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Servicio diario - 7 de septiembre de 2011

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Santa Sede

El Papa envía su bendición al encuentro católico-ortodoxo de Bose

Benedicto XVI: Dios sí responde al grito del hombre

Mundo

Atentado en Nueva Delhi, el cardenal Gracias pide “paz y armonía” en India

Un obispo italiano, muy grave tras un accidente en la montaña

Sri Lanka: La Iglesia pide investigar las desapariciones de católicos

Libia: monseñor Martinelli deplora la violencia contra los subsaharianos

Kenia: En marcha la causa de beatificación del cardenal Otunga

Lourdes recibe al patriarca maronita de Antioquía

Los obispos mexicanos expresan solidaridad a Monterrey

Análisis

Polonia no cambia la ley del aborto

Audiencia del miércoles

Benedicto XVI: Dios está siempre cerca


Santa Sede


El Papa envía su bendición al encuentro católico-ortodoxo de Bose
Mensajes también de los Patriarcas de Moscú y Constantinopla
MAGNANO, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI ha hecho llegar, mediante un telegrama del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, su bendición al congreso de espiritualidad ortodoxa que se ha inaugurado hoy en el monasterio de Bose.

El encuentro, sobre el tema “La Palabra de Dios en la vida espiritual”, se está celebrando desde hoy hasta el 10 de septiembre en el Monasterio, situado en el norte de Italia.

En el telegrama, el Papa augura que el Congreso pueda suscitar “un renovado compromiso de comunión espiritual y testimonio evangélico”, “bebiendo se la riqueza de la Sagrada Escritura, tan querida en Oriente como en Occidente”, informa Radio Vaticano.

El objetivo del encuentro es el de poner de relieve la unidad esencial entre Sagrada Escritura, exégesis y vida espiritual.

Por otro lado, el Patriarca de Constantinopla Bartolomé I, en el mensaje que envió a los participantes, subrayó que la Palabra de Dios “es verdaderamente crucial en la lucha espiritual, en la medida en que allana el camino para el enternecimiento y el arrepentimiento del corazón”.

Su augurio es que “encontremos la Palabra viva de Dios, de modo que ésta – versículo tras versículo y gota a gota – pueda transformar enteramente nuestras vidas en células vivientes del Cuerpo de Cristo”.

Por su parte, el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias Kiril I, recordó que la Iglesia “vive y respira de la Palabra de Dios no sólo porque la lectura del Antiguo y del Nuevo Testamento son elementos esenciales de la celebración litúrgica, sino porque también la propia oración está llena de la Palabra divina, que instruye para la salvación, que se obtiene por medio de la fe en Jesucristo”.

“Solo en el poder del Espíritu Santo la Escritura abre nuestra mente a la comprensión de las leyes celestes, cura el alma y renueva el corazón del hombre”, subrayó.

Los Congresos Ecuménicos, iniciados en 1993, se han convertido en “una experiencia de encuentro y escucha fraterna”, recuerda el Monasterio de Bose.

“Es precisamente el deseo de ponerse a la escucha del otro – primera condición del diálogo – la que mueve la intención de estos encuentros en la historia de la espiritualidad, que quieren ser un servicio ofrecido a todas las Iglesias, una ocasión de estudio y de encuentro recíproco, de atención a la riqueza espiritual de la Iglesia de Oriente”.

La participación de cristianos ortodoxos, católicos y reformados “delinea una deontología precisa del encuentro: que sea el otro el que se defina, que de testimonio de lo que le es más querido”.

Cada año, la publicación de las Actas de los congresos, a menudo traducidas a otras lenguas, “permite dar continuidad al deseo de encuentro y de conocimiento recíproco, ampliando al mismo tiempo el horizonte de cuantos sienten la importancia y la urgencia de un renovado acercamiento a las fuentes de la espiritualidad cristiana”.

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Benedicto XVI: Dios sí responde al grito del hombre
El Papa prosigue su “escuela de oración”, ahora con los salmos
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- A pesar de los peligros que rodean al hombre, si éste no duda de la presencia de Dios, experimentará la salvación, porque Dios escucha el grito del hombre, afirmó hoy el Papa Benedicto XVI.

El Pontífice, que se trasladó en helicóptero desde Castel Gandolfo hasta la Plaza de San Pedro para la Audiencia General, quiso proponer a los presentes, dentro de su ciclo de catequesis sobre la oración, toda una “lectio divina” con el salmo 3.

Se trata, explicó, de un salmo “de lamento y de súplica imbuido de una profunda confianza, en el que la certeza de la presencia de Dios es el fundamento de la oración que se produce en una condición de extrema dificultad del orante”.

Según la tradición judía, es un salmo compuesto por el rey David cuando huía de Jerusalén perseguido por su hijo Absalón.

“La situación de angustia y de peligro experimentada por David es el telón de fondo de esta oración y ayuda a su comprensión”, pues “en el grito del salmista todo hombre puede reconocer estos sentimientos de dolor, de amargura, a la vez que de confianza en Dios que, según la narración bíblica, acompañó a David en su huida de la ciudad”, explicó el Papa.
El salmo comienza con un grito de angustia ante los “numerosos enemigos” que acechan: “una multitud surge y se levanta contra él, provocándole un miedo que aumenta la amenaza haciéndola parecer todavía más grande y terrible”.

El Salmista “no se deja vencer por esta visión de muerte, sino que mantiene firme su relación con el Dios de la vida y es a Él a quien se dirige, en primer lugar, buscando ayuda”.

La tentación de la fe

En el salmo, sin embargo, “los enemigos intentan también destruir este vínculo con Dios y socavar la fe de su víctima. Estos insinúan que el Señor no puede intervenir, afirman que ni Dios puede salvarlo”.

