Conferencia Episcopal

 

Omella, en su primer discurso como presidente de la CEE: “No es el momento de brotes populistas ni ideológicos”

 

El cardenal ha abierto la Asamblea Plenaria denunciando las tensiones políticas y lamentando las "trabas que se quieren imponer" a la educación concertada

 

 

16/11/20


 

 

 

 

 

El cardenal Juan José Omella ha pronunciado su primer discurso ante la Asamblea Plenaria de los obispos españoles, desde que fuera elegido presidente de la Conferencia Episcopal el pasado mes de marzo.

Un discurso divido en 14 puntos en el que ha analizado la situación mundial actual debido al Covid-19, la inmensa aportación de la Iglesia Católica en este tiempo de pandemia con los más vulnerables, y los problemas y "tensiones" que han venido surgiendo en el momento actual, fundamentalmente en la cultura política y pública que, según Omella, estamos llamados a mejorar entre todos. "No podemos dejar que el virus infecte nuestras almas con el egoísmo y la tentación del sálvese quien pueda", ha dicho.

 

Tensiones

Omella se ha referido a las "tensiones" de la sociedad debido al estrés en el que está inmerso el mundo por la pandemia. Para hacer frente a esta situación, el presidente de los obispos españoles ha repetido las palabras que le dijo el Papa Francisco a Pedro Sánchez en su visita al Vaticano: "Es necesario construir la patria con todos (…) donde no nos es permitido el borrón y cuenta nueva».

Por eso, para el arzobispo de Barcelona "no es momento de divisiones, no es momento para dejar que los brotes populistas irresponsables e ideológicos traten de colarse. Es el momento de la cohesión, de la cordialidad, de trabajar unidos, de mirar a largo plazo liberándonos del cortoplacismo de las elecciones o de la bolsa. Como dijo el papa, `las ideologías sectarizan, las ideologías deconstruyen la patria, no construyen, es necesario aprender de la historia´. Es el momento de la unidad y de la buena política, aquella que vela por el respeto a la persona humana y trabaja incansablemente por el bien común".

Por eso, Omella hace un llamamiento a "evitar tensionar más la sociedad política con cuestiones que no sean prioritarias o que requieran de un debate sereno y profundo". Y la solución para el presidente de la CEE es "recuperar el espíritu de concordia que hizo posible que, tras una durísima guerra entre hermanos y el largo periodo del régimen franquista, nuestros mayores, haciendo política del bien común, fueran capaces de llegar a acuerdos que exigieron sacrificios, generosidad y confianza mutua (...) Fratelli tutti nos exhorta a buscar caminos concretos", ha señalado.

 

Lamenta las trabas a la educación concertada

En esta misma línea, el cardenal arzobispo de Barcelona ha hecho un llamamiento también a mejorar la cultura política y pública, y ha advertido que "para muchos la política hoy es una mala palabra, y no se puede ignorar que detrás de este hecho están a menudo los errores, la corrupción, la ineficiencia de algunos políticos. A esto se añaden las estrategias que buscan debilitarla, reemplazarla por la economía o dominarla con alguna ideología".

Tras esta advertencia, Omella ha incidido en el tan solicitado Pacto Educativo que amenaza la educación concertada y religiosa. Así, el presidente de los obispos españoles ha recordado que "la labor de la Iglesia en el ámbito educativo es relevante. No solo atiende a casi dos millones de familias muchas de ellas en los enclaves más pobres y populares de nuestra sociedad, sino que además promueve proyectos de investigación, innovación y desarrollo para el conjunto de profesores y centros del sistema educativo".

Y ante la amenaza del Gobierno contra la educación concertada y religiosa, Omella ha invitado de nuevo a las instituciones a unirse a la llamada del papa Francisco a participar en un Pacto Educativo Global y ha vuelto a recordar el "clamor de la inmensa mayoría de la sociedad por un Pacto educativo en España".

"Por eso lamentamos profundamente todos los obstáculos y trabas que se quieren imponer a la acción de las instituciones católicas concertadas. Nuevamente insistimos que no es el momento de poner trabas, de enfrentar instituciones públicas y privadas, sino de trabajar conjuntamente, de cooperar de forma eficaz y eficiente para ofrecer una educación adecuada a todos los niños, adolescentes y jóvenes de nuestro país, respetando en todo momento el derecho constitucional de los padres y madres a escoger libremente el centro y el modelo educativo para sus hijos —en consonancia a su conciencia, identidad y tradiciones—, y asegurando siempre el derecho constitucional a la libre iniciativa privada", ha aseverado Omella.

Además, el presidente de la CEE ha defendido la clase de religión: "En  una sociedad  tecnocrática  en  la  que  un  pequeño  virus  nos  ha desbordado, se hace más que nunca necesaria la enseñanza y el cultivo de la filosofía, de la teología y de la espiritualidad".

 

"Las colectas han menguado"

Además, ha abogado por una economía más humana y conciliadora con la vida familiar. En este punto ha recordado la emergencia también que sufre la Iglesia española: "Ante la peor recesión económica desde la II guerra mundial, la reacción de la Iglesia ha sido y es salir al rescate con todos los medios a su alcance, redoblando todos sus esfuerzos y empleando todos los recursos disponibles. Paralelamente, el cierre de los templos y las restricciones de aforo han provocado que las colectas hayan menguado".

En ese sentido y ante la grave situación económica por la que atraviesan parroquias y diócesis que "están saliendo al paso con planes de emergencia para garantizar que puedan seguir con su labor pastoral y asistencial", Omella ha afirmado: "Urge replantearse cómo implicar a los católicos y a la ciudadanía en general en esta misión en un momento en que los cepillos se están quedando vacíos".

 

Defensa de la vida

Omella ha tocado otros puntos de interés y de debate actuales, como la defensa de la vida en donde ha vuelto a denunciar la eutanasia: "Queremos renovar nuestro compromiso irrenunciable con la defensa de la dignidad incondicional de cada ser humano desde el momento de su concepción y con un morir digno en que la vida sea plenamente humana y pacífica hasta el final".

Otro de los asuntos que ha mencionado Omella ha sido el hecho de suspender la actividad sacramental y espiritual durante el confinamiento. En este sentido, ha agradecido "la respuesta tan creativa y vital que se ha suscitado en forma de miles de iniciativas de celebración, plegaria, meditación o reflexión, promovidas desde parroquias, escuelas, universidades, comunidades laicales, redes digitales y los más variados espacios. Las redes se han convertido en un gran instrumento para la celebración y transmisión de la fe".

Por último, ha hecho referencia al dolor que ha padecido la Iglesia Católica ante la "imposibilidad de atender a muchos pacientes durante la enfermedad y, particularmente, en los últimos momentos de su vida, por  la escasez de material de protección".