Tribunas

Dios en la familia

 

 

Juan José Corazón Corazón
Sacerdote, Doctor en Derecho Canónico, Doctor en Derecho


 

 

 

 

 

Inmediatamente después de la celebración de la fiesta más grande que celebramos todos los cristianos y la mayor parte de los hombres en el mundo entero, la Navidad (el nacimiento de Cristo, Niño, que es Dios hecho Hombre) celebramos la fiesta de la Sagrada Familia.

Se trata de la presencia de Jesús, ese Dios hecho Hombre, realizando la redención en el mundo cobijado en la compañía y el hogar formado por sus padres, María y José; y así, ni más ni menos, durante aproximadamente treinta años.

Su vida duró, parece ser, treinta y tres. Es cierto que su redención culminó con su Pasión y su Muerte en la Cruz, pero su redención la realizó compartiendo todo con nosotros.

Igual que nosotros, con sus fortalezas y sus debilidades, en casa, con su familia. Porque si estuvo cansado, sintió hambre y estuvo triste, en su vida pública, como nos dicen los evangelios, también en su vida oculta.

Es normal, como le ocurre a cualquier ser humano.

Lo impresionante es considerar que allí, con su Madre, María, y con su Padre, José, todas sus debilidades las manifestaba con absoluta naturalidad y sencillez, para así manifestar su amor y ser amado.

Por eso, cuando en casa y en la familia nos vemos débiles y poca cosa, Jesús se acuerda de Él en Nazareth y nos sonríe, a la vez que nos dice con su mirada: ¡sigue adelante que vas muy bien!

 

Juan José Corazón Corazón