Mundo

 

Pena de muerte para la primera mujer en USA desde 1953: mató, abrió y se llevó el bebé de una embarazada

 

Víctima de abuso infantil y violencia sexual, Lisa Montgomery cometió un crimen tan atroz y extraño que plantea serias dudas sobre su estado mental", afirman líderes católicos

 

 

14/01/21


 

 

 

 

 

Lisa Montgomery ha sido la primera mujer en ser condenada a pena de muerte en una prisión federal estadounidense desde 1953. Murió ayer 13 de enero mediante inyección letal en la prisión federal de Terre Haute, (Indiana, USA). Su crimen: atacar y matar a una mujer embarazada, abriéndola y llevándose el bebé de su vientre.

Líderes católicos de Estados Unidos han estado pidiendo el fin de la pena de muerte e impidiendo la ejecución de esta mujer instando a los gobernantes a detener esta práctica, particularmente con tres ejecuciones programadas inicialmente para el 12 y 15 de enero.

Sin embargo, no ha sido así para Lisa Montgomery. Después de una serie de decisiones judiciales, la Corte Suprema revocó un par de fallos de los tribunales de apelación federales que habían puesto en espera la ejecución de la condena a muerte de Montgomery y denegó otras dos solicitudes de último minuto para posponer la ejecución.

 

Un crimen atroz

El sacerdote John Jenkins, presidente de la Universidad de Notre Dame americana, afirmó que la ejecución de Montgomery era “particularmente preocupante” porque “ilustra algunos de los muchos fallos sistémicos en nuestro sistema de pena capital. Víctima de abuso infantil severo y violencia sexual, Montgomery cometió un crimen tan atroz y extraño que plantea serias dudas sobre su estado mental", informa Catholic News.

Después de la decisión del tribunal, la hermana Helen Prejean opositora a la pena de muerte desde hace mucho tiempo, tuiteó: “En otro fallo posterior a la medianoche, la Corte Suprema de los Estados Unidos ha permitido que el gobierno federal proceda con la ejecución de Lisa Montgomery de inmediato. Esta decisión será para siempre un fracaso total para proteger a nuestros ciudadanos más vulnerables".

Por su parte, Kelley Henry, el abogado de Montgomery, señaló en una declaración el 13 de enero: “La sed de sangre cobarde de una administración fallida se manifestó esta noche. Todos los que participaron en la ejecución de Lisa Montgomery deberían sentir vergüenza".

 

Denuncias de abusos físicos

En una petición de clemencia de casi 7.000 páginas presentada a principios de enero al presidente Donald Trump, los abogados de Montgomery detallaron las denuncias de abusos físicos, violaciones y torturas de su cliente, además de ser víctima de trata sexual por parte de su madre.

“Todo en este caso es abrumadoramente triste. Es fácil llamar a la Sra. Montgomery malvada y monstruo, como lo ha hecho el gobierno pero ella no es ninguna de las dos cosas", argumentaba la petición de clemencia.

 

Ola de ejecuciones de la administración Trump

El sacerdote John Jenkins en un comunicado subrayó: “El presidente Trump, cuya administración ha expresado su compromiso de defender la santidad de la vida humana, tiene el poder de detener esta ola inhumana, sin precedentes e innecesaria de ejecuciones perseguidas por su Departamento de Justicia en los últimos días de su administración. Le insto a que lo haga".

Sin embargo, enfatizó que “la objeción más fundamental a la pena de muerte es que socava nuestro compromiso con la santidad de toda vida humana, sana o enferma, talentosa o común, buena o mala. Los condenados a muerte han sido condenados por algunos de los crímenes más horribles imaginables, pero ni siquiera sus vidas pierden esa dignidad".

 

Oraciones virtuales

La Red de Movilización Católica también se ha pronunciado en contra de la ejecución de Montgomery junto con las otras ejecuciones federales programadas de Johnson y Higgs. Está llevando a cabo vigilias de oración virtuales en la tarde de cada ejecución programada y lo hizo el 12 de enero antes de la ejecución de Montgomery.

El grupo lanzó una campaña de petición en línea pidiendo al presidente electo Joe Biden que priorice el fin de las ejecuciones federales una vez que asuma el cargo, instando a la administración entrante a "defender la dignidad sagrada de cada persona" y cumplir sus promesas de desmantelar el sistema federal de pena de muerte.