Este salmo, afirmó el Papa, “nos afecta personalmente: son muchos los problemas en los que sentimos la tentación de que Dios no me salva, no me conoce, quizás no tiene la posibilidad; la tentación contra la fe es la última agresión del enemigo, y debemos resistirla porque así nos encontramos con Dios y encontramos la vida”.

Ante esta tentación, el salmista “invoca a Dios, le llama por su nombre”, prosiguió. En ese momento, “la visión de los enemigos desaparece ahora, no han vencido porque quien cree en Dios está seguro que Dios es su amigo”.

“El hombre ya no está solo, lo enemigos ya no son tan imbatibles como parecían, porque el Señor escucha el grito del oprimido y responde desde el lugar de su presencia, desde su monte santo. El hombre grita en la angustia, en el peligro, en el dolor; el hombre pide ayuda y Dios responde”.

“Este entrelazarse el grito humano y la respuesta divina es la dialéctica de la oración y la clave de la lectura de toda la historia de salvación”, subrayó el Pontífice.

La oración, añadió, “expresa la certeza de una presencia divina ya experimentada y creída, que se manifiesta plenamente en la respuesta salvífica de Dios. Esto es importante: que en nuestra oración esté presente la certeza de la presencia de Dios”.

Por ello, “el orante, incluso en medio del peligro y de la batalla, puede dormir tranquilo en una actitud inequívoca de abandono confiado”.

“El miedo a la muerte es vencido por la presencia de Aquel que no muere. Es justo la noche, poblada de miedos ancestrales, la noche dolorosa de la soledad y de la espera angustiosa, que se transforma: Lo que evoca a la muerte se convierte en presencia del Eterno”, añadió.

El Papa invitó a los presentes a “rezareste Salmo”, haciendo propios “los sentimientos del Salmista, figura del justo perseguido que en Jesús encuentra su cumplimiento”.

“En el dolor, en el peligro, en la amargura de la incomprensión y de la ofensa, las palabras del Salmo abren nuestro corazón a la certeza consoladora de la fe. Dios está siempre cerca -también en las dificultades, en los problemas, en las tinieblas de la vida- escucha, responde y salva a su modo”.

Sin embargo, “es necesario saber reconocer su presencia y aceptar sus caminos, como David huyendo humillado de su hijo Absalón, como el justo perseguido del Libro de la Sabiduría, como el Señor Jesús en el Gólgota”.

“Cuando, a los ojos de los impíos, Dios parece no intervenir y el Hijo muere, entonces es cuando se manifiesta a todos los creyentes la verdadera gloria y el cumplimiento definitivo de la salvación”, concluyó el Papa. 


 

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Mundo


Atentado en Nueva Delhi, el cardenal Gracias pide “paz y armonía” en India
Al menos 11 muertos en una explosión ante el Tribunal Supremo
NUEVA DELHI, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Al menos 11 muertos y 62 heridos es el balance del atentado perpetrado este miércoles por la mañana en la capital de la India, Nueva Delhi, donde un artefacto explotó ante la entrada principal del complejo donde tiene la sede el Tribunal Supremo.

El cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay y presidente de la Conferencia Episcopal de la India, afirmó a la agencia vaticana Fides que los obispos indios están “profundamente turbados por este nuevo acto de violencia y de terrorismo”.

“Condenamos a los responsables y una vez más pedimos a todos que se construya la fraternidad y la paz en el país”, afirmó.

“La Iglesia quiere contribuir a promover el amor, la paz y la armonía en la sociedad: esperamos que los autores de tales actos de violencia ciega desistan de sus intenciones y colaboren en la construcción de una nación unida y pacífica. Este es el llamamiento y el compromiso de la Iglesia”.

El cardenal habló también de las continuas violencias a que son sometidos los cristianos en India, comentando el reciente ataque a una iglesia católica en el estado de Kerala (ver www.zenit.org/article-40292?l=spanish).

“Nos enteramos siempre con dolor de semejantes episodios”, reconoció.

“Afortunadamente son episodios esporádicos, que no tienen lugar en toda la India, pues los indios son personas que aman la paz. Hay, sin embargo, algunos grupos fundamentalistas: nos dirigimos a ellos recordando que la violencia en nombre de la religión es un abuso de la religión. Los cristianos desean promover el amor y servir al país, y estarán siempre comprometidos con estos valores”.

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Un obispo italiano, muy grave tras un accidente en la montaña
Cayó por un precipicio durante una peregrinación
ROMA, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Monseñor Domenico Sigalini, obispo de la diócesis suburbicaria de Palestrina y asistente eclesiástico general de la Acción Católica romana, se encuentra ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma con politraumatismo.

El prelado cayó por un precipicio ayer martes por la noche mientras participaba en una peregrinación al Santuario de la Santísima Trinidad de Vallepietra, tras “una jornada intensa de oraciones, la celebración Eucarística, el Via Crucis: como siempre nos acostumbró en su ministerio de pastor”, refiere la diócesis de Palestrina.

“Se invita a toda la comunidad diocesana a elevar oraciones al Señor para que las condiciones de salud de monseñor Sigalini mejoren lo antes posible”, añad la nota, invitando a “repetir todos juntos cuanto monseñor Domenico nos ha dicho siempre: 'Dios nunca nos abandona'”.

El gabinete de prensa del hospital informó de que el obispo está ingresado “en condiciones severas, con pronóstico reservado en el Centro de Reanimación del Policlínico Universitario A. Gemelli, que dirige Massimo Antonelli”.

Monseñor Sigalini, anterior director del Servicio nacional de pastoral juvenil de la Conferencia Episcopal italiana, es obispo de Palestrina desde mayo de 2005, y desde noviembre de 2007 es asistente eclesiástico general de la Acción Católica romana.

