Servicio diario - 19 de enero de 2018


 

Perú: "La corrupción es evitable y exige el compromiso de todos"
Rosa Die Alcolea

Pueblos amazónicos de Perú: "La Iglesia no es ajena a vuestras vidas"
Rosa Die Alcolea

Perú: "No usen esta tierra como un simple objeto descartable, cuídenla"
Rosa Die Alcolea

Perú: El Papa ha almorzado con 9 indígenas en Puerto Maldonado
Rosa Die Alcolea

Hogar 'El Principito': "Busquen sus raíces y abran los ojos a lo novedoso"
Rosa Die Alcolea

Perú: El Papa viaja a Puerto Maldonado, donde conocerá a los indígenas amazónicos
Rosa Die Alcolea

Perú: Francisco aprovecha cada ocasión para rezar
Redacción

Italia: El Papa Francisco nombra a Mons. Luigi Testore Obispo de Acqui
Redacción

Chile: Familiares de víctimas de la dictadura de Pinochet se encuentran con el Papa
Anita Bourdin

Beato Basilio Antonio María Moreau, 20 de enero
Isabel Orellana Vilches


 

 

19/01/2018-22:57
Rosa Die Alcolea

Perú: "La corrupción es evitable y exige el compromiso de todos"

(ZENIT — 19 enero 2018).- La "corrupción" y la "degradación ambiental" han marcado el discurso del Papa Francisco a las autoridades civiles y diplomáticas que ha ofrecido en la tarde del viernes, 19 de enero de 2018, en el Palacio de Gobierno, en Lima.

Introducido por el Presidente Pedro Pablo Kuczynski, el Papa ha explicado a las autoridades políticas del país que «Unidos para defender la esperanza» implica mayor cultura de la transparencia entre entidades públicas, sector privado y sociedad civil. "Nadie puede resultar ajeno a este proceso; la corrupción es evitable y exige el compromiso de todos", ha asegurado.

Por otro lado, el Papa ha expresado admiración y respeto por la biodiversidad y la riquísima pluralidad cultural del país, el "entusiasmo y dinamismo de los jóvenes" y el "rostro de santidad" de la tierra peruana.

 

Degradación del medio ambiente

Con numerosas referencias a la Encíclica taudato Si" Francisco ha llamado a las autoridades a que "unidos para defender la esperanza" impulsen y desarrollen una ecología integral como alternativa a «un modelo de desarrollo ya caduco pero que sigue provocando degradación humana, social y ambiental».

En este sentido, Francisco ha denunciado al ataque a la naturaleza: "La pérdida de selvas y bosques implica no sólo la pérdida de especies, que incluso podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, sino una pérdida de relaciones vitales que terminan alterando todo el ecosistema".

"La degradación del medio ambiente, lamentablemente, no se puede separar de la degradación moral de nuestras comunidades. No podemos pensarlas como dos instancias distintas", han sido sus palabras.

RD

Sigue el discurso del Santo Padre a las autoridades peruanas:

 

Discurso del Papa Francisco

Señor Presidente,
miembros del Gobierno y del Cuerpo Diplomático,
distinguidas autoridades,
representantes de la sociedad civil,
señoras y señores, amigos todos:

Al llegar a esta histórica casa doy gracias a Dios por la oportunidad que me ha concedido de pisar suelo peruano. Quisiera que mis palabras fueran de saludo y gratitud para cada uno de los hijos e hijas de este pueblo que supo mantener y enriquecer su sabiduría ancestral a lo largo del tiempo y es, sin lugar a dudas, uno de sus principales patrimonios que tienen.

Gracias señor Pedro Pablo Kuczynski, Presidente de la Nación, por la invitación a visitar el país y por las palabras de bienvenida que me ha dirigido en nombre de todos.

Vengo a Perú bajo el lema «unidos por la esperanza». Permítanme decirles que mirar esta tierra es de por sí un motivo de esperanza.

Parte de vuestro territorio está compuesto por la Amazonia, que he visitado esta mañana y que constituye en su globalidad el mayor bosque tropical y el sistema fluvial más extenso del planeta. Este «pulmón» como se lo ha querido llamar, es una de las zonas de gran biodiversidad en el mundo pues alberga las más variadas especies.

Poseen ustedes una riquísima pluralidad cultural cada vez más interactuante que constituye el alma de este pueblo. Alma marcada por valores ancestrales como son la hospitalidad, el aprecio por el otro, el respeto y gratitud con la madre tierra y la creatividad para los nuevos emprendimientos como, asimismo, la responsabilidad comunitaria por el desarrollo de todos que se conjuga en la solidaridad, mostrada tantas veces ante las diversas catástrofes vividas

En este contexto, quisiera señalar a los jóvenes, ellos son el presente más vital que posee esta sociedad; con su dinamismo y entusiasmo prometen e invitan a soñar un futuro esperanzador que nace del encuentro entre la cumbre de la sabiduría ancestral y los ojos nuevos que brinda la juventud.

Y me alegra también un hecho histórico: saber que la esperanza en esta tierra tiene rostro de santidad. Perú engendró santos que han abierto caminos de fe para todo el continente americano; y por nombrar tan sólo a uno, como Martín de Porres, hijo de dos culturas, mostró la fuerza y la riqueza que nace en las personas cuando se concentran en el amor. Y podría continuar largamente esta lista material e inmaterial de motivos para la esperanza. Perú es tierra de esperanza que invita y desafía a la unidad de todo su pueblo. Este pueblo tiene la responsabilidad de mantenerse unido precisamente para defender, entre otras cosas, todos estos motivos de esperanza.

Sobre esta esperanza apunta una sombra, se cierne una amenaza. «Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo».[1]

Esto se manifiesta con claridad en la manera en la que estamos despojando a la tierra de los recursos naturales sin los cuales no es posible ninguna forma de vida. La pérdida de selvas y bosques implica no sólo la pérdida de especies, que incluso podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, sino una pérdida de relaciones vitales que terminan alterando todo el ecosistema.[2]

En este contexto, «unidos para defender la esperanza» significa impulsar y desarrollar una ecología integral como alternativa a «un modelo de desarrollo ya caduco pero que sigue provocando degradación humana, social y ambiental».[3] Y esto exige escuchar, reconocer y respetar a las personas y a los pueblos locales como interlocutores válidos. Ellos mantienen un vínculo directo con la tierra, conocen sus tiempos y procesos y saben, por tanto, los efectos catastróficos que, en nombre del desarrollo, están provocando muchos proyectos. Entonces se altera todo el entramado vital que constituye la nación. La degradación del medio ambiente, lamentablemente, no se puede separar de la degradación moral de nuestras comunidades. No podemos pensarlas como dos instancias distintas.

A modo de ejemplo, la minería informal se ha vuelto un peligro que destruye la vida de personas; los bosques y ríos son devastados con toda la riqueza que ellos poseen. Todo este proceso de degradación conlleva y promueve organizaciones por fuera de las estructuras legales que degradan a tantos hermanos nuestros sometiéndolos a la trata —nueva forma de esclavitud—, al trabajo informal, a la delincuencia… y a otros males que afectan gravemente su dignidad y, a la vez, la dignidad de esta nación.

