Servicio diario - 27 de mayo de 2020


 

Audiencia general: Ciclo de catequesis del Papa sobre la oración (4)
Larissa I. López

Charles de Foucauld: Aprobado el milagro que hará santo al beato francés
Rosa Die Alcolea

Pentecostés: El Papa celebrará la Misa en la Basílica Vaticana
Rosa Die Alcolea

Audiencia general: Cuarta catequesis del Papa sobre la oración
Larissa I. López

Comunidad de Bose: Enzo Bianchi y tres hermanos, expulsados del Monasterio
Rosa Die Alcolea

Pentecostés: El Papa invita a ser dóciles a “la acción del Espíritu Santo”
Larissa I. López

Audiencia general: Palabras del Papa a los hablantes de español
Larissa I. López

La Unión Europea anuncia contribución para asistir a Venezuela
Larissa I. López

COVID-19: El fondo para las misiones ayuda a países de Asia, África y Latinoamérica
Larissa I. López

Las basílicas de la Natividad y del Santo Sepulcro reabren sus puertas
Rosa Die Alcolea

Monseñor Felipe Arizmendi: “Hay otras formas de comulgar”
Rosa Die Alcolea

Píldoras de esperanza: “¿Dónde buscamos el gozo y la verdad?”
Redacción

Beato Luigi Biraghi, 28 de mayo
Staff Reporter


 

 

 

Audiencia general: Ciclo de catequesis del Papa sobre la oración (4)

“La oración de los justos”

mayo 27, 2020 10:42

Audiencia General

(zenit – 27 mayo 2020).- En la audiencia general de esta mañana, el Papa Francisco continuó con el ciclo de catequesis sobre la oración, resaltando que esta “tiene el poder de escribir el destino de la humanidad de modo diferente”.

Hoy, 27 de mayo de 2020, el Santo Padre meditó sobre “La oración de los justos”(Sal 17,1-3.5) durante la tradicional audiencia de los miércoles, celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico debido a la pandemia del coronavirus y emitida por zenit.

Así, Francisco expuso que en los primeros capítulos del Libro del Génesis, “observamos cómo el plan de Dios para la humanidad era bueno”, pero, “la presencia del mal se expandía sin remedio”.

Adán y Eva “dudaron de las buenas intenciones de Dios y cedieron ante el maligno” y ese mal pasó a la segunda generación: “Caín sintió envidia de su hermano Abel y lo mató”.

De este modo, continúa el Papa, el mal “se fue extendiendo como un incendio que arrasa todo” tal y como demuestran las narraciones posteriores del diluvio universal y de la torre de Babel en las que “se revela una humanidad corrompida y la necesidad de una nueva creación”.

 

Escribir el destino de forma diferente

No obstante, el Pontífice subraya que también en la Biblia “se escribe otra historia, que es menos notoria, pero que representa la redención de la esperanza a través de personas que se opusieron al mal y rezaban a Dios, siendo capaces de escribir el destino de la humanidad de modo diferente”.

Y puso el ejemplo de Abel, “que ofreció a Dios un sacrificio de primicias” y de Noé, un hombre justo que “caminó con Dios” y “ante quien Dios cambió su intención de arrasar todo el género humano”.

En estos relatos, se constata “cómo la oración es vivida por una multitud de justos y el poder de Dios pasa por estos hombres y mujeres que, a menudo, son incomprendidos o marginados por sus contemporáneos”. Pero, gracias a su oración, “Dios muestra su misericordia y su bondad al mundo. Su oración transforma el desierto del odio en un oasis de vida y paz”, concluyó el Obispo de Roma.

 

 

 

 

Charles de Foucauld: Aprobado el milagro que hará santo al beato francés

El Papa autoriza ocho nuevos decretos

mayo 27, 2020 12:30

Testimonios de la Fe

(zenit – 27 mayo 2020).- El Papa ha aprobado el milagro que hará santo al beato francés Charles de Foucauld así como a los beatos César de Bus, sacerdote francés, y María Domenica Mantovani, cofundadora y primera superiora general del Instituto de las Hermanitas de la Sagrada Familia.

Así lo anunció la Oficina de Prensa de la Santa Sede en la mañana del miércoles, 27 de mayo de 2020. En el comunicado, señaló que el Santo Padre autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos la promulgación de ocho nuevos decretos, en la audiencia celebrada el 26 de mayo con el prefecto de dicha Congregación, el cardenal Angelo Becciu.

 

Charles de Foucauld

Originario de una familia noble de Estrasburgo, Charles de Foucauld (1858-1916) tuvo una juventud inquieta y llegó a gastar el patrimonio recibido en herencia por su abuelo. Se convirtió en torno a los 30 años y abrazó la vocación religiosa a los 40 asumiendo el nombre monástico de Carlos de Jesús.

Ordenado sacerdote en 1901, ese mismo año se estableció en Argelia, donde fundó una ermita y hospedó a pobres de la zona, constantemente amenazados por los asaltantes del desierto. Durante uno de estos asaltos, Charles de Foucauld perdió la vida el 1 de diciembre de 1916. Fue beatificado en 2005 por el papa Benedicto XVI.

 

Beatificación de siete mártires

Además de los citados, el Papa ha aprobado dos decretos relativos al martirio de Simeone Cardon y 5 compañeros, religiosos profesos de la Congregación Cisterciense de Casamari asesinados en Casamari por odio a la fe en 1799; y de Cosma Spessotto sacerdote italiano de la Orden de los Frailes Menores asesinado en San Juan Nonualco (El Salvador), por odio a la fe en 1980.

Según este reconocimiento por parte del Vaticano, la Iglesia abre el camino para la beatificación de estos siervos de Dios. Un milagro, posterior a la proclamación de beato, solo será necesario para la eventual canonización.

Asimismo, la Santa Sede ha promulgado dos decretos que darán lugar a la beatificación del venerable Michael McGivney, sacerdote diocesano, fundador de la Orden de los Caballeros de Colón, y de la venerable Pauline-Marie Jaricot, fundadora de las Obras del “Consejo de Propagación de la Fe” y del “Rosario Vivo”.

 

Venerable: Fundador de la Sociedad de Misiones Africanas

Por último, el Pontífice ha otorgado el beneplácito para declarar “venerable” al siervo de Dios francés Melchior-Marie de Marion Brésillac, obispo titular de Prusa, ex vicario apostólico de Coimbaore, fundador de la Sociedad de Misiones Africanas, fallecido en Sierra Leona.

Que una personas sea declarada “venerable” conlleva el reconocimiento de las virtudes heroicas, condición que ratifica que un fallecido vivió las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), las cardinales (fortaleza, prudencia, templanza y justicia) y todas las demás virtudes de manera heroica, es decir, extraordinaria. Ser “venerable” es el primer paso en el proceso oficial de la causa de los santos, antes de ser proclamado beato y santo.

