Valores y familia

 

¿Debo inscribir a mi hijo en el catecismo?

 

Comienza el curso y, con él, el momento de inscribir a nuestros hijos a catequesis se aproxima. ¡No lo dude! El descubrimiento de Cristo, el aprendizaje de la oración alimentan la vida interior de nuestros hijos y les ayuda a crecer en la vida, con sus alegrías y dificultades.

 

 

21 sep 2020, 10:50 | La Croix


 

 

 

 

 

El catecismo no condiciona para creer, sino que da a los niños elementos para descubrir a Jesucristo y los valores que propone por medio del Evangelio y para unirse a él. Es un tiempo de iniciación que abre un camino. El catequista mismo, como todo cristiano, continúa su camino de fe. Es verdad que el proyecto educativo de la catequesis es dar la posibilidad de saborear a Dios, pero esto no tendría sentido si no estuviera al servicio del crecimiento de todo el ser. Por eso los catequistas se sienten interpelados por la vida diaria del niño y prestan particular atención a las alegrías o a las dificultades que se podrían presentar en su vida.

Uno de los objetivos principales de la catequesis es alentar la vida interior de los niños, de manera especial, iniciándoles al recogimiento y a la oración. El niño es invitado a interrogarse sobre lo que siente ante uno u otro acontecimiento, posibilitando el crecimiento de este espacio interior hecho de soledad, pensamientos e imaginación. Ninguna respuesta teórica de un adulto puede provocar tal progreso del niño y de su libertad.

Muchos padres se sienten desorientados por las preguntas que hacen sus hijos, y que les remiten a sus propios interrogantes. Todavía más difícil es dar, ante algo dramático, una referencia de esperanza: «¿Por qué todos tenemos que morir?».

Para los catequistas, es fundamental dejar que emerjan las cuestiones que van surgiendo. A veces, los textos bíblicos llevan a los niños más lejos en sus interrogantes sobre la complejidad de la vida, y les dan ocasión para caminar juntos y encontrar amplitud de miras, y paz…

 

Evelyne Montigny