Libro: Mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús
Título: Mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús
Autor: Eleuterio Fernández Guzmán
Editorial: Lulu
Páginas: 64
Precio aprox.: 6 € papel – 1 € Libro electrónico
ISBN Papel: 5880010925014
ISBN eBook: 978-1-326-22087-7
Año edición: 2015
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Mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús – Eleuterio Fernández Guzmán
(de la “Introducción“)
Al respecto del significado que tiene el culto al Sagrado Corazón de Jesús, la Carta Encíclica “Haurietis aquas” (citada arriba) nos dice, en su número 15, lo siguiente cuando se refiere al “Símbolo del triple amor de Cristo”
“Luego, con toda razón, es considerado el corazón del Verbo Encarnado como signo y principal símbolo del triple amor con que el Divino Redentor ama continuamente al Eterno Padre y a todos los hombres. Es, ante todo, símbolo del divino amor que en El es común con el Padre y el Espíritu Santo, y que sólo en El, como Verbo Encarnado, se manifiesta por medio del caduco y frágil velo del cuerpo humano, ya que en ‘El habita toda la plenitud de la Divinidad corporalmente'’. .
Además, el Corazón de Cristo es símbolo de la ardentísima caridad que, infundida en su alma, constituye la preciosa dote de su voluntad humana y cuyos actos son dirigidos e iluminados por una doble y perfectísima ciencia, la beatífica y la infusa.
Finalmente, y esto en modo más natural y directo, el Corazón de Jesús es símbolo de su amor sensible, pues el Cuerpo de Jesucristo, plasmado en el seno castísimo de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, supera en perfección, y, por ende, en capacidad perceptiva a todos los demás cuerpos humanos”.
Por otra parte, podría pensarse que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es algo pasado de moda, propio de tiempos pasados y que hoy día, en el siglo en el que estamos, poca importancia tiene para un cristiano actual.
Sin embargo, el Papa, ya santo, Juan Pablo II, en una misiva entregada al entonces Prepósito General de la Compañía de Jesús. P. Kolvenbach, un 5 de octubre de 1986 y en Capilla de San Claudio (en Paray-le-Monial), animaba a los discípulos de San Ignacio de Loyola a impulsar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús:
“Sé con cuánta generosidad la Compañía de Jesús ha acogido esta admirable misión y con cuánto ardor ha buscado cumplirla lo mejor posible en el curso de estos tres últimos siglos: ahora bien, yo deseo, en esta ocasión solemne, exhortar a todos los miembros de la Compañía a que promuevan con mayor celo aún esta devoción que corresponde más que nunca a las esperanzas de nuestro tiempo“.Es, pues, actual el culto del que hablamos. Lo es de tal modo que, además de las aquí traídas cartas encíclicas de Pío Xi y Pío XII, también otros Pontífices dedicaron su pensamiento a dar la merecida importancia que tiene este culto.
Así, por ejemplo, León XII nos dejó “Annum Sacrum” y “Tametsi futura"; o “Quias primas”, de Pío XI (además de la citada arriba); también “Summi Pontificatus", de Pío XII (además de la citada arriba).
No podemos olvidar que también el Beato Pablo VI dedicó una “Carta apostólica a los patriarcas, primados, arzobispos, obispos del mundo católico entero, en el segundo centenario de la institución de la fiesta litúrgica en honor del Santísimo Corazón de Jesús” (6 de febrero de 1965) con el título “Investigabiles Divitias Christi” en la que decía, por ejemplo, esto:
“Deseamos que a todas las categorías de los fieles sean explicadas en el modo más adaptado los profundos y misteriosos fundamentos doctrinales que ilustran los infinitos tesoros de la caridad del Sagrado Corazón; que se les indique los elementos particulares sagrados que cada vez más forman parte de la devoción de este culto, dignas de la más alta consideración con el fin de obtener que todos los cristianos, animados y con una nueva disposición espiritual, ofrezcan el debido honor a aquel Corazón divino, reparen los innumerables pecados con testimonios de un entrega cada vez más fervorosa, y conformen la vida entera a los preceptos de la verdadera caridad que es el cumplimiento de la ley (cf. Rom 13.10)”.
