El 8 de septiembre se celebra el Día del Cooperante, con este motivo, desde Manos Unidas se recuerda a sus compañeros Carolina Unzeta, Alejandra Escalada y Carlos Vicente Alconcé, que trabajan, representando a esta organización, en los Convenios que tiene en marcha, con apoyo de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) en Filipinas, Senegal y Ecuador, respectivamente.

Ofrecemos el testimonio de unas personas que, diariamente, aportan su granito de arena a la construcción de un mundo mejor.

Carolina Unzeta (Filipinas)

Convenio 14-COI-659: “Construcción de una Cultura de Paz, abordando la resolución de  conflictos y  superación de  traumas, atendiendo a las causas de la ausencia de paz y  fomentando valores y actitudes que propicien la  construcción de comunidades multiculturales en Paz”.

 

Háblanos del convenio en el que estás trabajando. Enla actualidad Manos Unidas está realizando convenio de  cooperación con su socio local, Zabida y la AECID  en la zona de Zamboanga City y Basilan, zonas de  conflicto en el sur de Mindanao. El Convenio trabaja principalmente para la promoción y mejora de la  gobernabilidad democrática, la promoción de os humanos y en educación por la paz en las escuelas y entre  la población en general.  Además, estamos trabajando en temas de prevención de desastres y cambio  climático, con gobiernos y autoridades locales.

¿Qué cambios has podido ver en las personas a las que va dedicado el Convenio? Gracias al trabajo que se  realiza con las comunidades, vamos viendo como se va empoderando a la población. Al tener mayor  conocimiento de sus derechos y fomentar su participación en las decisiones de los gobiernos locales, aumenta su autoconfianza, motivación y esperanza para cambiar cosas y mejorar sus vidas

Tu mensaje personal… Personalmente mi trabajo en cooperación está siendo una experiencia extraordinaria  de la que he aprendido muchísimo tanto personal como profesionalmente. Me produce una gran satisfacción  haber tomado la decisión de hacer un cambio como este en mi trayectoria profesional y  estoy muy  agradecida de haber tenido la oportunidad de poder realizar este trabajo, que de alguna forma, me ha  cambiado la vida en positivo.

Sigue leyendo el testimonio de Carolina

Alejandra Escalada (Senegal)

Convenio 14-CO1-533: “Agricultura, refuerzo del tejido asociativo rural y derechos socioeconómicos de mujeres y jóvenes en Senegal”.

Describe el Convenio en el que estás trabajando. El convenio en el que trabajamos junto a nuestro socio local, CPAS, persigue, por un lado, el desarrollo socioeconómico de la población más vulnerable (especialmente de las mujeres) a través de la agricultura y la ganadería en los Municipios de Djinaky y Sindian (Senegal) y, por otro, el fortalecimiento del tejidosocial para mejorar la participación en la planificación de su propio desarrollo.

A pesar de la distancia, ¿sientes que eres parte de  Manos Unidas? Sí, todos formamos parte de un gran equipo y, el que estemos lejos no quiere decir nada, pues cada uno cumple su función para que las cosas funcionen. La ventaja de las nuevas tecnologías además nos hace sentirnos un poco más cerca.

Tú mensaje personal… Creo que la cooperación debe de seguir existiendo porque, lamentablemente, es necesaria.  Aunque estamos asistiendo a momentos difíciles, de crisis económica, y es urgente un reajuste para que realmente sea válida y no sólo una declaración de intenciones o actos de caridad. También creo que es bueno que haya cooperantes (junto con el equipo local) en el sentido de que es una manera de aportar diferentes formas de hacer las cosas al mismo tiempo que ejercemos de vías de “transmisión” hacia nuestros países de origen sobre lo que vemos y aprendemos cada día.

Sigue leyendo el testimonio de Alejandra

Carlos Vicente Alconcé Chiri (Ecuador)

Convenio 14-CO1-534: “Contribuir al desarrollo local territorial, promoviendo la transformación de la matriz productiva en la sierra central ecuatoriana”

 

Describe el Convenio en el que estás trabajando. Esta intervención de desarrollo, que llevamos a cabo junto a nuestro socio local, la Fundación MCCH, y la AECID, busca consolidar y replicar las experiencias productivas y comerciales que se pusieron en marcha con éxito en el anterior Convenio, -concretamente en los ámbitos de los cultivos originarios de los Andes, turismo comunitario, agua y medio ambiente-, en lugares cercanos donde todavía no se ha trabajado, buscando siempre que las personas puedan tener las mismas oportunidades para su desarrollo. Además estamos trabajando para que los gobiernos locales y las organizaciones comunitarias sumen esfuerzos con el fin de que estas iniciativas  sean sostenibles y contribuyan con todo su potencial al cambio de la matriz productiva en estos territorios.

¿Qué te movió a dedicarte a la cooperación? Fueron dos las motivaciones, uno el pertenecer a una comunidad indígena, desde donde he podido vivir muchas injusticias, pero al mismo tiempo haberlas cuestionado desde toda perspectiva y luchado por alternativas. Lo segundo el estudio, ya que gracias a Dios y la Pachamama, he tenido la oportunidad de cursar estudios hasta de tercer ciclo, centrando los mismos en temas relacionados a la pobreza, pues las evidencias que tenemos hoy sobre nuestro mundo, nos dicen claramente que algo podemos y debemos hacer, y un cauce para ello es justamente la cooperación al desarrollo.

¿Por qué con Manos Unidas? A Manos Unidas la conocí el año 1997, como parte de un socio local en Bolivia, desde entonces sentí que es una institución con mucho corazón y muchas manos, manos que hace muchos años atrás habían declarado la lucha al hambre en el mundo. Después de una década de pertenecer a Manos Unidas, tengo la convicción que esta es toda una Institución que hace posible la solidaridad entre los pueblos, que parte desde la dignidad de las personas y los pueblos, pues son razones suficientes para pertenecer a la Casa con mucho orgullo.

Tú mensaje personal… La solidaridad es una bella expresión de la naturaleza humana,  que en nuestros tiempo toma la forma de cooperación ante las tantas disparidades que nosotros mismos hemos creado, a tal punto de llevar a la insostenibilidad a nuestra casa común como dice el Papa, por ello me atrevo a lanzar un mensaje de invitación a que más personas se sumen a esta causa, desde donde se encuentren, para contribuir a que las niñas y los niños de hoy tengan una casita con un poco más de felicidad de la que hemos tenido nosotras y nosotros.

(Manos Unidas)