Sociedad y Familia

 

Crece el suicidio entre adolescentes en el mundo

 

Alarmante incidencia entre los adolescentes de un problema que antes solo afectaba a enfermos mentales o adultos cansados de vivir. En España, el suicidio juvenil supone la segunda causa de muerte externa en menores de 18 años, solo por detrás de las muertes en carretera

 

 

24 septiembre, 2018 | ForumLibertas.com


 

 

Hasta hace tan solo unas décadas quitarse la vida era algo propio de enfermos mentales, ancianos cansados de vivir o adultos acosados por las desgracias o la depresión.

Sin embargo, a pesar de vivir en unas sociedades avanzadas donde nunca como hasta ahora se ha gozado de tanto bienestar y calidad de vida, los suicidios están aumentando en el mundo y crecen de forma preocupante entre los adolescentes.

En España, el suicidio juvenil supone la segunda causa de muerte externa en menores de 18 años, solo por detrás de los accidentes de tráfico, según datos del INE correspondientes a 2014.

 

El suicidio ya no es cosa solo de enfermos mentales o ancianos cansados de vivir

 

Un problema de salud pública al alza

Si hablamos del suicidio en términos globales, esta causa de muerte se ha convertido en un problema creciente de salud pública, con casi un millón de muertes prematuras al año en el mundo, una tasa de 15 personas por cada cien mil y otras 20 que lo intentan, según informaba Diario Médico el pasado sábado, 22 de septiembre.

La información matizaba que hay notables diferencias entre países y datos no muy precisos. Por ejemplo, “en Estados Unidos, los suicidios y las muertes por sobredosis -la cuarta parte de las cuales pueden catalogarse de suicidas- han superado a la diabetes y se han situado en el séptimo puesto de las causas mortales”, según datos del mes pasado en la revista Injury Prevention.

Otro dato que facilita es que, en la India, según un análisis publicado en The Lancet, en el año 2016 se suicidaron 230.000 personas, la cuarta parte del total mundial (los matrimonios arreglados son un origen común de suicidios entre las mujeres indias).

En referencia a España, este diario destaca que, aunque en el global de suicidios en todas las edades “tiene una de las tasas más bajas de suicidios del mundo (8,5 por cada 100.000 habitantes), con 3.500-4.000 al año, duplica la de los muertos en carretera”.

Estos datos quedan refrendados por el informe del INE ‘Defunciones según la causa de muerte’, con datos del año 2016, donde se constata que los suicidios fueron la primera causa de muerte externa, con 3.569 fallecimientos; mientras los accidentes de tráfico causaron 1.890 víctimas mortales.

 

Ciberacoso, bullying, consumo de drogas, pérdidas o rupturas familiares… Para algunos adolescentes no hay luz al final del túnel

 

“La galopante incidencia” de los suicidios juveniles

En cualquier caso, “lo más grave del problema es su galopante incidencia entre los adolescentes”, advierten desde Diario Médico, que recuerda que los trastornos mentales y en especial la depresión conducen al 90% de los suicidios, a lo que se añade actualmente el ciberacoso en las redes sociales.

Si nos remitimos a España, el suicidio entre los adolescentes se ha convertido en “un peligro real”, como advertía un informe de la Clínica Universidad de Navarra el 3 de octubre de 2017.

En España supone la segunda causa de muerte en menores de 18 años, después de los accidentes de tráfico. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2014 se suicidaron 69 menores entre 15 y 19 años”, destacaba.

La doctora Azucena Díez, psiquiatra de esa clínica y presidenta de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría, explicaba entonces que “las personas que tienen un riesgo mayor de cometer suicidio son aquellas que padecen enfermedades mentales, principalmente depresión, aunque también otras, como trastornos de la conducta alimentaria, psicosis…”.

Entre los más jóvenes, “el consumo de alcohol y otras sustancias también aumenta el riesgo porque favorece el paso al acto. El hecho de estar involucrado en situaciones de violencia (ya sea acoso escolar/bullying, pareja o familiares) se ha descrito también como un factor de riesgo, así como las sensaciones de pérdida (duelos, rupturas de pareja, divorcio de los padres) y diversos entornos culturales y sociales”, añadía el informe.

Otras causas de esa tendencia al suicidio pueden provenir de una “conducción temeraria, saltar desde lugares peligrosos (grandes alturas, vías de tren o metro), consumos de drogas con fin de experimentación en dosis o modos inusuales”, que son actividades que se realizan como diversión para buscar el placer que genera el riesgo, pero “pueden esconder intenciones suicidas encubiertas”, aseguraba Díez.

 

En ocasiones, solicitar ayuda y recibirla puede evitar un suicidio adolescente

 

En Estados Unidos, se duplica

Volviendo a Estados Unidos, según se informaba en la revista Pediatrics el pasado mes de mayo, “el número de adolescentes hospitalizados por intentos o pensamientos suicidas se ha duplicado en Estados Unidos desde 2008”, refiere Diario Médico.

En términos más globales, un mes después, en Forum Libertas informábamos de que la tasa de suicidio aumenta un 25% en Estados Unidos en las últimas dos décadas, según un informe donde, entre otras cuestiones, se advertía de que, entre jóvenes de 10 a 17 años, esa tasa ha aumentado un 70% en la última década.

Al respecto, Mike Sosteric, profesor de Sociología en la canadiense Universidad de Athabasca, se preguntaba hace una semana en The Conversation por qué tantos jóvenes quieren morir. “Un factor es lo que llamo socialización tóxica, un proceso de abuso físico o emocional. Aquellos jóvenes que han crecido en un entorno tóxico tienen doce veces más probabilidades de experimentar adicciones, depresión y pensamientos suicidas”.

Además, “los niños expuestos a maltratos, violencia escolar o doméstica, desarrollan muchas formas de discapacidad mental, como ansiedad, alcoholismo, trastornos de la alimentación y de la personalidad y depresión, con daños neurobiológicos y endocrinos. El impacto es peor cuando los perpetradores son quienes se supone que deben protegerles y alimentarles”, añadía.

Una de las conclusiones es que, a día de hoy, “más de la cuarta parte de los suicidas han visitado algún servicio de salud mental en los doce meses anteriores. Y con frecuencia dejan pistas previas sobre sus intenciones, no solo la carta de despedida; parientes, médicos y servicios de salud mental han de estar formados y alertas para vislumbrar esas señales. Si se puede predecir, se puede prevenir”.