Trabajar unidos para defender la esperanza exige estar muy atentos a esa otra forma —muchas veces sutil— de degradación ambiental que contamina progresivamente todo el entramado vital: la corrupción. Cuánto mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a las democracias de este bendito continente ese «virus» social, un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados. Lo que se haga para luchar contra este flagelo social merece la mayor de las ponderaciones y ayudas... y esta lucha nos compete a todos. «Unidos para defender la esperanza», implica mayor cultura de la transparencia entre entidades públicas, sector privado y sociedad civil. Nadie puede resultar ajeno a este proceso; la corrupción es evitable y exige el compromiso de todos.

A quienes ocupan algún cargo de responsabilidad, sea en el área que sea, los animo y exhorto a empeñarse en este sentido para brindarle, a su pueblo y a su tierra, la seguridad que nace de sentir que Perú es un espacio de esperanza y oportunidad... pero para todos y no para unos pocos (aplausos); para que todo peruano, toda peruana pueda sentir que este país es suyo, no de otro, en el que puede establecer relaciones de fraternidad y equidad con su prójimo y ayudar al otro cuando lo necesita; una tierra en la que pueda hacer realidad su propio futuro. Y así forjar un Perú que tenga espacio para «todas las sangres» [4], en el que pueda realizarse «la promesa de la vida peruana». (Aplauso) [5]

Quiero renovar junto a ustedes el compromiso de la Iglesia católica, que ha acompañado la vida de esta Nación, en este empeño mancomunado de seguir trabajando para que Perú siga siendo una tierra de esperanza.

Que santa Rosa de Lima interceda por cada uno de ustedes y por esta bendita Nación.

Nuevamente gracias.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

19/01/2018-17:49
Rosa Die Alcolea

Pueblos amazónicos de Perú: "La Iglesia no es ajena a vuestras vidas"

(ZENIT — 19 enero 2018).- "He deseado mucho este momento, quise empezar por aquí mi visita a Perú" dijo el Papa Francisco a los cerca de 4.000 representantes de los diferentes pueblos amazónicos de Perú, en el encuentro celebrado en el Coliseo Madre de Dios, en Puerto Maldonado, a las 10:30 horas.

Así, Francisco ha saludado a todos los pueblos amazónicos: Harakbut, Esse-ejas, Matsiguenkas, Yines, Shipibos, Asháninkas, Yaneshas, Kakintes, Nahuas, Yaminahuas, Juni Kuin, Madijá, Manchineris, Kukamas, Kandozi, Quichuas, Huitotos, Shawis, Achuar, Boras, Awajún, Wampís, entre otros.

"Permítanme decir: ¡Alabado seas Señor por esta obra maravillosa de tus pueblos amazónicos y por toda la biodiversidad que estas tierras envuelven!", les ha dicho.

"Cada cultura y cada cosmovisión que recibe el Evangelio enriquece a la Iglesia con la visión de una nueva faceta del rostro de Cristo. La Iglesia no es ajena a vuestra problemática y a vuestras vidas, no quiere ser extraña a vuestra forma de vida y organización", han sido las palabras del Papa.

En el Coliseo, después de los cánticos y danzas de bienvenida a cargo de los ancianos Arambut, el Vicario Apostólico de Puerto Maldonado, Mons. David Martínez de Aguirre Guinea, ha dirigido su discurso de bienvenida al Papa Francisco.

 

"Le pedimos que nos defienda"

Asimismo, han ofrecido unas palabras al Santo Padre Héctor Sueyo y Yésica Patiachi del Pueblo Harakbut, y le han pedido que les defienda: "Los foráneos nos ven débiles e insisten en quitarnos nuestro territorio de distintas formas. Si logran quitarnos nuestras tierras, podemos desaparecer", han denunciado los indígenas de la Amazonía.

También ha saludado al Papa la indígena awajún María Luzmila Bermeo, procedente de Condorcanqui, de la Amazonia peruana, quien le ha confesado: "Me preocupa que perdamos la oportunidad de aprender valores cristianos necesarios para criar bien a los hijos, el respeto a la familia, el orden, la obediencia a los padres. Los mismos awajun también hemos perdido muchos valores y ahora está peor, los jóvenes están aprendiendo vicios y malas costumbres que afectan a nuestra comunidad".

Además, 4 representantes de los pueblos amazónicos han leído al Papa algunos fragmentos de su Encíclica taudato Si" sobre el cuidado de la Casa Común.

Finalmente, han puesto al Papa una corona de flores en la cabeza y dos collares rojos artesanales, y le han regalado un gran pergamino grande de colores en el que está dibujado el rostro de Francisco, una estola hecha a mano, y un trozo de madera de árbol grabado, entre otros dones.

RD

A continuación, sigue el discurso del Papa Francisco a los representantes de los pueblos amazónicos de Perú.

 

Discurso del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas:

Junto a ustedes me brota el canto de san Francisco: «Alabado seas, mi Señor». Sí, alabado seas por la oportunidad que nos regalas con este encuentro. Gracias Mons. David Martínez de Aguirre Guinea, señor Héctor, señora Yésica y señora María Luzmila por sus palabras de bienvenida y por sus testimonios. En ustedes quiero agradecer y saludar a todos los habitantes de la Amazonia.

Veo que han venido de los diferentes pueblos originarios de la Amazonia: Harakbut, Esse-ejas, Matsiguenkas, Yines, Shipibos, Asháninkas, Yaneshas, Kakintes, Nahuas, Yaminahuas, Juni Kuin, Madijá, Manchineris, Kukamas, Kandozi, Quichuas, Huitotos, Shawis, Achuar, Boras, Awajún, Wampís, entre otros. También veo que nos acompañan pueblos procedentes del Ande que se han venido a la selva y se han hecho amazónicos. He deseado mucho este encuentro. Gracias por vuestra presencia y por ayudarme a ver más de cerca, en vuestros rostros, el reflejo de esta tierra. Un rostro plural, de una variedad infinita y de una enorme riqueza biológica, cultural, espiritual. Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentramos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región, y se hacen eco las palabras del Señor a Moisés: «Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa» (Ex 3,5).

Permítanme una vez más decir: ¡Alabado seas Señor por esta obra maravillosa de tus pueblos amazónicos y por toda la biodiversidad que estas tierras envuelven!

Este canto de alabanza se entrecorta cuando escuchamos y vemos las hondas heridas que llevan consigo la Amazonia y sus pueblos. Y he querido venir a visitarlos y escucharlos, para estar juntos en el corazón de la Iglesia, unirnos a sus desafíos y con ustedes reafirmar una opción sincera por la defensa de la vida, defensa de la tierra y defensa de las culturas.

Probablemente los pueblos originarios amazónicos nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora. La Amazonia es tierra disputada desde varios frentes: por una parte, el neo-extractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales. Por otra parte, la amenaza contra sus territorios también viene por la perversión de ciertas políticas que promueven la «conservación» de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano y, en concreto, a ustedes hermanos amazónicos que habitan en ellas. Sabemos de movimientos que, en nombre de la conservación de la selva, acaparan grandes extensiones de bosques y negocian con ellas generando situaciones de opresión a los pueblos originarios para quienes, de este modo, el territorio y los recursos naturales que hay en ellos se vuelven inaccesibles. Esta problemática provoca asfixia a sus pueblos y migración de las nuevas generaciones ante la falta de alternativas locales. Hemos de romper con el paradigma histórico que considera la Amazonia como una despensa inagotable de los Estados sin tener en cuenta a sus habitantes.

