (UNAIDS), esta vez ha dedicado la jornada a las mujeres, a las jóvenes y al VIH/SIDA, debido a su mayor vulnerabilidad para contraer el virus del VIH/SIDA, con respecto a los hombres; en efecto, un estudio ha puesto en evidencia que las mujeres son contagiadas 2,5 veces más que los hombres.

2. Comparto la preocupación de la comunidad internacional frente al cuadro dramático de las consecuencias de la epidemia sobre la salud, las condiciones de vida, las perspectivas, el estado y la dignidad de las mujeres y de las jóvenes en muchas regiones del mundo. De hecho, el impacto del VIH/SIDA en las mujeres acrecienta la desigualdad e impide el progreso hacia la universalidad de los derechos. Además, cuanto mayor es el progreso del contagio en las mujeres, que son el fundamento de las familias y de las comunidades, más aumenta el riesgo de un derrumbe social. Desde siempre la Iglesia defiende con especial vigor la mujer y su elevada dignidad y lucha para combatir las discriminaciones que, incluso hoy, permanecen en amplios sectores de nuestra sociedad, y solicita mayores esfuerzos para eliminar las desigualdades contra las mujeres en ámbitos como la educación, la tutela de la salud y el trabajo.

3. El VIH/SIDA es una de las epidemias más asoladoras de nuestros tiempos; es un drama humano que, por su gravedad y amplitud, constituye uno de los mayores retos sanitarios a nivel mundial. Los datos que proporciona el Informe de las Naciones Unidas “The impact of Aids” del 2004 hablan claramente que desde el momento de la aparición de esta epidemia (hacia los años 80), más de 22 millones de personas han muerto en el mundo por SIDA y en la actualidad 42 millones de personas viven con el VIH/SIDA. En el año 2003 han muerto 2,9 millones de personas por SIDA y 4,8 millones han sido infectadas por el VIH. El SIDA es la causa principal de la muerte en las personas de edad comprendida entre 15 y 49 años. En muchos países, especialmente en África y en los países más afectados como Botswana, Swazilandia y Zimbabwe, la epidemia del SIDA se ha propagado en forma muy veloz provocando enfermedad, muerte, pobreza y dolor. En la actualidad, esta pandemia está afectando duramente a los países con elevado número de habitantes como China e India. Se prevé que hasta el 2025 el SIDA causará la muerte de 31 millones de personas en India y 18 millones en China.

4. Es dramática la situación de los niños. Según el Informe 2004 de UNICEF, UNAIDS y USAID “Children on the brink”, entre el 2001 y el 2003, el número global de niños que se han quedado huérfanos por el SIDA ha crecido de 11,5 a 15 millones, en su mayoría en África. Se calcula que dentro del 2010, en el África sub-Sahariana habrán 18,4 millones de huérfanos por el VIH/SIDA. Sólo en el 2003 esta epidemia ha causado 5,2 millones de niños huérfanos. Además, su creciente número está cambiando, sobre todo en África, el sistema tradicional de acogida a los huérfanos en las familias porque, siendo pobres, tienen dificultad para encargarse de estos niños.

5. En numerosas ocasiones el Santo Padre Juan Pablo II se ha ocupado del problema y nos ha proporcionado claras orientaciones que muestran la naturaleza de la enfermedad, su prevención, el comportamiento del enfermo y de quien lo asiste, así como el papel que deben tener las Autoridades civiles y los hombres de ciencia. Subrayo su pensamiento en lo que se refiere a la inmunodeficiencia de valores morales y espirituales y lo relacionado con el seguimiento al enfermo de SIDA, a quien se le debe brindar toda atención y servicios por ser el más necesitado. En particular, en su mensaje por la Jornada Mundial del Enfermo para el 2005 (nn. 3-4) subraya que el drama del SIDA se presenta como una “patología del espíritu” y que para combatirla de manera responsable, es preciso aumentar la prevención mediante la educación al valor sagrado de la vida y la formación a la práctica correcta de la sexualidad.

