Tribunas
17/10/2024
Los obispos y la corrupción política
José Francisco Serrano Oceja
Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, marzo 2024.
La corrupción política, de los políticos, vuelve otra vez, por desgracia, a ocupar un espacio no menor en los medios de comunicación. No hace falta que me refiera en concreto a los casos que seguro están en la mente de todos ustedes.
De momento no proliferan las intervenciones de los obispos, a título individual, sobre esta cuestión en los últimos tiempos. Creo recordar que el arzobispo de Oviedo sí que ha publicado algo, pero no sabría precisar más.
Lo que es innegable es que la Conferencia Episcopal Española tiene un dilatado magisterio sobre esta cuestión. Pongo algunos ejemplos.
Comencemos por “Los Católicos en la Vida Pública”, de 22 de abril de 1986.
Dicen allí, en el número 77, que “También los diversos momentos estrictamente técnicos y seculares, a través de los cuales se hacen operativos los proyectos y programas, deben estar regidos por criterios éticos: la preparación profesional debe ser rigurosa y exigente; el análisis de la realidad, objetivo; el manejo de los datos y la información, veraces; las estrategias, honestas y justas. Someterlo todo al éxito personal, a la posesión del poder, a la eficacia, al honor o al dinero, son otras tantas formas de inmoralidad y de idolatría que destruyen la dignidad de la persona y corrompen el clima de la convivencia. En ningún caso, tampoco en política, un fin bueno puede justificar el uso de medios o procedimientos inmorales”.
Pero el texto que más referencias lleva a esa cuestión es “La verdad os hará libres”, de 20 de noviembre de 1990.
Un texto que venía a responder a una situación política y moral de la sociedad en la que, por ejemplo, se había dado el Caso Juan Guerra y se había instalado lo que se denominaba la cultura del pelotazo.
Entonces se daba la lucha por la hegemonía de los referentes éticos de la sociedad española. Ya no sé si estamos a tiempo para esto.
Casi al principio del documento señalaban los obispos que “el poder, a menudo, es ejercido más en clave de dominio y provecho propio o de grupo que de servicio solidario al bien común. Se ha extendido la firme persuasión de que el amiguismo o la adscripción a determinadas formaciones políticas son medios habituales y eficaces para acceder a ciertos puestos o para alcanzar un determinado “status” social o económico. Todo esto, como una de las causas principales, está generando la amoralidad ambiental que destruye las convicciones morales más elementales, sin las que no es posible la pervivencia de una sociedad libre y democrática”.
Por cierto que, poco antes, en este documento, los obispos se referían de la siguiente manera a los medios de comunicación social:
“Los medios de comunicación social que, en muchos aspectos, están desempeñando un papel muy beneficioso en orden a una sociedad políticamente libre y moralmente sana, con informaciones y juicios objetivos y con la denuncia de los abusos del poder y de la corrupción imperante, no siempre responden a las exigencias éticas que les son propias. La explotación sistemática del escándalo por parte de algunos, la violación de la intimidad de las personas, la conversión del rumor no verificado en noticia, o el halago sumiso e interesado a los poderes, por ejemplo, son un reflejo, y causa a la vez, del deterioro moral que nos preocupa”.
Nada nuevo bajo el sol.
José Francisco Serrano Oceja