 

Decretos

A continuación, reproducimos los decretos anunciados por la Santa Sede:

– El milagro, atribuido a la intercesión del beato César de Bus, sacerdote, fundador de la Congregación de los Padres de la Doctrina Cristiana (Doctrinari); nacido el 3 de febrero de 1544 en Cavaillon (Francia) y muerto en Aviñón (Francia) el 15 de abril de 1607.

– El milagro, atribuido a la intercesión del beato Charles de Foucauld (conocido como Charles de Jesus), sacerdote diocesano; nacido en Estrasburgo (Francia) el 15 de septiembre de 1858 y muerto en Tamanrasset (Argelia) el 1 de diciembre de 1916.

– El milagro, atribuido a la intercesión de la beata María Domenica Mantovani, cofundadora y primera Superiora General del Instituto de las Hermanitas de la Sagrada Familia; nacida el 12 de noviembre de 1862 en Castelletto di Brenzone (Italia) y fallecida allí el 2 de febrero de 1934.

– El milagro, atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Michael McGivney, sacerdote diocesano, fundador de la Orden de los Caballeros de Colón,(Los Caballeros de Colón); nacido el 12 de agosto de 1852 en Waterbury (Estados Unidos de América) y muerto en Thomaston (Estados Unidos de América) el 14 de agosto de 1890.

– El milagro, atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Pauline-Marie Jaricot, Fundadora de las Obras del «Consejo de Propagación de la Fe» y del «Rosario Vivo»; nacida el 22 de julio de 1799 en Lyon (Francia) y fallecida allí el 9 de enero de 1862.

– El martirio de los Siervos de Dios Simeone Cardon y 5 compañeros, religiosos profesos de la Congregación Cisterciense de Casamari; asesinados en Casamari, por odio a la Fe, entre el 13 y el 16 de mayo de 1799.

– El martirio del Siervo de Dios Cosma Spessotto (en el siglo Sante), sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores; nacido el 28 de enero de 1923 en Mansué (Italia) y asesinado en San Juan Nonualco (El Salvador), por odio a la fe, el 14 de junio de 1980.

– Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Melchior-Marie de Marion Brésillac, obispo titular de Prusa, ex vicario apostólico de Coimbaore, fundador de la Sociedad de Misiones Africanas; nacido el 2 de diciembre de 1813 en Castelnaudary (Francia) y muerto en Freetown (Sierra Leona) el 25 de junio de 1859.

 

 

 

 

Pentecostés: El Papa celebrará la Misa en la Basílica Vaticana

Fieles en el rezo del Regina Coeli

mayo 27, 2020 11:20

Papa y Santa Sede

(zenit – 27 mayo 2020).- El próximo domingo, 31 de mayo de 2020, el Papa Francisco celebrará la Santa Misa de Pentecostés, a las 10 horas, sin presencia de fieles, en la capilla del Santísimo Sacramento de la Basílica Vaticana, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede el martes, 26 de mayo.

A las 12 horas, desde la ventana del estudio privado del Palacio Apostólico, el Santo Padre reanudará el rezo de la oración de la Regina Coeli con los fieles en la plaza de San Pedro. Para ello, la policía “garantizará un acceso seguro a la plaza” y “se encargará de que los fieles presentes puedan respetar la distancia interpersonal necesaria”, señaló el Vaticano en un comunicado.

El año pasado, el Obispo de Roma presidió la vigilia de Pentecostés de la diócesis romana, celebrada el 8 de junio de 2019, en la plaza de San Pedro, como ha sido costumbre del Pontífice argentino también en años anteriores.

 

Retiro en la diócesis de Roma

Este año, debido a las restricciones adoptadas por el Gobierno italiano por la pandemia del coronavirus, la diócesis no ha organizado la celebración de dicha vigilia, aunque sí ha anunciado que se llevará a cabo un retiro para los fieles de Roma, del miércoles 27 al viernes 30.

El vicario del Papa para la diócesis de Roma, el cardenal Angelo De Donatis, convocó a los sacerdotes, diáconos, rectores de seminarios, religiosos y religiosas a vivir estos días “un prolongado tiempo de silencio, de escucha de la Palabra, de compartir fraterno, de discernimiento”. De esta confrontación “surgirán extraordinarias convergencias, ya que –asegura el vicario– es el Espíritu Santo quien guía a la Iglesia”.

 

Espíritu Santo, fuerza que cambia el mundo

En la solemnidad de Pentecostés, se recuerda la venida del Paráclito, enviado por Dios Padre, una gran fiesta para toda la Iglesia. En su homilía de la Misa de Pentecostés en 2019, Francisco señaló que “Hoy, estamos buscando una solución rápida, una píldora tras otra para seguir adelante, una emoción tras otra para sentirnos vivos”. Pero “sobre todo –advirtió– necesitamos el Espíritu”, y recordó que “El cristianismo sin el Espíritu es un moralismo sin alegría; con el Espíritu es vida”.

“El Espíritu no es, como podría parecer, algo abstracto”, explicó. “Es la persona más concreta, la persona más cercana, la que cambia nuestra vida … es la que pone orden en el frenesí. Hay paz en la preocupación, confianza en el desaliento, alegría en la tristeza, juventud en la vejez, coraje en la prueba”.

 

 

 

 

Audiencia general: Cuarta catequesis del Papa sobre la oración

Texto completo

mayo 27, 2020 12:44

Audiencia General

(zenit – 27 mayo 2020).- En la audiencia general, durante la cuarta catequesis del Papa sobre la oración, el Pontífice ha resaltado que la oración parece ser “el dique, el refugio del hombre ante la oleada de maldad que crece en el mundo” y que “también rezamos para ser salvados de nosotros mismos”.

Hoy, 27 de mayo de 2020, la audiencia general, tal y como ocurre desde la irrupción de la pandemia del coronavirus, ha sido celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico y emitida en directo por zenit. Concretamente, la reflexión del Santo Padre ha versado sobre “La oración de los justos” (Sal 17,1-3.5).

En primer lugar, Francisco ha resaltado que el plan de Dios para la humanidad es bueno, “pero en nuestra vida diaria experimentamos la presencia del mal” y cómo los primeros capítulos del libro del Génesis describen la expansión progresiva del pecado en las vivencias humanas: Adán y Eva “dudan de las intenciones benévolas de Dios” y se rebelan contra Él; Caín siente envidia de su hermano Abel y termina asesinándolo…

 

Una nueva creación

El mal, prosigue, “se propaga como un incendio hasta ocupar todo el cuadro”, de manera que los relatos del diluvio universal y de la torre de Babel “revelan que es necesario un nuevo comienzo, como una nueva creación, que tendrá su cumplimiento en Cristo”.