6. Es necesario alejar el estigma que a menudo la sociedad hace pesar sobre el enfermo de SIDA. Para disipar los prejuicios de los que temen acercarse a los enfermos de SIDA para evitar el contagio, deseamos recordar que el SIDA se transmite sólo a través de la triple vía de la sangre, de la transmisión materno-infantil y por contacto sexual. Para eliminarlas, debemos combatirlas eficazmente. En lo que respecta el contacto sexual, recordamos que hay que eliminar el contagio mediante una conducta responsable y la observancia de la castidad. Refiriéndose al Sínodo para África de 1994, el Papa subraya una recomendación formulada por los varios obispos participantes: “Debemos presentar continuamente a los fieles, sobre todo a los jóvenes, el afecto, el gozo, la felicidad y la paz que procura el matrimonio cristiano y la fidelidad, así como la seguridad proporcionada por la castidad”.

7. Como respuesta a la fuerte llamada del Santo Padre, desde la aparición del terrible flagelo la Iglesia católica siempre ha dado su aporte tanto para prevenir la transmisión del virus VIH como en la asistencia a los enfermos y a sus familias en el plano médico-asistencial, social, espiritual y pastoral. Actualmente el 26,7% de los centros para el tratamiento del VIH/SIDA en el mundo son católicos. Numerosos son los proyectos y programas de formación, prevención del SIDA y de asistencia, curación y seguimiento pastoral del enfermo de VIH/SIDA, que las iglesias locales, los institutos religiosos y las asociaciones laicales llevan adelante con amor, sentido de responsabilidad y espíritu de caridad. Junto a este inestimable y loable compromiso, el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud ha acogido la petición del Santo Padre Juan Pablo II que, dirigiéndose a los Obispos de las Conferencias Episcopales de América, Australia y Europa, pide que se unan a los pastores de Africa para afrontar eficazmente la emergencia del SIDA.

8. Para mayor eficacia en la lucha contra el VIH/SIDA, deseo proponer una vez más algunas pautas de acción que indiqué en mi discurso con ocasión de la XXVI Sesión Especial de la Asamblea General VIH/SIDA de la ONU (New York 2001):

- Apoyar los planes globales mundiales para combatir el VIH/SIDA;
- Incrementar la educación escolar y la catequesis a los valores de la vida y del sexo;
- Eliminar toda forma de discriminación ante los enfermos de HIV/AIDS;
- Informar adecuadamente sobre esta pandemia;
- Invitar a los Gobiernos a crear condiciones adecuadas para combatir este flagelo;
- Favorecer una mayor participación de la sociedad civil en la lucha contra el SIDA;
- Solicitar a los países industrializados que, evitando toda forma de colonialismo, ayuden a los países que tienen necesidad en esta campaña contra el SIDA;
- Reducir a lo mínimo el precio de los medicamentos anti-retrovirales necesarios para curar a los enfermos de VIH/SIDA;
- Intensificar las campañas de información para evitar la transmisión materno-infantil del virus;
- Ofrecer una mayor atención al cuidado de los niños seropositivos y a la protección de los huérfanos causados por el SIDA;
- Dirigir mayor atención a los grupos sociales más vulnerables.

9. Quisiera terminar con la plegaria, de particular significado en esta oportunidad, que el Santo Padre Juan Pablo II ha dedicado con ocasión de la Jornada Mundial del Enfermo 2005, a todos los que viven el sufrimiento y ven en el hombre que sufre el Rostro de Cristo. Les invito, queridos hermanos y hermanas a hacerla vuestra.

“María, Virgen Inmaculada,
Mujer del dolor y de la esperanza,
sé benigna con toda persona que sufre
y obtén a cada uno la plenitud de vida.
Dirige tu mirada materna
especialmente hacia los que en África
se encuentran más necesitados,
al estar afectados por el SIDA
o por alguna otra enfermedad mortal.
Mira a las madres que lloran por sus hijos;
mira a los abuelos que carecen
de suficientes recursos
para sostener a sus nietos
que han quedado huérfanos.
Abraza a todos con tu corazón de Madre.
Reina de África y del mundo entero,
Virgen santísima, ruega por nosotros.”

+ Javier Cardenal Lozano Barragán
Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud

[Traducción distribuida por «Fides»]
ZS04112408

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