Cáritas | Análisis y reflexión • 02/06/2020

 

“Las altas tasas de pobreza hablan, el trabajo ha dejado de brindar seguridad económica”

 

Precariedad laboral, imparcialidad y salarios bajos son las principales causas de una situación ante la que que el Ingreso Mínimo Vital inicia un remiendo

 

 

Por Daniel Rodríguez de Blas, equipo de Estudios de Cáritas Española


 

 

 

 

 

La publicación del Real Decreto Ley que aprueba la creación del Ingreso Mínimo Vital supone un gran paso en la lucha por la erradicación de la pobreza severa y significará brindar oportunidades a quienes más lo necesitan.

Se trata de cerca de 2,5 millones de personas que, en nuestro país, viven con menos de 370 euros al mes y aunque aún hay interrogantes que se irán respondiendo con el paso de los meses y la aplicación efectiva de la medida (cobertura real, coordinación entre distintos niveles de la Administración Pública, etc.), el hecho de garantizar por la vía del derecho un ingreso mínimo al conjunto de las familias del territorio nacional facilitará que éstas dispongan de ingresos para alimentación, el pago de una vivienda, suministros, etc.

«Esperamos que esta iniciativa del gobierno ayude a asegurar un ingreso mínimo a todas las personas, independientemente de la comunidad autónoma en la que vivan». Son las palabras de esperanza de Daniel Rodríguez de Blas, técnico del equipo de Estudios de Cáritas Española.

¿Hay más pobreza en el norte que en el sur de España? ¿cómo se mide el umbral de la pobreza? ¿por qué hay trabajadores en riesgo de pobreza? A estas y otras preguntas responde nuestro compañero en la siguiente entrevista.