Editorial

 

Si no lo presentamos los cristianos ¿quién lo hará?

 

 

09 abril, 2021 | por ForumLibertas.com


 

 

 

 

 

¿Cómo puede existir una necesaria mirada cristiana en la vida pública si los propios cristianos la evitan y la esconden en nombre de una falsa y fracasada eficacia?

¿Cuántas veces hemos escuchado la explicación de “no hay que decir que es cristiano, hay que plantearlo como una cuestión de humanismo”, o cualquier otra variación en torno al mismo tema, justificada por el criterio de que así el planteamiento será mejor aceptado? Pero ¿qué es lo que debe ser aceptado? ¿Cuál es la razón de ser del cristiano? Pues no es otra que dar razón inteligente y oportuna, eso también, de su fe, y no la de convertirnos en predicadores de uno de los tantos humanismos desmochados.

Lo explica muy bien Guardini en El Señor cuando se pregunta con qué criterio seremos juzgados, y remite al Evangelio de Mateo 25, 31-46, aquel conocido texto en el que Jesús refiere precisamente cómo será el juicio. “Venid benditos de mi padre a tomar posesión del Reino…” refiriéndose a aquellos que han ayudado a quienes tenían sed, hambre, necesitaban vestido y cobijo, estaban enfermos, presos; es decir, los pobres, los inmigrantes, los enfermos, los presos; los débiles y marginados.

Y dice también: “Apartaos de mí malditos, al fuego eterno”. Refiriéndose a aquellos que no han atendido a sus hermanos necesitados. Parecería que el hombre será juzgado según la caridad practicada, y Guardini dice, “cierto que también se tendrá en cuenta esto; no obstante, las palabras de Jesucristo dicen en primer lugar otra cosa”.  Dice primero, ¡venid a mí, “a mí”. “No se trata, pues, de la caridad pura y simple, sino de la caridad orientada hacia Jesucristo. Porque él es “el camino la verdad y la vida” (Juan 14,6). Eso es lo que se olvida con frecuencia, y así nos va, porque no estamos aquí en primer termino para ser benéficos, para esto no se necesita el don de la fe que nos ha sido dada, sino que somos benéficos, y debemos serlo en la máxima expresión porque seguimos a Cristo.

En un mundo que se forja en torno a la apostasía, lo último que podemos hacer es hurtar el testimonio, el mensaje cristiano. No lo que se requiere, donde radica el esfuerzo, la inteligencia es en la forma de darlo, y sobre esto también hemos sido advertidos. Pero esta condición no puede significar nunca su ocultación.

Deberíamos reflexionar seriamente por qué en una sociedad tan frustrada y desorientada como la actual, que vive en medio de enfrentamientos y crisis acumuladas a pesar de gozar, una gran parte de ella, de un notable bienestar material, comparados con el resto del mundo o con épocas precedentes, porque el mensaje Cristiano cala poco, a pesar de que es bueno para superar los problemas colectivos que nos afligen. El cristianismo, en definitiva, la propia doctrina social de la Iglesia, define una sociedad de la acogida, del cuidado, del acompañamiento, de que nadie se quede atrás, de que nadie permanezca solo; que el sufrimiento, cuando existe, es una realidad a compartir para que resulte menor, que los que tienen más han de contribuir claramente para que no existan personas descartadas. Porque se ha de plantear este mensaje en los 3 planos diferentes pero complementarios en los que debe darse: el de la misión y evangelización, el de la alternativa cultural a lo que hoy es hegemónico, y tercer plano, el de la acción política en términos de iniciativa, propuesta, y proyecto.

Esta es la reflexión necesaria, este es el diálogo que debemos mantener entre nosotros los cristianos, esa acción es la que resulta necesario realizar.