El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha recordado en
su última carta pastoral los momentos vividos en la JMJ.
Asenjo señala que desde el primer momento se estableció
entre los jóvenes y Benedicto XVI una "comunión profunda".
De los jóvenes, le impresionó su "alegría honda,
desbordante y compartida, su calidad humana y cristiana,
sin un incidente, sin una queja ante las dificultades o
incomodidades", así como "el silencio impresionante" de la
adoración eucarística de la vigilia, y "el ambiente de
paz, de fraternidad y familia, que hacía que los jóvenes
se sintieran como hermanos, aunque no se conocieran".