COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

ORACIÓN DE UN CAMINANTE A JESÚS

 

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor | 13.03.2015


Jesús que estás en todo ser para vivirnos y revivirnos,
en la soledad del pobre tejiendo verbos y voces,
en el silencio del anciano componiendo abecedarios,
en  la sonrisa de un niño inventando paraísos,
en las lágrimas de una madre trenzando esperanzas,
en los suspiros de un padre enramando latidos,
porque las miserias humanas son muchas y abundantes.

Con la voz entrecortada del viento que nos reanima,
permítenos salir de esta muerte diaria que nos acecha.
Déjanos nacer y renacer, huir de este mar de dudas.
Resígnanos para poder alzar el vuelo y volar.
Reconócenos como parte de ti y del camino.
Os pido me deis la fuerza necesaria para avanzar
conmigo mismo, con paso armónico y andar sereno.

¡Ay, Señor! No me dejes sin pasaje. Te necesito.
Algunas sendas del mundo son tan necias como nulas.
Prefiero tus vías del cielo para sentirme sol y luna.
Y así, lograr encauzar los amores que se fueron,
los que nunca llegaron y los que quedan por venir.
Tú que lo has hecho todo por amor, desde callar
a reprender, desde absolver a redimirnos con ternura.

Con rectitud, somos el amor que nos proveemos.
Y bajo esta permanencia en el amar, brota la luz,
es lo que nos hace trascender más allá del tiempo;
pues tan breve es  el vivir y tan largo el abandono,
que me desvela arrepentirme de todas las caídas,
esperando de Vos, Jesús de Todos, el consuelo
y la gracia de crecer, tanto en verso como en vida.

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
13 de marzo de 201
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