24.11.11

¿Es la organización de los Testigos de Jehová una secta? (3)

A las 3:08 AM, por José Miguel Arráiz
Categorías : Sectas, Testigos de Jehová
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Parte III – Instrumentalización del adepto

Otra de las características de las sectas que mencionábamos al comienzo es la instrumentación de los adeptos para fines propios de la secta. También decíamos que sus actividades primordiales eran el proselitismo (conseguir nuevos adeptos) y la recolección de dinero. En caso de las sectas multinacionales, el dinero es enviado en buena parte a las centrales de cada grupo. ¿Ocurre esto en la organización de los testigos de Jehová? Para responder esta pregunta hay que conocer un poco la estructura de la organización.

 

La organización

La sede de la organización de los testigos de Jehová está ubicada en Brooklyn, Nueva York, en la cual se producen centenares de miles de libros, revistas, folletos, tarjetas postales, cuadros con temas religiosos, calendarios, casetes, videocintas y muchos otros productos. Cuenta con sus propias fábricas que consisten en almacenes para el papel, un taller de maquinaria, una carpintería, taller de encuadernación, lavandería, etc. En otras partes del mismo Nueva York cuenta con una combinación de fábricas y granjas donde produce la comida de todos los trabajadores[1].

Estamos hablando de la organización editorial más grande del mundo. Para que tenga una idea, la revista de publicación quincenal La Atalaya, se publica simultáneamente en 194 idiomas, con una tirada aproximada de 42 millones de ejemplares, posicionándose como la revista más leída del mundo, mientras que la revista Despertad, también producida por ellos, tiene una tirada promedio de 41 millones.

Trabajo voluntario

Toda la producción de la organización de los testigos de Jehová es sostenida por voluntarios, que trabajan en la edición, preparación, impresión y distribución de las publicaciones, del mismo modo que las fábricas, granjas, toda la maquinaria y personas que trabajan en la propia sede de la organización.

No reciben remuneración alguna, cobran una propina mensual insuficiente para cubrir sus gastos, pero como tienen la alimentación cubierta pueden subsistir modestamente. Tampoco cuentan con seguro de vejez o primas sociales, solo un seguro de enfermedad, porque como piensan que el final del mundo está cerca no hace falta gastar dinero en seguros[2]

Todas estas personas hacen un trabajo incansable y desinteresado para llevar adelante la obra de la organización, nada podríamos decir de ellas porque les mueve una intención altruista, predicando lo que ellos consideran que es la Palabra de Dios.

Los salones del reino

Los salones del reino pueden ser alquilados (alquiler que sufragan los adeptos) o comprados, en cuyo caso el costo también es sufragado por los adeptos. En caso de no tener suficiente dinero para comprarlo, la organización les presta el dinero cobrando intereses, y luego de la compra es registrado como propiedad de la organización, aunque las cuotas pendientes del crédito la continúan pagando los adeptos. Al final, por cada nuevo Salón del Reino la organización queda con un nuevo inmueble, el retorno del dinero que prestó y los intereses del mismo.

Los salones del Reino también pueden ser asegurados, por seguros que les ofrece la propia organización y que pagan los adeptos.

Instrumentalización

Es de esta manera en que la organización instrumentaliza sus adeptos para sus propios fines: la distribución de sus publicaciones. Demás está decir que los costos de producción y distribución de sus productos son muy bajos, teniendo en cuenta que los trabajadores son voluntarios, no pagan derechos de autor, y ni siquiera tienen los costes relativos al área de ventas, ya que son los propios adeptos con su predicación de casa en casa los que hacen de vendedores.

Adicionalmente a esto, a principio de los años noventa cambiaron el sistema de distribución de su literatura a uno basado en donaciones. Dejaron de colocar el precio de venta a sus revistas La Atalaya y ¡Despertad!, y en vez de eso sugerían a los las personas hacer una donación, la cual terminaba siendo similar o superior al dinero producto de la antigua venta, mientras se beneficiaban de las legislaciones de la mayoría de los países, que no gravan impuesto por donaciones.

No es de extrañar que se presione tanto a los adeptos para que dediquen un mínimo de horas mensuales en la predicación de casa en casa. Los precursores especiales deben alcanzar 130 horas al mes, los precursores regulares, 70; los precursores auxiliares, 50; y la persona que por alguna razón no pueda alcanzar las horas mensuales, debe por lo menos alcanzar la media nacional, que en el 2003 era de 10 horas.[3]

Los testigos de Jehová, al igual que otros protestantes, dicen regirse solo por la Biblia, sin embargo, no deja de ser curioso cómo estén completamente dependientes de estas publicaciones que consideran la “provisión de Jehová”, y “alimento espiritual”. Tomando en cuenta que las revistas La Atalaya y ¡Despertad! son de publicación quincenal, y La Atalaya es de estudio obligatorio en sus reuniones, no es difícil entender como los propios testigos de Jehová se terminan convirtiendo en los mejores clientes. Por cada libro, revista o folleto impreso la organización sabe que tiene asegurada la venta de por lo menos 8 millones de unidades.

