Puente patera... de ida

 

Sí, sí, ustedes ríanse lo que quieran, pero aquí poco a poco quien va tomando mando en plaza es el islam. Ná, cosas sin importancia las que vienen sucediendo por el mundo. Que si unos cientos o miles de cristianos masacrados por su fe, que si apenas quedan cristianos en Siria o Irak, ciudades patrimonio de la humanidad destruidas, museos destrozados. Ná. Cosas sin mayor trascendencia.

La yihad aumenta y no vean cómo. Incluso en España se están produciendo detenciones y lo más serio es que ya son de cristianos convertidos al islam. Los últimos, en Cataluña, tenían cono objetivos cosas tan sencillas como el Parlamento catalán o la Plaza de España de Barcelona.

El islam poco a poco va tomando fuerza y reivindica sus derechos. A ver a quién se le ocurre poner en el menú escolar una chuleta de cerdo a un niño musulmán. Eso sí, como sugieran evitar la carne los viernes de cuaresma serán acusados de fundamentalistas y toca narices. Evidentemente no es lo mismo.

Los islamistas españoles, evidentemente no todos, pero sí algunos de sus dirigentes, se han dado cuenta de que somos una nación débil que les pone en bandeja todos sus derechos mientras que no nos atrevemos a exigir sus obligaciones ni siquiera a negociar con sus países de origen otros derechos elementales de los cristianos. Es decir, aquí abren todas las mezquitas y lugares de culto que quieren mientras que en sus países se hace imposible en la práctica abrir una iglesia católica.

En España jamás se ha discriminado a nadie por su religión a la hora de una ayuda social, en Cáritas me refiero, cosa que no sucede al contrario. Por ejemplo, ya está pasando que mientras que a Cáritas de las parroquias acuden tanto cristianos como musulmanes, cuando en una mezquita se reparten alimentos, solo se entregan a musulmanes. Más aun, hace no mucho, ante una señora marroquí que nos montó un número en el economato, cuando le dijimos que si no estaba conforme con el trato se fuera a por ayuda a la mezquita, nos montó un número porque ellos tienen sus derechos.  

Para acabar la guasa, y digo guasa porque más me vale, hace unos días leíamos cómo el imán británico de origen iraní, Anjem Choudary, una de las voces autorizadas y más influyentes en Europa  de la comunidad musulmana, ponía el grito en el Cielo por lo que considera “una ofensa” y “un menosprecio” a la religión del profeta: los fastos y procesiones de Semana Santa en nuestro país. Pues nada, adelante y viva la alianza de las civilizaciones.

A mí no me interesa nada aliarme con la yihad, con el imán Anjem Choudary, los asesinos de cristianos de Irak y Siria o los destructores de Mosul. Así de claro.

¿Soluciones? Pues desgraciadamente o se vienen a razones o acabaremos a leches, porque una cosa es agredir, y otra no defenderte. Y desde luego los hermanos musulmanes que vengan a España bien venidos pero ya saben a dónde vienen. Y si no les gusta la Semana Santa o la forma que tenemos de vivir, salir, entrar, comer y lucir palmito, lo tienen fácil: regresar en la patera de las cinco. Que más que patera habrá que poner a su disposición un puente patera marítimo aunque solo de ida.