Fe y Obras

 

Los muertos merecen algo más

 

 

 

23.07.2020 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

 

A veces, las intenciones no son buenas si las mismas son malas. Y es lo que ha pasado en el caso del “homenaje” público-estatal que hace unos días se les ofreció a los muertos reconocidos por las autoridades sanitarias por mucho que sea comprensible (según los métodos de contar a los mismos empleados) que haya unos cuantos miles más.

El caso es que, sea el número que sea de muertos habidos con el dicho virus que está afectando a todo el mundo mundial, alguien decidió hacer algo para que no tuviera por cierto y verdad que al Estado le importaba, más o menos, un pepino o un pimiento que miles de españoles hubieran pasado a mejor vida o, al menos, a otra vida.

Y se hizo, el homenaje.

Nosotros, que reconocemos no haberlo visto por higiene espiritual y mental, sí nos hemos llevado a los ojos las imágenes que, del mismo, se han difundido por los medios de comunicación, preferentemente los que hacen su labor en la red de redes, llamada internet.

Podríamos decir algo que no fuera bueno acerca de la tenida que se llevó a cabo cuando se quiso homenajear a los muertos. Hay, incluso, quien ha dicho que todo el montaje parecía (círculo, pebetero, etc.) algo así como masónico y que, como a eso es a lo que se está desde el Estado, tampoco vamos a decir que pensar así sea estar muy alejado de la realidad sino, al contrario, en la realidad misma y, con todos los pelos y señales apuntando a lo que se hizo fue muy pensado, muy preparado y muy llevado a cabo por quienes querían pensarlo así, prepararlo así y llevarlo a cabo así.

Nadie, de todas formas, puede dudar de esto porque es lo que cualquiera, viendo las imágenes (más aún quien viera en directo) puede decir: sí, fue algo así como algo masónico pretendiendo disimular, pero poco, la cosa.

Ante eso, claro, nada podemos hacer porque ya se habrá olvidado todo, como pasa hoy día.

Sin embargo, nosotros pensamos y creemos que los miles de muertos que ha habido en España serían mayoritariamente católicos. Y eso debería suponer algo, algo más.

Nosotros pensamos y creemos que no se puede admitir que haya una ceremonia, por llamarlo así, en la que para nada se haya tenido en cuenta la religión de la gran mayoría de los fallecidos por el virus que ahora nos ha tocado padecer y aún estaremos padeciendo.

Lo que los católicos merecían, sí, se hizo antes, en un funeral llevado a cabo por la Iglesia católica. Ahí es donde tenían que haber estado los dirigentes políticos que en España son si es que no quieren tirar a la basura la creencia mayoritaria de los españoles (Artículo 16.3 de la Constitución vigente en España dixit) y, aunque sabemos que les importa menos que nada, al menos podían haber disimulado algo.

Aquí, de todas formas, bien sabemos que los dirigentes políticos que tienen las riendas de la Gobernación en España son como son y sabemos que no son nada proclives en favorecer lo religioso y, menos aún, si es católico y, es más, seguros estamos que harían eso, favorecer lo religioso, si no fuera católico, por el cual mantienen una separación algo más que preocupante y vergonzosa.

En fin… bien sabemos que las cosas son como son pero estamos seguros de que los católicos fallecidos (seguro que la gran mayoría de los mismos) estaban urgidos a ser homenajeados por los poderes públicos como en verdad merecen. Sin embargo, los fallecidos se han encontrado con unos poderes públicos que no los merecen a ellos sino la más grande de las repulsas y, en fin, el deseo más ferviente de que pase, cuanto antes, esta oscuridad y esta tiniebla.

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net