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Sri Lanka: La Iglesia pide investigar las desapariciones de católicos
Un agujero negro de la guerra civil
COLOMBO, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).– En Sri Lanka, la Iglesia ha pedido al Gobierno que investigue las desapariciones de sacerdotes y laicos católicos durante la guerra civil, informó Eglises d’Asie, la agencia de las Misiones extranjeras de París.

Los responsables cristianos y los familiares de numerosos sacerdotes y miembros de la Iglesia desaparecidos durante la última fase de la guerra civil entre las fuerzas de Sri Lanka y los Tigres Tamiles han pedido al Gobierno de Colombo “hacer finalmente justicia” investigando estos casos no resueltos.

A pesar de que en mayo de 2009 finalizó la guerra civil que dividió Sri Lanka durante más de treinta años, miles de desapariciones continúan hoy sin explicación.

La Iglesia católica, que ha pagado un alto precio en el conflicto con numerosos sacerdotes y laicos asesinados mientras trabajaban al servicio de sus comunidades, reitera regularmente su petición de explicaciones sobre la desaparición, en circunstancias no aclaradas, de seis sacerdotes y de un número indeterminado de laicos cristianos.

Un nuevo llamamiento fue lanzado el 20 de agosto durante una misa celebrada en la iglesia de los santos Pedro y Pablo de Mandaitivu, en la diócesis de Jaffna, en conmemoración de la desaparición hace cinco años del padre Thiruchchelvan Nihal Jim Brown, de 34 años, y de su asistente, Wenceslaus Vincent Vimalathas, de 38 años y padre de cinco hijos.

Los dos hombres fueron vistos por última vez el 20 de agosto de 2006 en el checkpoint de Allaipiddy, una aldea en la punta extrema de Jaffna, entonces bajo control militar.

Tenían la intención de recorrer en motocicleta los pocos kilómetros que separaban la isla de Mandaitivu para celebrar allí la misa.

Según el ejército de Sri Lanka, el sacerdote y su asistente no habrían recibido autorización para ir a Mandaitivu a causa del toque de queda, una versión de los hechos desmentida por un informe de Amnistía Internacional, que sitúa la desaparición de los dos hombres tras su paso, atestiguado por testigos, a la zona militar.

Ruki Fernando, responsable de Law and Society Trust, una asociación local a favor de los derechos humanos, recuerda al padre Jim como un “joven sacerdote totalmente dedicado a sus feligreses” que intentaba trabajar “por la paz y la reconciliación” en lo más duro de la guerra civil.

Acababa de ser nombrado párroco de la iglesia de San Felipe Neri de Allaipiddy, sólo diez días antes de su desaparición.

Poco después de su llegada, el sacerdote tuvo que enfrentarse al bombardeo de su iglesia, el 13 de agosto de 2006, donde los habitantes de los alrededores se habían refugiado para escapar de los disparos de armas pesadas que caían sobre sus pueblos.

Aunque el padre Jim sobrevivió al ataque, más de veinte civiles murieron y otros centenares resultaron heridos.

Después, el sacerdote trasladó a los heridos a Jaffna para que recibieran tratamiento e hizo evacuar a unas 300 familias a la parroquia de Santa María de Kayts.

A causa de estas acciones fue convocado por las autoridades militares y acusado de ayudar a la rebelión tamil.

“¿Sabremos finalmente lo que pasó con él y con otros cientos de desaparecidos? ¿Se les hará justicia algún día?”, se pregunta sin demasiada convicción Ruki Fernando.

Ya en el momento de los hechos, los responsables de la Iglesia católica habían criticado fuertemente la inacción deliberada de la policía.

En diciembre de 2007, el obispo de Jaffna, monseñor Thomas Savundaranayagam, expresó su indignación ante los medios de comunicación: “¡Aunque la Oficina de investigaciones criminales de Colombo cuenta con un buen número de policías que conocen las lenguas habladas en el norte de la isla, sus responsables han elegido, quince meses después de la desaparición del padre Jim Brown, enviar a Jaffna a un investigador que no habla ni una palabra de tamil!”.

Los obispos católicos, los representantes de las Iglesias cristianas en Sri Lanka, así como numerosas ONG, se dirigieron entonces a las instancias internacionales, multiplicando las peticiones y llamamientos para llevar a cabo las investigaciones necesarias para resolver estas desapariciones inexplicadas de tamiles católicos.

Paralelamente a estas acciones, llevadas a cabo todavía más activamente desde el fin de la guerra en 2009, los obispos de Sri Lanka denunciaron las agresiones y amenazas que sufrían regularmente miembros de la Iglesia, así como las violaciones persistentes de los derechos humanos y la ocupación militar actualmente injustificada de territorios del norte de la isla donde reina “un clima de terror permanente”.

También en un encuentro celebrado en Colombo con motivo del cuarenta aniversario del Centro para la sociedad y la religión dirigido por la congregación de las oblatas de María Inmaculada, el secretario general de la conferencia episcopal de Sri Lanka, monseñor Norbert Andradi, expresó su preocupación por la situación en Sri Lanka.

“La paz todavía es una ilusión –declaró-. Los derechos de las minorías no son respetados por la mayoría; no se acepta la presencia de muchas lenguas, muchas religiones y muchas culturas en nuestro país”.

El prelado, informó Radio Vaticano, invitó a “no enterrar simplemente el pasado, esperando después que llegue la verdadera paz”, sino a “aprender a tratar con el mal sucedido en el pasado, aprender de los errores cometidos; sólo así se podrá afrontar el desafío de trabajar juntos por una paz sostenible en Sri Lanka”.

Monseñor Andradi se dirigió finalmente también a los políticos, exhortándoles a crear una sociedad más allá de los intereses partidistas.

La guerra civil de Sri Lanka estalló en 1983 y enfrentó al ejército regular con los Tigres Tamiles, rebeldes favorables a la creación de un estado independiente en el norte del país. En 30 años de conflicto, se estima que las víctimas han ascendido a al menos 700.000.

