Servicio diario - 24 de abril de 2019


 

"Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden" - Catequesis del Papa Francisco
Larissa I. López

Viaje apostólico a Rumania: Nuevos horarios en el programa del Papa
Rosa Die Alcolea

Audiencia general: Jesús introduce la fuerza del perdón para "amar más allá de lo necesario"
Larissa I. López

El Papa pide a los hispanohablantes transmitir "la experiencia del perdón gratuito" de Dios
Larissa I. López

España: La Facultad de Químicas de la Complutense homenajea a Guadalupe Ortiz de Landázuri
Redacción

España: El Papa saluda al Obispo y los seminaristas de Tui-Vigo
Larissa I. López

Audiencia general: Saludo del Papa a los cristianos de lengua árabe
Larissa I. López

Monseñor Felipe Arizmendi: "A pesar de todo"
Felipe Arizmendi Esquivel

Pascua: El Papa invita a experimentar a "Jesús vivo" para recibir su paz y ser sus testigos
Larissa I. López

San Pedro de San José Betancur, 25 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

24/04/2019-13:39
Larissa 1. López

"Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden" - Catequesis del Papa Francisco

(ZENIT — 24 abril 2019).- En la catequesis de hoy, miércoles 24 de abril de 2019, el Papa Francisco ha indicado que Dios le da a cada cristiano la gracia de escribir "una historia de bien en la vida de sus hermanos". Y ha añadido: "Con una palabra, un abrazo, una sonrisa, podemos transmitir a los demás lo más precioso que hemos recibido", el perdón.

La audiencia general ha tenido lugar esta mañana en la plaza de San Pedro. El Santo Padre ha reanudado la catequesis dedicada al Padre Nuestro, centrándose esta vez en la petición "Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden" (Evangelio según San Mateo, 18, 21-22).

 

Deudores de Dios

En primer lugar, el Papa Francisco ha recordado que somos deudores ante Dios: "de Él hemos recibido todo, en términos de naturaleza y gracia". Además, ha señalado que en la Iglesia no existen self made men, todos estamos "en deuda con Dios y con muchas personas que nos han dado condiciones de vida favorables".

Ante esta deuda inagotable, fruto del amor infinito que nos tiene Dios, el Pontífice recuerda que a veces nos olvidamos de dar las gracias. Para el Papa, el que reza "aprende a decir 'gracias' y le pide a Dios que sea benévolo con él o con ella". Igualmente, explica que, por mucho que nos esforcemos, en nuestra vida siempre tendremos algo por lo que pedir perdón a Dios, como la pereza o el rencor.

El Obispo de Roma también ha resaltado cómo en la invocación del Padre Nuestro se produce una relación de benevolencia vertical — de Dios con nosotros- y otra horizontal — de nosotros con nuestros hermanos: "Le pedimos al Señor que perdone nuestras deudas, nuestros pecados, 'como' nosotros perdonamos a nuestros amigos, a la gente que vive con nosotros, a nuestros vecinos, a las personas que nos han hecho algo que no era agradable".

 

Importancia del perdón fraterno

El Sucesor de Pedro recuerda que todos los cristianos debemos tener presente que Dios perdona todo y lo perdona siempre: "Nada en los Evangelios sugiere que Dios no perdona los pecados de aquellos que están bien dispuestos y pide que se le vuelva a abraza".

No obstante, también ha subrayado que en el Evangelio de Mateo, después del Padre Nuestro, se enfatiza en la importancia del perdón fraterno. A veces las personas pasan por situaciones duras por las que se proponen no perdonar, "Pero si no perdonas, Dios no te perdonará. Tú cierras la puerta", dice el Pontífice. En el caso de que no podamos perdonar, el Papa anima a que se lo pidamos a Dios y a afanarnos en la tarea de perdonar y amar: "si no te esfuerzas por perdonar, no serás perdonado; si no tratas de amar, tampoco serás amado.

El Papa Francisco también ha recalcado el papel de Jesús como instaurador del poder del perdón en las relaciones, reemplazando la "ley del talión" por la ley del amor que nos conduce a hacer por los demás lo que Dios ha hecho por nosotros, amando más allá de lo necesario.

***

 

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy completamos la catequesis sobre la quinta petición del “Padre Nuestro”, deteniéndonos en la expresión ” como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt. 6:12). Hemos visto que es propio del hombre ser deudor ante Dios: de Él hemos recibido todo, en términos de naturaleza y gracia. Nuestra vida no solo fue deseada, sino amada por Dios. Realmente no hay espacio para la presunción cuando unimos las manos para orar. No existen self made men en la Iglesia, hombres que se han hecho a sí mismos. Todos estamos en deuda con Dios y con muchas personas que nos han dado condiciones de vida favorables. Nuestra identidad se construye a partir del bien recibido. El primero es la vida.

