Tribunas

Franco, el Valle y tararí tarara

 

 

Daniel Tirapu


 

 

 

No deja de sorprenderme todo este asunto de Franco, el Valle y la casi nula respuesta de canonistas y eclesiásticos, técnicos en estas materias teóricamente. Me incluyo a mí mismo. Cuando su Majestad Felipe VI se casó con una divorciada civil cosa posible para el derecho canónico y el sistema matrimonial vigente se nos preguntó sobre el asunto, yo mismo fui entrevistado, y hubo acuerdo casi unánime en la legalidad del matrimonio real.

No está siendo lo mismo con el Valle de los caídos y la exhumación del pasado Jefe de Estado, el “dictador” para la progresía oficial, 44 años después. Francia no ha retirado la legión de honor a Franco, el Barcelona club sí con un par, le retira las medallas de oro del club.

Confieso no haber leído la Sentencia del TS; el tema es complejo, mucho. Es patrimonio del Estado, es una comunidad religiosa benedictina, es un lugar de culto, a Dios, no al “dictador”. Franco no fue caído en la guerra, murió en la cama y no sé quién decidió que fuese allí enterrado, pero se lo pueden imaginar.

El acuerdo jurídico España- Santa Sede I.4, reconoce la personalidad, independencia, capacidad de obrar de las órdenes religiosas. Por tanto, en mi parecer modesto son los Benedictinos quienes deben autorizar la maniobra. No conozco si como Basílica menor, el Valle de los caídos tiene estatuto especial. Pero ellos tienen su recurso y el amparo de los Acuerdos con claridad.

Mi perplejidad se extiende a la jerarquía española y a la Santa Sede. Franco fue proclamado prácticamente defensor fidei por Pío XII y fue alabado por los generales Jesuitas como gran benefactor de la Compañía. Comprendo que este tema es una lanza en el vientre para la jerarquía; pero hay instrumentos jurídicos vigentes para abordar el tema en su complejidad. En mi opinión la Comunidad benedictina tiene la palabra; independientemente de los enjuagues políticos, Estado y jerarquía.

Franco estaba muerto y la memoria histórica por ley lo resucita. Y la jerarquía no dice ni mu. Ya defendí en esta tribuna que los españoles somos genéticamente católicos, los a favor y los en contra, detrás de un cura, con una vela o un palo. Mi abuelo paterno fue republicano y católico, el materno guardia civil, un tío exiliado por ser del PNV. A los muertos se les deja en paz y tenemos también el derecho a que nos dejen paz.

 

Daniel Tirapu