Fin inminente – Factor motivante

Por supuesto, toda esta maquinaria no se mueve, sino es por el trabajo de todos estos voluntarios abnegados, a los cuales la sociedad como toda organización de corte sectario necesita tenerlos trabajando sin descanso, dejando todo en segundo plano. La pieza clave que la Watch Tower ha utilizado para lograr esto, es anunciar repetidamente la inminente venida de Cristo y fin del presente “inicuo sistema de cosas”. Lo han hecho para 1914, 1918, 1925, 1941 y 1975. Incluso luego de que todas sus profecías fallaran siguieron insistiendo en que en 1914 si ocurrió la venida de Cristo pero de manera “invisible”, y que hay personas de la generación del año 1914 que nunca morirán. Para más detalles respecto a esto puede consultar el artículo: Los testigos de Jehová y 1914

Consecuencias desastrosas en
la vida de las personas


No hace falta decir que pensar en tener el fin del mundo próximo, puede alterar severamente la conducta de las personas[4]. Aunque la organización actualmente no pone fecha fija del fin, dudar que el fin del mundo está cerca es un claro síntoma de apostasía:

“Algunos que sirvieron en el pasado como testigos de Jehová han rechazado diversos puntos de vista bíblicos que se basan en las enseñanzas de Jesucristo y sus apóstoles. Por ejemplo, insisten en que no estamos viviendo en los “últimos días”, a pesar de la gran cantidad de pruebas que hay de que sí estamos viviendo en ellos (2 Timoteo 3:1-5). Estos apóstatas ‘han salido de entre nosotros porque no son de nuestra clase’ (1 Juan 2:18, 19). … dichos herejes egoístas no tienen “participación” con el Padre ni con el Hijo, prescindiendo de cuánto se jacten de tener una relación íntima con Dios y Cristo. Más bien, están en la oscuridad espiritual (1 Juan 1:3, 6)”[5]

Algunos ejemplos de estas consecuencias:

A venderlo todo

 

Se oyen informes de hermanos que están vendiendo sus hogares y propiedad y que están haciendo planes para completar lo que queda de estos días de este viejo sistema en el servicio de precursor. Ciertamente ésta es una forma excelente de usar el poco tiempo que queda antes del fin de este mundo inicuo..”[6]

.
.

A aplazar el matrimonio

Es mejor que aplacemos nuestro matrimonio hasta que haya llegado la paz eterna sobre la tierra. Ahora no debemos ampliar nuestra carga, tenemos que estar libres para el Señor”[7]

A aplazar el tener hijos

“El tener hijos hoy día…

Ahora, más que nunca, “el tiempo que queda está reducido”. Sí, es limitado el tiempo que queda para que el pueblo de Jehová termine la obra que él le ha encomendado, a saber: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. (Mateo 24:14.) Esa obra tiene que efectuarse antes de que venga el fin. Por eso es apropiado que los cristianos se pregunten qué efecto tendrá en su participación en esa obra vital el que ellos se casen o, si están casados, el que tengan hijos”
[8]

El fin está cerca… Universidad ¿para qué?

Recomendaban a los padres orientar a sus hijos hacia oficios como plomería o fontanería y evitar carreras largas como medicina o ingeniería, de manera que pudieran sostenerse y así dedicar más tiempo a la “predicación”:

Si tu lector, eres una persona joven, debes enfrentarte al hecho de que nunca envejecerás, en este presente sistema de cosas ¿Por qué no? Porque toda la evidencia en cumplimiento de las profecías bíblicas indica que este sistema corrompido habrá de terminar en unos cuantos años.”…Por lo tanto, como persona joven, nunca realizarás alguna carrera que ofrezca este sistema. Si estás en la secundaria y piensas en una educación universitaria, esto significa por lo menos cuatro, quizá hasta seis u ocho años más para que obtengas tu título de una carrera especializada. Pero, ¿Dónde estará este sistema de cosas para ese tiempo?. Estará bien avanzado hacia su fin, ¡si es que no habrá desaparecido en realidad!.