El que reza aprende a decir “gracias”. Y nosotros muchas veces nos olvidamos de decir “gracias”, somos egoístas. El que reza aprende a decir “gracias” y le pide a Dios que sea benévolo con él o con ella. Por mucho que nos esforcemos, siempre hay una deuda inagotable con Dios, que nunca podremos pagar: Él nos ama infinitamente más de lo que nosotros lo amamos. Y luego, por mucho que nos comprometamos a vivir de acuerdo con las enseñanzas cristianas, en nuestras vidas siempre habrá algo por lo que pedir perdón: pensemos en los días pasados perezosamente, en  los momentos en que el rencor ha ocupado nuestro corazón y así sucesivamente… Son experiencias desafortunadamente, no escasas, las que nos hace implorar: “Señor, Padre, perdona nuestras ofensas”. Así pedimos perdón a Dios.

Pensándolo bien,  la invocación también podría limitarse a esta primera parte, sería bonita. En cambio, Jesús la suelda con una segunda expresión que es una con la primera. La relación de benevolencia vertical de parte de Dios se refracta y está llamada a traducirse en una nueva relación que vivimos con nuestros hermanos: una relación horizontal. El Dios bueno nos invita a ser todos buenos. Las dos partes de la invocación están unidas por una conjunción inapelable: le pedimos al Señor que perdone nuestras deudas, nuestros pecados, “como”  nosotros perdonamos a nuestros amigos, a la gente que vive con nosotros, a nuestros vecinos, a las personas que nos han hecho algo que no era agradable.

Todo cristiano sabe que para él existe el perdón de los pecados, todos lo sabemos: Dios lo perdona todo y perdona siempre. Cuando Jesús dibuja ante  sus discípulos el rostro de Dios, lo describe con expresiones de tierna misericordia. Él dice que hay más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente, que  por una multitud de justos que no necesitan conversión (ver Lc 15.7.10). Nada en los Evangelios sugiere que Dios no perdona los pecados de aquellos que están bien dispuestos y pide que se le vuelva a abrazar.

Pero la gracia abundante de Dios siempre es un reto. Aquellos que han recibido tanto deben aprender a dar tanto y no retener solo para ellos mismos lo que han recibido. Los que han recibido tanto deben aprender a dar tanto. No es una coincidencia que el Evangelio de Mateo, inmediatamente después del texto del “Padre Nuestro” entre las siete expresiones utilizadas, enfatice precisamente la del perdón fraterno: “Si vosotros, perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros  vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas” (Mt 6,14-15). ¡Pero esto es fuerte! Pienso: a veces he escuchado gente que decía: “¡Nunca perdonaré a esa persona! ¡Nunca perdonaré lo que me hicieron! “Pero si no perdonas, Dios no te perdonará. Tú cierras la puerta. Pensemos,  si somos capaces de perdonar o si no perdonamos. Un sacerdote, cuando estaba en la otra diócesis, me contó angustiado que había ido a dar los últimos sacramentos a una anciana que estaba a punto de morir. La pobre señora no podía hablar. Y el sacerdote le dice: “Señora, ¿se arrepiente de sus pecados?” La señora dijo que sí; No pudo confesarlos pero dijo que sí. Es suficiente Y luego otra vez: “¿Perdona a los demás?” Y la señora, en su lecho de muerte, dijo: “No”. El cura estaba angustiado. Si no perdonamos, Dios no te perdonará. Pensémoslo, nosotros que estamos aquí, si perdonamos o somos capaces de perdonar. “Padre, no puedo hacerlo, porque esa gente me ha hecho tantas cosas”. Pero si no puedes hacerlo, pídele al Señor que te dé la fuerza para hacerlo: Señor, ayúdame a perdonar. Aquí encontramos el vínculo entre el amor a Dios y el amor al prójimo. El amor llama al amor, el perdón llama al perdón. Nuevamente en Mateo encontramos una parábola muy intensa dedicada al perdón fraterno (ver 18,21-35). Vamos a escucharla.

Había un siervo que tenía una gran deuda con su rey: ¡diez mil talentos! Una suma imposible de devolver; no sé cuánto sería hoy, pero cientos de millones. Pero el milagro sucede, y ese siervo no recibe un aplazamiento del pago, sino todo el condono. ¡Una gracia inesperada! Pero he aquí que ese mismo siervo, inmediatamente después, se enfurece contra uno de sus hermanos, que le debe cien denarios, -muy poco-, y, aunque sea una cifra accesible, no acepta excusas ni súplicas. Por lo tanto, al final, el amo lo llama y lo condena. Porque si no te esfuerzas por perdonar, no serás perdonado; si no tratas de amar, tampoco serás amado.
Jesús inserta el poder del perdón en las relaciones humanas. En la vida, no todo se resuelve con la justicia. No. Especialmente donde debemos poner una barrera al mal, alguien debe amar más de lo necesario, para comenzar una historia de gracia nuevamente. El mal conoce sus venganzas, y si no se interrumpe, corre el riesgo de propagarse y sofocar al mundo entero.