Considero imprescindible realizar esfuerzos para generar espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos nativos; asumiendo y rescatando la cultura, lengua, tradiciones, derechos y espiritualidad que les son propias. Un diálogo intercultural en el cual ustedes sean los «principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios». [1] El reconocimiento y el diálogo será el mejor camino para transformar las históricas relaciones marcadas por la exclusión y la discriminación.

Como contraparte, es justo reconocer que existen iniciativas esperanzadoras que surgen de vuestras bases y organizaciones, y propician que sean los propios pueblos originarios y comunidades los guardianes de los bosques, y que los recursos que genera la conservación de los mismos revierta en beneficio de sus familias, en la mejora de sus condiciones de vida, en la salud y educación de sus comunidades. Este «buen hacer» va en sintonía con las prácticas del «buen vivir» que descubrimos en la sabiduría de nuestros pueblos. Y permítanme decirles que si, para algunos, ustedes son considerados un obstáculo o un «estorbo», en verdad, con sus vidas son un grito a la conciencia de un estilo de vida que no logra dimensionar los costes del mismo. Ustedes son memoria viva de la misión que Dios nos ha encomendado a todos: cuidar la Casa Común.

La defensa de la tierra no tiene otra finalidad que no sea la defensa de la vida. Sabemos del sufrimiento que algunos de ustedes padecen por los derrames de hidrocarburos que amenazan seriamente la vida de sus familias y contaminan su medio natural.

Paralelamente, existe otra devastación de la vida que viene acarreada con esta contaminación ambiental propiciada por la minería ilegal. Me refiero a la trata de personas: la mano de obra esclava o el abuso sexual. La violencia contra las adolescentes y contra las mujeres es un clamor que llega al cielo. «Siempre me angustió la situación de los que son objeto de las diversas formas de trata de personas. Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a todos: "¿Dónde está tu hermano?" (Gn 4,9). ¿Dónde está tu hermano esclavo? [...] No nos hagamos los distraídos. Hay mucha complicidad. ¡La pregunta es para todos!». [2]

Cómo no recordar a santo Toribio cuando constataba con gran pesar en el tercer Concilio Limense «que no solamente en tiempos pasados se les hayan hecho a estos pobres tantos agravios y fuerzas con tanto exceso, sino también hoy muchos procuran hacer lo mismo...» (Ses. III, c.3). Por desgracia, después de cinco siglos estas palabras siguen siendo actuales. Las palabras proféticas de aquellos hombres de fe —como nos lo han recordado Héctor y Yésica—, son el grito de esta gente, que muchas veces está silenciada o se les quita la palabra. Esa profecía debe permanecer en nuestra Iglesia, que nunca dejará de clamar por los descartados y por los que sufren.
De esta preocupación surge la opción primordial por la vida de los más indefensos. Estoy pensando en los pueblos a quienes se refiere como «Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario» (PIAV). Sabemos que son los más vulnerables de entre los vulnerables. El rezago de épocas pasadas les obligó a aislarse hasta de sus propias etnias, emprendieron una historia de cautiverio en los lugares más inaccesibles del bosque para poder vivir en libertad. Sigan defendiendo a estos hermanos más vulnerables. Su presencia nos recuerda que no podemos disponer de los bienes comunes al ritmo de la avidez del consumo. Es necesario que existan límites que nos ayuden a preservarnos de todo intento de destrucción masiva del hábitat que nos constituye.

El reconocimiento de estos pueblos —que nunca pueden ser considerados una minoría, sino auténticos interlocutores— así como de todos los pueblos originarios nos recuerda que no somos los poseedores absolutos de la creación. Urge asumir el aporte esencial que le brindan a la sociedad toda, no hacer de sus culturas una idealización de un estado natural ni tampoco una especie de museo de un estilo de vida de antaño. Su cosmovisión, su sabiduría, tienen mucho que enseñarnos a quienes no pertenecemos a su cultura. Todos los esfuerzos que hagamos por mejorar la vida de los pueblos amazónicos serán siempre pocos. [3]

La cultura de nuestros pueblos es un signo de vida. La Amazonia, además de ser una reserva de la biodiversidad, es también una reserva cultural que debe preservarse ante los nuevos colonialismos. La familia es y ha sido siempre la institución social que más ha contribuido a mantener vivas nuestras culturas. En momentos de crisis pasadas, ante los diferentes imperialismos, la familia de los pueblos originarios ha sido la mejor defensa de la vida. Se nos pide un especial cuidado para no dejarnos atrapar por colonialismos ideológicos disfrazados de progreso que poco a poco ingresan dilapidando identidades culturales y estableciendo un pensamiento uniforme, único... y débil. Escuchen a los ancianos. Ellos tienen una sabiduría que les pone en contacto con lo trascendente y les hace descubrir lo esencial de la vida. No nos olvidemos que «la desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una especie animal o vegetal».[4] Y la única manera de que las culturas no se pierdan es porque se mantienen en dinamismo, en constante movimiento. ¡Qué importante es lo que nos decían Yésica y Héctor: «queremos que nuestros hijos estudien, pero no queremos que la escuela borre nuestras tradiciones, nuestras lenguas, no queremos olvidarnos de nuestra sabiduría ancestral»!

La educación nos ayuda a tender puentes y a generar una cultura del encuentro. La escuela y la educación de los pueblos originarios debe ser una prioridad y compromiso del Estado; compromiso integrador e inculturado que asuma, respete e integre como un bien de toda la nación su sabiduría ancestral, nos lo señalaba María Luzmila.

Pido a mis hermanos obispos que, como se viene haciendo incluso en los lugares más alejados de la selva, sigan impulsando espacios de educación intercultural y bilingüe en las escuelas y en los institutos pedagógicos y universidades. [5] Felicito las iniciativas que desde la Iglesia Amazónica peruana se llevan a cabo para la promoción de los pueblos originarios: escuelas, residencias de estudiantes, centros de investigación y promoción como el Centro Cultural José Pío Aza, el CAAAP y CETA, novedosos e importantes espacios universitarios interculturales como NOPOKI, dirigidos expresamente a la formación de los jóvenes de las diferentes etnias de nuestra Amazonia.

Felicito también a todos aquellos jóvenes de los pueblos originarios que se esfuerzan por hacer, desde el propio punto de vista, una nueva antropología y trabajan por releer la historia de sus pueblos desde su perspectiva. También felicito a aquellos que, por medio de la pintura, la literatura, la artesanía, la música, muestran al mundo su cosmovisión y su riqueza cultural. Muchos han escrito y hablado sobre ustedes. Está bien, que ahora sean ustedes mismos quienes se autodefinan y nos muestren su identidad. Necesitamos escucharles.

¡Cuántos misioneros y misioneras se han comprometido con sus pueblos y han defendido sus culturas! Lo han hecho inspirados en el Evangelio. Cristo también se encarnó en una cultura, la hebrea, y a partir de ella, se nos regaló como novedad a todos los pueblos de manera que cada uno, desde su propia identidad, se sienta autoafirmado en Él. No sucumban a los intentos que hay por desarraigar la fe católica de sus pueblos. [6] Cada cultura y cada cosmovisión que recibe el Evangelio enriquece a la Iglesia con la visión de una nueva faceta del rostro de Cristo. La Iglesia no es ajena a vuestra problemática y a sus vidas, no quiere ser extraña a vuestra forma de vida y organización. Necesitamos que los pueblos originarios moldeen culturalmente las Iglesias locales amazónicas. Ayuden a sus obispos, misioneros y misioneras, para que se hagan uno con ustedes, y de esta manera dialogando entre todos, puedan plasmar una Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena. Con este espíritu convoqué un Sínodo para la Amazonia para el año 2019.