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Libia: monseñor Martinelli deplora la violencia contra los subsaharianos
El vicario apostólico de Trípoli se confía a Fides
ROMA, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).– “La violencia contra los africanos me entristece enormemente. Libia los necesita a ellos y su trabajo”, afirma el vicario apostólico de Trípoli, monseñor Giovanni Innocenzo Martinelli en una intervención en la agencia vaticana Fides.

Respecto a las informaciones que sitúan al coronel Gadafi en Níger, monseñor Martinelli, que se encuentra en Italia para recibir tratamiento médico pero espera volver lo antes posible a la capital libia, dijo: “Creo que al final, Gadafi ha dejado de desplazarse continuamente, después de haber resistido para mostrar que todavía era fuerte”.

Un convoy militar libio entró en Níger escoltado por militares de Niamey. Según fuentes locales y francesas, no se descarta que el mismo Gadafi pueda unirse a los militares en huida para dirigirse después a Burkina Faso, cuyo Gobierno ha ofrecido asilo político al líder libio derrocado, destaca Fides.

“Lo que va a suceder es difícil de prever. Podría ser que llegara a un acuerdo con las autoridades de transición libias. Ahora me parece percibir signos de verdaderos esfuerzos de pacificación”, prosiguió monseñor Martinelli.

Mientras tanto, la prensa internacional señala, como también lo ha hecho Human Rights Watch, distintos episodios de violencia contra inmigrantes subsaharianos en Libia.

“Se trata de un problema que me entristece enormemente porque estos pobres inmigrantes subsaharianos por un lado o por otro son siempre víctimas de violencia”, comentó monseñor Martinelli.

“No sé bien quién es el responsable de la violencia contra los subsaharianos, si las nuevas autoridades o grupos autónomos de “limpieza”. Los subsaharianos ofrecen un servicio importante al país porque hacen de todo”.

“Es cierto que ellos también han sido explotados como mercenarios pero la mayor parte de ellos ocupa empleos civiles que son indispensables para la misma nueva Libia”, destacó el vicario apostólico de Trípoli.

“Lo que es seguro es que estos episodios muestran que no hay una seguridad total en el país –dijo-. Las autoridades de transición han reafirmado ahora que su principal prioridad es la seguridad”.

“Ya veremos cómo se desarrolla este camino de reconciliación –concluyó-. Esperamos que todo sea para mejor”.

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Kenia: En marcha la causa de beatificación del cardenal Otunga
Una importante figura de la Iglesia del siglo XX en África
NAIROBI, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Ayer, con motivo del octavo aniversario del fallecimiento del cardenal Maurice Otunga, el actual arzobispo de Nairobi, cardenal John Njue, pidió a los católicos que recen por la causa de beatificación del purpurado, incoada en 2009.

El cardenal Njue pidió la colaboración de los fieles, en un momento delicado de la causa, pues el mes pasado falleció el postulador, padre Anthony Bellagamba, según recoge la agencia CISA.

Durante la misa de aniversario del fallecimiento del cardenal Otunga, celebrada en la basílica de la Sagrada Familia de Nairobi, el obispo de Kitui, monseñor Anthony Muheria, describió al purpurado como “un hombre de Dios, que vivió su vida sacerdotal con sencillez”.

El cardenal Maurice Otunga, primer cardenal keniata, nació en 1923, hijo del jefe de una tribu pagana, y fue bautizado en 1935. Pronto pidió entrar en el seminario, y tras concluir estudios en Roma, en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, fue ordenado sacerdote en 1950.

En 1956, el papa Pío XII le nombró obispo auxiliar de Kisumu, a la edad de 33 años, convirtiéndose en el obispo más joven de su tiempo. En 1960, Juan XXIII le nombró obispo de Kisii, y en 1969, Pablo VI le hizo arzobispo coadjutor de Nairobi. Fue obispo titular en 1971, hasta su dimisión por motivos de edad, en 1997.

Fue presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, y miembro de la Comisión permanente del SECAM (Asamblea de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar). En la curia romana, trabajó en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, y en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

En 1973, el mismo Pablo VI le creó cardenal, el primer keniata en la historia de la Iglesia en recibir esta distinción.

En 1994, el purpurado participó en la Asamblea del Sínodo de los Obispos para África, donde es recordada su intervención sobre la relación entre la evangelización y la justicia y la paz, temas que serían retomados en la segunda Asamblea del Sínodo, en octubre de 2009, ya en el pontificado de Benedicto XVI.

El cardenal Otunga fue un hombre sencillo y humilde, muy querido por su pueblo. Para su retiro eligió una casa para pobres administrada por las Hermanitas de los Pobres. Falleció el 6 de septiembre de 2003 (ver www.zenit.org/article-10001?l=spanish).

Según explicó su anterior postulador, el padre Bellagamba, a CISA: con motivo de la apertura de la causa de beatificación hace dos años, el cardenal Otunga era un hombre “de una vida de oración excepcional. Su gentileza, amabilidad, era muy atractiva. Siempre tenía tiempo para habar contigo. Era sencillo en el sentido de que no tenía doble intención. Lo que creía, lo que pensaba, lo decía”.

Más información: www.cardinalotunga.org/index.html

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Lourdes recibe al patriarca maronita de Antioquía
Hablará sobre la situación de las comunidades cristianas
LOURDES, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El patriarca maronita, Bechara Boutros Raï, de Antioquía y de todo Oriente, visitará el santuario mariano de Lourdes en la fiesta de la Natividad de la Virgen María que se celebra el 8 de septiembre.

El jueves el patriarca maronita será recibido en el aeropuerto por las autoridades civiles y religiosas y después viajará a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario. Allí presidirá la misa a las 11:15 de la mañana.