La ley del talión: lo que me hiciste, te lo devuelvo, Jesús la sustituye con la ley de amor: lo que Dios me ha hecho, ¡te lo devuelvo! Pensemos hoy, en esta hermosa semana de Pascua, si puedo perdonar. Y si no me siento capaz, tengo que pedirle al Señor que me dé la gracia de perdonar, porque saber perdonar es una gracia.

Dios le da a cada cristiano la gracia de escribir una historia de bien en la vida de sus hermanos, especialmente de aquellos que han hecho algo desagradable e incorrecto. Con una palabra, un abrazo, una sonrisa, podemos transmitir a los demás lo más precioso que hemos recibido ¿Qué es lo más precioso que hemos recibido? El perdón, que debemos ser capaces de dar a los demás.

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

24/04/2019-17:14
Rosa Die Alcolea

Viaje apostólico a Rumania: Nuevos horarios en el programa del Papa

(ZENIT — 24 abril 2019).- La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha informado sobre los horarios más detallados de las celebraciones y actividades del Santo Padre en Rumania, a donde viajará del 31 de mayo al 2 de junio de 2019. El horario del que se informa es local, es decir, en este caso, se trataría de una hora más que en Roma (GMT+3).

Así, quedaría programado el Encuentro con el Sínodo Permanente de la Iglesia Ortodoxa Rumana a las 16:15 horas, y habrá un discurso del Papa; el rezo de la oración del Padre Nuestro en la nueva catedral ortodoxa con unas palabras de saludo del Pontífice, tendrá lugar a las 17 horas, y la Santa Misa será a las 18:10 horas en la catedral católica de San José.

 

Sábado, 1 de junio

En cuanto al sábado, 1 de junio, la Santa Sede informa de que la Santa Misa será a las 11:30 horas, en el Santuario di Sumuleu-Ciuc, y añaden que el traslado en helicóptero del Santo Padre al aeropuerto de Iasi se hará a las 16:10 horas.

A las 17:45 horas, tendrá lugar el Encuentro Mariano con la Juventud y con las Familias en la plaza frente al Palacio de la Cultura en Iasi.

 

Domingo, 2 de junio

Asimismo, la Santa Sede informa de que se celebrará a las 11 horas, el domingo, 2 de junio, la beatificación de los 7 obispos greco-católicos mártires en el Campo de la Libertad en Bla.

Por otro lado, ese mismo día, el Encuentro de la Comunidad Rom di Blaj, en el que Francisco ofrecerá unas palabras, será a las 15:45 horas, y a las 16:35 horas, el Santo Padre se trasladará en helicóptero al aeropuerto de Sibiu.

Por último, está previsto que el Pontífice llegue al aeropuerto de Roma-Ciampino el domingo por la tarde, a las 18:45 horas.

A continuación, ofrecemos el programa completo:

 

Programa del viaje a Rumania

Viernes  31 mayo 2019
ROMA-BUCAREST
 
08:10 Salida en avión desde el aeropuerto de Roma / Fiumicino a Bucarest.    
11:30 Llegada al aeropuerto internacional Henri Coandă -Otopeni en Bucarest    
RECEPCION OFICIAL en el aeropuerto    
12:05 CEREMONIA DE BIENVENIDA a la entrada del complejo del palacio presidencial de Cotroceni    
12:20 VISITA DI CORTESIA AL PRESIDENTE DE  RUMANIAen el palacio presidencial de Cotroceni    
ENCUENTRO CON EL PRIMER MINISTRO en el Palacio Presidencial de Cotroceni    
13:00 ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES, con la SOCIEDAD CIVIL y con el CUERPO DIPLOMÁTICO  en la sala Unirii del Palacio de Cotroceni Discurso del Santo Padre  
15:45 ENCUENTRO PRIVADO CON EL PATRIARCA en el Palacio del Patriarcado    
16:15 ENCUENTRO CON EL SÍNODO PERMANENTE DE LA IGLESIA ORTODOXA RUMANA en el Palacio del Patriarcado Discurso del Santo Padre  
17:00 ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO en la nueva catedral ortodoxa Saludo del Santo Padre  
18:10 SANTA MISA en la catedral católica de San José Homilía  del Santo Padre  
     
