Servicio diario - 10 de julio de 2020


 

Argentina: El Papa expresa su cercanía a los sacerdotes villeros enfermos
Larissa I. López

La Santa Sede llama a una “urgente” cooperación para acoger a los desplazados
Rosa Die Alcolea

Cardenal Turkson reconoce retos inherentes al considerar las “secuelas” de COVID-19
Deborah Castellano Lubov

Coronavirus: Nigeria, Sierra Leona, Ecuador y Bolivia reciben ayuda del Fondo para las misiones
Larissa I. López

Red Eclesial Panamazómica lanza serie documental sobre ‘Querida Amazonia’
Larissa I. López

Lecturas de verano: ‘Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto’
Pablo Ortiz Soto

Academia de Ciencias Sociales: El Papa nombra miembro a Pedro Morandé Court
Larissa I. López

Bioética: Estudio confirma que edición genética de embriones aún no es segura
Redacción zenit

San Benito de Nursia, 11 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Argentina: El Papa expresa su cercanía a los sacerdotes villeros enfermos

Y a los vecinos de barrios populares

julio 10, 2020 14:37

Papa Francisco

(zenit – 10 julio 2020).- El Papa Francisco expresa su cercanía a los vecinos de los barrios más pobres de Buenos Aires, Argentina, y a los sacerdotes villeros enfermos que los atienden en un videomensaje publicado en la cuenta de Twitter del Equipo de sacerdotes de barrios populares de Buenos Aires y gran Buenos Aires.

“Quiero estar cerca de ustedes en este momento, que sé que la están peleando con la oración y los médicos, ayudan”, dijo el Santo Padre en el video.

En sus palabras, el pontífice subrayó que “tres de los curas que trabajan entre ustedes están enfermos, pienso especialmente en el padre Bachi, el pionero de Villa Palito y que después trabajó en San Petersburgo, Puerta de Hierro, todos esos barrios a los cuales él le dedica su vida”.

Según informa Vatican News, el padre Basilicio “Bachi” Brítez es referente de los barrios populares del partido bonaerense de La Matanza en la diócesis de San Justo, y está internado desde el pasado 21 de junio afectado por la COVID-19.

Después, en su mensaje, Francisco indicó que: “estoy cerca de ustedes, que rezo por ustedes, que los acompaño en este momento”. Y, por último, exhortó a mantenerse “todo el pueblo de Dios junto a sus curas enfermos”, apuntando que “es el momento de dar testimonio por esos curas villeros, pedirle por la salud y seguir adelante”.

 

Solicitud de los “curas villeros”

El pasado 28 de junio de 2020, los conocidos como “curas villeros” solicitaron al Gobierno de Argentina la presencia de ambulancias en las villas y barrios populares.

Asimismo, propusieron al Estado que brinde “unidades de traslado” a los barrios “que cuentan con la capacidad de organizarse como comunidad y asistir a los pacientes necesitados”.

Esta petición se realizó a través de la presentación de la declaración titulada“La imperiosa necesidad de la ambulancia en las villas y barrios populares” realizada en la citada fecha.

 

 

 

 

La Santa Sede llama a una “urgente” cooperación para acoger a los desplazados

Ante las Naciones Unidas

julio 10, 2020 15:15

Ciudad del Vaticano

(zenit – 10 julio 2020).- La Santa Sede, representada en la Organización de las Naciones Unidas por monseñor Ivan Jurkovič, considera “urgente” la cooperación en la comunidad internacional sobre el problema de los desplazados internos, protagonistas de una “tragedia invisible” que la pandemia de COVID-19 no ha hecho más que exacerbar.

Esta fue la petición de monseñor Ivan Jurkovič, observador permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales con sede en Ginebra, el pasado 9 de julio, en la 44ª sesión del Consejo para los Derechos Humanos, que se celebra hasta el 17 de julio en esta ciudad suiza.

Con el fin de una cooperación para los refugiados, el diplomático vaticano alienta la elaboración de un marco jurídico claro sobre las responsabilidades de los Estados que “asegure su protección efectiva, obtenga soluciones duraderas y, en última instancia, salve vidas humanas”.

 

Personas con historias y sufrimientos

En consonancia con el Mensaje del Papa Francisco para el Día Mundial de los Migrantes y Refugiados de 2020, monseñor Jurkovič señala que al igual que los migrantes y los refugiados, “las personas desplazadas no son meros números o estadísticas: son personas humanas, con historias, sufrimientos y aspiraciones personales”.

Y ha aclarado: “Sufrimiento agravado para quienes, entre ellos, tienen una discapacidad que encuentra dificultades aún mayores para acceder a la información y la asistencia humanitaria «con las consiguientes desigualdades y mayores riesgos para su protección”.

