Boletín Diario de Zenit


 

 

Servicio diario - 02 de diciembre de 2020


 

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: La bendición de Dios, “motivo de nuestra esperanza”
Gabriel Sales Triguero
Ciclo sobre la oración

CIUDAD DEL VATICANO
Consejo de Cardenales: Nueva reunión online
Larissa I. López
Reforma de la Curia Romana

AUDIENCIA GENERAL
Nigeria: El Papa reza por las víctimas del último atentado terrorista
Gabriel Sales Triguero
El sábado pasado

AUDIENCIA GENERAL
Audiencia general: Catequesis completa, la bendición, “dimensión esencial de la oración”
Gabriel Sales Triguero
Dios siempre bendice a los hombres

IGLESIA LOCAL
Haití: Obispos llaman a oración y ayuno por la liberación del país
Larissa I. López
Mensaje tras la Plenaria

AUDIENCIA GENERAL
El Salvador: El Papa recuerda a las misioneras asesinadas en la Guerra Civil
Gabriel Sales Triguero
40 aniversario de su muerte

IGLESIA LOCAL
Venezuela: Obispos rechazan “evento electoral” y apoyan Consulta Popular
Larissa I. López
Mensaje al Pueblo de Dios

IGLESIA LOCAL
REPAM publica informe sobre impacto de la COVID-19 en la Panamazonía
Larissa I. López
Evolución de la pandemia

CIUDAD DEL VATICANO
La Librería Editora Vaticana, presente en las redes sociales
Larissa I. López
A partir de hoy

AUDIENCIA GENERAL
Papa Francisco: El Adviento, “momento de gracia particular”
Larissa I. López
Saludos en varias lenguas

DOCUMENTOS
Pontificia Universidad Lateranense: Seminario sobre ‘Fratelli tutti’
Gabriel Sales Triguero
“Una encíclica más allá del tiempo de crisis”

ANÁLISIS
Cardenal Felipe Arizmendi: “El camino es Jesús”
Felipe Arizmendi Esquivel
Comparte su testamento

TESTIMONIOS
San Francisco Javier, 3 de diciembre
Isabel Orellana Vilches
Paradigma de todo misionero


 

 

 

Audiencia general: La bendición de Dios, “motivo de nuestra esperanza”

Ciclo sobre la oración

diciembre 02, 2020 10:06

Audiencia General

(zenit – 02 dic. 2020).- En la audiencia general de esta mañana, el Papa Francisco ha destacado la bendición de Dios sobre todos los hombres aun cuando son pecadores, y que “su benevolencia hacia nosotros, es el motivo de nuestra esperanza”.

Hoy, 2 de diciembre de 2020, el Santo Padre ha presidido la audiencia general en la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano, transmitida en directo, de nuevo sin fieles, como medida de prevención frente a la COVID-19, y ha proseguido con la serie de catequesis sobre la oración, bajo el argumento “La bendición”. En sus palabras en español, el Papa se ha centrado en esta bendición divina como “dimensión esencial de la oración”. El Pontífice señala que “como nos narra el libro del Génesis, desde el inicio Dios bendijo la creación, afirmando que todo era bueno”. A pesar de que “el pecado empañó la huella de Dios en nosotros”, continúa, “nada podrá cancelarla”: “Dios siempre nos ama”.

 

Cristo es la bendición de Dios

Francisco ha descrito a Jesucristo como la “gran bendición de Dios para nosotros”. Con Él, “con su Palabra eterna, nos bendijo cuando todavía éramos pecadores”. “Dios, en su designio de amor y con infinita paciencia, espera hasta el último instante a que cada pecador abra su corazón a Él”, subraya.

El Obispo de Roma también considera que “es una experiencia intensa el poder leer esta bendición en una prisión o en un centro de desintoxicación”, donde las personas acogidas “perciben que Dios les sigue bendiciendo y no las abandona aun cuando sus mismos parientes y amigos las consideren irrecuperables”. Su gracia, agrega, “obra en ellos y es capaz de transformarlas”.

 

Correspondencia del hombre

Asimismo, el Sucesor de Pedro explica que, ante esta bendición de Dios, nosotros respondemos “bendiciendo con la oración de alabanza, de adoración, de acción de gracias”. A través de la oración, “respondemos con gratitud a los dones que Dios nos concede”.

Por último, ha aclarado que el Padre “no ha esperado que nos convirtiéramos para comenzar a amarnos, sino que nos ha amado primero, cuando todavía estábamos en el pecado”. “Caer en la cuenta de su amor”, concluye, “nos tiene lleno nuestro corazón de paz y alegría”.

 

 

 

 

Consejo de Cardenales: Nueva reunión online

Reforma de la Curia Romana

diciembre 02, 2020 11:49

Ciudad del Vaticano
Papa Francisco

(zenit – 2 dic. 2020).- En la tarde de ayer, 1 de diciembre de 2020, a las 16 horas, tuvo lugar una nueva reunión del Consejo de Cardenales, desarrollada online a causa de la pandemia.

Los miembros de esta estructura creada en 2013 para ayudar al Santo Padre en la reforma de la Curia Romana se conectaron desde su residencia. El Papa Francisco también participó en la reunión desde la Casa de Santa Marta, informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede en un comunicado.

Tras un breve saludo de Francisco, “se presentó a los participantes el nuevo miembro del Consejo, el cardenal Ambongo Besungu, arzobispo metropolitano de Kinshasa, y se hicieron algunas aportaciones sobre la vida de la Iglesia en los distintos continentes, en particular en la actual situación sanitaria”, se lee en el texto.

Asimismo, el secretario del Consejo de Cardenales “resumió los pasos dados en la redacción del texto de la nueva Constitución Apostólica, mientras que entretanto se están estudiando las observaciones, enmiendas y propuestas recibidas de los Dicasterios cuestionados en los últimos meses”.

De acuerdo al comunicado, la próxima reunión está prevista para el mes de febrero.

 

Reforma de la Curia Romana

En el encuentro anterior, celebrado el pasado mes de octubre, el Papa destacó que la reforma de la Curia Romana “ya está en marcha” y que hay cambios que ya son efectivos, “también en algunos aspectos administrativos y económicos”.

Los miembros del Consejo de Cardenales, conocido como C7, son los cardenales Pietro Parolin, secretario de Estado Vaticano; Giuseppe Bertello, presidente del Gobierno de la Ciudad del Vaticano; Óscar A. Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras; Reinhard Marx, arzobispo de Munich, Alemania; Sean Patrick O’Malley, arzobispo de Boston, Estados Unidos; Oswald Gracias, arzobispo de Bomay, India; y Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo metropolitano de Kinshasa, República Democrática del Congo; así como el secretario del Consejo, Mons. Marco Mellino.

 

 

 

 

Nigeria: El Papa reza por las víctimas del último atentado terrorista

El sábado pasado

diciembre 02, 2020 10:54

Audiencia General

(zenit– 02 dic. 2020).- El Papa Francisco ha asegurado su oración por Nigeria durante la audiencia general celebrada hoy, 2 de diciembre, de 2020 en la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano.