     
Sábado 1 junio  2019

BUCAREST-BACAU-SUMULEU-CIUC-IASI-BUCAREST

09:30 Salida en avión hacia Bacau    
10:10 Llegada al aeropuerto de Bacau y traslado en helicóptero a la base aérea de la Brigada de Montaña de  Miercurea-Ciuc    
11:30 SANTA MISA en el Santuario di Sumuleu-Ciuc Homilía del Santo Padre  
16:10 Traslado en helicóptero del Santo Padre al aeropuerto de Iasi.    
17:25 VISITA A LA CATEDRAL DE SANTA MARÍA REINA en Iasi    
17:45 ENCUENTRO  MARIANO CON LA JUVENTUD Y CON LAS FAMILIAS  en la plaza frente al Palacio de la Cultura en Iasi Discurso del Santo Padre  
19:00 Salida en avión hacia Bucarest    
20:00 Llegada al aeropuerto Henri Coandă -Otopeni  de Bucarest    
     
     

Domingo 2 de junio de 2019

BUCAREST-SIBIU-BLAJ-SIBIU-ROMA

 
09:00 Salida en avión hacia Sibiu.    
09:40 Llegada al aeropuerto de Sibiu y traslado en helicóptero a Blaj.    
11:00 DIVINA LITURGIA con beatificación de los 7 obispos greco-católicos mártires en el  Campo de la Libertad en Bla Homilía del Santo Padre

 

Regina Coeli

 
13:25 Almuerzo con el séquito papal    
15:45 ENCUENTRO CON LA COMUNIDAD  ROM DI BLAJ Saludo del Santo Padre  
16:35 Traslado en helicóptero del Santo Padre al aeropuerto de Sibiu.    
     
17:20 CEREMONIA DE  DESPEDIDA en el aeropuerto de Sibiu    
17:30 Salida del avión papal hacia Roma / Ciampino      
18:45 Llegada al aeropuerto de  Roma/Ciampino

 

 

 

 

24/04/2019-09:29
Larissa 1. López

Audiencia general: Jesús introduce la fuerza del perdón para "amar más allá de lo necesario"

(ZENIT — 24 abril 2019).- En la audiencia general de este miércoles, 24 de abril de 2019, el Papa Francisco ha resaltado la necesidad del amor en la vida y su vínculo con el perdón: "Jesús introduce en las relaciones humanas la fuerza del perdón, para que podamos amar 'más allá de lo necesario' y no permitir a la venganza del mal propagarse hasta asfixiar al mundo entero".

La audiencia general ha sido celebrada en la plaza de San Pedro y el Santo Padre ha dedicado la catequesis a la quinta petición del Padre Nuestro que dice: “como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.

 

Dios nos ama y nos perdona

El Santo Padre ha recordado que el perdón es fruto del amor infinito que Dios nos tiene a cada uno de nosotros, todo lo que tenemos lo hemos recibido de Él.  Nos hemos de reconocer como pecadores que siempre tienen que pedir perdón, pero, igualmente, al sabernos amados por Dios “tenemos también la seguridad de que nos perdona”, ha señalado el Papa.

 

Perdonar a los demás

El Pontífice ha explicado que fruto de este perdón de Dios, surge el perdón que debemos al prójimo, el Señor nos motiva a ser buenos con los demás: “Si ‘amor con amor se paga’ también el perdón que recibimos del Señor nos compromete a perdonar a los demás, porque si no nos esforzamos en perdonar, no seremos perdonados; y si no nos esforzamos en amar, tampoco seremos amados”.

 

La ley del amor

Por último, el Papa Francisco ha subrayado el papel de Jesús como instaurador del amor en el mundo, reemplazando la “ley del talión” por la ley del amor que nos conduce a hacer por los demás lo que Dios ha hecho por nosotros, amando más allá de lo necesario.

 

 

 

 

24/04/2019-10:30
Larissa 1. López

El Papa pide a los hispanohablantes transmitir "la experiencia del perdón gratuito" de Dios

(ZENIT — 24 abril 2019).- El Papa Francisco se ha dirigido a los peregrinos de lengua española, especialmente a los llegados de España y de América Latina, con la siguiente plegaria: "Pidamos al Señor que nos dé la gracia de saber escribir una historia de bien en la vida de nuestros hermanos y de transmitirles con gestos de ternura la experiencia del perdón gratuito que Él nos ha dado".

En la audiencia general de este miércoles, 24 de abril de 2019, el Papa Francisco ha ofrecido una catequesis sobre la quinta petición del Padre Nuestro que dice: "como nosotros perdonamos a los que nos ofenden".

Durante el saludo, el Santo Padre ha dedicado un saludo especial a los alumnos del Seminario Menor de Tui- Vigo presentes en la audiencia junto a su Obispo Monseñor Luis Quinteiro Fiuza. El Papa ha recordado también que este seminario se encuentra celebrando el 60 aniversario de su fundación.

