Diócesis de Santander | Nota de Prensa

 

LAS OBRAS DE LA SALA CAPITULAR DE LA CATEDRAL, DESVELAN UN MURO MEDIEVAL LEVANTADO A FINALES DEL SIGLO X

 

Los restos prerrománicos encontrados indican que Santander puede ser considerada como ciudad milenaria

En primavera está prevista la inauguración de la Sala Capitular con espacios para el público y la posibilidad de ver el muro del Castillo de S. Felipe

El obispo de Santander muestra su satisfacción porque con estas obras se han encontrado hallazgos que benefician el acerbo cultural de los cántabros

 

 

Santander, 25/11/2020


 

 

 

 

 

 

En la mañana de hoy ha sido presentado el llamado muro de San Felipe o muro del Rey que comenzó a construirse en el alto de Somorrostro a finales del siglo X a modo de inicial fortificación y que en el siglo XV formaría parte de un castillo de vigilancia de entrada de barcos por la bahía de Santander.

El muro forma parte de la Casa Capitular que también está siendo remodelada en su integridad. Este lienzo de la fortaleza está situado detrás de la Catedral de Santander, cuyo conjunto de obras estarán terminadas a principios de la próxima primavera.

De esta forma, el público podrá contemplar uno de los vestigios más antiguos de la ciudad, así como disfrutar de las salas que se están habilitado en la citada dependencia Capitular, que acogerá actividades culturales, así como los archivos diocesanos y catedralicios, que son una crucial fuente de la historia de Cantabria.

En el acto de la presentación del lienzo del Muro de S. Felipe que formaba parte de un castillo y que se destruyó en el siglo XV, se encontraron el obispo de Santander, monseñor Manuel Sánchez Monge, la alcaldesa de Santander, Gema Igual y la Delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones.

En la representación técnica se hallaron el secretario del Obispo Alejandro Benavente, el arquitecto de la obra, David Arce Morán y los arqueólogos, Lino Mantecón Callejo y Javier Marcos Martínez, que explicaron la historia y datos históricos del muro y de la Sala Capitular, que tras las primeras obras se descubrió una galería de pasadizos que sirvieron de refugio durante la contienda civil española.

 

Plan Director de la Catedral

Esta actuación corresponde a la quinta y última fase del llamado Plan Director de la Catedral, elaborado a finales de los años noventa por los historiadores ya fallecidos, el sacerdote e historiador Joaquín González Echegaray y José Luís Casado Soto.

Las obras están financiadas a tres bandas. Por un lado, el Ministerio de Transporte y Movilidad, aportará el 75 por ciento del presupuesto con cargo a los fondos del llamado 1,5 % Cultural, lo que supone una aportación de1.520.454 euros y el resto se abonará, a parte iguales, entre el Obispado de Santander y el Ayuntamiento de la capital. Esto supondrá un desembolso añadido, entre ambos organismos, que cubrirán entre los dos la suma de 1.159.844 euros.

En  sus palabras, el obispo de Santander destacó que este recinto reúne importantes asentamientos arqueológicos y añadió que la restauración del muro del Castillo de San Felipe había sido ejecutada “con todo el mimo”, y además ahora -matizó- sabemos de nuevos datos históricos, por lo que “nos alegra” comunicar estos hallazgos a los cántabros y en especial a los santanderinos.

 

Época prerrománica

Asimismo, las obras del Plan Director de la Catedral de Santander han descubierto un vestigio prerrománico en el núcleo de la ciudad en lo concerniente al muro de S. Felipe que pertenecía a un castillo datado a mediados del siglo X ó XI, es decir a principios de la Edad Media, cuando sin embargo se pensaba que no había sido construido hasta finales de dicho periodo, sobre el siglo XIII. El muro es único por su porte en el norte de España y sitúa a Santander como "ciudad milenaria".

El equipo de arqueólogos ha logrado también identificar una fortificación de la Alta Edad Media cuya singularidad reside en su antigüedad (mediados del siglo X y siguiente) así como en la altura y porte del muro conservado, de nueve metros, que tardó en construirse unos cien años. Para la datación se ha recurrido al método del Carbono 14 en el prestigioso laboratorio americano de Beta Analytic, que sitúa su construcción entorno al año 1.000.

Esta singularidad, abre la puerta a una novedosa concepción de la génesis de la villa, pues en torno a más de 150 años antes de la concesión del fuero en 1.187 existía una edificación ya fortificada.

La existencia de esta fortificación en torno al año 1.000 indica que el Santander altomedieval tenía más entidad de lo que transmiten las fuentes escritas, pues una abadía y una fortificación formaban parte del conjunto, "quizá asociado ya a un primer núcleo urbano".

Por otra parte, excavando en el cerro de Somorrostro (alto de la Catedral) se ha encontrado un refugio antibombardeo de la Guerra Civil que se ha integrado en el proyecto con la idea de ponerlo en valor.

"Es otro de los grandes atractivos de este sitio, Somorrostro, que es un punto de acumulación cultural, donde las distintas civilizaciones han ido dejando sus testimonios y tenemos desde la época romana a prerrománico y restos de la Guerra Civil", destacó el arqueólogo Javier Marcos.

 

Puesta en valor Sala Capitular

Pero la obra también incluye la remodelación integral de la Sala Capitular adosada a la catedral santanderina. Para aprovechar este espacio, el proyecto establece que se concentrarán en una sola planta las dependencias de uso privado catedralicio, que ahora están dispersas en tres, y que se albergarán en una nueva cuarta planta bajo cubierta de 300 metros cuadrados.

También será rehabilitada la vivienda donde residen las monjas de la congregación de Santa María Madre de la Iglesia que son las encargadas de dignificar el templo y de orar ante el Santísimo.

Las otras tres plantas ofrecerán en conjunto 700 metros cuadrados de uso público, que incluyen un espacio de usos múltiples de 300 metros cuadrados para museo y sala de exposiciones, conferencias, etcétera; y otro de 400 metros cuadrados para Archivo Diocesano, este último, dividido en dos plantas.

 

Nuevo espacio Archivo Diocesano

El actual Archivo Diocesano incluye tanto documentos de las parroquias, como civiles; de antiguos concejos y otras entidades territoriales, que abarcan desde el siglo X y sobre todo a partir del XVI hasta hoy. Esto se debe a que a partir del Concilio de Trento se establece que se tengan en las parroquias  libros de registros de los sacramentos administrados, así como padrones. Ahora todo esto es una valiosa información.

También el Archivo alberga una colección de 250 pergaminos de monasterios cántabros, como el de Santo Toribio de Liébana o la Colegiata de Santillana del Mar, Castro Urdiales, monasterio de La Canal, así como vistosos libros de cantorales de gran volumen que proceden del siglo XIII.