No obstante, el Papa Francisco afirma que en la Biblia también aparece la historia “que representa el rescate de la esperanza”. Y que, “aunque casi todos se comportan con brutalidad, haciendo del odio y la conquista el gran motor de las vivencias humanas, hay personas capaces de rezar a Dios con sinceridad, capaces de escribir de otra manera el destino del hombre”, sostiene.

En esta línea, se encuentra el ejemplo de Abel, que ofrece a Dios “un sacrificio de primicias” y el de Noé, “un hombre justo que ‘andaba con Dios’, frente al cual Dios detiene su propósito de borrar a la humanidad”.

 

Salvarnos de nosotros mismos

Con estas historias, apunta el Obispo de Roma, “uno tiene la impresión de que la oración sea el dique, el refugio del hombre ante la oleada de maldad que crece en el mundo” y añade que, “pensándolo bien, también rezamos para ser salvados de nosotros mismos.”

Por ello, es importante rezar: “Señor, por favor, sálvame de mí mismo, de mis ambiciones, de mis pasiones”. “Los orantes de las primeras páginas de la Biblia son hombres artífices de paz: en efecto, la oración, cuando es auténtica, libera de los instintos de violencia y es una mirada dirigida a Dios, para que vuelva a ocuparse del corazón del hombre”, añade.

La oración, explica el Santo Padre, “es poderosa, porque atrae el poder de Dios y el poder de Dios da siempre vida; siempre. Es el Dios de la vida y hace renacer” y por eso “el señorío de Dios pasa por la cadena de estos hombres y mujeres, a menudo incomprendidos o marginados en el mundo”,

 

Cadena de vida

Además, remarca que “el mundo vive y crece gracias al poder de Dios que estos servidores suyos atraen con sus oraciones. Son una cadena que no hace ruido, que rara vez salta a los titulares, y sin embargo ¡es tan importante para devolver la confianza al mundo!” .

Para el Pontífice la oración es “una cadena de vida, siempre: muchos hombres y mujeres que rezan, siembran la vida. La oración siembra vida, la pequeña oración: por eso es tan importante enseñar a los niños a rezar. Me duele cuando me encuentro con niños que no saben hacerse la señal de la cruz”.

 

Abrir la puerta a Dios

“Es importante que los niños aprendan a rezar. Luego, a lo mejor, pueden olvidarse, tomar otro camino; pero las primeras oraciones aprendidas de niño permanecen en el corazón, porque son una semilla de vida, la semilla del diálogo con Dios”, insiste.

Finalmente, Francisco concluye: “La oración abre la puerta a Dios, transformando nuestro corazón tantas veces de piedra, en un corazón humano. Y se necesita mucha humanidad, y con la humanidad se reza bien”.

A continuación, sigue la la cuarta catequesis completa del Papa.

***

 

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Dedicamos la catequesis de hoy a la oración de los justos.

El plan de Dios para la humanidad es bueno, pero en nuestra vida diaria experimentamos la presencia del mal: es una experiencia diaria. Los primeros capítulos del Libro del Génesis describen la expansión progresiva del pecado en las vivencias humanas. Adán y Eva (cf. Gn 3, 1-7) dudan de las intenciones benévolas de Dios, pensando que se trate de una deidad envidiosa que impide su felicidad. De ahí la rebelión: ya no creen en un Creador generoso que desea su felicidad. Su corazón, cediendo a la tentación del Maligno, es presa de delirios de omnipotencia: «Si comemos el fruto del árbol, nos haremos semejantes a Dios» (cf. v. 5). Y esta es la tentación: esta es la ambición que penetra en el corazón. Pero la experiencia va en la dirección opuesta: sus ojos se abren y descubren que están desnudos (v. 7), sin nada. No lo olvidéis: el tentador es un mal pagador, paga mal.

El mal se vuelve aún más atroz con la segunda generación humana, es más fuerte: es la historia de Caín y Abel (cf. Génesis 4:1-16). Caín tiene envidia de su hermano; aunque es el primogénito, ve a Abel como un rival, uno que amenaza su primacía. El mal se asoma a su corazón y Caín es incapaz de dominarlo. El mal empieza a penetrar en el corazón: los pensamientos son siempre los de mirar mal al otro, con sospecha. Y esto sucede también con el pensamiento: “Este es malo, me perjudicará”… Y este pensamiento se va abriendo paso en el corazón..Y así la historia de la primera fraternidad termina con un asesinato. Pienso, hoy, en la fraternidad humana…guerras por doquier.

En la descendencia de Caín se desarrollan los oficios y las artes, pero también se desarrolla la violencia, expresada en el siniestro cántico de Lamec, que suena como un himno de venganza: “Yo maté a un hombre por una herida que me hizo y a un muchacho por un cardenal que recibí. […] Caín será vengado siete veces, mas Lámek lo será setenta y siete”. La venganza. “Lo has hecho ¡vas a pagarlo!”. Pero eso no lo dice el juez, lo digo yo. Y yo me vuelvo juez de la situación. Y así el mal se propaga como un incendio hasta ocupar todo el cuadro: “Viendo Yahveh que la maldad del hombre cundía en la tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo” (Gen 6,5). Los grandes frescos del diluvio universal (cap. 6-7) y la torre de Babel (cap. 11) revelan que es necesario un nuevo comienzo, como una nueva creación, que tendrá su cumplimiento en Cristo.

Y sin embargo, en estas primeras páginas de la Biblia, también está escrita otra historia, menos llamativa, mucho más humilde y devota, que representa el rescate de la esperanza. Aunque casi todos se comportan con brutalidad, haciendo del odio y la conquista el gran motor de las vivencias humanas, hay personas capaces de rezar a Dios con sinceridad, capaces de escribir de otra manera el destino del hombre. Abel ofrece a Dios un sacrificio de primicias. Después de su muerte, Adán y Eva tuvieron un tercer hijo, Set, de quien nació Enos (que significa “mortal”), y se dice: “En aquel tiempo comenzaron a invocar el nombre del Señor” (4:26). Entonces aparece Enoc, un personaje que “anduvo con Dios” y fue arrebatado al cielo (cf. 5:22.24). Y finalmente está la historia de Noé, un hombre justo que “andaba con Dios” (6:9), frente al cual Dios detiene su propósito de borrar a la humanidad (cf. 6:7-8).