Al final de esta tradicional cita de los miércoles, el Santo Padre ha rezado por dicha nación “una vez ensangrentada por una masacre terrorista”. El sábado pasado, en el noreste del país, “fueron brutalmente asesinados más de cien campesinos. Dios les acoja en su paz y consuele a sus familiares; y convierta los corazones de quien comete tales horrores, que ofenden gravemente su nombre”, describió.

“Dios les acoja en su paz y consuele a sus familiares; y convierta los corazones de quien comete tales horrores, que ofenden gravemente su nombre”, concluyó Francisco.

 

Atentado terrorista

Según informó la agencia de noticias Europa Press, el pasado sábado 28 de noviembre de 2020, el grupo terrorista Boko Haram cometió un atentado en la localidad nigeriana de Zarbamari, en el que fueron asesinados más de 100 agricultores mientras trabajaban en el campo.

El poblado se encuentra a 20 kilómetros del centro de comando de la operación militar Lafiya Dole, dirigida en concreto contra el comando terrorista autor del crimen, filial del Estado Islámico en África Occidental.

Con motivo de los últimos difíciles acontecimientos, el Senado de Nigeria aprobó ayer, martes 1 de diciembre, una moción de petición al presidente del Gobierno, Muhamadu Buhari, para el cese de todos los jefes de seguridad del país y el nombramiento inmediato de los nuevos como forma de reestructuración del sistema de seguridad nigeriano.

 

 

 

 

Audiencia general: Catequesis completa, la bendición, “dimensión esencial de la oración”

Dios siempre bendice a los hombres

diciembre 02, 2020 13:13

Audiencia General

(zenit – 2 dic. 2020).- En la audiencia general, el Papa Francisco ha descrito la bendición como una “dimensión esencial de la oración”, y lo ha hecho apoyándose en el libro del Génesis, donde Dios bendice toda la creación: “Las primeras páginas de la Biblia es un continuo repetirse de bendiciones”.

La audiencia general de hoy, 2 de diciembre de 2020, ha sido emitida desde la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano, sin fieles, en prevención frente a la COVID-19. A lo largo de la misma, el Santo Padre ha continuado con el ciclo de catequesis sobre la oración, centrándose en el tema “La bendición” (Lectura: Ef. 1, 3-6). Al comienzo de la catequesis, el Papa ha subrayado que Dios bendice, pero también lo hacen los hombres, y con prontitud se descubre que “la bendición posee una fuerza especial, que acompaña para toda la vida a quien la recibe, y dispone el corazón del hombre a dejarse cambiar por Dios”.

 

La huella inalterable de Dios

El Pontífice ha señalado cómo la obra “buena y bella” creada por Dios al principio se “alterará” y el ser humano “se convertirá en una criatura degenerada, capaz de difundir el mal y la muerte por el mundo”.

Sin embargo, añade, “nada podrá cancelar nunca  la primera huella de Dios, una huella de bondad que Dios ha puesto en el mundo, en la naturaleza humana, en todos nosotros: la capacidad de bendecir y el hecho de ser bendecidos”. El Señor no se ha equivocado “con la creación y tampoco con la creación del hombre”: “La esperanza del mundo reside completamente en la bendición de Dios”.

 

Jesucristo es la bendición

Francisco subraya que “la gran bendición” de Dios para toda la humanidad es Jesucristo, que “nos ha salvado a todos”: “Él es la Palabra eterna con la que el Padre nos ha bendecido ‘siendo nosotros todavía pecadores’ (Rm 5,8) dice san Pablo: Palabra hecha carne y ofrecida por nosotros en la cruz”.

San Pablo “proclama con emoción el plan de amor de Dios” en su epístola a los Efesios. En esta línea, el Sucesor de Pedro indica que “no hay pecado que pueda cancelar completamente la imagen de Cristo presente en cada uno de nosotros. Ningún pecado puede cancelar esa imagen que Dios nos ha dado a nosotros. La imagen de Cristo. Puede desfigurarla, pero no puede quitarla de la misericordia divina”.

De este modo, “un pecador puede permanecer en sus errores durante mucho tiempo, pero Dios es paciente hasta el último instante, esperando que al final ese corazón se abra y cambie. Dios es como un buen padre y como una buena madre, también Él es una buena madre: nunca dejan de amar a su hijo, por mucho que se equivoque, siempre”.

El Obispo de Roma reitera que para Dios “somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer”.

Después, apunta que es una experiencia intensa proclamar los “textos bíblicos de bendición” en prisiones o centros de desintoxicación, haciendo “sentir a esas personas que permanecen bendecidas no obstante sus graves errores, que el Padre celeste sigue queriendo su bien y esperando que se abran finalmente al bien”, aun cuando sus parientes cercanos les abandonan y juzgan “irrecuperables”.

En esta línea, resalta que “Dios no puede cancelar en nosotros la imagen de hijo, cada uno de nosotros es hijo, es hija. A veces ocurren milagros: hombres y mujeres que renacen. Porque encuentran esta bendición que les ha ungido como hijos. Porque la gracia de Dios cambia la vida: nos toma como somos, pero no nos deja nunca como somos”.

 

Responder a la bendición de Dios

Citando el Catecismo, el Papa Francisco muestra cómo debemos responder a la “bendición de Dios”, que “nos ha enseñado a bendecir y nosotros debemos bendecir” con “oración de alabanza, de adoración, de acción de gracias”.

Sin embargo, “debemos bendecir todo en Él, bendecir a Dios”, a los “hermanos y “al mundo”: esta es la “raíz de la mansedumbre cristiana”. Vivimos en un mundo que “necesita bendición”, y “nosotros podemos” darla y recibirla.

Por último, el Santo Padre habla de toda esa gente que “está acostumbrada a maldecir, que tiene siempre en la boca, también en el corazón, una palabra fea, una maldición”. A ellos les anima a “pedir al Señor la gracia de cambiar esta costumbre” para tener un “corazón bendecido”.

A continuación, sigue la catequesis completa del Papa.

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Catequesis 17. La bendición

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy nos detenemos en una dimensión esencial de la oración: la bendición. Continuamos las reflexiones sobre la oración. En las narraciones de la creación (cfr. Gen 1-2) Dios continuamente bendice la vida, siempre. Bendice a los animales (1,22), bendice al hombre y a la mujer (1,28), finalmente bendice el sábado, día de reposo y del disfrute de toda la creación (2,3).

Es Dios que bendice. En las primeras páginas de la Biblia es un continuo repetirse de bendiciones. Dios bendice, pero también los hombres bendicen, y pronto se descubre que la bendición posee una fuerza especial, que acompaña para toda la vida a quien la recibe, y dispone el corazón del hombre a dejarse cambiar por Dios (Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, 61).

Al principio del mundo está Dios que “dice-bien”, bien-dice, dice-bien. Él ve que cada obra de sus manos es buena y bella, y cuando llega al hombre, y la creación se realiza, reconoce que “estaba muy bien” (Gen 1,31).