Confío en la capacidad de resiliencia de los pueblos y su capacidad de reacción ante los difíciles momentos que les toca vivir. Así lo han demostrado en los diferentes embates de la historia, con sus aportes, con su visión diferenciada de las relaciones humanas, con el medio ambiente y con la vivencia de la fe.

Rezo por ustedes, por su tierra bendecida por Dios, y les pido, por favor, no se olviden de rezar por mí.

Muchas gracias.

Tinkunakama
(Quechua: Hasta un próximo encuentro).

 

[1] Carta enc. Laudato si', 146.

[2] Exhort. ap. Evangelii gaudium, 211.

[3] Son preocupantes las noticias que llegan sobre el avance de algunas enfermedades. Asusta el silencio porque mata. Con el silencio no generamos acciones encaminadas a la prevención, sobre todo de adolescentes y jóvenes, ni tratamos a los enfermos, condenándolos a la exclusión más cruel. Pedimos a los Estados que se implementen políticas de salud intercultural que tengan en cuenta la realidad y cosmovisión de los pueblos, promoviendo profesionales de su propia etnia que sepan enfrentar la enfermedad desde su propia cosmovisión. Y como lo he expresado en Laudato si', una vez más es necesario alzar la voz a la presión que organismos internacionales hacen sobre ciertos países para que promuevan políticas de reproducción esterilizantes. Estas se ceban de una manera más incisiva en las poblaciones aborígenes. Sabemos que se sigue promoviendo en ellas la esterilización de las mujeres, en ocasiones con desconocimiento de ellas mismas.

[4] Carta enc. Laudato si', 145.

[5] Cf. V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Documento de Aparecida (29 junio 2007), 530.

[6] Cf. ibíd., 531.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

19/01/2018-18:55
Rosa Die Alcolea

Perú: "No usen esta tierra como un simple objeto descartable, cuídenla"

(ZENIT — 19 enero 2018).- El Santo Padre ha hablado a la población en Puerto Maldonado de la cultura del descarte: "Enamórense de esta tierra Madre de Dios, comprométanse y cuídenla. No la usen como un simple objeto descartable, sino como un verdadero tesoro para disfrutar, hacer crecer y transmitirlo a sus hijos".

En su segundo día del viaje apostólico a Perú, esta mañana, 19 de enero de 2018, a las 11:30 horas, el Papa se ha encontrado con habitantes de la Amazonía del Perú, el Sur Andino, también hermanos y hermanas amazónicas de Bolivia y Brasil.

"Estamos aquí para recibir su bendición", ha confiado el Obispo de Puerto Maldonado a Francisco. "Confírmenos en la fe. Nos haga renovar la esperanza de que juntos podemos salir de nuestra pobreza sin avanzar hacia el suicidio colectivo. Muéstrenos caminos de fraternidad", así recibía Mons. David Martínez de Aguirre Guinea al Papa Francisco en el Instituto Jorge Basadre donde se ha encontrado con la población de Puerto Maldonado y la Amazonía peruana.

 

“Falsos dioses”

“Los falsos dioses, los ídolos de la avaricia, del dinero, del poder lo corrompen todo. Corrompen la persona y las instituciones, también destruyen el bosque”, ha advertido Francisco.

Asimismo, el Pontífice ha reflexionado sobre la trata de personas: "Nos hemos acostumbrado a utilizar el término «trata de personas», pero en realidad deberíamos hablar de esclavitud: "esclavitud para el trabajo, esclavitud sexual, esclavitud para el lucro".

En este sentido, ha denunciado la situación de tantas mujeres: "Duele constatar cómo en esta tierra, que está bajo el amparo de la Madre de Dios, tantas mujeres son tan desvaloradas, menospreciadas y expuestas a un sinfín de violencias".

Así, Francisco les ha dado un mensaje de esperanza: "Ustedes tienen en María, no sólo un testimonio a quien mirar, sino a una Madre y donde hay madre no está ese mal terrible de sentir que no le pertenecemos a nadie".

RD

A continuación sigue el texto completo del discurso del Papa Francisco a la población de Puerto Maldonado.

 

Discurso del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas:

Veo que han venido no sólo de los rincones de esta Amazonia peruana, sino también de los Andes y de otros países vecinos. ¡Qué linda imagen de la Iglesia que no conoce fronteras y en la que todos los pueblos pueden encontrar un lugar! Cuánto necesitamos de estos momentos donde poder encontrarnos y, más allá de la procedencia, animarnos a generar una cultura del encuentro que nos renueva en la esperanza.

Gracias Mons. David, por sus palabras de bienvenida. Gracias Arturo y Margarita por compartir con todos nosotros sus vivencias. Nos decían: «Nos visita en esta tierra tan olvidada, herida y marginada... pero no somos la tierra de nadie». Gracias por decirlo: no somos tierra de nadie. Y es algo que hay que decirlo con fuerza: no son tierra de nadie. Esta tierra tiene nombres, tiene rostros: los tiene a ustedes.

Esta región está llamada con ese bellísimo nombre: Madre de Dios. No puedo dejar de hacer mención a María, joven muchacha que vivía en una aldea lejana, perdida, considerada también por tantos como «tierra de nadie». Allí recibió el saludo y la invitación más grande que una persona pueda experimentar: ser la Madre de Dios; hay alegrías que sólo las pueden escuchar los pequeños.[1]

Ustedes tienen en María, no sólo un testimonio a quien mirar, sino a una Madre y donde hay madre no está ese mal terrible de sentir que no le pertenecemos a nadie, ese sentimiento que nace cuando comienza a desaparecer la certeza de que pertenecemos a una familia, a un pueblo, a una tierra, a nuestro Dios. Queridos hermanos, lo primero que me gustaría transmitirles —y lo quiero hacer con fuerza— es: ¡esta no es una tierra huérfana, es la tierra de la Madre! Y, si hay madre, hay hijos, hay familia, hay comunidad. Y donde hay madre, familia y comunidad, no podrán desaparecer los problemas, pero seguro que se encuentra la fuerza para enfrentarlos de una manera diferente.

Es doloroso constatar cómo hay algunos que quieren apagar esta certeza y volver a Madre de Dios una tierra anónima, sin hijos, una tierra infecunda. Un lugar fácil de comercializar y explotar. Por eso nos hace bien repetir en nuestras casas, comunidades, en lo hondo del corazón de cada uno: ¡Esta no es una tierra huérfana! ¡Tiene Madre! Esta buena noticia se va transmitiendo de generación en generación gracias al esfuerzo de tantos que comparten este regalo de sabernos hijos de Dios y nos ayuda a reconocer al otro como hermano.

En varias ocasiones me he referido a la cultura del descarte. Una cultura que no se conforma solamente con excluir, sino que avanzó silenciando, ignorando y desechando todo lo que no le sirve a sus intereses; pareciera que el consumismo alienante de algunos no logra dimensionar el sufrimiento asfixiante de otros. Es una cultura anónima, sin lazos, sin rostros. Una cultura sin madre que lo único que quiere es consumir. La tierra es tratada dentro de esta lógica. Los bosques, ríos y quebradas son usados, utilizados hasta el último recurso y luego dejados baldíos e inservibles. Las personas son también tratadas con esta lógica: son usadas hasta el cansancio y después dejadas como «inservibles».