Leyendo estas historias, uno tiene la impresión de que la oración sea el dique, el refugio del hombre ante la oleada de maldad que crece en el mundo. Pensándolo bien también rezamos para ser salvados de nosotros mismos. Es importante rezar: “Señor, por favor, sálvame de mí mismo, de mis ambiciones, de mis pasiones”. Los orantes de las primeras páginas de la Biblia son hombres artífices de paz: en efecto, la oración, cuando es auténtica, libera de los instintos de violencia y es una mirada dirigida a Dios, para que vuelva a ocuparse del corazón del hombre. Se lee en el Catecismo: “Este carácter de la oración ha sido vivido en todas las religiones, por una muchedumbre de hombres piadosos” (CCC, 2569). La oración cultiva prados de renacimiento en lugares donde el odio del hombre solo ha sido capaz de ensanchar el desierto. Y la oración es poderosa, porque atrae el poder de Dios y el poder de Dios da siempre vida; siempre. Es el Dios de la vida y hace renacer.

Por eso el señorío de Dios pasa por la cadena de estos hombres y mujeres, a menudo incomprendidos o marginados en el mundo. Pero el mundo vive y crece gracias al poder de Dios que estos servidores suyos atraen con sus oraciones. Son una cadena que no hace ruido, que rara vez salta a los titulares, y sin embargo ¡es tan importante para devolver la confianza al mundo! Recuerdo la historia de un hombre: un jefe de gobierno, importante, no de esta época, del pasado. Un ateo que no tenía sentido religioso en su corazón, pero de niño escuchaba a su abuela rezar, y eso permaneció en su corazón. Y en un momento difícil de su vida, ese recuerdo volvió a su corazón y dijo: “Pero la abuela rezaba…”. Así que empezó a rezar con las fórmulas de su abuela y allí encontró a Jesús. La oración es una cadena de vida, siempre: muchos hombres y mujeres que rezan, siembran la vida. La oración siembra vida, la pequeña oración: por eso es tan importante enseñar a los niños a rezar. Me duele cuando me encuentro con niños que no saben hacerse la señal de la cruz. Hay que enseñarles a hacer bien la señal de la cruz, porque es la primera oración. Es importante que los niños aprendan a rezar. Luego, a lo mejor, pueden olvidarse, tomar otro camino; pero las primeras oraciones aprendidas de niño permanecen en el corazón, porque son una semilla de vida, la semilla del diálogo con Dios.

El camino de Dios en la historia de Dios ha pasado por ellos: ha pasado por un “resto” de la humanidad que no se uniformó a la ley del más fuerte, sino que pidió a Dios que hiciera sus milagros, y sobre todo que transformara nuestro corazón de piedra en un corazón de carne (cf. Ez 36,26). Y esto ayuda a la oración: porque la oración abre la puerta a Dios, transformando nuestro corazón tantas veces de piedra, en un corazón humano. Y se necesita mucha humanidad, y con la humanidad se reza bien.

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

 

Comunidad de Bose: Enzo Bianchi y tres hermanos, expulsados del Monasterio

Por decreto de la Santa Sede

mayo 27, 2020 16:43

Movimientos eclesiales

(zenit – 27 mayo 2020).- El fundador de la Comunidad de Bose, Enzo Bianchi, y los hermanos Goffredo Boselli, Lino Breda y Antonella Casiraghi han sido obligados a abandonar el Monasterio de Bose, en Italia, y mudarse a otro lugar, dejando todos sus encargos, según un decreto firmado por el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, aprobado específicamente por el Papa.

Este miércoles, 27 de mayo de 2020, la Comunidad de Bose publicó en su página web un comunicado anunciando la decisión del Vaticano, que viene después de un “prolongado y cuidadoso discernimiento” tras concluir la visita apostólica, dispuesta por el Santo Padre, llevada a cabo el pasado mes de enero.

 

Decreto singular del 13 de mayo de 2020

“Después de un prolongado y cuidadoso discernimiento y oración –se lee en la nota–, la Santa Sede ha llegado a conclusiones en forma de un decreto singular del 13 de mayo de 2020, firmado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de Su Santidad y aprobado en forma específica por el Papa”.

Las decisiones fueron comunicadas a los interesados en los últimos días por el padre Amedeo Cencini, nombrado delegado pontificio con plenos poderes ad nutum Sanctae Sedis, quien estaba acompañado por el secretario de la Congregación para los Religiosos, monseñor José Rodríguez Carballo, y el arzobispo de Vercelli, monseñor Marco Arnolfo.

Dicha decisión –informa la Comunidad– de Bose se comunicó “con el mayor respeto posible al derecho a la confidencialidad de los interesados”. Sin embargo, continúan, “a partir de la notificación del decreto, el rechazo anunciado de las medidas por parte de algunos de los destinatarios ha provocado una situación de mayor confusión e incomodidad”.

 

Visita apostólica

Por ello, consideran necesario precisar que “las medidas conciernen al hermano Enzo Bianchi, al hermano Goffredo Boselli, al hermano Lino Breda y a la hermana Antonella Casiraghi”, quienes “deberán separarse de la Comunidad monástica de Bose y trasladarse a otro lugar, renunciando a todos los cargos que ocupan actualmente”.

Esta visita se realizó a raíz de las “graves preocupaciones” que habían llegado de diferentes partes de la Santa Sede, “que indicaban una situación tensa y problemática” en la comunidad en relación “con el ejercicio de la autoridad del fundador, la gestión del gobierno y el clima fraterno”, y fue encomendada al padre Guillermo León Arboleda Tamayo, abad presidente de la Congregación Benedictina Sublacense-Casinense, el padre Amedeo Cencini, consultor de la Congregación para los Religiosos, y la madre Anne-Emmanuelle Devéche, abadesa de Blauvac.

 

Comunidad mixta y ecuménica

La Comunidad Bose nació el 8 de diciembre de 1965, en el mismo día de la clausura del Concilio Vaticano II, cuando Enzo Bianchi empezó a vivir solo, en una casa alquilada, en la sección del pueblo de Magnano llamada Bose. Los primeros Hermanos llegaron tres años después, entre ellos una mujer y un pastor reformado.

Desde entonces, por la mañana, al mediodía y por la tarde, los hermanos cantan la liturgia de las horas, trabajan, acogen a los huéspedes, estudian las Escrituras y la tradición monástica y viven de manera monástica y ecuménica.

Con un carácter ecuménico, la comunidad ha acogido hombres y mujeres católicos, y profesos de otras religiones, como protestantes. “Sin esa pretensión inicial pero como un don del Espíritu, desde el principio, pertenecen a la comunidad cristianos de varias confesiones”, señalan en su página web. En este sentido, han intentado transformar este don en un compromiso por la Unidad de todos los cristianos en fidelidad a la palabra de Cristo: “Que todos sean uno” (Jn 17,21).

 

 

 

 

Pentecostés: El Papa invita a ser dóciles a “la acción del Espíritu Santo”

Saludo a jóvenes y ancianos

mayo 27, 2020 13:22

Audiencia General

(zenit – 27 mayo 2020).- De cara a la preparación de la fiesta de Pentecostés, el Papa exhorta a “ser siempre dóciles a la acción del Espíritu Santo, para que vuestras vidas sean siempre caldeadas e iluminadas por el amor que el Espíritu de Dios derrama en vuestros corazones”.

