El papa Francisco comenzará el próximo sábado la visita a
Cuba, que se prolongará hasta el martes 22 --cuando partirá
para Estados Unidos--, como "Misionero de la Misericordia".
Este país se convierte así, junto con Brasil, en la
única nación que ha recibido la visita de tres papas. Monseñor
Domingo Oropesa, uno de los 101 misioneros que están en la
Isla, es el obispo de Cienfuegos desde hace 8 años. El
prelado, que asistirá a todos los actos, da una visión
panorámica de lo que supone este viaje histórico, después de
que el Pontífice mediara en el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington. En esta
entrevista difundida por las Obras Misionales Pontificias,
subraya como expresión de la misericordia en Cuba --y en toda
la comunidad internacional-- la necesidad del perdón y la
reconciliación.
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Es noticia la apertura política del régimen
gracias, en parte, al papel del papa Francisco. ¿Está
acompañada de una apertura religiosa?
-- Monseñor Domingo Oropesa: Con la apertura se da una nueva
relación de Cuba con Estados Unidos, lo que se ha manifestado
con las aperturas de embajadas. Esto puede suponer que, con
garantías jurídicas y diplomáticas entre ambos países, existan
a corto plazo unas relaciones comerciales y financieras que
conseguirán un total deshielo.
Podemos afirmar que la Iglesia goza de libertad para el
culto, procesiones, ofrecer sacramentos, la tarea misionera
puerta a puerta, celebraciones en casas particulares en
lugares donde no hay templo y también en pueblos con templo.
Unos ejemplos de esto último han sido dos parroquias de
nuestra Diócesis de Cienfuegos: Cruces y Lajas. Han misionado
dos sacerdotes y doce laicos venidos de España, un sacerdote
español residente en Cuba, once seminaristas, y unos cincuenta
laicos de ambas parroquias. Además, en otras parroquias de la
diócesis, quince jóvenes de la Orden de Malta, llegados en su
mayor parte de España, han tenido durante catorce días
campamentos para la infancia y la adolescencia, así como
reuniones con la tercera edad en diversas parroquias.
Hay que resaltar que todos los que nos han visitado
reconocen la buena, pero que muy buena, acogida de la gente.
Todo esto evidencia que no hay mayores dificultades para
hablar de Cristo en Cuba. Falta, eso sí, el poder contar con
colegios religiosos como hace años.
¿Cuál es la situación de los católicos en Cuba?
-- Monseñor Domingo Oropesa: Creo poder afirmar que para los
católicos de Cuba lo que está relacionado con su vida de fe,
la vida sacramental, su formación, no tiene impedimentos, y
que cualquier cristiano puede declararse como tal en la
sociedad. El problema es la escasez de sacerdotes, de diáconos
permanentes, de religiosos y religiosas y de laicos para poder
evangelizar a quienes no conocen a Cristo. Muchísimo por hacer
para muy pocos.
Y quedan todavía espacios por ir avanzando los católicos en
presencia: el campo socio-político. La doctrina social de la
Iglesia es poco conocida, menos seguida y escasamente urgida.
Harían falta más centros de formación en la misma iglesia para
dar a conocer principios doctrinales sobre lo económico, lo
cultural, la convivencia social, el mundo laboral y el
político. Pero, para todo esto se necesitarían muchos más
laicos que en esos diversos campos quisieran comprometer sus
vidas.
Cuba es, junto con Brasil, el único país que ha
recibido a tres papas. ¿Por qué ha sido este país objeto de
la preferencia de los pontífices?
-- Monseñor Domingo Oropesa: Creo que ha habido en los tres
casos una clara invitación por parte de la Iglesia y del
gobierno. En el caso de san Juan Pablo II, el Papa viajero, no
podía dejar de visitar Cuba y lo hizo. Con tiempo pudo
prepararse esa visita. Al papa Benedicto XVI se le invitó con
motivo de celebrarse en el 2012 los 400 años del hallazgo y
presencia de la Imagen de la Virgen de la Caridad de El Cobre,
y en un viaje aprovechó para visitar Méjico y Cuba. La razón
con la que se motivó al Papa fue la afluencia de millones de
cubanos y cubanas por el paso de la Imagen de la Virgen de la
Caridad por toda la isla durante dieciséis meses, pues de once
millones de habitantes en Cuba estuvo ante la Imagen más de la
mitad. El Papa fue invitado y vino.
