Diócesis

 

PP, PSOE, Ciudadanos y Vox arropan a Mons. Carlos Escribano en su toma de posesión como arzobispo de Zaragoza

 

En su homilía, el nuevo prelado afirma que servirá a Iglesia de Zaragoza, a los pobres y a la sociedad aragonesa

 

 

22/11/20


 

 

 

 

 

El nuevo arzobispo de Zaragoza, Mons. Carlos Escribano tomó posesión ayer, a las 10.15 de la mañana, en una ceremonia "muy emotiva", según apunta la diócesis aunque con limitación de asistentes debido a las medidas de restricción por el Covid.

Un total de 300 personas han acompañado al nuevo obispo - el 25% del aforo permitido- en la catedral del Salvador -la SEO-, con las medidas de protección establecidas (uso continuado de la mascarilla, distancia interpersonal de 1,5 metros y utilización de gel hidroalcohólico).

 

El alcalde: "Le deseo lo mejor"

Entre las personalidades que han acudido a la ceremonia se encontraba el alcalde de Zaragoza, el popular Jorge Azcón, quien en su perfil de Twitter ha dicho: "Mis felicitaciones al nuevo arzobispo de Zaragoza, Carlos Manuel Escribano, que acaba de tomar posesión del cargo esta mañana. Le deseo lo mejor al frente de la Iglesia Católica en Aragón".

Representantes de Ciudadanos y Vox también han arropado al nuevo arzobispo, incluso del PSOE. Según ha podido saber Religión Confidencial, ni Zaragoza en Común, ni la Chunta Aragonesista ni el PAR han acudido a la ceremonia,

Otros representantes políticos que han asistido han sido la vicealcaldesa Sara Fernández, (Ciudadanos), la concejala de Vox, Carmen Rouco además de Joaquin Olona, consejero de Agricultura (PSOE) como representante del Gobierno de Aragón.

 

Sin procesión habitual

Con el objetivo de evitar la propagación de la Covid-19, el saludo a las autoridades ha sido en el interior del templo, a puerta cerrada, y no en la plaza de la Seo, como marca la tradición, señala la diócesis.

Así mismo, el traslado a la catedral basílica de Nuestra Señora del Pilar se ha desarrollado sin la procesión habitual.

Al llegar al Pilar, en torno a las 10.45, don Carlos ha ido directo a la Santa Capilla, donde se ha postrado a los pies de la Virgen y ha encomendado a la madre de Dios tanto su ministerio en la Archidiócesis de Zaragoza como las necesidades de toda la sociedad. Especialmente se ha acordado de quienes, de un modo u otro, están sufriendo la consecuencias sanitarias, sociales, económicas y laborales de la pandemia.

 

Homilía de Carlos Escribano

En su homilía, el arzobispo de Zaragoza recordó que vuelve a la diócesis que ha sido "su casa durante muchos años", y donde aprendió a "ser sacerdote" después de haber servido en la diócesis de Teruel y Albarracín y como obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño.

"Vuelvo a una diócesis cargada de historia y de creyentes recios que han sabido mantener viva la llama de fe", afirmó.

Después, fijó su mirada en la Virgen del Pilar: "La venerada tradición pilarista narra el providente encuentro entre la Virgen María, que se hace presente en carne mortal a orillas del Ebro, y el apóstol Santiago en un momento de decaimiento de los ánimos de aquel hombre y de sus compañeros, en los albores de la Iglesia y de la evangelización de España. Salvando las distancias, también nosotros vivimos hoy momentos de dificultad por diversos motivos. Estamos ante una realidad social que ha cambiado mucho en los últimos años y que ha acelerado la secularización en nuestra tierra planteándonos grandes retos a afrontar. A ello se ha sumado la dolorosa crisis provocada por esta pandemia que nos asola y que tanto sufrimiento está generando", afirmó.

Ante estas circunstancias "que nos desconciertan y que pueden engendrar en nosotros desaliento y desesperanza", Escribano animó a no perder "la esperanza" para discernir "los signos de vida capaces de derrotar los gérmenes nocivos y mortales (del desánimo). La esperanza anima también a transformar incluso los conflictos en ocasiones de crecimiento, proponiendo la perspectiva de la reconciliación".

Por último, expuso las líneas de su episcopado, "esa triple propuesta de Jesús y traducir esa petición de amor en una actitud de servicio constante". Esa triple propuesta es servir a la Iglesia de Zaragoza,  servir a los pobres y servir a la sociedad aragonesa.

"Quiero tender la mano en esta mañana a las autoridades aquí presentes y a las instituciones que representan. Mano que querría colaborar en construir una sociedad más justa, conforme a la dignidad de la persona, buscando múltiples fórmulas de colaboración y entendimiento en busca del bien común de toda la sociedad", señaló.

 

Autoridades eclesiásticas

Entre las autoridades eclesiásticas estuvieron presentes el nuncio Bernardito Auza, el deán del Cabildo, Joaquín Aguilar; el vicario general, Manuel Almor y veintidós obispos concelebrantes, entre los que se encontraban los cuatro obispos de las diócesis sufragáneas de Zaragoza: Julián Ruiz (Huesca), Eusebio Hernández (Tarazona), Ángel Pérez (Barbastro-Monzón) y Antonio Gómez (Teruel y Albarracín). También han estado presentes el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello; setenta sacerdotes, cuatro diáconos y diecisiete seminarista.