VATICANO

 

El Papa nombra a un jesuita como visitador de la institución la Obra de la Iglesia

 

Una de las causas que se aluden para esta decisión es que en esta realidad eclesial se podría rendir un excesivo culto a la fundadora, la Madre Trinidad

 

 

 

25/07/24


 

 

 

  1. Un jesuita
  2. Realidad eclesial de Derecho Pontificio
  3. Tres ramas de vida consagrada

 

 

 


Madre Trinidad, fundadora de la Obra de la Iglesia.

 

 

 

Una nueva institución de la Iglesia se suma a la larga lista a las que el Papa Francisco les ha nombrado un visitador. Se trata de la Obra de la Iglesia, fundada por Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, Trinidad Sánchez Moreno como nombre de pila.

 

Un jesuita

Según ha podido saber Religión Confidencial de fuentes bien informadas, el visitador es un jesuita que ha tenido cargos de responsabilidad en la Compañía de Jesús en España y que goza de la confianza del Papa Francisco y de la Santa Sede.

Una de las causas que se aluden para esta decisión es la de que en esta institución se podría rendir un excesivo culto a la fundadora, la Madre Trinidad que a partir del 18 de marzo de 1959, en la casa donde residía de la calle Cadarso, de Madrid comienza a recibir de Dios gracias especiales.

Según se lee en la Web oficial de la Obra de la Iglesia, Dios “la introduce en su mismo seno, mostrándole el misterio de su vida trinitaria y su actuación para con el hombre, haciéndola testigo de todo el dogma de la Iglesia. Y al mismo tiempo, impulsándola con una fuerza irresistible: “¡Vete y dilo…! ¡Esto es para todos…!”, “¡Con todo a Juan XXIII…!”, “El Concilio viene para esto”. Su alma, desde entonces, queda marcada con una profunda vocación, con una gran misión dentro de la Iglesia”, se afirma.

 

Realidad eclesial de Derecho Pontificio

La Obra de la Iglesia es una realidad eclesial de Derecho Pontificio. Según se puede leer en la web, “la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en un decreto firmado el 20 de diciembre de 1997, aprobó La Obra de la Iglesia declarándola de derecho pontificio”.

Aunque “no se la ha querido enmarcar en ninguna de las formas canónicas de los Institutos de vida consagrada, dada su singularidad. Pero sí se le ha otorgado la aprobación suprema y definitiva que corresponde a la autoridad del Papa, haciéndola, por consiguiente, de derecho pontificio”.

En este proceso de aprobación de esta obra singular tuvo un papel relevante san Juan Pablo II quien “habiendo conocido personalmente a la Madre Trinidad y habiendo penetrado en la actuación de Dios en su alma, quiso que esta acción de Dios quedara reconocida expresamente en el decreto de aprobación pontificia de La Obra de la iglesia, y para ello estableció el 18 de marzo de 1959, momento especialísimo de dicha actuación, como fecha fundacional de La Obra de la Iglesia”, según se lee en el relato oficial.

 

Tres ramas de vida consagrada

La Obra de la Iglesia está compuesta por tres ramas de vida consagrada: sacerdotal, laical masculina y femenina, en torno a las cuales se organizan las demás ramas de Adheridos, Militantes y Colaboradores.

En la actualidad tiene centros estables en España (Madrid, Guadalajara, Sevilla, Cádiz, Toledo, Valladolid, Ávila), Italia (Roma, Albano Laziale y Rocca di Papa), Guinea Ecuatorial (Malabo) y Ecuador (Quito).

Una de las personalidades más destacadas en la historia de esta Institución eclesial fue el obispo español Laureano Castán Lacoma, obispo de la diócesis de Sigüenza – Guadalajara durante 16 años y conocido como “el Obispo de la Obra de la Iglesia”.

Dentro de sus actividades se caracteriza porque en las visitas Ad limina pone a disposición de los obispos los medios necesarios para sus desplazamientos, al tiempo que, sobre todo a los obispos de misión, les ofrecen alojamiento gratuito en las casas de la Obra.