Artículo de Opinión

 

La religión en la escuela

 

La filosofía y la enseñanza religiosa son las dos asignaturas que más ayudan a integrar la personalidad y a generar pensamiento crítico

 

 

Santander, 14/11/2020


 

 

 

 

La Fundación educativa SM ha realizado una gran encuesta a 19.000 docentes, alumnos y familias tratando de ver cómo se sitúa la sociedad de hoy ante la clase de Religión. Estas son algunas de las conclusiones más interesantes. El 'Informe 2020 Panorama de la Religión en la Escuela' revela que ocho de cada diez alumnos reconoce que la asignatura le ha ayudado a «ser más tolerante y mejor persona». Por otra parte, las clases de Religión Católica tienen un impacto «poco o nada relevante» en las ideas políticas y sindicales de los alumnos. Para el 40% del alumnado, de hecho, no les ha influido en sus inclinaciones políticas.

Por el contrario, ocho de cada diez profesores consideran que la clase de Religión ayuda a los alumnos a comprender otras culturas y contribuye a la formación ética y a sentirse ciudadanos del mundo entero. Además, el 80% de los estudiantes que han pasado por esta asignatura admite que ha sido relevante para su vida personal y volvería a cursarla si tuviera que estudiar de nuevo. No olvidemos que la asignatura de Religión es demandada por más del 67% de los padres y alumnos.

«Tras las conclusiones de este informe no parecen sostenibles ya algunos estereotipos sobre la enseñanza religiosa que perviven en algún imaginario y que castigan injustamente la realidad de la enseñanza de la religión hoy. No parece razonable seguir acusándola de adoctrinamiento y privilegio de la Iglesia más propio de otro tiempo», asegura Carlos Esteban, autor del informe. La filosofía y la enseñanza religiosa son las dos asignaturas que más ayudan a integrar la personalidad y a generar pensamiento crítico.

Los profesores de Religión son mayoritariamente seglares, no hay apenas sacerdotes ni religiosos dando clases, y la mayoría está implicado en acciones sociales para la promoción de la justicia social (71%).

Además, siete de cada diez familias no solo muestran una satisfacción general con las clases de Religión sino que la consideran «necesaria» para la educación de sus hijos. Un 70% rechaza también abiertamente la imagen de adoctrinamiento que se quiere dar desde algunos sectores políticos a la asignatura.

«La clase de Religión no tiene problemas reales en el sistema educativo ya que hay una satisfacción general entre profesores, alumnos y familias. Funciona razonablemente bien y tiene un notable», concluye el autor del Informe.

Todo esto hay que encuadrarlo en un momento en que está a punto de ser aprobada una Ley de enseñanza (Lomloe) con una fuerte carga ideológica que pretende un preocupante recorte de libertades, entre otras la libertad de los padres para elegir el proyecto educativo de sus hijos, eliminando las oportunidades de promoción social e integración que la escuela concertada incorpora a su modelo educativo.

Por otra parte, y lo que resulta más doloroso, es que pone en duda los centros específicos de educación especial ignorando el derecho y la libertad de los padres de estos alumnos para elegir el centro que mejor responda a las necesidades educativas de sus hijos. No es casualidad que el 41,8% de los alumnos de educación especial están en centros concertados. De ahí la necesidad de reclamar una educación más plural, de calidad y en libertad.

Se necesitan muchas mejoras pedagógicas y organizativas y se precisa un pacto educativo político y social para. desde el consenso, proteger la calidad de la educación y la financiación, tanto en la red pública como en la concertada. Dediquemos los esfuerzos necesarios a lo fundamental y no nos perdamos en temas que siembran división y no procuran el consenso.

 

+Manuel Sánchez Monge,
Obispo de Santander