El papel de la oposición

 

20/01/2019 | por Grupo Areópago


 

 

En un sistema democrático, es un procedimiento habitual que algunos grupos apoyen al gobierno (a veces uno solo, si tiene mayoría suficiente) y otros pasen a formar parte de la oposición.  Pero ¿qué significa hacer oposición política?

Unos lo entienden como hacer todo lo posible para llegar gobernar: el éxito de la oposición sería dejar de ser oposición alcanzando el poder. Para conseguir eso se hace una continua descalificación de todo lo que hace el gobierno, desgastando a las figuras que lo representan y cultivando una sensación creciente de malestar con la situación actual que alimente el deseo de cambio.

Otros lo entienden como una labor de crítica metodológica para asegurar que el gobierno haga las cosas con argumentos y lo mejor posible. La oposición sería una especie de abogado del diablo que, llevando la contraria constantemente al gobierno, asegure su tensión por actuar razonablemente. En este caso no hay una labor de descalificación, ni descrédito personal de los líderes, pero los votantes no podrán comprobar qué haría la oposición si llegara el poder.

Una tercera forma de hacer oposición sería la de procurar influir en la acción de gobierno. Así, el partido de la oposición apoyaría aquellas actuaciones coincidentes con su pensamiento y daría batalla en aquellas que fueran contrarias. Este comportamiento da una imagen clara a los electores sobre lo que pueden esperar de una acción futura de gobierno de la actual oposición, porque, de hecho, está ya colaborando con el gobierno en algunos momentos.

Sin duda, la tercera es la más sensible con los intereses de los votantes, que eligen unos representantes para que defiendan sus ideas y procuren su puesta en práctica, sin embargo, no suele ser la más apreciada por esos mismos votantes. Al contrario, parece que es más rentable electoralmente hacerle la vida imposible al enemigo político que construir una sociedad mejor. Y eso es un problema muy peligroso para la salud democrática.

Ahora bien, ¿es esto un problema de los políticos o es un problema de los votantes? Pensémoslo bien, porque a lo mejor tenemos en nuestra mano la posibilidad de empezar a solucionarlo.

 

GRUPO AREÓPAGO