Poco después, esa belleza que Dios ha impreso en su obra se alterará, y el ser humano se convertirá en una criatura degenerada, capaz de difundir el mal y la muerte por el mundo; pero nada podrá cancelar nunca la primera huella de Dios, una huella de bondad que Dios ha puesto en el mundo, en la naturaleza humana, en todos nosotros: la capacidad de bendecir y el hecho de ser bendecidos.

Dios no se ha equivocado con la creación y tampoco con la creación del hombre. La esperanza del mundo reside completamente en la bendición de Dios: Él sigue queriéndonos, Él el primero, como dice el poeta Péguy[1], sigue esperando nuestro bien.

La gran bendición de Dios es Jesucristo, es el gran don de Dios, su Hijo. Es una bendición para toda la humanidad, es una bendición que nos ha salvado a todos. Él es la Palabra eterna con la que el Padre nos ha bendecido “siendo nosotros todavía pecadores” (Rm 5,8) dice san Pablo: Palabra hecha carne y ofrecida por nosotros en la cruz.

San Pablo proclama con emoción el plan de amor de Dios y dice así: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado” (Ef 1,3-6).

No hay pecado que pueda cancelar completamente la imagen del Cristo presente en cada uno de nosotros. Ningún pecado puede cancelar esa imagen que Dios nos ha dado a nosotros. La imagen de Cristo. Puede desfigurarla, pero no puede quitarla de la misericordia de Dios. Un pecador puede permanecer en sus errores durante mucho tiempo, pero Dios es paciente hasta el último instante, esperando que al final ese corazón se abra y cambie.

Dios es como un buen padre y como una buena madre, también Él es una buena madre: nunca dejan de amar a su hijo, por mucho que se equivoque, siempre. Me viene a la mente las muchas veces que he visto a la gente hacer fila para entrar en la cárcel. Muchas madres en fila para entrar y ver a su hijo preso: no dejan de amar al hijo y ellas saben que la gente que pasa en el autobús dice “Ah, esa es la madre del preso”.

Y sin embargo no tienen vergüenza por esto, o mejor, tienen vergüenza pero van adelante, porque es más importante el hijo que la vergüenza. Así nosotros para Dios somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer, porque Él es padre, es madre, es amor puro, Él nos ha bendecido para siempre. Y no dejará nunca de bendecirnos.

Una experiencia intensa es la de leer estos textos bíblicos de bendición en una prisión, o en un centro de desintoxicación. Hacer sentir a esas personas que permanecen bendecidas no obstante sus graves errores, que el Padre celeste sigue queriendo su bien y esperando que se abran finalmente al bien.

Si incluso sus parientes más cercanos les han abandonado, porque ya les juzgan como irrecuperables, para Dios son siempre hijos. Dios no puede cancelar en nosotros la imagen de hijo, cada uno de nosotros es hijo, es hija.

A veces ocurren milagros: hombres y mujeres que renacen.  Porque encuentran esta bendición que les ha ungido como hijos. Porque la gracia de Dios cambia la vida: nos toma como somos, pero no nos deja nunca como somos.

Pensemos en lo que hizo Jesús con Zaqueo (cfr. Lc 19,1-10), por ejemplo. Todos veían en él el mal; Jesús sin embargo ve un destello de bien, y de ahí, de su curiosidad por ver a Jesús, hace pasar la misericordia que salva.

Así cambió primero el corazón y después la vida de Zaqueo. En las personas marginadas y rechazadas, Jesús veía la indeleble bendición del Padre. Zaqueo es un pecador público, ha hecho muchas cosas malas, pero Jesús veía ese signo indeleble de la bendición del Padre y de ahí su compasión. Esa frase que se repite tanto en el Evangelio, “tuvo compasión”,  y esa compasión lo lleva a ayudarlo y cambiarle el corazón.

Es más, llegó a identificarse a sí mismo con cada persona necesitada (cfr. Mt 25,31-46). En el pasaje del “protocolo” final sobre el cual todos nosotros seremos juzgados, Mateo 25, Jesús dice: “Yo estaba hambriento, yo estaba desnudo, yo estaba en la cárcel, yo estaba en el hospital, yo estaba ahí…”.

Ante la bendición de Dios, también nosotros respondemos bendiciendo —Dios nos ha enseñado a bendecir y nosotros debemos bendecir—: es la oración de alabanza, de adoración, de acción de gracias.

El Catecismo escribe: “La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquel que es la fuente de toda bendición” (n. 2626). La oración es alegría y reconocimiento. Dios no ha esperado que nos convirtiéramos para comenzar a amarnos, sino que nos ha amado primero, cuando todavía estábamos en el pecado.

No podemos solo bendecir a este Dios que nos bendice, debemos bendecir todo en Él, toda la gente, bendecir a Dios y bendecir a los hermanos, bendecir el mundo: esta es la raíz de la mansedumbre cristiana, la capacidad de sentirse bendecidos y la capacidad de bendecir.

Si todos nosotros hiciéramos así, seguramente no existirían las guerras. Este mundo necesita bendición y nosotros podemos dar la bendición y recibir la bendición. El Padre nos ama. Y a nosotros nos queda tan solo la alegría de bendecirlo y la alegría de darle gracias, y de aprender de Él a no maldecir, sino bendecir.

Y aquí solamente una palabra para la gente que está acostumbrada a maldecir, la gente que tiene siempre en la boca, también en el corazón, una palabra fea, una maldición. Cada uno de nosotros puede pensar: ¿yo tengo esta costumbre de maldecir así? Y pedir al Señor la gracia de cambiar esta costumbre para que nosotros tengamos un corazón bendecido y de un corazón bendecido no puede salir una maldición. Que el Señor nos enseñe a no maldecir nunca sino a bendecir.

 

© Librería Editora Vaticana

 

 

 

 

Haití: Obispos llaman a oración y ayuno por la liberación del país

Mensaje tras la Plenaria

diciembre 02, 2020 11:19

Iglesia Local
Justicia y Paz

(zenit – 2 dic. 2020).- Los obispos de Haití piden a los fieles, “oración, ayuno e intercesión por la conversión y liberación del país” del 5 al 7 de diciembre de 2020, en las parroquias de las diez diócesis del país.

En el mensaje difundido al final de la Plenaria de la Asamblea de obispos, con vistas a la Navidad y bajo el título “No os dejéis robar la esperanza” (Papa Francisco), la Conferencia Episcopal de Haití (CEH) expresó su preocupación por la realidad de la violencia y denunció situaciones que deben cambiar, informa la agencia de noticias misionera Fides.

 

No a la violencia

“Hoy nuestro querido Haití necesita más que nunca la salvación, la redención, la paz, la transformación profunda: transformación de mentalidades, estructuras, formas de gobernar y hacer política. Desde julio de 2018 no hemos dejado de pedir a los protagonistas de todos. los sectores de la vida nacional que se unan. Durante este año 2020 también hemos denunciado los abusos del Ejecutivo que, a través de algunos decretos, generan una creciente preocupación”, se lee en el texto.