Este mensaje ha sido pronunciado por el Santo Padre al final de la audiencia general de hoy, 27 de mayo de 2020, durante su saludo a los ancianos, los jóvenes, los enfermos y los recién casados, a los que también ha bendecido.

Como es habitual desde la irrupción de la pandemia de la COVID-19, el acto fue transmitido desde la biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano y transmitido en directo por zenit.

 

Los dones del Espíritu Santo

Previamente, en sus palabras a los fieles de Polonia, Francisco también se refirió a Pentecostés: “Imploramos la presencia del Espíritu Santo en nosotros, para que con sus dones, tan necesarios, nos ayude a progresar en la vida cristiana”.

En estos tiempos difíciles, continuó, “oremos con las palabras que san Juan Pablo II pronunció en Varsovia: ‘¡Que tu Espíritu descienda y renueve la faz de la tierra! ¡De esta tierra!’ (2 de junio de 1979)”.

En su cuarta catequesis de la serie sobre la oración, el Pontífice ha reflexionado en torno a “La oración de los justos”. Sobre ella ha indicado que parece ser “el dique, el refugio del hombre ante la oleada de maldad que crece en el mundo” y que “también rezamos para ser salvados de nosotros mismos”.

 

 

 

 

Audiencia general: Palabras del Papa a los hablantes de español

Los invita a leer el Génesis

mayo 27, 2020 11:33

Audiencia General

(zenit – 27 mayo 2020).- Durante la audiencia general, el Papa dirigió unas palabras a los hablantes de español en las que los anima “a leer las primeras páginas del Libro del Génesis para redescubrir la fuerza que tiene la oración de los ‘amigos de Dios’, y para hacer nosotros lo mismo”.

Esta invitación tuvo lugar en el habitual saludo a fieles de lengua española del Santo Padre en la audiencia general celebrada hoy, 27 de mayo de 2020, y emitidia en streaming desde la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.

“Invoquemos su Nombre con confianza y elevemos nuestra oración conjunta para que el Señor sane a este mundo de todas sus dolencias, y a nosotros nos haga experimentar la alegría de la salvación”, concluyó Francisco.

En la catequesis de hoy, el Pontífice continuó con el ciclo de catequesis en torno a la oración. En concreto, reflexionó sobre “La oración de los justos”, resaltando que, gracias a ella, “Dios muestra su misericordia y su bondad al mundo. Su oración trasforma el desierto del odio en un oasis de vida y paz”.

 

 

 

 

La Unión Europea anuncia contribución para asistir a Venezuela

144,2 millones de euros

mayo 27, 2020 17:43

Europa

(zenit – 27 mayo 2020).- El alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, ha anunciado una contribución de 144,2 millones de euros para Venezuela, según informa Vatican News.

Este compromiso de la UE fue realizado durante la Conferencia Internacional de donantes en solidaridad con los refugiados venezolanos, los migrantes y los países de la región, que comenzó ayer, martes 26 de mayo de 2020.

 

Situación muy preocupante

De acuerdo a la citada fuente, por el momento se están haciendo promesas de ayuda, pero la solidaridad con Venezuela no puede ser postergada. El mismo Borrell ha declarado que en este país existe una “situación política, económica y humanitaria muy preocupante”.

Asimismo, estas circunstancias han sido agravadas por la emergencia sanitaria del coronavirus. Hasta el momento se han producido casi 1.200 casos con un sistema de salud no preparado para la llegada de la pandemia y ya colapsado, tal y como indicaron ayer desde la ONG Human Rights Watch y la Universidad Johns Hopkins.

 

400 millones en préstamos

En la citada conferencia, donde participaron representantes de más de 60 países, organismos de las Naciones Unidas, instituciones y la sociedades civiles, se acordó que los fondos asignados por Bruselas se destinarán a financiar la ayuda humanitaria, la cooperación para el desarrollo y la prevención de conflictos.

El Banco Europeo de Inversiones, pondrá a disposición de los países de acogida de migrantes 400 millones de euros en préstamos.

 

Éxodo venezolano

Más de 5 millones de venezolanos se han visto obligados a abandonar su país en el “mayor éxodo de la historia de América Latina”, afirmó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Por otro lado, el tercer buque cisterna que salió de Irán, desafiando el embargo, ha entrado en aguas venezolanas con un cargamento de combustible, concluye el medio vaticano.

 

 

 

 

COVID-19: El fondo para las misiones ayuda a países de Asia, África y Latinoamérica

Creado por el Papa Francisco

mayo 27, 2020 16:39

Misión

(zenit – 27 mayo 2020).- A través del Fondo de Emergencia COVID-19 establecido por el Papa Francisco en la Obras Misionales Pontificias (OMP) para ayudas a la Iglesia en las misiones, ya se han enviado contribuciones a algunos países de Asia, África y Latinoamérica.

Así informó la Agencia de las Obras Misionales Pontificias Fides en una nota difundida ayer, 26 de mayo de 2020.

 

Papa Francisco

Efectivamente, el pasado 6 de abril de 2020, el Papa creó un fondo de emergencia en las Obras Misionales Pontificias con el fin de ayudar a las personas y comunidades que se han visto trágicamente perjudicadas por la propagación del coronavirus.

Como contribución inicial, el Santo Padre destinó 750.000 dólares de los Estados Unidos para el fondo y exhortó a las entidades eclesiásticas que puedan y deseen ayudar a contribuir con este fondo a través de las Obras Misionales Pontificias de cada país.

 

Pakistán y Bangladesh

En Pakistán, se ha concedido un subsidio a todas las diócesis para la asistencia de las comunidades cristianas más pobres y vulnerables. En este país, la mayoría de las personas viven por debajo del umbral de la pobreza y, con el aislamiento, durante el cual no han podido obtener el sustento mínimo, conseguir algo para comer es la necesidad más urgente y fundamental.

Dhaka, la capital de Bangladesh, presenta una alta concentración de población, incluidos numerosos inmigrantes que viajan a la ciudad en busca de trabajos domésticas diarios.

Tras el cierre declarado por el gobierno, la mayoría de estas personas se encuentran desempleadas e incapaces de satisfacer las necesidades básicas, en una situación dramática. Frente a ello, la arquidiócesis ha hecho un llamamiento a todos los miembros de la comunidad y ha establecido un fondo para ayudar a las familias con la distribución de alimentos a través de las parroquias.

 

Colombia y Liberia

El Vicariato Apostólico de Puerto Gaitán, Colombia, por su parte, también está experimentando una situación particularmente difícil debido a la cuarentena decretada por el Gobierno. La situación de emergencia sanitaria afecta negativamente a todos los ámbitos, dificultando la misión de la Iglesia, que ni siquiera puede garantizar el sustento de los sacerdotes.