Por la tarde visitará el ayuntamiento de Lourdes, donde los cargos electos locales y parlamentarios le escucharán hablar sobre la situación del diálogo interreligioso que se vive en el Líbano.

Después de la visita a la iglesia del Sagrado Corazón, el patriarca concluirá el día participando el una procesión mariana con antorchas organizada por la comunidad libanesa local.

El patriarca abandonará Lourdes el viernes, después de visitar el Centro Hospitalario de Nuestra Señora del santuario, donde están ingresadas las personas más enfermas e incapacitadas.

Lourdes es un lugar de peregrinación especialmente querido por los cristianos de las iglesias orientales. En 2006, por ejemplo, el patriarca católico armenio de Cilicia visitó el lugar. También el pasado febrero un grupo de iraquíes, que habían sido heridos durante un ataque en la catedral de Bagdad, visitaron el santuario.

En mayo de 2008 se inauguró la Casa Beth Maryam, localizada cerca del santuario. La casa representa los profundos lazos espirituales que unen Lourdes con Oriente.

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Los obispos mexicanos expresan solidaridad a Monterrey
Tras la masacre de hace un mes en el Casino Royale
MONTERREY, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org - El Observador).- Desde el pasado lunes y hasta el 9 de septiembre próximo, los obispos de México se encuentran en la atribulada ciudad de Monterrey, Nuevo León, segunda en importancia en el país, para participar del encuentro anual de formación permanente y para llevar esperanza y solidaridad a la iglesia y fieles regiomontanos tras la tragedia acontecida hace un semanas en el Casino Royale, donde perdieron la vida 53 personas.

El arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera,, comentó en rueda de prensa que los obispos no quisieron suspender o posponer este encuentro en la ciudad capital neoleonesa.

"Los obispos tenemos programada esta semana de estudios como todos los años y no la hemos querido expresamente suspender o posponer como una señal de apoyo a la ciudad de Monterrey, al Estado de Nuevo León y en especial al señor cardenal Francisco Robles, en estos momentos en que han sufrido la violencia", dijo el cardenal Rivera Carrera.

El prelado mexicano admitió que los obispos mantienen la esperanza de que los niveles de violencia desciendan y no afecten tanto la vida cotidiana de los ciudadanos: "todos los obispos tenemos la esperanza que esto termine, de que la violencia vaya bajando hasta niveles humanamente aceptables y queremos llenar de esperanza a la gente de Monterrey, decirles que toda dificultad se puede vencer."

Por su parte, el editorial del periódico Desde la fe, órgano oficial del arzobispado de México indicó el pasado domingo que el negocio de los casinos ha redituado múltiples ganancias a unos cuantos, pero que ha abierto la cloaca sobre todo por los ilícitos que en ellos se cometen, especialmente el de lavado de dinero.

"Los obispos mexicanos se opusieron, hace más de seis años, al desarrollo de esos negocios porque no fomentan el crecimiento de valores y principios en la sociedad, sino vicios y distracciones nocivas. El juego en los lugares de apuestas se puede convertir en vicio y ruina de muchos, y en ocasión de acciones criminales para otros", subrayó el órgano informativo.

"Debemos reconocer los logros ante la tragedia sucedida en Monterrey al encontrar con rapidez algunos presuntos involucrados, casi todos, desafortunadamente, jóvenes desechables por el crimen organizado, pero de aquí surgen más preguntas que respuestas: ¿dónde están los verdaderos responsables?, ¿quiénes son y por qué protegen a los cabecillas?, ¿por qué siempre se habla de la incautación de armas y drogas y nunca de personas y dineros?", dijo en su parte medular el editorial del rotativo capitalino.

Y terminó preguntando: "¿Hasta cuando seguirá la capacidad económica de los delincuentes para corromper a cuantos quieran? El “lavado de dinero” es cada vez menos ocultable, ¿por qué entonces nunca escuchamos de la detención de alguien por este delito?"

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Análisis


Polonia no cambia la ley del aborto
El 18 de septiembre en Liechtenstein, referéndum para despenalizar el aborto
ROMA, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- En dos votaciones separadas la Cámara Baja del Parlamento de Polonia -el SEJM – decidió, el pasado miércoles 31 de agosto, mantener el “status quo” y no cambiar la ley sobre el aborto.

Introducida en 1993, es decir después de la caída del régimen comunista, la ley no penaliza la interrupción del aborto hasta la semana 12 de gestación, sólo cuando se dan tres condiciones “excepcionales”: cuando el feto presenta graves malformaciones, cuando la madre ha sido víctima de una violación o de un incesto o cuando la vida de la futura madre está en peligro.

Mientras que 78 diputados no estaban presentes en la cámara, el Sejm rechazó, con una diferencia muy pequeña de 191 votos contra 186 y 5 abstenciones, un histórico proyecto de ley para prohibir completamente el aborto en Polonia. A favor del proyecto de ley votaron en bloque los representantes del partido conservador Derecho y Justicia (PiS), actualmente en la oposición, además de todos los diputados del Partido Popular Polaco (PSL, conocido también como el Partido de los agricultores polacos, que forma parte de la coalición de gobierno liderada por el primer ministro Donald Tusk) y los liberal-conservadores del PjN (las siglas significan “Polonia es muy importante”).

El partido del primer ministro Tusk, la Plataforma Cívica (PO) ha sido el que ha defendido la actual legislación sobre el aborto. Aunque en el pasado la formación permitió el voto según la conciencia en las cuestiones ideológicas, esta vez ha impuesto una férrea disciplina de partido, obligando a sus diputados a votar contra la iniciativa pro vida.