Pensando en estas cosas permítanme detenerme en un tema doloroso. Nos hemos acostumbrado a utilizar el término «trata de personas», pero en realidad deberíamos hablar de esclavitud: esclavitud para el trabajo, esclavitud sexual, esclavitud para el lucro. Duele constatar cómo en esta tierra, que está bajo el amparo de la Madre de Dios, tantas mujeres son tan desvaloradas, menospreciadas y expuestas a un sinfín de violencias. No se puede «naturalizar» la violencia hacia las mujeres, sosteniendo una cultura machista que no asume el rol protagónico de la mujer dentro de nuestras comunidades. No nos es lícito mirar para otro lado y dejar que tantas mujeres, especialmente adolescentes sean «pisoteadas» en su dignidad.

Varias personas han emigrado hacia la Amazonia buscando techo, tierra y trabajo. Vinieron buscando un futuro mejor para sí mismas y para sus familias. Abandonaron sus vidas humildes, pobres pero dignas. Muchas de ellas, por la promesa de que determinados trabajos pondrían fin a situaciones precarias, se basaron en el brillo prometedor de la extracción del oro. Pero el oro se puede convertir en un falso dios que exige sacrificios humanos.

Los falsos dioses, los ídolos de la avaricia, del dinero, del poder lo corrompen todo. Corrompen la persona y las instituciones, también destruyen el bosque. Jesús decía que hay demonios que, para expulsarlos, exigen mucha oración. Este es uno de ellos. Los animo a que se sigan organizando en movimientos y comunidades de todo tipo para ayudar a superar estas situaciones; y también a que, desde la fe, se organicen como comunidades eclesiales de vida en torno a la persona de Jesús. Desde la oración sincera y el encuentro esperanzado con Cristo podremos lograr la conversión que nos haga descubrir la vida verdadera. Jesús nos prometió vida verdadera, vida auténtica, eterna. No ficticia, como las falsas promesas deslumbrantes que, prometiendo vida, nos llevan a la muerte.

La salvación no es genérica, ni abstracta. Nuestro Padre mira personas concretas, con rostros e historias. Todas las comunidades cristianas han de ser reflejo de esta mirada, de esta presencia que crea lazos, genera familia y comunidad. Es una manera de hacer visible el Reino de los Cielos, comunidades donde cada uno se sienta parte, se sienta llamado por su nombre e impulsado a ser artífice de vida para los demás.

Tengo esperanza en ustedes, en el corazón de tantas personas que quieren una vida bendecida. Han venido a buscarla aquí, a una de las explosiones de vida más exuberante del planeta. Amen esta tierra, siéntanla suya. Huélanla, escúchenla, maravíllense de ella. Enamórense de esta tierra Madre de Dios, comprométanse y cuídenla. No la usen como un simple objeto descartable, sino como un verdadero tesoro para disfrutar, hacer crecer y transmitirlo a sus hijos.

A María, Madre de Dios y Madre Nuestra nos encomendamos, nos ponemos bajo su protección. Y por favor, no dejen de rezar por mí.

Dios te salve, María...

 

[1] «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra

© Librería Editorial Vaticano

 

 

19/01/2018-19:21
Rosa Die Alcolea

Perú: El Papa ha almorzado con 9 indígenas en Puerto Maldonado

(ZENIT — 19 enero 2018).- El Papa Francisco ha almorzado en el Centro Pastoral `Apaktone', en Puerto Maldonado, con 9 indígenas de la Amazonía peruana y con Mons. David Martínez de Aguirre Guinea, Vicario Apostólico de Puerto Maldonado, hoy, viernes, 19 de enero de 2018.

Los indígenas amazónicos que se han sentado en la mesa con Francisco han sido: Roger Aparicio Piñarreal, de etnia Matsiguenka, de La Convención; Norma Sánchez Chapay, de la etnia Asháninka, de Purús; Zaqueo Mochi Urrea, de la etnia Asháninka, de La Convención; Saúl Escobar Rodríguez, de la etnia Shipibo, de Ucayali; Maeriaba Martín Koti, de la etnia Matsiguenka, de La Convención; María Luzmila Bermeo, de la etnia Awajun, de Jaén; Nicasio Roque Moreira, de la etnia Awajun, de Jaén; Yésica Patiachi, de la etnia Harakbut, de Madre de Dios; y Héctor Sueyo, de la etnia Harakbut, de Madre de Dios.

El Papa ha regalado al Centro Pastoral `Apaktone' de Puerto Maldonado un bajorrelieve de la huída a Egipto, tallado en la raíz de nogal por el artista copto Kirilos Ghaly, representa un episodio narrado en el Evangelio de Mateo (2: 13-23), comúnmente conocido como la "Huida a Egipto".

 

 

19/01/2018-21:08
Rosa Die Alcolea

Hogar 'El Principito': "Busquen sus raíces y abran los ojos a lo novedoso"

(ZENIT — 19 enero 2018).- "Los necesitamos auténticos, jóvenes orgullosos de pertenecer a los pueblos amazónicos y que aportan a la humanidad una alternativa de vida verdadera", así se dirigió el Papa Francisco a los niños del Hogar de acogida 'El Principito', en Puerto Maldonado, a quienes llamó "estrellitas que iluminan en la noche".

"El mundo los necesita a ustedes, jóvenes de los pueblos originarios, y los necesita tal y como son", les alentó el Papa. "¡No se conformen con ser el vagón de cola de la sociedad, enganchados y dejándose llevar! Los necesitamos como motor, empujando".

Asimismo, Francisco animó a los niños amazónicos: "Escuchen a sus abuelos, valoren sus tradiciones, no frenen su curiosidad. Busquen sus raíces y, a la vez, abran los ojos a lo novedoso, sí... y hagan su propia síntesis.

Devuélvannos al mundo lo que aprenden porque el mundo los necesita originales, como realmente son, no como imitaciones".

Esta mañana, 19 de enero de 2018, a las 12:15 horas (18:15 h. en Roma), daban la bienvenida al Papa Francisco unos cientos de personas entre los niños invitados, jóvenes y operadores de la asociación que gestiona la instalación de recepción.

El Hogar 'El Principito' acoge a niños y adolescentes abandonados. La Fundación `APRONIA', que dirige el Hogar, es un conjunto de servicios dedicados a la infancia y a la adolescencia con una acogida las 24 horas, todos los días del año. El hogar ofrece alrededor de 30 puestos para niños y jóvenes, desde los 4 años de edad Los jóvenes se quedan hasta que pueden empezar una vida independiente.

Después de que los niños interpretaran unas canciones al Santo Padre, el Director del Hogar 'El Principito' saludó al Papa y a continuación, un grupo de chicos bailaron una coreografía realizada, y la joven Dirsey, criada en este Hogar ofreció su testimonio, y el Papa les ofreció unas palabras.

"¡Qué testimonio tan bueno el de ustedes jóvenes que han transitado por este camino, que ayer se llenaron de amor en esta casa y hoy han podido formar su propio futuro!", expresó el Pontífice. "Quiero darles las gracias por su testimonio. Gracias por ser luz de esperanza para todos nosotros".

El Papa se mostró alegre por ver que estos niños y niñas tienen un hogar donde son acogidos, donde con cariño y amistad los ayudan a descubrir que Dios les tiende las manos y les pone sueños en el corazón.

