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Últimamente no han faltado algunas críticas al papa
Francisco, acusándolo de comunista. ¿Qué opina a la luz de la
Pastor Aeternus? Es decir, ¿todo lo que dice y piensa
el Papa entra en el dogma de la infalibilidad papal?
-- Padre Stefano Visintín: Por supuesto que no. Entra en el
dogma sólo lo que se refiere a la fe y la moral; se dice que
es "ex cathedra", es decir, infalible, cuando se dice
explícitamente que es un dogma; y está contenido en sustancia,
en la Sagrada Escritura y la tradición. Por lo que se refiere
a las acusaciones de "comunismo", hay que recordar que desde
León XIII (Rerum Novarum, 1891), la Iglesia tiene su "doctrina
social". El Papa sigue esto, que no es ni "comunista" ni
"capitalista".
¿El Papa es o no "primus inter pares"? ¿De dónde
salió esa expresión?
-- P. Stefano Visintín: La expresión nació en la época de la
antigua Roma y tiene más sentido que el primado de honor. En
este sentido, no se aplica al Papa, porque él tiene
jurisdicción sobre la Iglesia Católica Romana.
Específicamente, sólo hay sujeto que es poder supremo de la
Iglesia: el Colegio Episcopal estructurado bajo el Papa como
su cabeza. Pero hay dos formas en las que el supremo colegio
puede actuar: un "acto propiamente colegial" y el acto del
Papa como cabeza de la Iglesia universal.
¿El Papa tiene que ser escuchado y leído solamente
cuando habla ex cathedra o incluso en sus actos de magisterio
ordinario?
-- P. Stefano Visintín: El Papa y los obispos deben ser oídos
en el ejercicio ordinario de su magisterio, que es lo
habitual, y que probablemente ocupará toda su vida. Su tarea
es dar sentido a la vida de los fieles en las circunstancias
ordinarias, para permitir una mejor comprensión de la
revelación y de sus implicaciones morales. Las intervenciones
"infalibles" son un evento raro.
¿Una encíclica es una forma de pronunciamiento
infalible? Y por ejemplo en la encíclica Laudato Si' que
trae muchos datos científicos, ¿se puede decir que el Papa
está "dogmatizando" estos datos científicos? ¿Cómo debe ser
leída por los católicos?
-- P. Stefano Visintín: La encíclica no es un pronunciamiento
infalible porque pertenece al magisterio ordinario del Papa.
Su doctrina sin embargo, debe ser aceptada por "este obsequio
religioso de la voluntad y del entendimiento" (LG 25). Es
decir, un creyente debe querer aceptar esta enseñanza, dejando
de lado las objeciones personales, ya que el propio Cristo
confió a sus sucesores la autoridad para enseñar en su nombre.
La encíclica Laudato Si' tiene sin duda datos científicos,
pero seguramente su valor no está en estos datos sino en la
información que propone para la conducta de la vida de los
fieles. De hecho, la enseñanza de su propio contexto es la fe
y la moral (la forma de vida y las costumbres). La visión del
mundo y de la vida que ella propone no provienen de los datos
científicos, sino de la revelación, que es el contexto en el
que se interpretan los datos científicos.
¿Qué pensar entonces de la crítica pública al papa
Francisco? ¿Y qué debe hacer la persona que no está de acuerdo
con la visión de un Papa?
--P. Stefano Visintín: ¿Existe algún Papa que no haya sido
criticado públicamente, al menos desde el 1800 hasta nuestros
días? En general y en este caso, hay que señalar que el Papa y
el magisterio también tienen la responsabilidad de dar
indicaciones sobre las implicaciones de la revelación para la
conducta de la vida de los hombres.m
Como dije antes, incluso si la enseñanza no es infalible, una
encíclica u otros pronunciamientos papales sobre la fe y la
conducta de la vida de los fieles tienen que ser recogidos por
ellos con "religioso acatamiento de la voluntad y de la
inteligencia".
Entre los fieles, si alguien no logra hacerlo, como primera
cosa tiene que interrogarse sinceramente si tiene
efectivamente la amplitud y profundidad de conocimiento
teológico específico para distanciarse del conocimiento y en
la práctica privada, de la doctrina expresada por el
magisterio (Papa y/o obispos), o si no se trata de una mera
presunción. También en temas de "religión" es necesario tener
una formación especializada que no todos poseen.
De todos modos, el fiel que tuviera una opinión contraria a esta enseñanza no infalible del magisterio, no debe expresarla en la predicación, la catequesis, la enseñanza, ni a través de los medios de comunicación.