“Estamos profundamente afectados y expresamos nuestro dolor y consternación por el agravamiento de la situación en el país, que se hunde cada vez más en la violencia, la miseria y la locura. Hoy asistimos a un envenenamiento de la vida social debido a una proliferación de actos de secuestro, bandidaje, violación, asesinatos y barbarie que siembran el terror, la muerte y el luto, induciendo a las personas a abandonar sus hogares”, prosigue el mensaje.

Los prelados haitianos “lloramos y repetimos con todas nuestras fuerzas, con todo el pueblo haitiano exasperado y exhausto: ¡No al caos! No a la violencia, no a la inseguridad, no a la miseria, ¡ya hemos tenido suficiente! ¡El pueblo haitiano está harto! ¡Cuando es demasiado, es demasiado! En cuanto a ustedes que cometen tales actos, como a quienes los apoyan, les pedimos, en nombre del Dios de la vida: ¡deténganse! Sus acciones son condenadas por todo el pueblo haitiano, no los llevarán a ninguna parte”.

 

Acuerdo nacional

Asimismo, de acuerdo a la misma fuente, los pastores proponen una solución a esta grave situación: “Necesitamos un acuerdo nacional interhaitiano para reconstruir la nación. Debemos encontrar juntos la fórmula para tejerla”.

De este modo, “alentamos iniciativas nacionales que quieran unirse a las fuerzas del país para llegar a un consenso para restaurar las instituciones, que se levanten y devuelvan la confianza al pueblo… Porque la solución está en la esperanza de que se active el consenso para la amistad social y una nueva cultura”.

 

Cambiar la mente y el corazón

“El país no cambiará hasta que cambie la mente y el corazón”, motivo por el que los obispos invitan a tres días de oración y ayuno.

Por último, la CEH realiza un llamamiento: “La Navidad es la fiesta del Amor, la fiesta de la Fraternidad, la fiesta de la Paz. Busquemos juntos esta paz. ¡Demos una oportunidad a Haití! Permitamos que el amado pueblo haitiano no sufra más. Prohibición de la violencia. ¡Para siempre! ¡Acabemos con la inseguridad y la impunidad para siempre!”.

 

Testimonio del padre Renold

“La población está perdiendo la esperanza, parece que no hay salida, ¡pero como Iglesia seguimos proclamando al Cristo Redentor!”, afirma el misionero redentorista, padre Renold Antoine, que envió a Fides su testimonio de la situación en Haití.

“Durante varios meses el país ha estado sufriendo una situación dramática en varios aspectos. El caos y la anarquía se están extendiendo por las calles. Muchos negocios en todo el país están funcionando a mitad. La vida en algunos lugares se vuelve imposible, violentos o pacíficos, de todos los sectores y fuerzas de la sociedad haitiana, ocupan las calles de todas las grandes ciudades del país”, narra el sacerdote.

 

Corrupción e inseguridad generalizadas

Además, denuncia que existe “una corrupción generalizada, que es un cáncer para el país. Vemos un aumento de robos, delitos organizados y secuestros de personas, cada día se acentúa la proliferación de grupos armados en barrios populares”.

En los últimos días “se han alzado voces de todos los sectores para denunciar la inseguridad generalizada que vive el país y pedir al gobierno nacional que asuma sus responsabilidades de protección de la vida y propiedad de la población. Lamentablemente vemos que el miedo se apodera de todos, y en todos los sectores de la población, ya que todos son víctimas de bandidos armados”, prosigue el relato.

 

Buscar soluciones conjuntamente

“Mucha gente pierde la esperanza, porque parece que no hay salida para solucionar esta caótica situación”. Así, como Iglesia local, “seguimos anunciando a Cristo, porque en él hay plena redención. Al mismo tiempo, invitamos a los protagonistas a sentarse y buscar conjuntamente soluciones adecuadas para sacar al país de este laberinto, ya que ningún grupo en particular puede resolver mágicamente esta aguda crisis que atraviesa el país”.

“Como hemos dicho varias veces, Haití se salvará cuando haya un diálogo sincero, en el que participen todos los protagonistas y antepongan el interés colectivo”, concluye el misionero Redentorista en Haití.

 

 

 

 

El Salvador: El Papa recuerda a las misioneras asesinadas en la Guerra Civil

40 aniversario de su muerte

diciembre 02, 2020 11:38

Audiencia General

(zenit– 02 dic. 2020).- Durante la audiencia general celebrada hoy 2 de diciembre de 2020 en la biblioteca del Palacio Apostólico vaticano, el Papa Francisco ha recordado el 40º aniversario de la muerte de las cuatro misioneras norteamericanas asesinadas en El Salvador.

Al final de la catequesis y de los saludos, el Santo Padre ha rememorado que en 1980, las hermanas Ita Ford y Maura Clarke, monjas de la sociedad de vida apostólica Maryknoll, la hermana ursulina Dorothy Kazel y la voluntaria Jean Donovan, fueron “secuestradas, violadas y asesinadas por un grupo de paramilitares”.

Y lo hicieron, remarca, mientras servían en El Salvador llevando alimentos y medicinas a los desplazados y pobres en el contexto de la Guerra Civil, con “empeño evangélico y corriendo grandes riesgos”. Estas mujeres, concluye, “vivieron su fe con gran generosidad” y “para todos para convertirse en fieles discípulos misioneros”.

 

Recuerdo de su muerte

Tal y como informa la web de Maryknoll, hoy se celebra el 40º aniversario del martirio en El Salvador de las hermanas, enterradas en una tumba poco profunda. En este día también se recuerdan a los 70.000 salvadoreños que perecieron durante la Guerra Civil de esa nación.

“A medida que nos acercamos a la visión y la esperanza de estas mujeres, nuestra vida y nuestra fe se renuevan. El ineludible desafío de sus vidas y muertes nos llama a la compasión y la solidaridad con los pobres. No estaban ciegas al mal y al pecado en nuestro mundo, ni eran ingenuas sobre sus causas. El corazón de su fe era que se centraban en la santidad de la vida humana. Su sabiduría fluía de la persona, el mensaje, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús”, se lee en el sitio.

Hoy, “cuatro décadas más tarde, la crudeza de la vida y muerte de estas mujeres nos llama a abrir nuestras vidas al último desafío del evangelio”, “en la tragedia debemos encontrar inspiración…esperamos y rezamos para que lo que hemos aprendido a través de estos sacrificios de mártires toque sus vidas para siempre”, describe el texto.

 

 

 

 

Venezuela: Obispos rechazan “evento electoral” y apoyan Consulta Popular

Mensaje al Pueblo de Dios

diciembre 02, 2020 12:54

Iglesia Local
Justicia y Paz

(zenit – 2 dic. 2020).- Los obispos de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), en un comunicado, rechazan el “evento electoral” convocado para la renovación de la Asamblea Nacional, el próximo 6 de diciembre, que “lejos de contribuir a la solución democrática de la situación política que hoy vivimos, tiende a agravarla”.