RD

Sigue el discurso del Papa Francisco en el Hogar 'El Principito', en Puerto Maldonado.

 

Discurso del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas,
queridos niños y niñas:

Muchas gracias por este bonito recibimiento y por las palabras de bienvenida. Verlos bailar me llena de alegría.

No podía marcharme de Puerto Maldonado sin venir a visitarlos. Han querido reunirse de diferentes albergues en este lindo Hogar El Principito. Gracias por los esfuerzos que han realizado para poder estar hoy aquí.

Acabamos de celebrar la Navidad. Se nos enterneció el corazón con la imagen del Niño Jesús. Él es nuestro tesoro, y ustedes niños son su reflejo, y también son nuestro tesoro, el de todos nosotros, el tesoro más preciado que tenemos que cuidar. Perdonen las veces que los mayores no lo hacemos o que no les damos la importancia que se merecen. Sus miradas, sus vidas siempre exigen un mayor compromiso y trabajo para no volvernos ciegos o indiferentes ante tantos otros niños que sufren y pasan necesidad. Ustedes, sin lugar a dudas, son el tesoro más preciado que debemos cuidar.

Queridos niños del Hogar 'El Principito' y jóvenes de los otros hogares de acogida. Sé que algunos de ustedes a veces están tristes por la noche. Sé que echan de menos al papá o la mamá que no está, y sé también que hay heridas que duelen mucho. Dirsey, vos fuiste valiente y nos lo compartiste. Y me decías «que mi mensaje sea una luz de esperanza». Pero déjame decirte algo: tu vida, tus palabras y la de ustedes son una luz de esperanza. Quiero darles las gracias por su testimonio. Gracias por ser luz de esperanza para todos nosotros.

Me alegra ver que tienen un hogar donde son acogidos, donde con cariño y amistad los ayudan a descubrir que Dios les tiende las manos y les pone sueños en el corazón.

¡Qué testimonio tan bueno el de ustedes jóvenes que han transitado por este camino, que ayer se llenaron de amor en esta casa y hoy han podido formar su propio futuro! Ustedes son para todos nosotros la señal de las inmensas potencialidades que tiene cada persona. Para estos niños y niñas son el mejor ejemplo a seguir, la esperanza de que ellos también podrán. Todos necesitamos modelos a seguir; los niños necesitan mirar para adelante y encontrar modelos positivos: «Quiero ser como él o como ella», sienten y dicen. Todo lo que ustedes jóvenes puedan hacer, como venir a estar con ellos, a jugar, a pasar el tiempo es importante. Sean para ellos, como decía el Principito, las estrellitas que iluminan en la noche.[1]

Algunos de ustedes, jóvenes que nos acompañan, proceden de las comunidades nativas. Con tristeza ven la destrucción de los bosques. Sus abuelos les enseñaron a descubrirlos, en ellos encontraban sus alimentos y la medicina que los sanaba. Hoy son devastados por el vértigo de un progreso mal entendido. Los ríos que acogieron sus juegos y les regalaron comida hoy están enlodados, contaminados, muertos. Jóvenes, no se conformen con lo que está pasando. No renuncien al legado de sus abuelos, no renuncien a su vida ni a sus sueños. Me gustaría estimularlos a que estudien; prepárense, aprovechen la oportunidad que tienen para formarse. El mundo los necesita a ustedes, jóvenes de los pueblos originarios, y los necesita tal y como son. ¡No se conformen con ser el vagón de cola de la sociedad, enganchados y dejándose llevar! Los necesitamos como motor, empujando. Escuchen a sus abuelos, valoren sus tradiciones, no frenen su curiosidad. Busquen sus raíces y, a la vez, abran los ojos a lo novedoso, sí... y hagan su propia síntesis. Devuélvannos al mundo lo que aprenden porque el mundo los necesita originales, como realmente son, no como imitaciones. Los necesitamos auténticos, jóvenes orgullosos de pertenecer a los pueblos amazónicos y que aportan a la humanidad una alternativa de vida verdadera. Amigos, nuestras sociedades tantas veces, necesitan corregir el rumbo y ustedes, los jóvenes de los pueblos originarios —estoy seguro—, pueden ayudar muchísimo con este reto, sobre todo enseñándonos un estilo de vida que se base en el cuidado y no en la destrucción de todo aquello que se oponga a nuestra avaricia.

Quiero agradecer al padre Xavier, a los religiosos y religiosas, misioneras laicas que hacen una labor fabulosa y a todos los benefactores que conforman esta familia. A los voluntarios que regalan su tiempo gratuito que es como bálsamo refrescante en las heridas. También agradecer a quienes fortalecen a estos jóvenes en sus identidades amazónicas y los ayudan a forjar un futuro mejor para sus comunidades y para todo el planeta.

Niños, pidamos a Dios que nos dé la bendición.

Que el Señor tenga piedad y los bendiga, ilumine su rostro sobre ustedes, que el Señor tenga piedad y misericordia y los colme con toda clase de favores, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (cf. Nm 6,24-26; Sal 66; Bendición del Tiempo Ordinario).

Les pido un favor, que recen por mí y gracias por ser las estrellitas que iluminan en la noche.

[1] Cf. Antoine de Saint-Exupéry, XXIV; XXVI.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

19/01/2018-14:33
Rosa Die Alcolea

Perú: El Papa viaja a Puerto Maldonado, donde conocerá a los indígenas amazónicos

(ZENIT — 19 enero 2018).- Comienza la segunda jornada del Papa Francisco en Perú, este viernes, 19 de enero de 2018. Perú es el 9° país de América Latina que visita.

Francisco es el primer pontífice de origen latino americano que visita Perú. San Juan Pablo II visitó el país en 1985, que estuvo en Lima, Arequipa, Cusco, Ayacucho, Piura, Trujillo e Iquitos, así como la Provincia Constitucional del Callao; y en 1988, participó en Congreso Eucarístico y Mariano de los países bolivarianos, en momentos en los que el Perú sufría los embates del terrorismo.

Está previsto que el Santo Padre llegue al Aeropuerto Internacional Padre José Aldámiz de Puerto Maldonado a las 10:15 horas (16:15 h. en Roma)95. El aeropuerto lleva el nombre de un misionero dominico pionero de la aviación en Madre de Dios.

 

"Capital de la biodiversidad"

A su llegada a Puerto Maldonado, capital del departamento de Madre de Dios, el Obispo de Roma se encontrará con los pueblos de la amazonia en el Coliseo Regional 'Madre de Dios' a las 10:30 horas.

El Papa ha querido visitar esta "capital de la biodiversidad", para conocer la Iglesia en la Amazonía y encontrarse con los pueblos indígenas amazónicos, "escuchar sus reclamos, sus luchas, sus sufrimientos y sus sueños", señala el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.

"Francisco viene a celebrar y recordar —indica el Vicariato— que la Iglesia está presente en nuestra tierra, que la labor misionera, desempeñada desde hace más de 100 años, junto a los pueblos indígenas amazónicos, ha generado en la zona espacios de acercamiento intercultural, de aprendizaje mutuo y de convivencia fraterna".

 

Hogar "El Principito"

Después del encuentro con los pueblos amazónicos, y como parte del mismo acto, se encontrará con católicos, peregrinos, visitantes, hombres y mujeres de buena voluntad, que quieran verle y saludarle en la explanada del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público Jorge Basadre, justo al costado del mismo Coliseo.

