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Distraídos con las elecciones España se muere de vieja

 

Francisco Rodríguez Barragán | 17.05.2016


Mientras nos distraemos esperando las nuevas elecciones, de incierto resultado para conseguir un gobierno capaz de gobernar, observamos los esfuerzos de unos y otros por conseguir que España caiga rendida en sus brazos pero sin darse cuenta de que la España en disputa es una país en estado comatoso que se desliza cada vez más rápido por la pendiente de un envejecimiento imparable.

El Instituto de Política Familiar ha publicado el análisis clínico de nuestra lamentable situación que ningún político parece tener en cuenta. Se repite una vez más la acertada observación de que los malos políticos solo piensan en las próximas elecciones y los verdaderos estadistas en las próximas generaciones.

Pero esas próximas generaciones quizás no sean ya de españoles sino de otros pueblos que van progresivamente ocupando nuestros barrios, nuestros pueblos, nuestras ciudades y no solo en España sino en toda Europa.

Roma consiguió un imperio enorme, mucho más grande que la Unión Europea, pero se quedó sin romanos para defenderlo, la corrupción, las costumbres libertinas, los recién nacidos arrojados a las cloacas, los circos y las carreras como diversión permanente, produjeron el colapso de aquella civilización de la que nos decimos continuadores y lo somos para lo bueno y lo malo.

Los pueblos bárbaros, “los que balbuceaban el latín o el griego”, que fueron contratados como soldados ocuparon el imperio de Occidente. El Islam, a continuación atacó al imperio bizantino y a través del norte de África llegó hasta el corazón de Europa, donde fueron frenados por Carlos Martel y resistió ocho siglos en España.

Pero el pasado apenas si le importa a nadie, no hay ninguna transfusión de memoria, como dijo en Papa al recibir el premio Carlomagno. Distraídos con el multiculturalismo hemos creído que los problemas pueden resolverse olvidando nuestras raíces cristianas para hundirnos en el relativismo de que todo es lo mismo. No viviremos para comprender nuestra equivocación.

Quizás nadie se alarme, pero las cifras que ofrece el Instituto de Política Familiar, entre otras, son que cada día se pierden 49 jóvenes menos de 15 años, es decir disminuye el número de personas jóvenes, mientras que el número de personas mayores de 65 años crece hasta 216, siendo, nada menos, que 222 las mayores de 80 años.

Cada día se producen en España 1.082 defunciones pero solo 1.171 nacimientos y 260 abortos, de los que 28 son de adolescentes. De los 1.171 nacimientos diarios 673 son nacimientos matrimoniales y 498 son extramatrimoniales.

Llevamos tres años en que la población va disminuyendo. Serían necesarios 719 nacimientos más cada día para asegurar el reemplazo generacional. A ver, ¿cómo podrá sostenerse la Seguridad Social?.

Cada día se producen 445 matrimonios de los que son civiles 295. Cada día también se producen 290 rupturas  que afectan a 267 hijos, de los cuales 232 son menores de edad. La tasa de rupturas familiares en España es superior a la media europea. Por cada 10 matrimonios hay 7 rupturas ¿quién se preocupa de la estabilidad de la familia como elemento básico de la sociedad?

¿Reciben las familias alguna ayuda del Estado? ¿Hay algún partido que le preocupen estos datos?

 

Francisco Rodríguez Barragán