En Liberia, en la diócesis de Cape Palmas, las ayudas enviadas servirán para garantizar el apoyo a los trabajadores pastorales, que después del encierro no pueden ganarse un salario para vivir.

En la diócesis liberiana de Gbarnga, se han identificado dos necesidades pastorales urgentes como resultado de la crisis socioeconómica, a la que se destinarán los subsidios del Fondo: el apoyo de los párrocos y los catequistas y la creación de programas de radio que informen sobre el coronavirus a través de la radio diocesana.

 

Botswana y Sudáfrica

En Francistown, diócesis situada en Botswana, una zona de primera evangelización, la pandemia ha provocado graves efectos en las actividades pastorales de las comunidades católicas, la mayoría de las cuales no son autosuficientes.

Por lo tanto, los subsidios enviados se utilizarán para garantizar el funcionamiento de la secretaría diocesana y las oficinas pastorales, así como para asegurar la actividad pastoral en 6 parroquias en áreas rurales.

Asimismo, en Sudáfrica, la pandemia ha golpeado con dureza la vida de la población de la diócesis de Umzimkulula. La actividad pastoral y la situación económica de las parroquias y estructuras eclesiales, ubicadas principalmente en el área rural.

De este modo, con el apoyo del fondo se ayudará a las parroquias y comunidades religiosas locales en sus necesidades básicas, indica la citada fuente.

 

Marruecos

Por medio de este Fondo de Emergencia COVID-19, también se garantizará el apoyo a la comunidad de las clarisas del monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe en Casablanca, en la archidiócesis de Rabat, Marruecos.

Las cinco monjas clarisas, de origen mexicano, se mantienen, con dificultad desde hace tiempo, gracias a la producción de hostias para las celebraciones eucarísticas y los productos alimenticios comercializados en la red de restaurantes, ya que la cuarentena obligó a suspender las iniciativas que garantizaban la autosuficiencia.

 

 

 

 

Las basílicas de la Natividad y del Santo Sepulcro reabren sus puertas

Tras más de 80 días

mayo 27, 2020 17:18

Peregrinaciones y religiosidad popular

(zenit – 27 mayo 2020).- Hoy, después de más de ochenta días cerradas a causa de la pandemia del coronavirus, se vuelven a abrir las puertas de la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, y la basílica de la Natividad en Belén.

Los frailes franciscanos que custodian el Santo Sepulcro lo han anunciado este miércoles, 27 de mayo de 2020, en su página web.

La noticia llega tras varias etapas: Primero se flexibilizaron las medidas anticontagio en Israel, después las iglesias latina, griega y armenia anuncian la reapertura oficial y comienzan las celebraciones con presencia de fieles. De ahí se deriva el acuerdo que permite que la gran puerta de madera permanezca abierta, aunque todavía no es posible acceder a todas las partes de la basílica.

 

“Símbolo de la esperanza del pueblo”

La apertura de la Natividad de Jesús es un “símbolo de la esperanza del pueblo” de Tierra Santa, expresa el padre Ibrahim Faltas, asesor de la Custodia de Tierra Santa: en el lugar donde nació Jesús hace más de dos mil años hay ahora una “emoción” especial a pesar de la “dramática” situación de la ciudad, donde “más del noventa por ciento de sus habitantes” trabajan en el sector del turismo, devastado por los efectos de la emergencia del coronavirus.

La decisión fue anunciada en las últimas horas por el custodio de Tierra Santa, el padre Francis Patton, y los patriarcas greco-ortodoxo y armenio de Jerusalén, Theophilus III y Nourhan Manougian.

Para evitar el riesgo de nuevas infecciones, el número máximo de accesos al lugar de culto se limita actualmente a cincuenta personas, con una protección adecuada en el rostro y manteniendo una distancia de seguridad mínima de dos metros, informa Vatican News.

 

Santo Sepulcro

Del mismo modo, la esperanza “ha acompañado siempre” a los franciscanos que custodian el Santo Sepulcro, asegura fray Salvador Rosas Flores, presidente del Convento Santo Sepulcro: “A pesar de que las puertas estuvieran cerradas, la esperanza de abrirla, de recibir nuevamente a los cristianos, de mostrar los santos lugares, de llevarlos nosotros mismos adentro… Esta esperanza permanece en nosotros”.

Si bien habrá que lidiar durante mucho tiempo con la obligación de usar mascarilla y gel desinfectante, tras dos meses es posible volver a visitar el lugar más sagrado de la cristiandad y participar en las celebraciones, manteniendo siempre el límite máximo de 50 personas en el interior del edificio.

 

 

 

 

Monseñor Felipe Arizmendi: “Hay otras formas de comulgar”

Comunión con los demás, “perfecta comunión con Cristo”

mayo 27, 2020 09:25

Espiritualidad y oración

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas

 

VER

Muchas personas están ansiosas por que pronto se abran las iglesias, para que puedan participar en las Misas y, sobre todo, recibir la comunión sacramental. Es un deseo legítimo y ojalá que, cuando pase lo más álgido de la pandemia por el coronavirus, esa hambre eucarística sea saciada. Es un derecho de los fieles y los pastores anhelamos que esa ansia por recibir la Eucaristía sacramental sea incrementada y profundizada.

Sin embargo, parece que no se ha dado la debida importancia a otras formas que tenemos para comulgar con Cristo. Aún más, pareciera que, para algunos, recibir la Hostia consagrada es la única manera de estar unidos a Él. Y no es así, como lo veremos adelante.

Cuando el Papa Francisco, en el estadio de Tuxtla Gutiérrez, el 15 de febrero de 2016, se encontró con las familias, una mujer, que vive en situación irregular con su esposo, pues no se pueden casar por la Iglesia, expresó que ellos, aunque no pueden recibir la comunión eucarística, sienten la cercanía de Jesús cuando visitan a los presos y a los enfermos. El Papa le contestó: “Ustedes rezan, van con Jesús y están integrados en la vida de la Iglesia. Usaron una linda expresión: comulgamos con el hermano débil, el enfermo, el necesitado, el preso. Gracias, gracias”. Eso es: la comunión con los demás, sobre todo con los pobres y con cuantos sufren, es una perfecta comunión con Cristo.

 

PENSAR

Podemos lograr una real y profunda comunión con Dios cuando hacemos oración, que no es sólo rezar fórmulas de memoria, sino platicar con El, abriéndole nuestro corazón. Podemos comulgar también escuchando con toda el alma su Palabra, meditando en serio lo que nos dice una sola de sus frases, que encontramos en la Sagrada Escritura. Podemos comulgar admirando la obra de la creación, extasiados ante su belleza, orden y perfección. Podemos comulgar, sobre todo, amando y sirviendo a los demás, como nos enseña la Palabra de Dios.