En torno a las 12:15 horas, el Santo Padre visitará la obra social del Hogar de acogida de niños y niñas "El Principito" y luego almorzará con los representantes de los pueblos de la amazonia en el Centro Pastoral "Apaktone".

Desde allí se trasladará al Aeropuerto Internacional Padre José Aldámiz, para regresar a Lima, donde ofrecerá un discurso a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático del país en el Patio de Honor del Palacio de Gobierno y se reunirá con el Presidente en el Salón de los Embajadores del Palacio de Gobierno.

 

Puerto Maldonado

El Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado tiene una extensión de 149.552 km2 y una población estimada de 348.411 habitantes. Aunque se llama Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, incluye, además del departamento de Madre de Dios, la provincia de La Convención y el distrito de Camanti (departamento del Cusco), la provincia de Purús, el distrito del Sepahua y parte del distrito de Raimondi (departamento de Ucayali).

Según el II Censo de Comunidades Indígenas de la Amazonía Peruana, realizado en el año 2007, la población indígena amazónica de Perú es de 332.975, de ellos, se estima, viven en el territorio del Vicariato Apostólico unos 29.000 habitantes. Recordemos que la población total estimada del Vicariato Apostólico es de 348.411 habitantes.

El actual obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado es Mons. David Martínez de Aguirre Guinea. Español de Vitoria, nacido en 1970. Fue consagrado obispo en 2014 y en junio de 2015 sucede a Mons. Francisco González, también dominico, como obispo titular del Vicariato.

 

 

19/01/2018-22:00
Redacción

Perú: Francisco aprovecha cada ocasión para rezar

(ZENIT — 19 enero 2018).- El Papa Francisco se ha detenido a rezar en la Capilla de la base aérea al llegar al Aeropuerto de Lima, antes de encontrarse con las autoridades civiles y diplomáticas en el Palacio de Gobierno.

En la tarde del segundo día en Perú, viernes, 19 de enero de 2018, el Papa regresa a primera hora de la tarde a la capital, donde hablará a las autoridades políticas y se reunirá en privado con el presidente Pedro Pablo Kuczynski.

Francisco ha donado a la Capilla Militar del Aeropuerto de Lima una escultura de madera de María Auxiliadora.

 

"Virgen de los tiempos difíciles"

Esta escultura de la Santísima Virgen con su largo cabello suelto sobre una túnica roja y el manto azul que sostiene con su brazo izquierdo a Jesús Niño y con la mano derecha sosteniendo un cetro, representa a María Auxiliadora, o la "Virgen de los tiempos difíciles".

La iconografía particular de esta imagen mariana se refiere, sin embargo, al gran cuadro del altar principal de la basílica de Turín que lleva su nombre, creado en 1868 por el pintor Tommaso Lorenzone encargado directamente por San Giovanni Bosco, fundador no solo de las Hijas de María Auxiliadora, sino también el principal propagador de la devoción a María Auxiliadora.

 

 

19/01/2018-12:38
Redacción

Italia: El Papa Francisco nombra a Mons. Luigi Testore Obispo de Acqui

(ZENIT — 19 enero 2018).- El Papa Francisco ha nombrado obispo de la Diócesis de Acqui (Italia), a monseñor Luigi Testore, del clero de la Archidiócesis metropolitana de Milán, hasta ahora responsable de la comunidad pastoral "Beato Paolo VI", en Milán.

El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Acqui (Italia), presentada por Mons. Pier Giorgio Micchiardi.

 

Mons. Luigi Testore

Mons. Luigi Testore nació en Castigliole d'Asti, provincia y diócesis de Asti, el 30 de abril de 1952. Se trasladó a Sarnoso, norte de Italia, donde cursó el bachillerato de ciencias. En 1972 fue aceptado en el Seminario Arzobispal de Milán y, después de asistir al ciclo regular de estudios, obtuvo el bachillerato en Teología. Fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1977.

Monseñor Testore secretario particular del cardenal Carlo Maria Martini de 1980 a 1986; subdirector de la Oficina Administrativa de 1986 a 1988; jefe de la Oficina de Contabilidad Unificada de 1988 a 1995; director de la Oficina Administrativa de 1990 a 1995; Ecónomo diocesano de 1995 a 2012; vicario episcopal del sector desde 1995 hasta 2012; presidente de Caritas Ambrosiana de 2005 a 2013; párroco de San Marco en Milán de 2012 a 2016; y jefe de la Comunidad Pastoral "Beato Pablo VI" desde 2017 hasta hoy.

Asimismo, el sacerdote fue Administrador de la Fundación G.B. Guazzetti Onlus y coordinador de la pastoral de las parroquias de Milán de San Bartolomeo, S. Maria Incoronata, S. Simpliciano y S. Maria del Carmine. También asumió la presidencia de varios entes diocesanos: Consejo para la Casa Diocesana de Legados, Consejo de Administración, Consejo de Administración de la "Opera Pia delle Chiese y Case Povere", Comisión técnica, Consejo de Administración de la Oficina Diocesana para la Preservación y Difusión de la Fe, de la cual también fue director entre 1995 y 2001, Consejo de Administración de la Fundación Caritas Ambrosiana, y Consejo de Administración de la Fundación Luigi Moneta.

Finalmente, ha sido miembro de varios consejos y comisiones diocesanas: Consejo presbiteral de 1990 a 1995; Consejo de Asuntos Económicos de 1989 a 1995; Consejo Episcopal de 1995 a 2012; Comisión arzobispal para las nuevas figuras del ministerio laico de 1997 a 2006; Congregación de los Conservadores de la Veneranda Biblioteca Ambrosiana de 1995 a 1997, de 1998 a 2007, y Consejo de Administración de la Fundación Carlo Maria Martini de 2013 a 2016.

El 10 de febrero de 1996 fue nombrado Prelado de Honor de Su Santidad.

 

 

19/01/2018-18:55
Anita Bourdin

Chile: Familiares de víctimas de la dictadura de Pinochet se encuentran con el Papa

(ZENIT — 19 enero 2018).- En la Iglesia del Santuario de Iquique, al norte de Chile, ha tenido lugar este jueves 18 de enero de 2018, antes del almuerzo del Papa y a continuación, el encuentro, anunciado del Papa Francisco y de las víctimas de la dictadura de Gustavo Pinochet, indica el Vaticano.

Desean la colaboración del gobierno y de las fuerzas armadas.

Pinochet (1915-2006) gobernó Chile desde el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 hasta el 11 de marzo de 1990, después del referéndum de 1988.

El periodo de la dictadura militar comienza cuando los comandantes de las fuerzas armadas y de la policía derrocan con un golpe de estado al gobierno del presidente Salvador Allende, elegido democráticamente.

La dictadura finaliza después de un referéndum revocatorio perdido por Augusto Pinochet que, después de una breve transición democrática, permite la restauración de la democracia el 11 de marzo de 1990.

En Iquique, en el norte del país, desértico, Augusto Pinochet había autorizado y financiado dos centros secretos de detención y de tortura.

Una carta ha sido entregada al Papa Francisco, en la Casa de Retiros espirituales "Nuestra Señora de Lourdes", por un familiar de las víctimas de la represión de los años setenta, que alimenta la esperanza de poder encontrar a los familiares detenidos y más tarde "desaparecidos".