Ante ello, los prelados llaman a los ciudadanos a sumarse a la Consulta Popular, del 7 al 12 de diciembre, basada en el artículo 70 de la Constitución Nacional, informa Vatican News.

Esta iniciativa ha sido propuesta por la actual y legítima Asamblea Nacional como respuesta y rechazo a las elecciones parlamentarias del domingo con la perspectiva de realizar comicios legítimos bajo la égida de la comunidad internacional.

“El pueblo tiene pleno derecho a expresarse por los legítimos canales garantizados por la Constitución, expresando su opinión como auténtico sujeto social”, remarca en este sentido el comunicado de la CEV difundido el 30 de noviembre de 2020.

 

Restablecer derechos democráticos

Del mismo modo, los obispos reiteran el llamado urgente “a todos quienes dedican sus esfuerzos a la política y a las diversas organizaciones de la sociedad civil a fin de continuar haciendo ‘esfuerzos en conjunto para restablecer los derechos democráticos de la nación’”.

Ante los riesgos de imposición de un proyecto para implantar el “plan de la patria” y el “estado comunal”, “desde el ejercicio de nuestro ministerio y siendo ciudadanos de este país, invitamos a un serio discernimiento que nos conduzca a la búsqueda de una solución justa, pacífica, democrática, y acordada entre todos los venezolanos, a la crisis multiforme que afecta a Venezuela”, prosigue el mensaje.

“No podemos dejarnos vencer por el desaliento. Al contrario, hemos de continuar haciendo todo lo posible y trabajar por la unidad, la paz y la prosperidad de la Nación, anteponiendo el bien común como prioridad a cualquier otro interés”, expresan los pastores.

 

Cambio pacífico

Asimismo, consideran que el pueblo venezolano “anhela ciertamente un cambio pacífico de la situación, para lo cual quiere expresarse con el voto, en condiciones justas, equitativas y de igualdad para las partes”.

Y que “separadamente, de espaldas los unos a los otros, sin reconocerse y aceptarse, cualquier resultado afianza más la confrontación que la búsqueda sincera de solución en la que tengan parte todos”.

“Sin encuentro, sin reconocimiento mutuo y sin diálogo auténtico, no habrá solución que traiga bienestar y fraternidad”, exponen remitiendo a las palabras del Papa Francisco en Fratelli Tutti (n.216): “Hablar de ‘cultura del encuentro’ significa que como pueblo nos apasiona intentar encontrarnos, buscar puntos de contacto, tender puentes, proyectar algo que incluya a todos. Esto se ha convertido en deseo y en estilo de vida. El sujeto de esta cultura es el pueblo, no un sector de la sociedad que busca pacificar al resto con recursos profesionales y mediáticos”.

 

Acompañamiento de la Iglesia

Por otra parte, los miembros del episcopado venezolano, al inicio del Adviento, alientan nuevamente a que “nuestra esperanza al reafirmar la fuerza liberadora de Aquél ‘que nos rescata desde siempre’ (Is. 63,16)”.

“Confirmados por la Palabra de Dios que puso su morada en medio de nosotros (cf. Jn. 1,14), como pastores del pueblo venezolano, ratificamos el compromiso, la cercanía y el acompañamiento hacia todos. Hacemos nuestras sus alegrías y asumimos también sus sufrimientos, angustias y desolaciones”, apuntan.

 

 

 

 

REPAM publica informe sobre impacto de la COVID-19 en la Panamazonía

Evolución de la pandemia

diciembre 02, 2020 10:10

Iglesia Local

(zenit – 2 dic. 2020).- La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) publicó el pasado 30 de noviembre, el informe sobre el impacto de la COVID-19 en la Panamazonía.

A continuación, compartimos el artículo sobre dicho dossier publicado en la web del organismo eclesial.

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El informe elaborado por la Red Eclesial Panamazónica – REPAM realiza un análisis basado en el monitoreo de la evolución de la pandemia en el territorio Panamazónico de marzo a octubre de 2020, donde se presentan los datos acumulados por contagios y por decesos en cada uno de los países, además de gráficos e indicadores sobre el estado de la crisis sanitaria de manera comparativa y a nivel regional.

El trabajo de la Iglesia en la Panamazonía en este tiempo de pandemia puede ser considerado como algo de fundamental importancia. Entre las muchas labores llevadas a cabo, está la tarea de recopilar información concerniente al número de contagios y decesos como consecuencia del COVID-19 en las Jurisdicciones Eclesiásticas amazónicas de cada uno de los países de la región (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guayana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela).

Esta ha sido una tarea llevada a cabo por la Red Eclesial Panamazónica, la única instancia que ha llevado a cabo este trabajo, lo que ha permitido tener un panorama claro de la situación, que, si ya de por sí es grave en zonas urbanas más pobladas y con mayor acceso a información, algunos servicios de salud e insumos de higiene para protección, resulta aún más crítica al concentrarse en áreas rurales amazónicas que son generalmente territorios que viven abandono institucional, escasez de servicios básicos y de saneamiento, con limitado acceso a atención en salud.

 

Pandemia

La salud siempre ha sido una de las preocupaciones fundamentales en la región. Por eso, es de gran importancia que tener información precisa sobre el grado de afectación de los territorios por la pandemia, lo que permite hacer un llamado de atención a las autoridades, organizar iniciativas de ayuda humanitaria y otros procesos a mediano y largo plazo por parte de diversos actores, que se dirijan a las zonas más afectadas para paliar en alguna medida la situación.

A partir de los datos recogidos, basados en las informaciones oficiales de las autoridades de salud en cada país, la REPAM ha elaborado un dossier donde se presentan los datos acumulados por contagios y por decesos en cada uno de los países ya mencionados, en el período de marzo a octubre de 2020, además de gráficos e indicadores sobre el estado de la crisis sanitaria de manera comparativa y a nivel regional. Durante los primeros 100 días, fue un informe diario, los siguientes dos meses el reporte fue emitido 3 veces por semana, hasta noviembre fueron dos veces por semana y a partir de diciembre será semanal.

Los datos, basados en los reportes oficiales de las autoridades de salud, no siempre responden a la realidad, pues en algunos lugares se han dejado de realizar reportes o han modificado su frecuencia. A eso se une la falta de pruebas que determinasen la causa de la muerte de muchas personas que se sospecha que fueron víctimas de la pandemia.

 

Dossier

Teniendo eso en cuenta, el informe recoge informaciones sobre el número de contagios y fallecidos en la Panamazonía y en los diferentes países, entre los pueblos indígenas, la comparativa de la región amazónica en contagiados y fallecidos en relación con los números globales de cada país, el factor de crecimiento y la tasa de letalidad, una información que también es detallada en cada uno de los meses y por cada 100 mil habitantes.

Como se recoge en las conclusiones del dossier, “la información presentada ha permitido dimensionar de manera inicial la relevancia de los efectos de la pandemia por COVID-19 en el territorio panamazónico”. No podemos olvidar que esta crisis es un episodio adicional de las muchas conflictividades sociales, políticas y medioambientales de gran relevancia en la región. Este escenario complejo continúa amenazando y aniquilando sistemáticamente a la población. Para cambiar la realidad, lo decisivo será “exigir y emprender acciones conjuntas a largo plazo que traten de manera integral todas las amenazas que están presentes en el territorio panamazónico”.

