Otras Religiones
Una declaración del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso25/04/2015
La Santa Sede afirma que el diálogo con los musulmanes es hoy más necesario que nunca
La mayoría de los seguidores del islam no se reconocen en la barbarie a la que asistimos
“Los acontecimientos de los últimos tiempos hacen que muchos nos pregunten: ‘¿Hay todavía espacio para el diálogo con los musulmanes?’ La respuesta es: sí, más que nunca”. Así comienza la declaración publicada.
De este modo, el dicasterio vaticano señala que, por desgracia, hoy en día la palabra "religión" se asocia a menudo con la palabra "violencia". En cambio --afirma-- los creyentes deben demostrar que las religiones están llamadas a ser portadoras de paz y no de violencia.
“Matar, invocando una religión, no es sólo una ofensa a Dios, sino también una derrota para la humanidad”, asegura el comunicado.
Por otro lado, recuerdan que el 9 de enero de 2006 el papa Benedicto XVI, dirigiéndose al Cuerpo Diplomático y hablando sobre el peligro del choque de civilizaciones y, en particular del terrorismo organizado, afirmó que “ninguna circunstancia puede justificar esta actividad criminal, que llena de infamia a quien la realiza y que es mucho más deplorable cuando se apoya en una religión, rebajando así la pura verdad de Dios a la medida de la propia ceguera y perversión moral”.
A continuación, el Pontificio Consejo lamenta de que en los últimos días “asistimos a una radicalización del discurso comunitario y religioso, que lleva aparejado el riesgo de un aumento del odio, de la violencia, del terrorismo y de la creciente y banal estigmatización de los musulmanes y de su religión”.
Por eso, se sienten llamados a “fortalecer la hermandad y el diálogo. Los creyentes constituyen un formidable potencial de paz, si creemos que el hombre fue creado por Dios y que la humanidad es una sola familia y más aún, si consideramos, como cristianos, que Dios es Amor”.
Seguir dialogando --asegura el texto-- incluso cuando se experimenta la persecución, puede convertirse en signo de esperanza. “No es que los creyentes quieran imponer su visión de la persona y de la historia, sino proponer el respeto de las diferencias, la libertad de pensamiento y de religión, la protección de la dignidad humana y el amor a la verdad”, prosigue la nota.Del mismo modo, se afirma que “debemos tener el coraje de replantearnos la calidad de la vida familiar, los métodos de enseñanza de la religión y de la historia, el contenido de los sermones en nuestros lugares de culto. Sobre todo la familia y la escuela son las claves para que el mundo del futuro se base en el respeto mutuo y en la fraternidad”.
Para finalizar su mensaje, el dicasterio para el Diálogo Interreligioso cita las palabras que el papa Francisco pronunció en Ankara el pasado mes de noviembre: “la violencia que busca una justificación religiosa merece la más enérgica condena, porque el Todopoderoso es Dios de la vida y de la paz. El mundo espera de todos aquellos que dicen adorarlo, que sean hombres y mujeres de paz, capaces de vivir como hermanos y hermanas, no obstante la diversidad étnica, religiosa, cultural o ideológica”.