Previamente, el Papa había encontrado también, en la iglesia adyacente, 10 enfermos y 2 miembros de la familia de dos víctimas de la represión de Pinochet que le han entregado también una carta. Ellos también siguen esperando encontrar a los detenidos que convertidos en "desaparecidos".

"Papa Francisco, pongo en sus manos la esperanza de encontrar a nuestros prisioneros "desaparecidos", ha dicho Hector Marín Rossel, cuyo hermano, Jorge, fue secuestrado el 28 de septiembre de 1973 y muerto el mismo día en Iquique, a la edad de 19 años.

Hector Marín Rossel es ahora el presidente de la Asociación de familiares de víctimas del régimen y de Detenidos Desaparecidos de Iquique y Pisagua (Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y Detenidos desaparecidos de Iquique y Pisagua, AFEPI).

Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Rossel ha dicho haber expresado al Papa cuánto aprecia su acción en favor de la promoción y de la defensa de los derechos humanos en Chile.

Hablando después con el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, el presidente de la AFEPI ha confiado que "el Papa se ha mostrado receptivo" escuchando sus palabras y recibiendo la carta.

En su carta, describe al Papa el compromiso de la asociación para encontrar a los miembros desaparecidos de las familias de Chile.

Ha confiado a la agencia Ansa que esta "cruzada humanitaria" permitirá "obtener la paz espiritual tan necesaria".

El Obispo Mon. Guillermo Vera Soto, había confirmado el proyecto de encuentro del Papa con los familiares de las víctimas, 28 años después del fin de la dictadura que deja, según Luis Badilla (il Sismografo), de las "heridas abiertas", a pesar del "trabajo de reconciliación y de pacificación": Badilla el mismo es chileno. Este encuentro constituirá un "recuerdo indeleble" en los corazones de los chilenos.

Después del almuerzo, el Papa ha ido al aeropuerto de Iquique desde donde ha partido hacia Perú. Ha llegado a la capital, Lima, a las 16h32 (22h32 de Roma).

Desde el viernes por la mañana, el Papa volará a las 8h30 (14h30 de Roma) hacia la ciudad de Puerto Maldonado donde se encontrará con los pueblos de la Amazonía: una piedra de espera en el camino del Sínodo de 2019 sobre la Amazonía.

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

19/01/2018-08:00
Isabel Orellana Vilches

Beato Basilio Antonio María Moreau, 20 de enero

«Vivió al abrigo de la cruz, su única esperanza en medio de los numerosos contratiempos que le salieron al paso para poder sostener sus fundaciones integradas por sacerdotes, religiosos y laicos. Tuvo como modelo la Sagrada Familia»

En esta festividad de san Sebastián, la Iglesia celebra la vida de este beato. Como tantos otros fundadores y fundadoras, Antonio sufrió mucho para llevar adelante su obra. Fue incomprendido en no pocas ocasiones, pero nunca dejó de confiar plenamente en la divina providencia. En su afán de cumplir en todo momento la voluntad de Dios, no dudó en entregarse por completo hasta el fin de sus días. Este sentimiento de actuar en nombre de Dios, de ser instrumento suyo, lo transmitió a sus hijos espirituales: «La obra de la Santa Cruz no es obra del hombre, sino obra de Dios mismo [...]. Por eso os exhorto a renovar el espíritu de vuestra vocación, que es un espíritu de pobreza, castidad y obediencia».

Había nacido en Laigné-en-Bélin, distrito de Le Mans, Francia, el 11 de febrero de 1799. Formaba parte de una generosa familia, compuesta por catorce hermanos, de los que fue el noveno. Cuando decidió ser sacerdote, el párroco le ayudó en las enseñanzas básicas, que después prosiguió en el colegio de Cháteau-Gontier y en el seminario de Le Mans. Su vocación eran las misiones. Y allí hubiera querido partir cuando se convirtió en sacerdote en 1821. Sin embargo, las previsiones de su obispo eran otras. Vio en él cualidades para la enseñanza y formación de los nuevos seminaristas, y decidió que ampliase estudios fuera de la diócesis. Al regresar a Le Mans, junto a su intensa actividad pastoral, impartía diversas disciplinas en el seminario del que fue profesor desde 1823 a 1836. Tres años antes de cesar en esta tarea, tomó contacto con la fundación del Buen Pastor de Le Mans, institución destinada a la reeducación de jóvenes que erraron su camino y se adentraron en los peligrosos derroteros de la delincuencia. Fue una experiencia inolvidable para él.

En 1835 conoció de cerca la Congregación de los Hermanos de San José que tenía como objetivo la formación de los campesinos. Estaba en manos de laicos comprometidos, y él se convirtió en su director espiritual. Consciente de la gran tarea pastoral que siempre tienen delante los presbíteros, ese año de 1835 fundó la sociedad de Sacerdotes Auxiliares. Con ella dio un impulso más que notable a su labor, asistiéndoles a través de predicación, retiros, cursillos y misiones populares. En 1837 surgió, como fusión de esta sociedad y la Congregación de Hermanos de San José, otra nueva fundación: la Congregación de la Santa Cruz con el lema: «Salve, oh cruz, nuestra única esperanza». Le dio este nombre por el alcance que la cruz tenía en su vida. Dado que es la señal del seguidor de Cristo, siempre aludía a ella en su dirección espiritual.

Cuatro años más tarde impulsó la tercera fundación: las Marianitas de la Santa Cruz, integrada por religiosas. Sabedor del valor incuestionable de la unidad, fuente de bendiciones que sostiene cualquier empresa, hacía notar: «La unión hace la fuerza y la desunión lleva a la ruina». Unidad, naturalmente, que debía estar vinculada en Cristo: «Debemos permanecer unidos en Él los unos a los otros, de forma que seamos uno solo, como las ramas con el tronco, sostenidas por la misma raíz y alimentadas por la misma savia, que forman un solo árbol».

Tomando como modelo a la Sagrada Familia denominó a los sacerdotes, Salvatoristas, a los hermanos, Josefinos, y a las religiosas, Marianitas. En conjunto, extendieron sus redes en el entorno rural y en otras misiones emprendidas en el extranjero. Educación y predicación eran pilares básicos de la acción apostólica, junto a la labor parroquial y «difusión de la buena prensa». Por otro lado, se ocuparon de crear y dirigir casas destinadas a la reinserción de delincuentes jóvenes y a acoger personas sin hogar. Las tres ramas de la Congregación fueron estableciéndose en distintos lugares del mundo: Argelia, Estados Unidos, India y Canadá, entre otros países. El P. Moreau siguió la expansión desde su morada situada junto al Instituto de la Santa Cruz.

Él, que tanto amó la unidad, durante más de una década tuvo que padecer su ausencia entre sus hijos. Tanta fue la presión y acusaciones que ponían en solfa su capacidad gestora, amén de otras discrepancias añadidas, que se propuso dimitir como superior general en 1860, gesto honroso y edificante que no prosperó hasta 1866, año en el que tras persistir y acentuarse las tropelías contra su persona, el papa acogió su deseo. Desamparado por los integrantes de la obra que puso en marcha, solo pudo contar con la asistencia de dos hermanas suyas. Conviviendo junto a ellas, ejerció su labor predicadora por las parroquias colindantes a Le Mans hasta que el 20 de enero de 1873 entregó su alma a Dios. Fue beatificado por Benedicto XVI el 15 de septiembre de 2007 en esa ciudad.