Es por eso que a los padres que basan su vida en la Palabra profética de Dios les es mucho más práctico dirigir a sus jóvenes a oficios que no requieran tan largos períodos de educación adicional. Y los oficios como carpintería, plomería y otros, no solo serán útiles ahora, sino quizá aun más en la obra de reconstrucción que se efectuará en el nuevo orden de Dios.

Con tales oficios prácticos, muchos jóvenes han podido sostenerse trabajando parte de su tiempo. Esto les permite emplear mucho más de su tiempo ayudando a las personas que muestran interés a aprender los requisitos de Dios para la vida estudiando la Biblia con ellas”
[9]

Los deportes restan tiempo a la predicación

Si bien los testigos de Jehová reconocen que en moderación los deportes pueden ser de algún provecho[10], por lo general desaniman a sus adeptos a practicarlos, primero porque tendrán que relacionarse con personas no testigos de Jehová a las que consideran “malas compañías que echan a perder los hábitos útiles[11], y segundo porque reconocen que restaría tiempo que quisieran que los adeptos dedicaran a la organización:

“Por eso, ustedes los que son jóvenes cristianos, dejen que sus condiscípulos los escarnezcan, que se mofen de ustedes o los pasen por alto porque ustedes han optado por ser diferentes, porque a ustedes ni les interesan ni tienen tiempo para las asociaciones que se incluyen en las actividades de después de las clases como deportes, fiestas y excursiones. ¡A ustedes simplemente no les conviene envolverse en esas cosas! ¡Ustedes tienen metas mucho más sabias que ellos! Comiencen a trabajar hacia ellas ahora por estudio personal, asistencia a las reuniones y el ministerio del campo. ¡Participen en la actividad de precursores de vacaciones! Será una salvaguarda para ustedes así como una fuente de muchas y grandes bendiciones”[12]

“Está claro que, para un cristiano, ser un deportista no debe ser su meta en la vida”[13]

Es obvio que muchas de estas posturas de los testigos de Jehová han caído por su propio peso. Ya no impulsan a sus jóvenes a declinar profesiones largas por oficios como la plomería o fontanería, al no tener actualmente una fecha tentativa para el fin del mundo, no les recomiendan vender sus propiedades, sin embargo el núcleo central de la doctrina escatológica sigue allí, y sigue siendo utilizado por la organización para instrumentalizar a sus adeptos.

En la primera entrega de esta serie decía que una de las características de las sectas destructivas era que bajo coacción psicológica obtienen el patrimonio personal de los adeptos. Esto no es distinto a lo que ha hecho la organización de los testigos de Jehová al mantener su maquinaria a costa de voluntarios, a motivarlos a vender sus propiedades, aplazar su matrimonio, sus hijos, sus estudios universitarios, sus actividades deportivas, abandonar sus antiguos amigos, preferir trabajos de medio tiempo, todo con la excusa de que el fin del mundo inminente.

No han sido pocos los voluntarios que han durado toda una vida trabajando para la organización, y luego de haber sido considerados apóstatas, han sido echados a la calle sin jubilación ni pensión, y teniendo que enfrentar el desprecio de sus amigos de toda su vida, que ahora ni siquiera pueden dirigirle la palabra.

Estas son obvias características sectarias de esta organización que se vale de la buena intención de sus adeptos y los utiliza para sus propios fines. Si esto no es una secta, la verdad no se que lo es.

NOTAS

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[1] Robin Ruiter, El poder oculto de los testigos de Jehová, Ediciones Paulinas S.A., México 2000, pág. 8

[2] Ibíd.

[3] Alfredo Raúl Fermín, Los testigos de Jehová, Ediciones Trípode, Caracas 2010, Pág. 29

[4] Un caso reciente: Harold Camping y su campaña mundial para anunciar el fin del mundo a costa de los adeptos. Terminó retirado luego del fiasco pero se quedó con donaciones por un aproximado de 80 millones de dólares.

[5] La Atalaya, 1 de Octubre de 1983, pág. 20-25

[6] Esto apareció en inglés en Our Kingdom Ministry (Nuestro Ministerio del Reino) en el número de mayo de 1974

[7] Hijos, página 346, 1941

[8] La Atalaya, 1 de marzo de 1988

[9] Despertad, 29 de Agosto de 1969, pág. 15

[10] Despertad, 22 de Marzo de 1970, pág. 3-5

[11] Despertad, 22 de Agosto de 1991, pág. 5-9

[12] La Atalaya, 1 de Enero de 1971, pág. 15-21

[13] Despertad, 22 de Agosto de 1991, pág. 5-9