Los restos mortales del cardenal valenciano Ricard María Carles, arzobispo emérito de Barcelona fallecido ayer a los 87 años, recibirán sepultura en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, de Valencia, tal y como era su deseo expresado en varias ocasiones.
Su tumba quedará situada en la nave central, cerca del altar, al lado derecho de la única sepultura existente en la Basílica, la del también cardenal valenciano Juan Bautista Benlloch, que fue arzobispo de Burgos desde 1919 a 1926, han precisado las mismas fuentes. El sepulcro en el que reposarán los restos del purpurado se encuentra excavado ya desde hace seis años, por encargo del cardenal Carles que costeó las obras.
El arzobispo de Valencia, Mons. Carlos Osoro, consideró ayer que “tiene una gran lógica” la decisión del cardenal Carles de recibir sepultura en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, “por que se sintió acompañado por la Mare de Déu dels Desamparats toda su vida, a Ella le confió su ministerio episcopal y le visitó en innumerables ocasiones”.
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