Según el jefe del partido en el SEJM, el católico Tomasz Tomczykiewicz, la actual normativa es, de hecho, 'el mejor compromiso' (Die Tagespost, 2 de septiembre). Ya el pasado julio, el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, miembro de la Plataforma Cívica, declaró que no se puede “imponer el heroísmo” a las mujeres.

La propuesta de ley bloqueada por unos cinco votos era fruto de una iniciativa popular lanzada por el movimiento pro vida Fundacja PRO, que el pasado abril recogió en un tiempo récord (dos semanas, mientras que la ley prevé un periodo de tres meses) más de medio millón de firmas, es decir un número muy superior al mínimo exigido (100.000). Una moción presentada por la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD, ex comunistas) para bloquear el análisis del proyecto en el parlamento, fue rechazada el 1 de julio con 254 votos contra 151.

El proyecto de una prohibición total del aborto en Polonia tiene el pleno apoyo de los obispos. “La Iglesia enseña claramente que los católicos no están sólo obligados comprometerse sino a pedir la protección total de la vida”, declaró hace varios meses el cardenal arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz (Tempi.it, 2 de julio). La propuesta es por tanto una solución pedida por la Iglesia”, continuó el ex secretario personal del Papa Juan Pablo II.

“Se ha dicho claramente que la actual ley polaca en el tema de la protección de la vida no es perfecta, está enferma y ahora el Parlamento tendrá la opción de curarla”, afirmó a su vez el presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, monseñor Jozef Michalik (LifeSiteNews.com, 29 de junio). “¿Cómo se puede hablar de un buen compromiso, si se permite el asesinato en tres casos de niños que están por nacer?”, exclamó el arzobispo de Przemysl, que invitó a los diputados católicos que no estaban dispuestos a apoyar la modificación de la ley a confesarse y convertirse.

La velocidad con la que la iniciativa alcanzó el número de firmas refleja el creciente clima pro vida del país. Como recuerda la web LifeNews.com (24 de agosto), según un reciente sondeo: el 65% de los polacos sostiene que la ley “debe proteger incondicionalmente la vida de todos los niños desde la concepción”, un porcentaje que sube hasta el 76% en la franja de edad de 15 a 24 años. Sin embargo, casi el 57% de las personas entre 55 y 70 años considera apropiado una prohibición del aborto.

“Aunque la propuesta de penalizar completamente el aborto en Polonia contradice la opinión dominante del mundo occidental”, -el país tiene en este momento la presidencia de turno de la UE- “es plenamente compatible” con el derecho internacional y europeo. Así afirmó el director del Centro Europeo para el Derecho y la Justicia (ECLJ), Grégor Puppinck. Como explica en LifeNews.com (19 de julio), “no existe ningún 'derecho al aborto' ni ningún derecho que pueda incluir un 'derecho al aborto' en ningún instrumento vinculante a nivel internacional o europeo”.

En la sentencia en el caso A, B y C contra Irlanda, el mismo Tribunal Europeo de Derechos Humanos recordó en diciembre de 2010 que en el conocido artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos “no puede... ser interpretado para poder consagrar un derecho al aborto”. Además, el artículo 2 de la Convención obliga a los estados miembros a proteger la vida. Por este motivo, continúa diciendo Puppinck, “si Polonia elige una mayor protección del derecho a la vida con respecto al resto de los estados miembros, protegiendo la vida desde el momento de la concepción, es libre de hacerlo”.

El rechazo por tan estrecho margen de la propuesta de ley no desanima al movimiento para la defensa de la vida. “Este es sólo el comienzo de la implicación del pueblo polaco en la reconstrucción de esta cuestión moral fundamental para la vida pública”, dijo Mariusz
Dzierzawski, presidente del comité que organizó la recogida de firmas del pasado abril (The Christian Post, 2 de septiembre). “Una moral sana es el fundamento sólido de toda comunidad”, continuó. “Si se nos permite asesinar a los niños ¿qué nos impedirá asesinarnos mutuamente? Esta es la razón por la que decimos: no, no se puede matar a un niño. Un estado que lo permite no es un buen estado”.

También ha sido contundente Tomasz Terlikowski, que habló de un “éxito enorme” (LifeSiteNews.com, 2 de septiembre). “En el próximo parlamento propondremos de nuevo el diseño de ley que prohíbe todos los abortos”, anunció el periodista y activista pro vida, refiriéndose al hecho de que Polonia volverá a las urnas el próximo 9 de octubre para elegir un nuevo parlamento.

Con una mayoría aplastante, sin embargo (369 votos contra 31, y 2 abstenciones), el SEJM rechazó el pasado 31 de agosto otra propuesta de ley, cuyo texto realizado por ex comunistas del SLD tenía una clara intención pro abortista. El objetivo del proyecto era, de hecho, liberalizar la práctica a través del mecanismo conocido como “condiciones”, que permite el aborto libre y gratuito hasta la semana 12 de embarazo. El proyecto de ley preveía además, un refuerzo de la educación sexual en las escuelas, el reembolso de las compras de métodos anticonceptivos y la promoción de las técnicas de fecundación artificial.

Esta segunda propuesta contenía, por tanto, todo lo que reclamaban los movimientos pro derecho de la mujer que ya han anunciado una iniciativa popular a favor de una ley liberal sobre el aborto en Polonia. Según Gauri van Gulik, experta en derechos de la mujer de la conocida organización Human Rights Watch (HRW), “las leyes restrictivas de Polonia deberían ser liberalizadas, no hacerse más draconianas” (The Christian Post, 2 de septiembre).

Mientras tanto, en el pequeñísimo Liechtenstein, se realizará en menos de dos semanas, es decir el domingo 18 de septiembre, un referéndum popular para despenalizar el aborto durante las primeras semanas de gestación, una propuesta ya rechazada el pasado junio con una clara mayoría (18 votos contra 7) por el Parlamento o “Landtag” del Principado.
El príncipe regente Alois se declaró, el pasado 15 de agosto, contrario a la iniciativa “Hilfe statt Strafe” (Ayuda en vez de castigo), que quiere introducir la “Fristenregelung” o “solución de condiciones” en el Principado.

