Tribunas

Un hombre de cine

 

Jesús Ortiz


 

 

 

Se cumple un año de la muerte de Primitivo Rodríguez Gordillo, "figura imprescindible del entramado institucional y empresarial del cine español", en palabras del profesor y crítico de cine Juan Orellana. Para muchas personas será un desconocido y sin embargo el cine español le debe mucho: un caballero del cine y de cine.

No se trata de reunir ahora sus títulos aunque bastará con señalar que fue Director General de Cinespaña, Presidente de los Empresarios de Cine y miembro directivo del Círculo de Escritores Cinematográficos, además de ser profesor en la Escuela de Cinematografía. Cultivó su capacidad empresarial con audacia desde una honda preparación intelectual como licenciado en Filosofía y Letras y en Periodismo, entre otros títulos.

 

Caballero del siglo XX

Como buen extremeño descubrió pronto los avances en el séptimo arte viajando por Europa y América, afrontando diversos proyectos audiovisuales con creatividad y audacia.

Supo encarnar la imagen de aquellos descubridores de su tierra que ampliaron la perspectiva del mundo con sacrificio personal. Cuando pienso en el caballero español -que retrató tantas veces El Greco, por ejemplo, aquel Caballero con la mano en el pecho o los presentes en el Entierro del señor de Orgaz-, me parece ver a Primitivo como uno de aquellos aunque situado en el siglo XXI.

Resulta inseparable su profunda humanidad de su fe cristiana, su vocación en el Opus Dei, y su compromiso para vitalizar las estructuras para hacer una sociedad más humana. Él ha tratado de elevar ese complejo mundo del cine, en sus principales facetas, basado en una antropología sólida sin la cual se diluyen los principios éticos y se licúa la convivencia.

 

Luces y sombras

Nuestra sociedad tiene luces, como la defensa de la libertad y la valoración de la creatividad, pero también sombras como son la manipulación y la pérdida de valores. Por ello, personajes como Primitivo han señalado el camino para superar las sombras y desarrollar aquellas luces. No siempre lo más inmediato es lo más importante, cuando se tiene una mirada de largo alcance y se hace del trabajo una misión de servicio a la sociedad.

Primitivo no necesita ahora un panegírico que exagere sus méritos, pues los muchos amigos que le tratamos durante años hemos experimentado que lo importante es que su obra permanece y deja poso en el mundo del cine con valores.

 

Jesús Ortiz López
Doctor en Derecho Canónico