 

 

 

 

La Librería Editora Vaticana, presente en las redes sociales

A partir de hoy

diciembre 02, 2020 13:42

Ciudad del Vaticano

(zenit – 2 dic. 2020).- La Librería Editora Vaticana (LEV) estará presente en las redes sociales con un perfil en Facebook y Twitter desde hoy, 2 de diciembre de 2020, informa un comunicado de la propia editorial.

De acuerdo a la nota, “se trata de un valioso elemento de apoyo a la comunicación de la editorial que ve en las redes sociales no sólo la posibilidad de llegar a un mayor número de lectores sino también un importante instrumento de difusión de las palabras y del magisterio del Santo Padre y de los documentos de las Congregaciones romanas”.

El hecho de compartir el contenido de la LEV en las redes sociales “hará que la información sea más dinámica y permitirá una mayor interacción con los usuarios”, se lee en el texto.

 

“Creer es comunicar”

Para el editor jefe de la LEV, el padre Giulio Cesareo: “La presencia de la Librería Editora Vaticana en las redes sociales responde plenamente al lema del editorial ‘Creer es comunicar’”.

Retomando lo que ya se ha dicho con motivo de la inauguración del nuevo sitio web, la LEV desea “convertirse cada vez más en un agente de comunicación y promoción de la cultura cristiana”, continúa la nota.

En este sentido, los medios de comunicación social “son una nueva parte de esta renovada alianza con nuestros lectores y, al escuchar las enseñanzas del Santo Padre, vivir y proclamar el Evangelio de manera consciente en las circunstancias simples y especiales que la vida cotidiana nos reserva”.

De hecho, como dijo el Papa Francisco: “La comunicación, sus lugares y sus instrumentos han llevado a una ampliación de horizontes para muchas personas. Este es un regalo de Dios, y también es una gran responsabilidad. Me gusta definir este poder de comunicación como ‘proximidad’ (Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 de enero de 2016)”, concluye el comunicado.

 

Librería Editora Vaticana

De acuerdo a su página web, tras el inicio de la reforma de la Curia Romana deseada por el Papa Francisco, la LEV ha sido parte integral del Departamento de Comunicación de la Santa Sede desde el 1 de enero de 2018.

En sinergia con los otros actores de la Comunicación Vaticana, continúa promoviendo y difundiendo el Magisterio del Santo Padre y las contribuciones de la Curia Romana en el mundo, para que el Evangelio – a través de la mediación de los pastores – pueda llegar a todos los rincones del mundo.

Por ello, en la gestión de los derechos de autor de estos textos, vela por la fidelidad de su difusión en el planeta y apoya así -también económicamente- la caridad del Papa.

 

Comunicación dentro de la Iglesia

En segundo lugar, la LEV también promueve la comunicación dentro de la Iglesia, tratando de dar voz a las experiencias eclesiales significativas (aunque sean minoritarias y poco conocidas) en las periferias -como le gusta decir al Papa Francisco- para que puedan beneficiar a la Iglesia en su conjunto: lo que concierne a un miembro, de hecho, es para la edificación y el crecimiento de todo el cuerpo eclesial (cf. 1Cor 12).

De esta manera, la editorial vaticana, en el contexto más amplio de la reforma de la comunicación de la Santa Sede, se encuentra en la encrucijada de la comunicación 2.0 de la Iglesia en el siglo XXI, donde el corazón de la Iglesia, el Evangelio de Cristo, debe ser capaz de llegar a cada hombre y mujer.

Al mismo tiempo, no obstante, cada periferia debe ser capaz de tener un espacio para expresar su propia experiencia, para que pueda surgir como un verdadero regalo para todos.

 

 

 

 

Papa Francisco: El Adviento, “momento de gracia particular”

Saludos en varias lenguas

diciembre 02, 2020 16:16

Audiencia General

(zenit – 2 dic. 2020).- “Que el tiempo litúrgico de Adviento, que comenzó el domingo pasado, sea para cada uno de ustedes un momento de gracia particular”, dijo el Papa Francisco.

Este mensaje fue pronunciado por el Santo Padre en su tradicional saludo a los fieles de lengua italiana, al final de la audiencia general celebrada hoy, 2 de diciembre de 2020, en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.

Después, como siempre, Francisco se dirigió a los ancianos, los jóvenes, los enfermos y los recién casados, instando a todos “a vivir este período de preparación para la Navidad en una actitud de vigilancia y búsqueda generosa de la voluntad de Dios”.

Previamente, a lo largo de sus palabras en varios idiomas, el Santo Padre se ha referido en varias ocasiones al citado tiempo litúrgico. De este modo, indicó a los francófonos: “Hermanos y hermanas, en este tiempo de Adviento, aprendamos de la Virgen María a ser portadores de una palabra de bendición para los que sufren y han perdido toda esperanza”.

“En nuestro viaje de Adviento, que la luz de Cristo ilumine nuestros caminos y disipe toda la oscuridad y el miedo de nuestros corazones. Sobre vosotros y vuestras familias invoco la alegría y la paz de nuestro Señor Jesucristo”, expresó en su mensaje a las personas cuyo idioma es el inglés.

También deseó a los fieles de lengua árabe: “Que el tiempo de Adviento nos conceda el don de amar más al Señor Jesús y de esperarlo en la oración”.

En la catequesis de hoy, incluida dentro del ciclo sobre la oración, el Papa ha reflexionado sobre el tema “La bendición”. En su predicación ha destacado que Dios bendice, pero también lo hacen los hombres, y con prontitud se descubre que “la bendición posee una fuerza especial, que acompaña para toda la vida a quien la recibe, y dispone el corazón del hombre a dejarse cambiar por Dios”.

 

 

 

 

Pontificia Universidad Lateranense: Seminario sobre ‘Fratelli tutti’

“Una encíclica más allá del tiempo de crisis”

diciembre 02, 2020 09:14

Documentos
Roma

(zenit – 2 dic. 2020).- La Pontificia Universidad Lateranense de Roma ha organizado un seminario de estudio sobre la última encíclica del Papa Francisco, Fratelli tutti, que se desarrollará en directo de forma online hoy, miércoles 2 de diciembre de 2020 a las 15 horas.

Según informa la entidad educativa en un comunicado, el evento, titulado Fratelli tutti, una encíclica más allá del tiempo de crisis”, está promovido por la universidad en colaboración con la Representación Pontificia ante la FAO, el FIDA y el PMA, y el Foro de Roma de ONG’s católicas.

 

Profundizar en la encíclica

El objetivo es profundizar en los temas tratados por la encíclica papal que han reflejado directamente la presencia de la sociedad civil en la vida internacional y para la conducta de los estados, de las relaciones entre los pueblos, el diálogo, la inclusión solidaria y los procesos económicos en nombre de la persona, hasta la búsqueda del método para promover de abajo hacia arriba la paz, la seguridad, el desarrollo, el respeto de los derechos fundamentales.

