Oído Cocina

EUROPA CASTIGA A BARCELONA

 

Miguel del Río | 24.11.2017


 

 

Estaba cantado que Barcelona se quedaba sin ser la sede de la Agencia Europea del Medicamento, que se va de Londres tras abandonar Inglaterra la Unión Europea. Que salgan ahora Guardiola o Lluis Llach a dar una explicación a los catalanes de por qué Ámsterdam se ha llevado este premio gordo, cuando Barcelona era la mejor ciudad para ello.

Artur Mas, Puigdemont y Junqueras tampoco reconocerán la inseguridad y desconfianza que han generado con su “procés” en las instituciones europeas. Después de la huida masiva que han provocado entre las mejores empresas catalanas, caso de la Caixa o el Sabadell, ahora, a buenas horas, se lamenta hasta Ada Colau, la alcaldesa de la Cuidad Condal. Lo podían haber pensado mucho antes en vez de incendiar el Parlament y el Govern, y verse el Senado abocado a aplicar el artículo 155 de la Constitución. ¡Quién te ha visto y quién te ve, Barcelona! Hacer saltar por los aires una de las mejores economías europeas, caso de Cataluña, acarreará aún otras malas noticias como esta de la Agencia del Medicamento, que no recala en España. Y lo hace en Ámsterdam, gran puerto europeo, que añade ahora esto.

La han liado parda los “indepes”. Resulta que todo el futuro que prometían de una Cataluña independiente y republicana era una montaña de mentiras. El daño es brutal e irreparable, y la historia se lo achacará a determinados nombres y apellidos que han antepuesto la gloria personal al bienestar de sus conciudadanos. Da igual ya lo que digan desde Bruselas o las celdas carcelarias, porque serán nuevas mentiras a sumar a las ya conocidas. Salir de diez años de una terrible crisis económica no merece como recompensa seguir marcha atrás.

En todos estos años de desafío independentista no han importando los problemas reales de los catalanes, ni que su situación cotidiana sufriera mejoras por decisiones políticas tendentes al mayor bienestar. Todo era política de tierra quemada, de acabar con lo que fuera, incluidas las aspiraciones que siempre tuvo el pueblo catalán de ser un epicentro clave de poder europeo. Pero Europa está también mosqueada con Cataluña y sus políticos soberanistas. Evitar que Agencia Europa del Medicamento se instale en Barcelona solo ha sido la primera consecuencia.

 

Miguel del Río