Tribunas

Y llegó la pederastia a España

 

 

José Francisco Serrano Oceja

 

Resulta que ahora el diario “El País”, dirigido en esta etapa por lo que dentro del periódico se pudiera denominar “la vieja guardia”, quiere pasar a la historia no quedándose atrás en la denuncia de la pederastia en la Iglesia.

Es decir, quiere ser “The Boston Globe” y sacar a la luz los casos de la historia reciente en España.

Por cierto, uno de los fenómenos que ya se está produciendo estos días es el de la “réplica” de estas informaciones en otros medios, principalmente digitales. No solo en España también en medios de Latinoamérica.

A estas alturas la red está inundada de la imagen de la Iglesia en nuestro país que quiere ocultar los casos de pederastia, que no colabora con la justicia, que es encubridora, por tanto. Y no digamos nada si leemos los comentarios, en los diversos medios, a estas noticias.

Es cierto que hasta el presente no han sido muchas las investigaciones sistemáticas sobre esta materia. ¿Pero acaso no se ha planteado alguien la hipótesis de que por estos predios no haya sido este el principal problema de la Iglesia en los últimos cuarenta años?

De qué se trata, ¿de saber lo que ha ocurrido o de fabricar lo que ha ocurrido, el tema, la serie, la pieza?

Las fuentes judiciales hablan de una treintena de condenas –treinta y tres según un reportaje dominical de ese periódico- en treinta años. Sin embargo, hay un empeño generalizado en decir que esta radiografía no es real, y que o esconde una espiral del silencio de las víctimas –lo que se denomina criminalidad oculta- o la Iglesia en España, sus obispos titulares, empezando por los cardenales hasta el último auxiliar, se han conjurado para cerrar filas y no ofrecer información.

Es cierto que existía algún libro sobre esta materia. El más actual, aunque ya no tanto, del periodista Juan Ignacio Cortés. Ahí están también las investigaciones de Gema Verona, no puestas al día.

Pero tranquilos, porque los compañeros de investigación del diario de PRISA se han puesto manos a la obra y nos van a ofrecer una serie, seguro que suculenta, sobre casos y causas.

Además, para aumentar el interés informativo, han abierto un buzón en donde los lectores que tengan noticia de algún caso pueden mandar un correo. Con lo que presuponemos recibirán miles de e-mails poniendo en conocimiento de un previsible proceso mediático a miles de sacerdotes y religiosos españoles.

No les arriendo la ganancia a los colegas de este periódico por el trabajo de verificación, comprobación, contraste, en un sistema de fuentes opacas, de informaciones que les lleguen a su correo.

Y tampoco me imagino cómo van a abordar el hecho de que estamos hablando de denuncias que son objeto de delitos penales. Sobre todo a la hora de publicar alguna de esas historias. 

Hay quien incluso ha escrito que ese periódico hace este trabajo dada la carencia de trasparencia sobre esta materia de determinados organismos de la Iglesia.

También se han lanzado a aventurar algunos, como si fuera una profecía autocumplida, que, tarde o temprano, el Papa Francisco tendrá que hacer con el episcopado español lo que hizo con el chileno, dado que el episcopado español, desde hace veinte años, hizo lo mismo que otros episcopados.

Bueno. “El País” ya está investigando. Veremos qué da de sí esta campaña de un medio de comunicación que pretende ayudar al Papa en su lucha contra el pecado y el delito.

Qué cosas más curiosas nos pasan últimamente…

 

José Francisco Serrano Oceja