De este modo, el prelado considera fundamental tener en cuenta también las necesidades de los discapacitados, de modo que se garantice su seguridad y se promueva su plena participación en la vida de las sociedades de acogida, como se recomienda en las “Orientaciones pastorales sobre los desplazados internos” preparadas por el Dicasterio Vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Así, ha llamado a trabajar con ese fin a los Estados, para preparar más mecanismos de coordinación y mandatos más claros “basados en los principios de que todas las personas, independientemente de su situación migratoria, deben poder permanecer en sus tierras en paz y seguridad sin amenaza de desplazamiento”.

 

Consejo de Derechos Humanos

Hasta el 17 de julio, se celebra en Ginebra la 44ª sesión del Consejo para los Derechos Humanos. Este organismo tiene no menos de tres períodos ordinarios de sesiones por año, para un total de al menos 10 semanas. Se llevará a cabo en marzo (cuatro semanas), junio (tres semanas) y septiembre (tres semanas).

Si un tercio de los Estados miembros lo solicita, el Consejo de Derechos Humanos puede decidir en cualquier momento para celebrar un período extraordinario de sesiones para abordar las violaciones de los derechos humanos y las emergencias.

 

 

 

 

Cardenal Turkson reconoce retos inherentes al considerar las “secuelas” de COVID-19

En declaraciones a ‘zenit’

julio 10, 2020 11:24

Testimonios

(zenit – 10 julio 2020).- Aunque reconoce que hablar de las “secuelas” de la COVID-19 está resultando más complejo y difícil de lo que parecía en un principio, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson considera que lo que estamos aprendiendo de los países que han aplanado la curva de contagio puede enseñar valiosas lecciones a otros a nivel mundial.

Al mismo tiempo, reconoce que las futuras reacciones de cada país ante el virus serán diferentes, sobre todo porque la investigación de la vacuna está en marcha.

Así lo expresó el prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral y presidente de la Comisión Vaticana para la COVID-19 a zenit durante la conferencia de prensa sobre “Preparar el futuro, construir la paz en el tiempo de la Covid-19”, celebrada con algunos periodistas acreditados en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el 7 de julio de 2020 a las 11:30 horas.

Como de costumbre, la Oficina de Prensa tomó la temperatura de cada periodista con máscara al entrar, proporcionó desinfectante y estableció canales para entrar y salir de la sala. La prensa acreditada por el Vaticano (y el personal de la Oficina de Prensa) precisaba llevar mascarillas y sentarse en asientos designados, socialmente distanciados. El micrófono para hacer preguntas también fue desinfectado después de cada pregunta.

Junto con el cardenal Turkson intervinieron la hermana Alessandra Smerilli, coordinadora del Grupo de Trabajo de Economía de la Comisión Vaticana para la COVID-19 y profesora de Economía Política en la Facultad Pontificia de Ciencias de la Educación Auxilium y el Dr. Alessio Pecorario, coordinador del Grupo de Trabajo de Seguridad de la Comisión Vaticana para la COVID-19 y funcionario del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral.

Dirigiéndose al cardenal Turkson, la edición inglesa de zenit señaló que en una entrevista inicial que hizo en el Vaticano cuando la Comisión COVID-19 fue instituida por el Papa Francisco, subrayó que “debemos considerar las secuelas de la COVID-19, para que no estar desprevenidos”.

Recordando estas palabras, zenit preguntó cómo -dada la posibilidad de que se produzcan segundas olas en algunos países, y cómo otros aún no tienen el virus bajo control- la Comisión puede hablar efectivamente de las “secuelas” del coronavirus.

“Es difícil”, contestó el cardenal Turkson a zenit.

“Como sabéis, el virus viaja a diferentes velocidades. En Italia, no solo hemos aplanado la curva, sino que está en descenso, por lo que prácticamente Italia ya no aparece en los titulares”.

“Ahora, los titulares”, expresó el cardenal, “son los Estados Unidos (EE.UU.), ni siquiera Nueva York, ahora son sobre Texas y Florida. También los vemos sobre el Amazonas… Brasil…”.

Diferentes países, reconoció el prefecto del Vaticano, están teniendo “diferentes experiencias” del virus ahora, después de reflexionar sobre cómo viajó: “China, en Wuhan… Luego pasó a Italia, luego a otros países de Europa. España. Luego a Nueva York”, apuntó, remarcando que allí otros estados de EE.UU. están teniendo mucho contagio, como Florida, Texas, entre otros.

“Así que”, preguntó entonces: “¿podemos hablar de ‘post’-COVID? ¿Cuándo podremos decir que la COVID ha terminado, y estamos tratando con un período post-COVID?”.

“Claramente, un período ‘Post-COVID’”, afirmó, “sería una experiencia igual a como ha sido la de COVID, es decir, una que ocurre en diferentes momentos, en diferentes países…”.