El seminario web, moderado por el coordinador del foro romano, Vincenzo Conso, será presentado presentado por el cardenal Angelo de Donatis, vicario del Santo Padre para la diócesis de Roma y gran canciller de la Universidad.

 

Dos sesiones temáticas

El evento estará dividido en dos sesiones temáticas. La primera, titulada “Caminemos con esperanza”, tendrá la intervención del cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, Achim Schütz, teólogo de la Universidad de Letrán, Silvina Pérez, responsable de la edición en español de L’Osservatore Romano, Alessandra Smerilli, economista de la Facultad Pontificia “Auxilium”, y Paul Asolan, decano del Instituto Pastoral de la Universidad Lateranense.

La segunda parte del programa está dedicado a los “Caminos de una nueva reunión”, con la participación de Máximo Torero Cullen, economista jefe de la FAO, Onofrio Rota, secretario general de la FAI-CISL, Carlo Maria Polvani, subsecretario adjunto del Consejo Pontificio de la Cultura, Daniela Ropelato, vicedecana del Instituto Sophia, y Vincenzo Buonomo, rector magnífico de la Universidad anfitriona.

La conclusión del seminario se ha confiado a Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede en FAO, FIDA y PMA. De acuerdo con la normativa vigente, el evento se celebrará sin la presencia del público, pero será transmitido en vivo en su totalidad en el canal de YouTube de la Universidad.

 

 

 

 

Cardenal Felipe Arizmendi: “El camino es Jesús”

Comparte su testamento

diciembre 02, 2020 09:52

Análisis

El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, y responsable de la Doctrina de la Fe en la Conferencia del Episcopado Mexicano, ofrece su reflexión semanal, titulada “El camino es Jesús”.

El prelado fue creado purpurado el pasado sábado, 28 de noviembre de 2020, en el Consistorio de Cardenales convocado por el Santo Padre y tomó posesión del título de San Luis María Grignion de Montfort al día siguiente.

 

VER

En la vida hay muchos caminos, y Dios nos hizo libres para escoger el nuestro.

Una periodista de una televisora francesa me preguntó qué opinaba de que me califican como avanzado en cuestiones sociales, pero conservador en lo moral. Mi respuesta inmediata, sin pensarla demasiado, fue que me siento feliz de ser conservador, que así he decidido ser y así quiero seguir siendo: conservador de los valores del Evangelio. Estoy convencido de que esos valores son los que pueden salvar al mundo de sus pandemias sociales, morales, políticas, económicas, ecológicas e incluso religiosas.

Hace ya casi 41 años, escribí mi testamento, que no tiene que ver con cosas materiales que pueda dejar, pues he decidido no tener casa ni otras propiedades, más que mi vehículo, mi computadora, algunos libros y mi ropa personal. En mi testamento, quiero compartir mi experiencia de vida, que resumí de esta manera:

“Estando próximo a cumplir cuarenta años y sabiendo que el Señor en cualquier momento me puede decir ‘Ven’, quiero expresar lo siguiente: ¡¡¡ VALE LA PENA HACERLE CASO AL SEÑOR!!! Lo que Él nos dice y el camino que Él nos propone es el medio más seguro para ser feliz, para ser alguien, para que la vida tenga sentido.

De esto me he convencido por experiencia de mi propia vida. Y como he tenido oportunidad de conocer a mucha gente en un nivel muy profundo, puedo decir con toda seguridad que, mientras alguien no se decida a hacerle caso al Señor, mientras no acepte practicar su Palabra, nunca va a encontrar la paz interior total, nunca va a ser plenamente feliz, por más cosas, dinero o experiencias sensibles que pueda tener.

Personalmente, me siento lleno de vida, salud, paz, esperanza y seguridad; me considero muy fecundo y realizado…Y todo esto que considero haber logrado y que me hace profundamente feliz, me lo explico no porque yo sea muy capaz o muy inteligente, sino porque el Señor ha estado conmigo y porque he procurado hacerle caso al camino que Él me ha enseñado.

A la vez, puedo decir que cuando me he dejado llevar por el medio ambiente o por mis propias inclinaciones, y no he vivido conforme a su Palabra, me he sentido triste, solo, angustiado, con temor y sin paz interior. Pero Él me comprende más que yo a mí mismo; me da nuevas fuerzas y, con Él, voy luchando y triunfando.

Por experiencia de mi vida, puedo asegurar que VALE LA PENA HACERLE CASO AL SEÑOR.

Cómo quisiera que todo el mundo conociera a Jesús, que hiciera la experiencia de dejarse conducir por El… Toda su vida cambiaría. Y para quien no me crea, sólo le sugeriría que hiciera la prueba. Este es el principal mensaje que quisiera dejar… Pido perdón a todos y que el Señor se apiade de mí”.

Esto lo ratifiqué el 1 de mayo de 2004, y lo sigo ratificando hasta el presente. Por ello, en mi escudo episcopal puse esta frase: ¡Cristo, único camino! Es mi convicción más profunda.

 

PENSAR

El Papa Francisco, en la homilía del 28 de noviembre, cuando nos creó cardenales de la Iglesia, nos dijo algo muy claro, que ojalá todos tuviéramos en cuenta:

“El camino es el lugar donde se realiza la escena que describe el evangelista Marcos (10, 32-45). Y es el lugar donde se desarrolla siempre la trayectoria de la Iglesia: el camino de la vida, de la historia, que es historia de salvación en la medida en que se hace con Cristo, orientado a su Misterio pascual. Jerusalén siempre está ante nosotros. La cruz y la resurrección pertenecen a nuestra historia, son nuestro presente, pero también son la meta de nuestro camino. Él mismo es este camino. «Yo soy el camino» (Jn 14,6). Este camino, y ningún otro”.

Al recordarnos la petición de los apóstoles Juan y Santiago: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda», el Papa nos expresó: “Este es otro camino. No es el camino de Jesús, es otro. Es el camino de quien, quizás, sin ni siquiera darse cuenta, “usa” al Señor para promoverse a sí mismo; de quien —como dice san Pablo— busca su propio interés, no el de Cristo (cf. Flp 2,21).

Todos nosotros queremos a Jesús, todos deseamos seguirlo, pero tenemos que estar siempre vigilantes para permanecer en su camino. Porque con los pies, con el cuerpo podemos estar con Él, pero nuestro corazón puede estar lejos y llevarnos fuera del camino. Pensemos en los muchos tipos de corrupción en la vida sacerdotal. Así, por ejemplo, el rojo púrpura del hábito cardenalicio, que es el color de la sangre, se puede convertir, por el espíritu mundano, en el de una distinción eminente. Y tú ya no serás el pastor cercano al pueblo, sentirás que eres sólo “la eminencia”. Cuando sientas esto, estarás fuera del camino.