Cuando Jesús se aparece a Pablo en el camino a Damasco, le pregunta: “Por qué me persigues?” (Hech 9,4). Pablo no perseguía personalmente a Jesús, sino a los cristianos, pero Jesús se identifica con sus seguidores, sobre todo con los perseguidos. Por tanto, te acercas a Jesús cuando te acercas con amor a los demás, empezando por tu familia.

Cuando Jesús nos dice de qué se nos juzgará ante el trono de Dios, declara con toda nitidez que dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, visitar al enfermo y al preso, recibir al migrante, es hacerlo personalmente a El; y no hacerlo con ellos, es no hacerlo con El (cf Mt 25,31-46). Por tanto, si alguien va a Misa y comulga todos los días, pero nada hace por estas personas, no está comulgando integralmente con Jesús. Le falta lo que es decisivo para entrar o no al cielo: el amor, pues Dios es amor, y no sólo un rito.

Jesús critica al sacerdote y al levita del Antiguo Testamento, porque eran muy piadosos en el templo, escuchaban la Biblia y cantaban salmos, pero nada hicieron por el herido que estaba tirado al borde del camino. En cambio, aplaude al samaritano que no practicaba esos ritos, pero hizo cuanto pudo por el herido (cf Lc 10,25-37).

Una mujer alaba a la Madre de Jesús, porque lo llevó en su seno y lo alimentó. Pero Jesús advierte que la verdadera grandeza de su Madre es escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios (cf Lc 11,27-28). Es decir, si la Virgen María sólo hubiera engendrado, alimentado y tenido en sus brazos a Jesús, pero no hubiera visitado y ayudado a su prima Isabel, si no se hubiera preocupado por los novios que ya no tenían vino, si no hubiera estado de pie en el Calvario, no sería realmente grande e importante. Por tanto, si alguien diariamente comulga en Misa, pero nada hace por los demás, algo muy importante le está faltando.

El Papa Benedicto XVI, en su Encíclica Deus caritas est, dice al respecto: “En el culto mismo, en la comunión eucarística, está incluido a la vez el ser amados y el amar a los otros. Una Eucaristía que no comporte un ejercicio práctico del amor es fragmentaria en sí misma” (No.  14). “Se ha de recordar de modo particular la gran parábola del Juicio final (cf. Mt 25, 31-46), en el cual el amor se convierte en el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana. Jesús se identifica con los pobres… Amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios” (Ibid 15). Y comentando la cita de 1 Jn 4,20, afirma: “El amor del prójimo es un camino para encontrar también a Dios, y cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios” (Ibid 16).

En su Exhortación Sacramentum caritatis, afirma lo mismo: “Los fieles tengan una actitud coherente entre las disposiciones interiores y los gestos y las palabras. Si faltara ésta, nuestras celebraciones, por muy animadas que fueren, correrían el riesgo de caer en el ritualismo. Así pues, se ha de promover una educación en la fe eucarística que disponga a los fieles a vivir personalmente lo que se celebra” (No. 64). “La comunión tiene siempre y de modo inseparable una connotación vertical y una horizontal: comunión con Dios y comunión con los hermanos y hermanas. Las dos dimensiones se encuentran misteriosamente en el don eucarístico. Donde se destruye la comunión con Dios, que es comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, se destruye también la raíz y el manantial de la comunión con nosotros. Y donde no se vive la comunión entre nosotros, tampoco es viva y verdadera la comunión con el Dios Trinitario” (Ibid 76). Y repite lo que ya nos había dicho en otra de sus Encíclicas: “Una Eucaristía que no comporte un ejercicio práctico del amor es fragmentaria en sí misma” (Ibid 82). Agrega: “La Eucaristía impulsa a todo el que cree en Él a hacerse pan partido para los demás y, por tanto, a trabajar por un mundo más justo y fraterno” (Ibid 88). “El Señor Jesús, Pan de vida eterna, nos apremia y nos hace estar atentos a las situaciones de pobreza en que se halla todavía gran parte de la humanidad” (Ibid 90).

 

ACTUAR

Ojalá pronto todos puedan participar en las Misas, sobre todo dominicales, para que se alimenten del Pan de la Palabra y del Pan Eucarístico. Pero tengamos en cuenta que, hoy y siempre, hay otras formas de comulgar con el Señor.

 

 

 

 

Píldoras de esperanza: “¿Dónde buscamos el gozo y la verdad?”

Miércoles, 27 mayo 2020

mayo 27, 2020 09:37

Espiritualidad y oración

 

Reflexión de los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

“Ven Espíritu Santo, necesito tu asistencia y llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios”. Amén.

 

Evangelio según San Juan 17, 11b-19.

Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo: “Padre santo, cuida en tu nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros.

Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura.

Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto. Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad.

Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad”.

Palabra del Señor.

 

¿Qué dice el texto?

“…Para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto”. “Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad”.

 

¿Qué nos dice el día de hoy Dios en este texto?

Desde los inicios de la humanidad, hemos buscado con ansias vivir en la verdad y vivir plenamente de verdad. La búsqueda de la verdad está íntimamente unida a nuestro ser. Es la “semilla del Verbo” que todos experimentamos. Nadie quiere vivir en la mentira ni vivir mintiendo. Pero, la búsqueda de la verdad objetiva es parte de nuestro ser, aunque nos equivoquemos en esa búsqueda, no podemos negar nuestro deseo infinito de estar en la verdad. El encuentro con “la verdad” será lo que finalmente dice Jesús “su gozo sea perfecto”.

Es muy importante plantearnos sinceramente dónde buscamos nosotros el gozo y la verdad. Piensa hoy en día cuánta gente confundida, creyendo que la verdad está en otro lado. Por ejemplo, en el dominio de un territorio, o dominio de un estilo de vida. Tal vez debemos plantearnos seriamente cuando vemos en las películas que nos narran estilos de vida, y cómo, por ejemplo, una persona que desea tener bienes sin tener en cuenta lo objetivo (piensa en un asaltante), cómo es que creyendo que el gozo está en el poder de los bienes económicos con el que inclusive lucra y obtiene favores para sí, nosotros no miramos con tranquilidad esos estilos de vida.

El gozo que nos ofrece Jesús, está en el conocimiento completo de la Verdad objetiva, y recordemos que Él mismo nos dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Por lo tanto, te invito a un replanteamiento de la verdad. ¿Crees que la salud es parte de la verdad? Y entonces ¿cómo entender esto que está ocurriendo en nuestros días de gente muy buena, gente que ofrece su vida al servicio de los demás que muere de contagios? La verdad que el Señor nos ofrece tiene mucho de cercanía con este tema.

Ya se está acercando el día de Pentecostés. Estos días son importantes para plantearnos como humanidad en qué Dios creemos, y cuál verdad defendemos.

