El ojo crítico

 

El nuevo Gobierno y el independentismo catalán (Sánchez y Torra)

 

 

08/06/2018 | por Salvador Aragonés


 

 

El nuevo gobierno español, presidido por Pedro Sánchez, ha merecido todos los respetos de la opinión pública española. Ha creado un soplo general de simpatía. Nadie esperaba que Pedro Sánchez tuviera personas tan válidas en su chistera. Además, son personas que le han sido fidelísimas en su travesía del desierto, cuando nadie daba un euro para el Secretario General del PSOE: 11 mujeres, Borrell, Grande-Marlasca, un famoso (Duque) y un tuitero friki (Màxim).

La nueva ministra de Administraciones Públicas, Meritxell Batet, ha dicho que una gran prioridad del gobierno de Sánchez es la crisis de Catalunya. Muchos recelan de Pedro Sánchez, porque hasta ahora se ha prodigado en declaraciones a veces contradictorias. Esto no quiere decir que no tenga las ideas claras, que las tiene, y si no miren al nuevo gobierno.

La primera cuestión es que Meritxell Batet será la ejecutora de la política catalana del presidente Sánchez. El nuevo gobierno ha sorprendido al independentismo catalán, y no gratamente. No es un gobierno débil ni títere de nadie, sino un gobierno sólido, y esto preocupa.  Cuenta mayoría parlamentaria (PP, C,s y PSOE) para hacer valer sus tesis sobre Catalunya. Y no olvidar que Pedro Sánchez es un pragmático y un hombre de empuje.

¿Y cuáles son estas tesis? La primera ya la ha anunciado en su discurso en la moción de censura: querer que las instituciones catalanas se muevan dentro de la legalidad constitucional. Pero el president Quim Torra no está por la labor, como se desprende en sus dos últimas declaraciones públicas esta semana: ante TV-3 y ante el Parlament. Este será su primer escollo. Quim Torra ha dicho ya que “su constitución” es el referéndum ilegal del 1 de octubre: la República.

Segundo escollo. Lo más importante y emotivo a nivel de opinión pública independentista: la liberación de los presos y el retorno de los que están fuera, huidos de la justicia española. En este tema Pedro Sánchez no puede saltarse las reglas democráticas, las reglas esenciales de la separación de poderes. En otras palabras, no puede decirle al juez Llarena que se aparte de la causa y/o libere a los presos (muchos independentistas creen que sí lo puede hacer “si tiene voluntad para ello”). Los presos y los huidos están en manos de la justicia y solo los jueces pueden decidir sobre la situación.

Pero entonces ¿no puede hacer nada? Sí puede hacer, como nombrar al nuevo Fiscal General del Estado el cual puede “pedir” al juez (solo pedir) la libertad de los presos, como solicitó ya el actual Fiscal General para el ex conseller de Interior Joaquim Forn, pero el juez no lo concedió. Así funciona el poder judicial. ¿Tan difícil es entender esto, o metemos a jueces, fiscales y ministros en el mismo saco? Ahí hace falta pedagogía al independentismo.

¿Qué puede hacer? Pedro Sánchez, además de nombrar un nuevo Fiscal General, podrá proceder al acercamiento de los presos, a través de Instituciones Penitenciarias del Ministerio de Justicia. Nada podrá hacer con los huidos; es más, estos lo tienen más difícil porque nadie puede decir hoy en Europa que España es un país franquista, como dicen los independentistas.

La conversación entre Pedro Sánchez y Quim Torra, será el encuentro entre un político pragmático (Sánchez) y un idealista emotivo, Torra, que llegó a la política de rebote. A lo más, Sánchez podría insinuar que una vez condenados pidieran el indulto al gobierno, como solicitó Miquel Iceta, pero no lo puede prometer.

¿Y el PDeCAT? Sus diputados en el Congreso, aun siendo independentistas, tienen una línea más moderada que Puigdemont, Torra y Elsa Artadi. Aquellos, en la moción de censura, solo pidieron a Pedro Sánchez que no convocara elecciones y Sánchez lo aceptó. No corren buenos tiempos hoy en España para los radicalismos nacionalistas, y menos para quien ha manifestado un clarísimo rechazo por los españoles, como Torra. Sin embargo, el independentismo ha subido el listón reivindicativo para los presos en la calle estos días.

El president Torra también cometió un error en sus declaraciones a TV-3 cuando dijo que el mejor régimen para España es la República. ¡Hombre! Porqué se busca más problemas de los que tiene. España tendrá el régimen que quieren los españoles ¿o no?

¿Y en Esquerra Republicana? En el Congreso no da ningún miedo Joan Tardá, y Gabriel Rufián debería cambiar su afán tuitero para dedicarse a la política, negociando aquí y allá lo que sea mejor para los catalanes. Falta un baño de realismo y de pragmatismo.

¿La solución? La tienen ERC y el PDeCAT, si quieren o no quieren ceñirse a la legalidad vigente. Sin renunciar a sus ideas.

O sea, que en España hay una nueva situación política que ha ilusionado. ¿Y en Catalunya, la podrá haber?