En su discurso pronunciado en Vaduz con ocasión de la fiesta nacional, el príncipe anunció que vetará la iniciativa “si el pueblo decidiese no rechazarla como ha hecho el Landtag” (Tagesanzeiger.ch, 16 de agosto). El príncipe de Liechtenstein, católico practicante, razonó su decisión por “la cuestión del aborto de los niños discapacitados”. La propuesta prevé, de hecho, el aborto tardío -es decir hasta el último momento- de fetos con una discapacidad física o mental.

La postura del príncipe ha sido criticada por el Movimiento democrático (Verein Demokratiebewegung). Según el presidente de la asociación, Jochen Hadermann, en Liechtenstein el pueblo no tiene la última palabra sino la penúltima, “cosas del siglo pasado”, añadió.

Para el jefe de gobierno de Liechtenstein, Klaus Tschütscher, la declaración del príncipe no supone ninguna novedad. “El príncipe ha dicho su opinión, que no es sorprendente. Más aún es coherente, ya que en el pasado había expresado la misma opinión en diversas ocasiones”, dijo al periódico local Volksblatt Online (15 de agosto).

Por Paul De Maeyer. Traducción del italiano por Carmen Álvarez

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Audiencia del miércoles


Benedicto XVI: Dios está siempre cerca
Hoy en la Audiencia General
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 7 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- A continuación les ofrecemos la catequesis que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro para la Audiencia General de los miércoles. Dicha catequesis continúa el ciclo sobre la oración.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas,

retomamos hoy las Audiencias en la Plaza de San Pedro y la “escuela de oración” que estamos viviendo juntos en estas catequesis de los miércoles; quisiera comenzar meditando sobre algunos Salmos que, como decía el pasado junio, forman el “libro de oración” por excelencia. El primer Salmo sobre el que me detengo, es un Salmo de lamento y de súplica imbuido de una profunda confianza, en el que la certeza de la presencia de Dios es el fundamento de la oración que se produce en una condición de extrema dificultad del orante. Se trata del Salmo 3, que la tradición judía atribuye a David en el momento en que este huye de Absalón (cfr. v.1). Es uno de los episodios más dramáticos y sufrientes de la vida del rey, cuando su propio hijo usurpa el trono real y lo obliga a abandonar Jerusalén para salvar la vida (cfr. 2ª Sam, 15 ss). La situación de angustia y de peligro experimentada por David es el telón de fondo de esta oración y ayuda a su comprensión, presentándose como la situación típica en el que un Salmo se recita. En el grito del Salmista todo hombre puede reconocer estos sentimientos de dolor, de amargura, a la vez que de confianza en Dios que, según la narración bíblica, acompañó a David en su huida de la ciudad.
El Salmo inicia con una invocación al Señor:

“ Señor, ¡qué numerosos son mis adversarios, cuántos los que se levantan contra mí! ¡Cuántos son los que dicen de mí: 'Dios ya no quiere salvarlo'!(v. 2-3).

La descripción que hace el salmista de su situación está marcada, por tanto, de tonos fuertemente dramáticos. Tres veces afirma la idea de la multitud -“numerosos”, “cuántos”, “cuántos”- que en el texto original se realiza con la misma raíz hebrea, para destacar más aún la enormidad del peligro, de modo repetitivo, casi machaconamente. Esta insistencia en el número y grandeza de los enemigos sirve para expresar la percepción, por parte del Salmista, de la desproporción total existente entre él y sus perseguidores, una desproporción que justifica y razona la urgencia de su petición de ayuda: los opresores son muchos, tienen el control de la situación, mientras que el orante está solo e indefenso, a merced de sus agresores. Y la primera palabra que el Salmista pronuncia es “Señor”; su grito comienza con la invocación a Dios. Una multitud surge y se levanta contra él, provocándole un miedo que aumenta la amenaza haciéndola parecer todavía más grande y terrible; pero el Salmista no se deja vencer por esta visión de muerte, sino que mantiene firme su relación con el Dios de la vida y es a Él a quien se dirige, en primer lugar, buscando ayuda. Sin embargo, los enemigos intentan también destruir este vínculo con Dios y socavar la fe de su víctima. Estos insinúan que el Señor no puede intervenir, afirman que ni Dios puede salvarlo. La agresión, por tanto, no es sólo física, sino que afecta además a la dimensión espiritual: “Dios ya no quiere salvarlo” -dicen-, agrediendo el núcleo central del alma del Salmista. Es la última tentación que sufre el creyente, la tentación de perder la fe, la confianza en la cercanía de Dios. El justo supera la última prueba, permanece firme en la fe, en la certeza de la verdad y en la confianza plena en Dios. Así encuentra la vida y la verdad.

Me parece que el Salmo nos afecta personalmente: son muchos los problemas en los que sentimos la tentación de que Dios no me salva, no me conoce, quizás no tiene la posibilidad; la tentación contra la fe es la última agresión del enemigo, y debemos resistirla porque así nos encontramos con Dios y encontramos la vida.