Te invito a que ofrezcas tu día en reflexión diciendo con mucha fe y esperanza esta frase:

“¡Creo Señor en ti, porque Tú eres el camino, la verdad y la vida!”

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia.

 

www.fundacionpane.com
www.cristonautas.com
Facebook: Fundación Ramón Pané
Youtube: 
Fundación Ramón Pané

 

 

 

 

Beato Luigi Biraghi, 28 de mayo

Gran pedagogo y pacificador

mayo 27, 2020 09:00

Testimonios de la Fe

 

“Gran pedagogo, pacificador y fundador de las Hermanas Marcelinas. Un excepcional formador del clero que vivía convencido de que la santidad de un sacerdote atraería incontables conversiones. Gozó de la confianza de Pío IX”

 Nació en Vignate, Milán, Italia, el 2 de noviembre de 1801. Era el quinto de ocho hermanos de una familia de agricultores. Cuando tenía 3 años se trasladaron a Cernusco sul Naviglio donde los suyos ampliaron su patrimonio. Su padre fue alcalde de esta localidad. A la edad de 12 años, Luigi ingresó como interno en el colegio Cavalleri, de Parabiago y bajo la guía del rector del mismo, el párroco Agostino Peregalli, maduró su vocación al sacerdocio. En su corta vida, y aunque había compartido con los de su edad los afanes propios de la misma teniendo como núcleo capital los juegos, se había dado cuenta de que su mejor amigo era Jesús. Y decidió seguirle de cerca consagrándose a Él.

Estudió en los seminarios de Castello sopra Lecco, Monza y Milán. Como informan las actas era «muy capaz y diligente en todo». En 1815 perdió a sus dos hermanos mayores y su padre fue involucrado en un importante fraude que se detectó en el municipio que presidía. Luigi se aferró a la divina Providencia, como hizo siempre. Era diácono y profesor del seminario menor y tras recibir el sacramento del orden en la catedral de Milán el 28 de mayo de 1825, fue designado vicerrector y profesor de griego en el seminario de Monza. Ejerció la docencia durante ocho años.

En 1833 fue nombrado director espiritual del seminario mayor de Milán, misión que ocupó una década de su vida sellada por la caridad, obediencia y fidelidad eclesial. Alentando a los seminaristas a crecer en la virtud les instaba a dejar su corazón abierto a la voz divina. Lo esencial era amar a Cristo sobre todas las cosas. Así serían fieles a su vocación. Tenía claro que cuanto más santo fuese un sacerdote, más efectivas serían sus súplicas por el pueblo que le hubieran encomendado. La lucha sería efectiva: “con el atractivo de la caridad, con la belleza de la verdad, con la santidad del ejemplo”. Concibió un magnífico itinerario formativo que fue dado a conocer a todo el clero por indicación del cardenal arzobispo Gaisruck. Al tiempo que formaba a los seminaristas, predicaba y se ocupaba de acompañar espiritualmente a los laicos.

En 1837 la Virgen le inspiró la fundación de las Hermanas Marcelinas, que nacieron en 1838 en Cernusco sul Naviglio contando con Marina Videmari. Su objetivo era actuar espiritualmente en la sociedad a través de la formación integral de las jóvenes, futuras madres de familia que podrían construir su hogar sobre pilares cristianos. A la par que defendía la dignidad de la mujer en una sociedad que la minusvaloraba, subrayaba su valía frente a quienes la relegaban a la maternidad exclusivamente. Había elegido el nombre de Marcelina para su obra como homenaje a la santa del mismo nombre que logró educar a sus hermanos menores, igualmente santos: Sátiro y Ambrosio.

Instituir esta congregación fue una decisión orada en soledad y en silencio, presuponiendo el alto costo que iba pagar con ello. Tanto es así, que estuvo al borde de desistir de su empeño. Sintió «repugnancia, pereza», y el peso de la incertidumbre. Entonces acudió a la Virgen de los Dolores y tuvo la certeza de que contaba con su bendición. Con este sentimiento había nacido la obra. Luigi colaboró en la fundación del periódico milanés L’Amico cattolico de acuerdo con el arzobispo Gaisruck y fue redactor del mismo durante unos años. En 1841 abrió un nuevo colegio en Vimercate al que seguirían otros en distintos lugares y países de Europa y América. Al año siguiente, debido a sus problemas de salud, pidió ser relegado de su misión en el seminario, pero no logró su propósito; le mantuvieron en su puesto. Cuando en 1843 se propuso secundar a Luigi Speroni en la fundación de un instituto de sacerdotes misioneros, el arzobispo no dio su visto bueno y aceptó su disposición con obediencia y mansedumbre.

En 1850 el conflicto austro-húngaro propició su destitución en la labor que realizaba en el seminario. Los austriacos determinaron separarle de los seminaristas de Milán. Fue una especie de represalia porque él les había instado de antemano a orar por los enemigos y a huir de cualquier forma de violencia. Era un pacificador que defendía a ultranza la concordia y respeto entre los seres humanos, considerando que ello revertía en un futuro mejor. Pero la acusación de haber participado durante la insurrección de los cinco días que había tenido lugar en 1848 pesó en su contra. Entonces él se había presentado ante el conde Gabrio Casati en nombre del arzobispo con objeto de preservar los derechos de la Iglesia en aspectos cruciales como la educación, la libertad, la designación de prelados… Y en 1853 tuvo que comparecer en un juicio que tuvo lugar en Viena. Con todo, en 1854 se afincó en Milán. Al año siguiente obtuvo el doctorado y después sucesivamente sería nombrado viceprefecto de la Biblioteca Ambrosiana y canónigo honorario de la basílica de San Ambrosio.

Gozaba de la confianza del papa Pío IX, quien en 1862 le invitó a predicar al clero milanés con la difícil tarea de conciliar corrientes opuestas en un intrincado momento histórico que se dividía entre los que perseguían la unidad nacional del país y los partidarios del poder temporal pontificio. Ello le acarreó juicios desfavorables y diversos ataques que soportó con humildad y serenidad. Estos contratiempos no le impidieron dedicarse a su fundación y a la dirección espiritual de quienes lo solicitaban, así como al estudio y la escritura. Por cualquiera de estas vías transmitió su profunda vida interior durante un cuarto de siglo. Poseedor de una vasta cultura, fue un especialista en patrología y arqueología. Fruto de sus investigaciones se descubrió la urna que contenía las reliquias de san Ambrosio en el transcurso de la restauración de la basílica del mismo nombre, junto a la de los santos Gervasio y Protasio. Ello hizo que en 1873 Pío IX le concediera el título de prelado doméstico de Su Santidad. Murió en Milán el 11 de agosto de 1879. Benedicto XVI lo beatificó el 30 de abril de 2006.