El Papa ha concluido sus palabras felicitando la Pascua de Resurrección y bendiciéndolos a todos.

 

 

 

24/04/2019-16:19
Redacción

España: La Facultad de Químicas de la Complutense homenajea a Guadalupe Ortiz de Landázuri

(Madrid, 24 de abril de 2019).-La Facultad de Químicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) rindió hoy miércoles homenaje a la química madrileña Guadalupe Ortiz de Landázuri (Madrid, 1916 — Pamplona, 1975), que será beatificada el próximo 18 de mayo en Madrid.

La radicalidad de su respuesta a la vocación, su compromiso universitario, la conciliación entre trabajo y familia, la ilusión profesional, el compromiso con la verdad y la dedicación a los demás todo lo que tenía, fueron las notas de la química nacida en Malasaña, según los participantes en el homenaje.

Participaron el decano de la Facultad de Químicas de la UCM, Francisco Ortega, el vicedecano de Ordenación Académica y Postgrado, Luis Sánchez, el capellán, José María Sierra, el vicepostulador de la causa de beatificación, José Carlos Martín de la Hoz, y la periodista Cristina Abad, autora del libro "La libertad de amar", sobre la vida de Ortiz de Landázuri.

Francisco Ortega recordó que Guadalupe subirá a los altares tras pasar por las aulas de la Complutense. "Es una noticia de una colega, es muy importante para la Facultad y para todas las personas que son creyentes", consideró el vicedecano Luis Sánchez, que destacó "la ilusión de Guadalupe por la docencia universitaria".

En homenaje a su ilustre antigua alumna, la Facultad abrió hoy una exposición sobre su vida, que incluye documentación académica y varios trabajos de investigación, entre los que destaca su tesis doctoral, con la que obtuvo una patente y un premio Juan de la Cierva.

 

Estudiante de Químicas en 1933

Ortiz de Landázuri se matriculó en Químicas en 1933, cuando sólo un 8,8% de los estudiantes universitarios eran mujeres, y comenzó los estudios de Doctorado en el curso 1947/48, cuando las mujeres que accedían al tercer ciclo no llegaban al 13%.

Cristina Abad señaló que "Guadalupe se encuentra entre los santos de la puerta de al lado", en expresión del Papa Francisco, "con virtudes, fallos y esfuerzo que son un estímulo, porque no es una persona inalcanzable".

En 1944 Guadalupe Ortiz de Landázuri se incorporó al Opus Dei, y a partir de ese año compatibilizó su profesión con las tareas que el fundador de la institución le encomendó, entre ellas comenzar en México el trabajo evangelizador. Regresó a Madrid a finales de los años 50 por problemas de salud, y se dedicó de nuevo a la enseñanza de la química en centros como el instituto Ramiro de Maeztu o la Escuela de Maestría Industrial, a la vez que concluía su tesis doctoral.

 

Preparativos de la ceremonia

El comité de la beatificación ha elaborado diversos materiales en torno a la vida de la futura beata, entre el que destaca una aplicación para iOS y Android para seguir todos los pormenores de la beatificación, canales de comunicación digitales a través de Whatsapp y newsletter, o un juego de geocatching para descubrir jugando a través de un GPS los lugares más relevantes en la vida de la futura beata.

 

 

 

24/04/2019-11:49
Larissa 1. López

España: El Papa saluda al Obispo y los seminaristas de Tui-Vigo

(ZENIT — 24 abril 2019).- Durante sus palabras a los peregrinos de España e Hispanoamérica, el Papa Francisco ha saludado especialmente a los alumnos del Seminario Menor de Tui- Vigo y a su Obispo Monseñor Luis Quinteiro Fiuza, presentes en la audiencia general.

El Seminario Menor de San Paio de Tui-Vigo, situado en Galicia (España), celebra este año su 60 aniversario y los jóvenes seminaristas han viajado a Roma junto a su obispo. Hoy han participado en la tradicional audiencia general con el Santo Padre en la plaza de San Pedro.

La audiencia general de hoy, miércoles 24 de abril de 2019, ha sido celebrada bajo un cielo despejado. Durante la misma, el Papa Francisco ha ofrecido una catequesis sobre la quinta petición del Padre Nuestro ("como nosotros perdonamos a los que nos ofenden"), reflexionando sobre el amor y el perdón que recibimos de Dios y hemos de ofrecer al prójimo.

 

60 aniversario del seminario

El Seminario Menor de la diócesis de Tui- Vigo se encuentra en plena celebración de su 60 aniversario. Desde el curso 1959-1960, tras inaugurarse el Seminario Mayor de Vigo, el seminario de Tui es solamente Seminario Menor y pasó a denominarse Seminario Menor San Paio.