El Salmista de nuestro Salmo está llamado, por tanto, a responder con la fe a los ataques de los impíos: los enemigos -como he dicho- niegan que Dios pueda ayudarlo, él, sin embargo, Le invoca, Le llama por su nombre, “Señor”, y después se dirige a ÉL con un “tú” enfático, que expresa una relación firme, sólida y recoge en sí la certeza de la respuesta divina: “Pero Tú eres mi escudo protector y mi gloria, tú mantienes erguida mi cabeza. Invoco al Señor en alta voz, y él me responde desde su santa Montaña” (v. 4-5).
La visión de los enemigos desaparece ahora, no han vencido porque quien cree en Dios está seguro que Dios es su amigo: queda sólo el “Tú” de Dios; a los “muchos” se contrapone uno sólo, pero que es mucho más grande y potente que muchos adversarios. El Señor es ayuda, defensa, salvación; como escudo protege a quien confía en Él, haciéndole levantar la cabeza con gesto de triunfo y de victoria. El hombre ya no está solo, lo enemigos ya no son tan imbatibles como parecían, porque el Señor escucha el grito del oprimido y responde desde el lugar de su presencia, desde su monte santo. El hombre grita en la angustia, en el peligro, en el dolor; el hombre pide ayuda y Dios responde. Este entrelazarse el grito humano y la respuesta divina es la dialéctica de la oración y la clave de la lectura de toda la historia de salvación. El grito expresa la necesidad de ayuda e interpela a la fidelidad del otro; gritar quiere decir hacer un gesto de fe a la cercanía y disponibilidad del Dios que escucha. La oración expresa la certeza de una presencia divina ya experimentada y creída, que se manifiesta plenamente en la respuesta salvífica de Dios. Esto es importante: que en nuestra oración esté presente la certeza de la presencia de Dios. Así el Salmista, que se siente asediado por la muerte, confiesa su fe en el Dios de la vida que, como escudo, lo rodea de una protección invulnerable; quien pensaba estar perdido puede levantar la cabeza porque el Señor lo salva; el orante, amenazado y humillado, está en la gloria porque Dios es su gloria.

La respuesta divina que acoge la oración da al Salmista una seguridad total; termina también el miedo y el grito se aquieta en la paz, en una profunda tranquilidad interior: “Yo me acuesto y me duermo, y me despierto tranquilo porque el Señor me sostiene. No temo a la multitud innumerable, apostada contra mí por todas partes” (v. 6-7).

El orante, incluso en medio del peligro y de la batalla, puede dormir tranquilo en una actitud inequívoca de abandono confiado. A su alrededor los adversarios acampan, lo asedian, son muchos, se yerguen contra él, se burlan y tratan de derribarlo, pero él, sin embargo, se acuesta y duerme tranquilo y sereno, seguro de la presencia de Dios. Y al despertar, encuentra a Dios a su lado, que como guardián no duerme (cfr Sal 121,3-4), que lo sostiene, le sujeta la mano, no lo abandona nunca. El miedo a la muerte es vencido por la presencia de Aquel que no muere. Es justo la noche, poblada de miedos ancestrales, la noche dolorosa de la soledad y de la espera angustiosa, que se transforma: Lo que evoca a la muerte se convierte en presencia del Eterno.

A la visión del asalto enemigo, enorme, imponente se contrapone la invisible presencia de Dios, con toda su invencible potencia. Y es a Él al que, de nuevo, el Salmista, después de sus frases de confianza, dirige su oración: “¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, Dios mío!”(v. 8a). Los agresores “se levantaban” contra su víctima, pero el que, sin embargo, “se levantará” es el Señor y lo hará para destruirlos. Dios lo salvará respondiendo a su grito. Por esto el Salmo se cierra con la visión de la liberación del peligro que mata y de la tentación que puede hacernos perecer. Después de la petición dirigida al Señor para que se levante y nos salve, el orante describe la victoria divina: los enemigos, que con su injusta y cruel opresión, son símbolo de todo lo que se opone a Dios y a su plan de salvación, son derrotados. Golpeados en la boca, no podrán agredir más con su violencia destructiva y no podrán insinuar el mal de la duda sobre la presencia y acción de Dios: su hablar insensato y blasfemo es desmentido finalmente y reducido al silencio por la intervención salvífica de Dios (cfr v. 8bc). Así el Salmista puede concluir su oración con una frase con las connotaciones litúrgicas que celebra, en la gratitud y alabanza, al Dios de la vida: “¡En ti, Señor, está la salvación,y tu bendición sobre tu pueblo!” (v.9).

Queridos hermanos y hermanas, el Salmo 3 nos presenta una súplica llena de confianza y consuelo. Rezando este Salmo podemos hacer nuestros los sentimientos del Salmista, figura del justo perseguido que en Jesús encuentra su cumplimiento. En el dolor, en el peligro, en la amargura de la incomprensión y de la ofensa, las palabras del Salmo abren nuestro corazón a la certeza consoladora de la fe. Dios está siempre cerca -también en las dificultades, en los problemas, en las tinieblas de la vida- escucha, responde y salva a su modo. Pero es necesario saber reconocer su presencia y aceptar sus caminos, como David huyendo humillado de su hijo Absalón, como el justo perseguido del Libro de la Sabiduría, como el Señor Jesús en el Gólgota. Y cuando, a los ojos de los impíos, Dios parece no intervenir y el Hijo muere, entonces es cuando se manifiesta a todos los creyentes la verdadera gloria y el cumplimiento definitivo de la salvación. Que el Señor no dé fe, nos ayude en nuestra debilidad y nos haga capaces de creer y de rezar en toda angustia, en las noches dolorosas de la duda y en los largos días de dolor, abandonándonos con confianza a Él, que es nuestro “escudo” y nuestra “gloria”. Gracias.

[En español dijo:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la parroquia de San Francisco Javier, de Oviedo; a la Coral Médica Pedro Pérez Velásquez y al Coro Juvenil Cultural, de la Universidad Central de Venezuela; a la Orquesta Sinfónica Juvenil "Batuta", de Bogotá, así como a los demás grupos provenientes de España, Costa Rica, El Salvador, Venezuela, Argentina, México y otros países Latinoamericanos. Invito a todos a vivir, ante cualquier adversidad, una absoluta confianza en Dios de quien procede toda bendición. Muchas gracias.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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