Reflexiones en Frontera

 

La tierra se abre al cielo, en respuesta al inclinarse
del cielo sobre la tierra, dice el Papa

 

En Cristo crucificado reconocemos al sacerdote que ofrece a Dios el culto agradable, es decir, el de la obediencia filial

 

 

10 enero 2018, 16:44 | Reflexiones en Frontera, jesuita Guillermo Ortiz


 

 

Al referirse al canto del gloria, rito introductorio de la Misa, Francisco dijo el 10 de enero de 2018, que “el canto del gloria comienza con las palabras de los ángeles en el nacimiento de Jesús en Belén y continúa con aclamaciones de alabanza y agradecimiento a Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo”.  Y afirmó que: “representa, en cierto modo, un abrirse de la tierra al cielo en respuesta al inclinarse del cielo sobre la tierra”.

Después el Papa afrontó el tema de la primera oración de la misa llamada colecta, a la que invita el sacerdote con la expresión “oremos”. “El sacerdote invita al pueblo a recogerse un momento en silencio, para que cada uno tome conciencia de estar en la presencia de Dios y formule en su espíritu sus deseos. Hacer silencio significa disponerse para escuchar la voz de nuestro corazón y sobre todo la del Espíritu Santo”.

La oración colecta invoca siempre el nombre de Dios, hace memoria de lo que él ha hecho por nosotros y suplica su intervención, mientras el sacerdote recita esta oración con los brazos abiertos imitando a Cristo sobre el madero de la cruz. “En Cristo crucificado reconocemos al sacerdote que ofrece a Dios el culto agradable, es decir, el de la obediencia filial”.