Ente los actos celebrados para conmemorar este aniversario, el Seminario Menor de San Paio ha organizado un Ciclo de Conferencias Vocacionales.

 

 

 

24/04/2019-15:59
Larissa 1. López

Audiencia general: Saludo del Papa a los cristianos de lengua árabe

(ZENIT — 24 abril 2019).- Hoy, 24 de abril de 2019, durante la audiencia general de este miércoles de Pascua, el Papa Francisco ha dirigido unas palabras a los cristianos árabes, en particular a los procedentes de Egipto y de Medio Oriente.

El Santo Padre ha destacado que "'Perdónanos... como nosotros perdonamos' es el punto culminante de la oración del Señor,y, como nos enseña San Juan Crisóstomo, 'De nosotros depende nuestro propio juicio', esto es, que tendremos como recompensa aquello que nosotros mismos hayamos ofrecido a los otros. Finalmente, el Pontífice les ha ofrecido la bendición del Señor para que les proteja siempre del maligno.

En la audiencia general el Papa Francisco ha completado la catequesis sobre la quinta petición del Padre Nuestro "como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". En ella, el Pontífice ha resaltado la importancia del perdón fraterno, "lo más precioso que hemos recibido" de Dios.

 

 

 

24/04/2019-10:21
Felipe Arizmendi Esquivel

Monseñor Felipe Arizmendi: "A pesar de todo"

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas

 

VER

Compartía con mi pueblo natal las celebraciones propias del Viernes Santo, y todo parecía muy piadoso, muy tranquilo, cuando de pronto llegaron tres desconocidos con armas de grueso calibre y a un sobrino le arrebataron violentamente su camioneta. Esto generó un ambiente de angustia, incertidumbre y miedo. A pesar de esto, celebramos con gozo y esperanza las fiestas de la Resurrección.

Mi pueblo es básicamente agrícola, pues se cultivan flor, durazno, aguacate, chile, maíz, habas, etc. Unos trabajan en pequeños negocios, en tiendas y vendimias en la plaza. Ha sido tradicionalmente pacífico, trabajador y unido; todos son católicos. Sin embargo, de unas semanas para acá, llega de cuando en cuando un grupo de unos quince jovenzuelos, casi adolescentes, con armas de alto poder y vehículos costosos, que se pasean libre y ostentosamente en las calles, sin que nadie se atreva a preguntarles quiénes son y qué hacen, pero que han generado temor, preocupación y desconfianza hasta para salir de casa. Quienes son originarios del lugar y viven en ciudades vecinas, ya no quieren llegar. A pesar de esto, la vida sigue, el trabajo continúa, las
celebraciones familiares no se han suspendido. La fe en Dios y la confianza en la Virgen de Belén, nuestra patrona, nos sostienen e impulsan.

Hay matrimonios que están en serios conflictos conyugales. Si escuchamos a uno y a otro, ambos tienen razones para quejarse. Siempre se han querido de corazón, pero los caracteres distintos, las incomprensiones mutuas, las faltas de atención y de respeto, los atractivos del mundo y las invitaciones de los mal llamados amigos, han generado situaciones casi insostenibles, a punto de divorcio. A pesar de todo, hay esperanza de reconciliación, no sólo por el buen consejo de terapeutas y la cercanía de las familias, sino por la oración insistente y confiada al Señor de la vida, al vencedor de la muerte y del pecado.

A pesar de tantos escándalos por los casos de pederastia clerical, que han provocado que algunos se alejen de la Iglesia, la mayoría de nuestro pueblo se mantiene fiel, las celebraciones del Triduo Pascual han sido multitudinarias, la gente sigue acercándose al sacramento de la Reconciliación sacramental, sigue habiendo vocaciones consagradas. Es la fuerza del Resucitado la que sostiene a la Iglesia, a pesar de nuestros pecados.

 

PENSAR

El Papa Francisco dijo en su homilía de la Vigilia Pascual: "Se puede ir deslizando la idea de que la frustración de la esperanza es la oscura ley de la vida. Hoy, sin embargo, descubrimos que nuestro camino no es en vano, que no termina delante de una piedra funeraria. Una frase sacude a las mujeres y cambia la historia: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?»; ¿por qué pensáis que todo es inútil, que nadie puede remover vuestras piedras? ¿Por qué os entregáis a la resignación y al fracaso? La Pascua es la fiesta de la remoción de las piedras. Dios quita las piedras más duras, contra las que se estrellan las esperanzas y las expectativas: la muerte, el pecado, el miedo, la mundanidad. La historia humana no termina ante una piedra sepulcral, porque hoy descubre la «piedra viva»: Jesús resucitado. Nosotros, como Iglesia, estamos fundados en Él, e incluso cuando nos desanimamos, cuando sentimos la tentación de juzgarlo todo en base a nuestros fracasos, Él viene para hacerlo todo nuevo, para remover nuestras decepciones. Esta noche cada uno de nosotros está llamado a descubrir en el que está Vivo a aquél que remueve las piedras más pesadas del corazón. Preguntémonos, antes de nada: ¿cuál es la piedra que tengo que remover en mí, cómo se llama?