El papa Francisco hace lo mismo: una salida de Roma, otra
más hacia el continente americano, y visitará Cuba y Estados
Unidos. Servirá de apoyo a las nuevas formas de relación entre
ambos países y nos ayudará para que siempre prevalezca el
diálogo dentro de las mutuas relaciones con deseos de
colaboración, con respeto mutuo, y que como sabemos son
intereses gratos y aplaudidos a nuestro Papa. Además, todos
los católicos lo esperamos como el que nos confirmará en la
fe. Y, ciertamente, podemos decir que todos en Cuba estamos
felices por la visita de Francisco y clamando con gozo: "Es el
tercer papa que nos visita".
Yo diría que ha sido Dios en su amor providente quien no
has enviado a tres sucesores de Pedro en muy poco tiempo. Esto
ha supuesto, supone y supondrá unas inmensas bendiciones para
todo el pueblo cubano. Es seguro que se necesitaba y se
necesita esta presencia de Cristo en Cuba por medio de los
tres papas
¿Qué expectativas tiene la sociedad cubana del
viaje del papa Francisco?
-- Monseñor Domingo Oropesa: Muchas, muchas, muchas. Pienso
que por necesidades económicas, por la emigración, por el
desarrollo político y también por el crecimiento religioso hay
muchas expectativas.
Se está cumpliendo poco a poco lo que pidió san Juan Pablo
II hace diecisiete años: "Que Cuba se abra al mundo y que el
mundo se abra a Cuba". El papa Francisco quiere, y de verdad,
el bienestar de la gente. Él no cesa de "intimidar" a todos
para que se acabe el sufrimiento de adultos y niños en tantas
partes del mundo. Todos los países pueden progresar y Cuba
también. Muchos esperan que la presencia del Papa en los
próximos días deje señales, orientaciones, que contribuyan a
un crecimiento económico en la vida familiar, y que esto haga
disminuir la separación de miembros de una misma familia.
También hay quienes lo esperan para que anime a ofrecer y que
se acojan hoy planteamientos diversos en Cuba, proponiendo
nuevas opciones. Para la transmisión de las verdades
cristianas un avance sería la posibilidad de tener más acceso
a los medios de comunicación, aunque en esto se ha ido
avanzando, y que los católicos podamos tener los propios. Y,
como indicaba anteriormente, tener centros educativos en todos
los niveles de la enseñanza. Aunque también hay que decir que
existen en la actualidad algunos espacios formativos, como son
en La Habana el Centro Cultural Padre "Felix Varela", el
Centro de Formación Fray Bartolomé de las Casas, así como
otros Centros Diocesanos y en comunidades de religiosos y
religiosas de Cuba. Hay que destacar las Escuelas de Veranos
para Educadores, casi una por Diócesis.
El lema de la visita es "Misionero de la
Misericordia". ¿Por qué ese lema?
-- Monseñor Domingo Oropesa: Por parte de la Conferencia de
Obispos Católicos de Cuba cuando se supo la venida del papa
Francisco a Cuba se dio a conocer de forma inmediata, y días
más tarde se ofreció un sencillo mensaje pastoral. Se
elaboraron dos breves documentos: "¿Quién es el Papa?" y "Mensaje
del Papa" que impresos por miles se han distribuido en
toda la Isla, e incluso ha habido encuentros formativos sobre
los mismos hasta en los lugares más apartados.
El Novenario preparatorio a la Solemnidad de la Virgen de
la Caridad, Patrona de Cuba, del treinta de agosto al siete de
septiembre, se ha ofrecido por la visita del Papa meditando
obras de misericordia corporales y espirituales. Terminado el
Novenario, en todas las celebraciones del ocho de septiembre
tanto de la Palabra, como de la Eucaristía, así como en las
muchas Procesiones, y en los mensajes emitidos por diversas
emisoras estatales, se han pedido oraciones por la visita del
Santo Padre.
Han sido repartidos miles y miles de carteles, de plegables
y pegatinas con la figura del Papa dándole la bienvenida. Se
han celebrado en muchas partes vigilias de oración.
En su momento se creó una Comisión Mixta Iglesia-Gobierno
para dialogar en lo referente a los diferentes actos. Se están
teniendo encuentros en todas las diócesis del país para
garantizar el transporte y contar incluso en los viajes a La
Habana, Holguín, El Cobre y Santiago de Cuba con servicios
médicos.
