Papa Francisco | Misa santa marta

 

Papa: Nuestro “destino” es vivir como amigos de Jesús

 

En su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, el segundo lunes de mayo, el Santo Padre recordó que estamos llamados a vivir en amistad con Jesús, y que Él es siempre fiel

 

 

14 mayo 2018, 10:40 | Ciudad del Vaticano


 

 

Hemos recibido como “destino”, y no por “casualidad”, la amistad con Jesús y nuestra vocación es, precisamente, la de permanecer amigos del Señor. Lo afirmó el Papa Francisco en su reflexión de esta mañana a partir de la Liturgia del día, en que aparece varias veces la palabra “suerte”.

 

Nuestro destino es vivir como amigos de Jesús

“Nosotros hemos recibido este don como destino, la amistad del Señor. Ésta es nuestra vocación: vivir siendo amigos del Señor, amigos del Señor. Y lo mismo habían recibido los Apóstoles, de modo más fuerte aún, pero lo mismo. Todos nosotros, los cristianos, hemos recibido este don: la apertura, el acceso al corazón de Jesús, a la amistad de Jesús. Hemos recibido en suerte el don de tu amistad. Nuestro destino es ser amigos tuyos. Es un don que el Señor conserva siempre y Él es fiel a este don”.

 

Jesús no reniega su amistad, ni siquiera con quien traiciona

Pero muchas veces nosotros no lo somos y nos alejamos “con nuestros pecados, con nuestros caprichos”, pero “Él es fiel a la amistad”. Por lo tanto, Jesús, tal como lo recuerda el Evangelio del día (Jn 15,9-17), ya no nos llama “siervos” sino “amigos” y conserva esta palabra hasta el fin, porque es fiel. Incluso con Judas: la última palabra que le dirige, antes de la traición, es “amigo”. No le dice “vete”:

“Jesús es nuestro amigo. Y Judas, como dice aquí, ha ido por su suerte nueva, por su destino que él ha elegido libremente, se ha alejado de Jesús. Y la apostasía es esto: alejarse de Jesús. Un amigo que se convierte en enemigo o un amigo que se vuelve indiferente o un amigo que llega a ser traidor”.

 

Permanecer en la amistad con Jesús, recibida en don

Por tanto, en lugar de Judas – tal como narra la Primera Lectura (Hch 1, 15-17.20-26) – es elegido en suerte Matías “por ser testigo de la Resurrección”, “testigo de este don de amor”. “Amigo – recordó el Papa Francisco – es aquel que comparte precisamente los secretos” con el otro. “Los he llamado amigos porque todo lo que he oído de mi Padre se lo he dado a conocer a ustedes”, dice, en efecto, Jesús en el Evangelio. Se trata, por lo tanto, de una amistad que “hemos recibido en suerte, es decir, como destino”, como lo habían recibido Judas y Matías:

“Pensemos en esto, Él no reniega este don, no nos reniega, nos espera hasta el final. Y cuando nosotros, por nuestra debilidad, nos alejamos de Él, Él espera, Él espera, Él sigue diciendo: “Amigo, te espero. Amigo ¿qué quieres? Amigo, ¿por qué con un beso me traicionas?”. Él es fiel en la amistad y nosotros debemos pedirle esta gracia de permanecer en su amor, permanecer en su amistad, esa amistad que nosotros hemos recibido como don, en suerte, de Él”.