A menudo la esperanza se ve obstaculizada por la piedra de la desconfianza. Cuando se afianza la idea de que todo va mal y de que, en el peor de los casos, no termina nunca, llegamos a creer con resignación que la muerte es más fuerte que la vida y nos convertimos en personas cínicas y burlonas, portadoras de un nocivo desaliento. Piedra sobre piedra, construimos dentro de nosotros un monumento a la insatisfacción, el sepulcro de la esperanza. Quejándonos de la vida, hacemos que la vida acabe siendo esclava de las quejas y espiritualmente enferma. Se va abriendo paso así una especie de psicología del sepulcro: todo termina allí, sin esperanza de salir con vida. Esta es, sin embargo, la pregunta hiriente de la Pascua: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? El Señor no vive en la resignación. Ha resucitado, no está allí; no lo busquéis donde nunca lo encontraréis: no es Dios de muertos, sino de vivos. ¡No enterréis la esperanza!" (20-IV-2019).

Y en su Mensaje del Domingo de Resurrección expresó: "La resurrección de Cristo es el comienzo de una nueva vida para todos los hombres y mujeres, porque la verdadera resurrección comienza siempre desde el corazón, desde la conciencia. Pero la Pascua es también el comienzo de un mundo nuevo, liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte. Cristo vive y se queda con nosotros. Muestra la luz de su rostro de Resucitado y no abandona a los que se encuentran en el momento de la prueba, en el dolor y en el luto" (20-IV-2019).

 

ACTUAR

A pesar de todo, hay esperanza, hay vida, hay solución a los problemas, pero siempre desde una conversión del corazón, desde familias bien integradas, desde una fe más viva en que con Cristo resucitado, es posible construir una vida mejor.

 

 

 

24/04/2019-16:43
Larissa 1. López

Pascua: El Papa invita a experimentar a "Jesús vivo" para recibir su paz y ser sus testigos

Hoy 24 de abril de 2019, el Papa Francisco, como acostumbra a hacer en la audiencia general que celebra los miércoles, ha dirigido un pensamiento especial a los jóvenes, los enfermos, los recién casados y los ancianos.

El Papa les ha dicho: "Para todos invoco el gozo y la esperanza que vienen de la Pascua de Cristo. Que experimenten al Jesús vivo, para recibir el regalo de su paz y convertirse en sus testigos en el mundo."

El Santo Padre ha reanudado hoy en la audiencia general la catequesis dedicada al Padre Nuestro, centrándose esta vez en la petición "Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden" (Evangelio según San Mateo, 18, 21-22).

 

 

 

24/04/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

San Pedro de San José Betancur, 25 de abril

«Este insigne apóstol de América central, sabio en misericordia, se ocupó especialmente de los desheredados, aunque derramó su caridad sobre todos. Un hombre de tanta ternura en su trato que fue denominado madre de Guatemala»

El humilde «Hermano Pedro», gran apóstol de América central, nació en Vilaflor, Tenerife, Islas Canarias, España, el 21 de marzo de 1626, en el seno de una familia dedicada al pastoreo y a la agricultura. Tuvo cinco hermanos que, como él, recibieron de sus padres la preciada herencia de la fe. De niño hincaba el cayado en el suelo con la idea de que le sirviera como reloj de sol; de ese modo podía controlar los momentos en los que debía abstenerse de comer y beber a fin de guardar el ayuno eucarístico. Ya entonces hacía penitencia y oraba de rodillas con los brazos en cruz, alabando a Dios, sin medir el tiempo. Al perder a su padre se ocupó de gestionar el modesto patrimonio que poseían. Un pariente suyo, fray Luis, trajo noticias de las misiones y de la labor evangelizadora que se llevaba a cabo allende los mares. Pedro sintió grandes ansias de partir allí. No eran los planes de su madre, que soñaba en su matrimonio, pero su inclinación era servir a la Iglesia. Con todo, sometió a Dios su voluntad.

Tenía una tía a la que calificaba como «mujer de Iglesia», y habiendo tomado un tiempo para orar quiso conocer su parecer. Ella le señaló las Indias: «Debes salir al encuentro de Dios, como Pedro sobre las aguas». Poco tiempo después, otro anciano venerable ratificó este juicio. Pedro partió a La Habana donde llegó con 23 años. Trabajó como tejedor, pero no identificaba el lugar en el que habría de llevar a cabo su misión y se trasladó a Honduras. Al oír hablar de Guatemala tuvo la certeza de que era su destino.