Es bien cierto, por otra parte, que el culto al Sagrado Corazón de Jesús ha de ser muy bien considerado por Dios. El Creador no puede tener sino por práctica buena y benéfica para el alma del practicante y devoto que se tenga en cuenta el corazón de Quien dio su vida por todo hombre. Por eso prometió Cristo a Santa Margarita María de Alacoque que quien nueve meses antes del mes de celebración del dedicado a su Sagrado Corazón (junio) comulgara los primeros viernes de mes le sería concedido lo siguiente:
“1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a Dios).2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.”
Y es que tener en cuenta el Corazón de Cristo y su Sagrada naturaleza ha de ser considerado en todo tiempo y lugar por todo aquel que se reconoce hermano de Quien todo lo dio para la salvación de la humanidad.
Les ponemos, aunque sea algo extenso, el Índice del libro:
Introducción
- Apunte biográfico de Santa Margarita
María de Alacoque.
- Cristo y Santa Margarita María de Alacoque.
- Significado del culto al Sagrado Corazón de Jesús.
Oraciones de comienzo para cada día
1. LA CRUZ
Día 1
Día 2
Día 3
Día 4
Día 5
Día 6
Día 7
Día 8
Día 9
Día 10
2. LA LANZADA
Día 11
Día 12
Día 13
Día 14
Día 15
Día 16
Día 17
Día 18
Día 19
Día 20
3. LA ESPINA
Día 21
Día 22
Día 23
Día 24
Día 25
Día 26
Día 27
Día 28
Día 29
Día 30
CONSAGRACIÓN Y ORACIONES
1. Consagración al Sagrado Corazón de Jesús. San Claudio
de la Colombière.
2. Consagración al Sagrado Corazón. Santa Margarita María
de Alacoque.
3. Consagración de la familia al Sagrado Corazón de Jesús.
4. Oración consagratoria.
5. Letanías del Sagrado Corazón de Jesús.6. Acto de contrición.
7. Acordaos.
8. Acto de desagravio. Pío XI.
9. Acto de confianza en el Corazón de Jesús.
10. Oración de salutación. San Juan Eudes.
11. Oración ante una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
12. Acto para desagraviar y congraciarse al
Sagrado Corazón de Jesús.
13. Invocaciones.
14. Oración para ofrecer la comunión de los primeros viernes.
15. Oración por los sacerdotes.
16. Oración al Sagrado Corazón de Jesús recitada a diario
por San Pío de Pietrelcina.
17. Oración al Sagrado Corazón de Jesús. P. León Dehón
18. Unión con el Sagrado Corazón de Jesús.
19. De los siete dolores del corazón de Jesús: Primer Dolor.
20. Oración al acostarse.
21. Ejercicio Piadoso en Honor del Sagrado Corazón de Jesús.
22. Breve mes de junio.
23. Ofrecimiento al Sagrado Corazón de Jesús
24. Oración. Santa Margarita María de Alacoque.
25. Sacratísimo Corazón de Jesús. Beato John Henry Newman.
26. Oración de inicio de la Novena de confianza
al Sagrado Corazón de Jesús.
27. Oración por los agonizantes.
28. Oración en reparación a los ultrajes al
Sagrado Corazón de Jesús
29. Oración para amar lo celestial.
30. Invocaciones. Santa Margarita María de Alacoque
Por otra parte, en cuanto a la estructura del libro, cada día sigue el mismo esquema que comprende: una “oración inicial”, una “cita”, de un autor espiritual, referida al Sagrado Corazón de Jesús y una “reflexión” sobre aquello que refiere la oración inicial. No pueden faltar unas “proposiciones” que, a diario, nos hagan incidir en el culto al Sagrado Corazón de Jesús, una “oración final” y, por fin, una “jaculatoria” que podemos repetir durante el día para traer a nuestro corazón y a nuestra vida ordinaria la realidad espiritual de la que hablamos.
Previamente se han puesto unas sencillas oraciones para cada día en cuanto a una “oración preparatoria”, un “acto de contrición” y una “consagración diaria” al Sagrado Corazón de Jesús con el que iniciar lo que corresponda a cada uno de los treinta días del mes de junio.
Es, pues, un texto que busca una comprensión lo más amplia posible de lo que supone el culto al Sagrado Corazón de Jesús y que nos permite agradecer al Todopoderoso una bondad tan inmensa como fue la de derramar en nuestros corazones las llamas del corazón del Mesías. Y está pensado, además, para llevar este muy querido culto en privado o en común como celebración en el templo.
¡Corazón de Cristo, confórtanos!
Eleuterio Fernández Guzmán