Hay que decir que hay un gran entusiasmo por acoger al Papa
y que el gobierno ha puesto los medios de que dispone para
facilitar la mejor realización de todo lo programado. Sabemos
que Francisco ha convocado por medio de la Bula "Misericordiae
Vultus" el Jubileo Extraordinario de la Misericordia que
comenzará el próximo día ocho de diciembre, Solemnidad de la
Inmaculada Concepción de la Virgen María. Como el Papa insiste
con mucha frecuencia en la necesidad de ver a Dios como el
Dios de la misericordia, y también nos habla del perdón si uno
ofende o es ofendido, es por lo que los obispos de Cuba
quisimos recibirlo como el Misionero de la Misericordia.
¿En qué está necesitada la sociedad cubana de
misericordia?
-- Monseñor Domingo Oropesa: Los obispos cubanos han insistido
desde hace ya años en el tema de la reconciliación. Hay que
perdonar y pedir perdón como algo casi habitual. Reconocer que
lo que a muchos o a pocos les parece lo mejor no siempre
resulta beneficioso para todos es humildad. En mi modesta
opinión pueden existir heridas no curadas, no sanadas, y
recuerdos dolorosos de muchos años. No se avanzará mucho si
sólo se tratar de ir examinando los defectos o fallos ajenos,
e ir acusando sin piedad a los que se consideran como los
causantes de todos los males. Es importante que cada cual
examine su vida con sus obras, a mayores responsabilidades más
largo examen, y quien deba pedir perdón que lo pida y que los
dañados lo perdonen.
Creo que es importante, a la hora de orientar la sociedad,
no definir a quienes piensan de otra manera como los eternos
enemigos, pues entonces viene la lucha, el enfrentamiento y el
deseo de que desaparezcan. Será muy importante, poniendo algo
de tiempo por delante, dialogar, clarificar, e incluso
rectificar, sobre los diversos puntos de vista. Es que para
convivir sin tener que reconciliarse más tarde será necesario
no despreciarse previamente.
Podríamos afirmar que en la sociedad cubana pueden darse
actos de petición de perdón y de ofrecer el perdón, y, si
alguien lo considerase oportuno, incluso manifiestos. Pero,
esto no como una excepción a nivel del mundo, pues, en cuántos
lugares de la tierra se necesita hoy de una profunda
reconciliación. Es algo que Dios nos pide a cada día. Todos
sabemos, por ejemplo, que debe ofrecerse el perdón y pedirlo
en nuestras mismas comunidades y familias cristianas. Y, si no
recuerdo mal, parece que el Señor nos insiste más para
perdonar que para pedir perdón.
¿Qué papel tienen los misioneros españoles en Cuba?
¿En qué consiste vuestra actividad?
-- Monseñor Domingo Oropesa: En general realizamos una doble
tarea: cultivar las virtudes y los compromisos en las
comunidades más conformadas por la presencia más constante y
por más años de sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos, e
intentar que el Señor sea conocido en los lugares más
distantes.
Podemos decir que las tareas pastorales son las mismas que
realizan los cubanos. Somos muy pocos los sacerdotes, tanto de
Cuba como de otras partes del mundo. Los sacerdotes españoles
se ocupan de parroquias como el resto de los presbíteros. Los
religiosos y religiosas que forman las diversas comunidades se
dedican a la tarea catequética fundamentalmente, bien con
niños, adolescentes o jóvenes, como a través de catecumenados
para los adultos. Algunas Congregaciones Religiosas cuentan
con unos sencillos espacios de formación que la gente los
valora muy positivamente.
Llevo dieciséis años en Cuba, ocho como sacerdote en la
Archidiócesis de Camagüey y ocho como obispo en la Diócesis de
Cienfuegos, y puede decir que me siento muy dichoso porque los
cubanos son "muy buena gente". Merece la pena ser misionero en
Cuba.
¿Podrá asistir a algún acto? ¿A cuál?
-- Monseñor Domingo Oropesa: Si Dios quiere estaré, como todos
los obispos de Cuba, en todos los encuentros con el Papa, como
serán las eucaristías en La Habana y Holguín, Vísperas en la
Catedral de La Habana, encuentros con familias, misioneros y
jóvenes, y en los actos de acogida y despedida en dos
aeropuertos del país.
Puede decir, sinceramente, que me siento inmensamente feliz
por recibir a otro papa como obispo en Cuba.