IGLESIA | Celam

 

“Cuidar la creación en forma activa”: los Obispos en la Carta Pastoral del Celam

 

El documento parte de la convicción de que “no se conquistará un auténtico desarrollo, si se atenta contra la casa común que es creación de Dios”

 

 

16 marzo 2018, 14:03 | Ciudad del Vaticano


 

 

“Discípulos misioneros, custodios de la Casa Común, Discernimiento a la luz de la Encíclica Laudato Sí”: es el título de la Carta Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano que será entregada a todos los presidentes y secretarios generales de las Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe. Como escribe en la presentación el Secretario General del Celam, Mons. Juan Espinoza, la carta parte de la convicción de que “no se conquistará un auténtico desarrollo, si se atenta contra la casa común, este Planeta Tierra que es creación de Dios”. A través de la carta pastoral, los obispos latinoamericanos, en comunión con el Papa Francisco, desean “entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común” y especialmente “sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta”, lo cual implica “buscar juntos caminos de liberación” que conduzcan a la “verdadera sabiduría” y al planteamiento de “respuestas integrales”.

 

Necesaria una conversión

Los obispos subrayan que las cuestiones ambientales no pueden ser tratadas en modo aislado o fragmentario ni accesorio, sino que “se trata de una mirada a la raíz de la existencia humana”. “No estamos hablando de una actitud opcional, sino de una cuestión básica de justicia, ya que la tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán”, escriben.

De ahí que la ecología integral sea objeto de una necesaria conversión: “la crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior. Nada lograremos si el cambio de sistemas económicos y modelos de producción no es el reflejo de un cambio de mentalidad, conciencia, hábitos y corazón”.

 

Crecen los proyectos mineros y petrolíferos, aumenta la pobreza

La carta denuncia el crecimiento de proyectos mineros y petrolíferos en todo el continente: “La tendencia es a explotar la mayor cantidad de material en el menor tiempo posible, ocasionando grandes impactos en los ecosistemas y afectando la vida de los pobladores de los territorios”. “Hacemos nuestras las preocupaciones de sacerdotes, religiosas, laicas y laicos de congregaciones, movimientos y diversas organizaciones que comparten la vida de las poblaciones aledañas a las actividades extractivas. Pues allí se percibe que el cambio climático está haciendo más compleja la gestión del agua, ya que está provocando sequías más severas, ha acelerado el retroceso glaciar y aumentaría el nivel del mar, entre otros impactos”.

En tal escenario, los prelados denuncian las violaciones a los derechos humanos, personales y colectivos, de las poblaciones indígenas u originarias, tradicionales y campesinas, principalmente las de la Amazonía, ocasionadas por empresas que realizan actividades extractivistas, sean agrícolas, forestales, mineras o energéticas, y condenan las situaciones de indiferencia generalizada, incluida la indiferencia de los medios de comunicación sobre las situaciones de injusticia social que viven las comunidades.

 

Cuidar la creación en forma activa

“La encíclica papal Laudato Si nos hace un llamado a la Conversión Ecológica” se lee en los últimos párrafos. “Todos los bautizados y bautizadas debemos cambiar nuestros estilos de vida, los modos de producción y de consumo, para ser más coherentes con los valores del Evangelio. Una Iglesia en salida misionera, pobre para los pobres, es también una Iglesia que ama y protege la creación. Es una Iglesia que se sitúa y encarna en el territorio, que se reconoce como ‘casa y escuela de comunión’ y por eso mismo defiende la vida de la Creación, promueve las relaciones de hermandad entre todas las creaturas y enseña a vivir y convivir rompiendo la auto-referencialidad y promoviendo una sincera preocupación por el otro”.

Por todo lo dicho, los prelados instan a “cada Conferencia Episcopal de América Latina y todas las Diócesis que consideren el establecimiento de una Comisión o Pastoral de Ecología Integral que ayude a la comunidad eclesial” al cuidado de la creación en forma activa, con la colaboración activa con las pastorales sociales en la dimensión social de la Evangelización.