Entró en Santiago de los Caballeros de Guatemala, la antigua capital, el 18 febrero de 1651, rezando la Salve Regina. Ese día tembló la tierra y fueron incontables los damnificados. Él mismo, agotado, cayó enfermo y fue ingresado en hospital real de Santiago. Solo, sin referencias, ni medios, tuvo ocasión de convivir con los pobres y abandonados, muchos de ellos indios y negros. Cuando sanó, entró en contacto con los terciarios franciscanos. Las buenas amistades que iba amasando le prestaban libros piadosos. Aprendió a leer y a escribir. Y a finales de 1653 ingresó en la Congregación mariana de los jesuitas y se hizo hermano de la cuerda de San Francisco. Al año siguiente se unió a la hermandad de la Virgen del Carmen.

Ya tenía 27 años y acariciaba el sueño de ser sacerdote, pero el latín se le resistía. Tras diversas peripecias desistió de este anhelo y se fue a Petapa. En la ermita de los dominicos rezó ante la imagen de la Virgen del Rosario. Salió con dos ideas claras. Una, olvidarse del tema del sacerdocio. Otra, que debía regresar a Guatemala. Su confesor, el padre Espino, le sugirió que viviese en el Calvario. Y el 8 de julio de 1656 fue recibido en la Orden Tercera franciscana. Le vetaron ciertas penitencias que quiso realizar con afán de mortificación, y se sometió humildemente al juicio de sus superiores: «Más vale el gordo alegre, humilde y obediente, que el flaco triste, soberbio y penitente», decía. Alguien le preguntó qué es orar, y respondió: «estar en la presencia de Dios» [...). «Estarse todo el día y la noche alabando a Dios, amando a Dios, obrando por Dios, comunicando con Dios». Una vez, viéndole a pleno sol, quisieron saber por qué no se cubría. En su réplica estaba la clave: su familiaridad con las Personas Divinas: «Bien está sin sombrero quien está en la presencia de Dios».

Le encomendaron la tutela de la ermita del Calvario, cercana al convento, y fue su sacristán. En 1658, de la nada, confiando en la Providencia, abrió la «casita de la Virgen» que puso bajo el amparo de Santa María de Belén. Rememoraba con ella el modesto lugar donde Cristo nació. Allí inició una labor asistencial impregnada de misericordia. Las humildes moradas de los pobres, las cárceles y los hospitales comenzaron a sentir el influjo de la presencia de este gran apóstol. Se ocupó de los emigrantes que se hallaban sin trabajo, así como de los numerosos adolescentes que vagaban sin rumbo fijo y sin instrucción, cebo predilecto para desaprensivos, abocados a toda clase de males. Eran blancos, mestizos y negros. Los peligros no distinguen el color; acechan a cualquiera. De modo que pensando en tantos desheredados, puso en marcha una primera fundación para acogerlos. La formación humana y espiritual que les proporcionó seguía una línea pedagógica novedosa que continúa llamando la atención.

Pedro no se conformó con esta acción apostólica. Construyó una escuela, una enfermería, un hospital para convalecientes, un oratorio y una posada para estudiantes universitarios y clérigos que iban de paso, dos colectivos a los que les venía bien hallar alojamiento económico y seguro. La Eucaristía, la Pasión y el Nacimiento de Belén eran, junto a la oración, pilares de su vida. Perseguía, sobre todo, yacer oculto en Dios y desde esta centralidad suplicaba la conversión de los pecadores. Solía buscarlos por las calles de noche y de día con un mensaje transparente y directo: «Acordaos, hermanos, que un alma tenemos y, si la perdemos, no la recobramos».

En 1665 el obispo le permitió llamarse Pedro de San José. Era tanta su virtud que poco a poco se fueron uniendo al proyecto otros terciarios. Le ayudaban y compartían con él la penitencia y la oración. Viendo que este vínculo establecido en su derredor había dado lugar a una vida comunitaria, escribió unas reglas que no solo les comprometían a ellos sino también a las mujeres encargadas de la educación de los niños. Así florecieron las órdenes de los bethlemitas y de las bethlemitas, reconocidas por la Santa Sede en 1673. Los ciudadanos guatemaltecos denominaron a Pedro: «Madre de Guatemala». Eso da idea de la impresión de tutela en todos los ámbitos que había ejercido con ellos con su admirable caridad. Murió el 25 de abril de 1667 debido a una bronconeumonía que atacó a su organismo debilitado por las mortificaciones y los ayunos. Apenas contaba con 41 años. Uno de sus biógrafos lo ha calificado como «sabio en misericordia». Juan Pablo II lo beatificó el 22 de junio de 1980, y lo canonizó el 30 de julio de 2002.