También nosotros, Papa y cardenales, tenemos que reflejarnos siempre en esta Palabra de verdad. Es una espada afilada, nos corta, es dolorosa, pero al mismo tiempo nos cura, nos libera, nos convierte. Conversión es justamente esto: desde fuera del camino, volver al camino de Dios. Que el Espíritu Santo nos conceda, hoy y siempre, esta gracia”.

 

ACTUAR

Decidámonos a seguir siempre el camino de Jesús, que no es el camino del mundo. Que el Espíritu Santo nos asista.

 

 

 

 

San Francisco Javier, 3 de diciembre

Paradigma de todo misionero

diciembre 02, 2020 09:00

Testimonios

 

“Este grandioso jesuita es el paradigma de todo misionero. San Francisco Javier exhaló su último suspiro a escasos kilómetros de China: el país que soñó evangelizar. Es patrón universal de las misiones, de Oriente y de la Propagación de la Fe”

El amanecer del 3 de diciembre de 1552 los ojos de este ardiente apóstol se apagaron en una humilde choza de paja, del entonces inhóspito islote de Shangchuan, situado a 14 km. de la costa de China, el país que ansiaba evangelizar.

Pero con su vida, constantemente libada por amor a Cristo en una parte del gran continente asiático, ya había dejado escrita una de las páginas singularmente fecundas de la historia misionera de la Iglesia. Poco se puede añadir de él que no se haya expuesto ya.

Se han vertido ríos de tinta en todos los rincones del mundo alumbrando una de las trayectorias apostólicas más apasionantes que han existido. El paso de los siglos ha acentuado la talla gigantesca de este jesuita que soñó, respiró, se alimentó, y se desgastó llevado únicamente de esta pasión que sentía por Cristo, latido de su inmenso corazón.

Es indiscutible modelo y referente del apóstol que se proponga llevar la fe a cualquier país. Solo es posible evangelizar si se ama la misión y el lugar al que éste es enviado, como hizo el santo. Sus cartas y escritos son ciertamente conmovedores; rezuman caridad y pasión a raudales.

Nació en el castillo de Javier, Navarra, España, el 7 de abril de 1506. Era el último de cinco hermanos venidos al mundo en una noble familia que prestaba servicios al monarca. Su padre, Juan de Jasso, era un ilustre jurista que ostentó cargos relevantes en el reino.

Y en la estirpe de su madre, María Azpilicueta, se hallaban varios reyes. A diferencia de sus dos hermanos varones, san Francisco Javier Javier no quiso seguir la carrera de las armas, sino la eclesiástica. Su juventud transcurrió en medio de conflictos bélicos que afectaron directamente a su familia.

Después de haber cursado estudios en España, en 1525 partió a París, rumbo a la Sorbona. Allí, un recio paisano, con una hondura espiritual que el santo no había visto antes, se fijó en él. Era el noble Iñigo de Loyola, quien se dio cuenta de que su joven y apuesto compatriota no era fácil de convencer, y le espetaba frecuentemente: “¿de que sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?”.

Porque san Francisco Javier frecuentaba lugares bulliciosos, y, sin caer en la vileza, perdía el tiempo hundido en banales entretenimientos. Al fin comprendió, y realizó junto a Iñigo los ejercicios espirituales. Luego, formando parte de la Orden jesuita, que nacía entonces, emitió los votos el 15 de agosto de 1534 en Montmartre. Era el inicio de su pasaporte para la eternidad.

Viajó a Italia junto a Iñigo para ver al papa Pablo III, quien les bendijo para que efectuaran el viaje a Tierra Santa, pero la guerra lo impidió. Entre tanto, san Francisco Javier fue ordenado sacerdote en Venecia en 1537. Evangelizó por lugares del entorno, entre otros Bolonia.

De nuevo en Roma, y siendo nombrado por el pontífice legado suyo para misionar Oriente, embarcó hacia Lisboa en 1540. Era la respuesta del Papa a la petición cursada por el gobierno portugués solicitando el envío de misioneros a colonias que estaban bajo su amparo. En 1541, el mismo día en el que cumplía 35 años, el santo se embarcó rumbo a Goa.

Fue un viaje cuajado de dificultades y sobresaltos. Conviviendo con personas socialmente conflictivas, afrontó enfermedades, malestares físicos y toda clase de precariedades que puedan imaginarse, surgidos en esa travesía por mar, tan larga e incómoda en aquellos tiempos. En este complejo escenario evangelizó a todos.

Cuatro grandes viajes marcaron la vida de este incansable apóstol, aunque hubo otros, de orden quizá menor, pero que muestran su afán misionero. Tras recalar en Mozambique, fue a la India, a las islas Molucas, al Japón y de nuevo a la India.

Combatió con vigor la inmoralidad de gobernantes y tropas, aprendió las lenguas de estos lugares, y tradujo textos evangélicos que repetía hasta la saciedad en cualquier esquina. Se abría paso agitando con brío una campanilla: “Cristianos, amigos de Jesucristo, por amor de Dios, enviad a vuestros hijos y esclavos a la doctrina”.

Era un excepcional catequista; dejaba a los niños ensimismados escenificando el evangelio y envolviendo su labor con cánticos y oraciones. Su ardor apostólico inflamaba su corazón: “Si no encuentro una barca, iré nadando”, decía.

Defendió los derechos de los esclavos y oprimidos, vivió expuesto a incontables peligros; nunca se desanimó. Convirtió y bautizó a miles hasta quedar al borde de la extenuación, sin bajar la guardia en ningún instante. Entre los convertidos se hallaban componentes de tribus como los paravas, los makuas y hasta inquietantes samuráis. Consoló a los enfermos, y vivió como los más pobres.

Sufrió la tragedia del asesinato de 600 cristianos, un momento delicado que le hizo exclamar: “Estoy tan cansado de la vida que lo mejor para mí sería morir por nuestra santa fe”. En su corazón se hallaba presente China cuando se dispuso a partir al país en abril de 1552.

El viaje estuvo plagado de contratiempos; se vio abandonado hasta de los suyos, con excepción del joven intérprete y amigo chino Antonio. Mientras esperaba poder ser transportado clandestinamente a la isla de Shangchuan, escribía cartas.

La última fue el 13 de noviembre de 1552. Confiaba a dos jesuitas: “Sabed cierto una cosa y no lo dudéis, que en gran manera le pesa al demonio que los de la Compañía del nombre de Jesús entren en la China […]. En esto no pongáis duda; porque los impedimentos que me tiene puestos y pone cada día, nunca acabaría de escribíroslos…”.

Y así fue que diecinueve días más tarde enfermó gravemente y falleció en soledad. Dice la tradición que en el castillo de Javier, el Cristo “sonriente”, ante el que oraba siempre su familia, lloró su muerte. Su cuerpo incorrupto se venera en Goa.

San Francisco Javier había sido agraciado con experiencias místicas, don de lenguas y de milagros. Gregorio XV lo canonizó el 12 de marzo de 1622. Benedicto XIV lo proclamó patrono de Oriente en 1748. Pío X en 1904 lo designó patrono de la Propagación de la Fe y patrón universal de las misiones.