Pero la experiencia, subrayó el prelado ghanés, no será la misma, especialmente porque la investigación de la vacuna continúa y algunos países presumiblemente crearán una vacuna tan pronto como sea factible

Destacando las diferentes experiencias de país a país, de lugar a lugar, el líder de la Comisión COVID-19 destacó: “estamos viendo un caso. [Y] siempre que tenemos un caso, sabemos lo que estamos mirando, sabemos el impacto en la atención sanitaria, el impacto en el empleo, el impacto en la economía…”.

Siendo estos los fenómenos comunes en todo el mundo, subrayó que centrándose en ellos, “apuntando a los diferentes fenómenos”, son capaces de predecir mejor lo que sucederá bajo ciertas condiciones.

“Habiendo preparado esa investigación y los resultados para un caso”, explicó, “pueden aplicarse a otros casos, una vez que tengan esa misma experiencia”.

En su discurso, el cardenal Turkson dijo que la Iglesia apoya firmemente los proyectos de construcción de la paz que son esenciales para que las comunidades en conflicto y post-conflicto respondan al coronavirus.

Recordando que el Papa Francisco, el pasado noviembre en Nagasaki, expresó que debemos “romper el clima de desconfianza” y evitar la “erosión del multilateralismo”. En este sentido, el cardenal destacó que “en interés de construir una paz sostenible, debemos fomentar una ‘cultura del encuentro’ en la que hombres y mujeres se descubran unos a otros como miembros de una familia humana, compartiendo la misma creencia”.

“Solidaridad. Confianza. Encuentro. Bien común. No violencia”, enumeró, añadiendo: “Creemos que estos son los fundamentos de la seguridad humana real”.

El purpurado también indicó que “acoge con satisfacción” el reciente respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU a un alto el fuego mundial.

“No podemos luchar contra la pandemia si estamos luchando o preparándonos para luchar, unos contra otros”, dijo, marcando: “¡También celebro el respaldo de 170 países al llamamiento de la ONU para silenciar las armas! Pero una cosa es llamar o respaldar una declaración de cese al fuego, otra cosa es implementarla”, lo cual, según él, requiere “congelar la producción y el comercio de armas”.

“Ahora, más que nunca”, continuó el cardenal Turkson, “es el momento de que las naciones del mundo pasen de la seguridad nacional por medios militares a la seguridad humana como principal preocupación de la política y las relaciones internacionales. Ahora es el momento de que la comunidad internacional y la Iglesia desarrollen planes audaces e imaginativos para una acción colectiva acorde con la magnitud de esta crisis”.

La conferencia de prensa fue transmitida en vivo en el canal de YouTube de Vatican News.

A continuación, sigue la traducción proporcionada por el Vaticano del discurso del cardenal Turkson:

***

 

Intervención del cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson

Como todos sabemos, nos enfrentamos a una de las peores crisis humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial. Mientras el mundo toma medidas de emergencia para hacer frente a una pandemia y a una recesión económica mundiales, ambas reforzadas por una emergencia climática global, también debemos considerar las consecuencias para la paz de estas crisis interconectadas. La Comisión Vaticana para el COVID-19, especialmente a través del Grupo de Trabajo sobre Seguridad y Economía, ha analizado algunas de estas implicaciones. Permítanme destacar las siguientes:

Mientras que hoy en día se dedican sumas sin precedentes a gastos militares (incluyendo los grandes programas de modernización nuclear), los enfermos, los pobres, los marginados, y las víctimas de los conflictos son afectados tremendamente por la crisis actual. Las crisis interconectadas (salud, socio-economía y ecología) están ampliando la brecha no sólo entre los ricos y los pobres, sino también entre las zonas de paz, prosperidad y justicia ambiental y las zonas de conflicto, privación y devastación ecológica.

No puede haber curación sin paz. La reducción de los conflictos es la única posibilidad de reducir las injusticias y las desigualdades. La violencia armada y los conflictos y la pobreza están absolutamente vinculados en un ciclo que impide la paz, fomenta los abusos contra los derechos humanos y obstaculiza el desarrollo.

Celebro el reciente respaldo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a un alto el fuego mundial (1). No podemos luchar contra la pandemia si estamos luchando, o preparándonos para luchar, unos contra otros. ¡También celebro el apoyo de 170 países al llamamiento de las Naciones Unidas para que callen las armas! (2).  Pero una cosa es lanzar o apoyar una declaración de alto el fuego, otra cosa es ponerla en práctica. Para ello, necesitamos congelar la producción y el comercio de armas.

Las actuales crisis interconectadas que he mencionado (salud, socio-economía y ecología) demuestran la urgente necesidad de una globalización de la solidaridad que refleje nuestra interdependencia mundial. En las dos últimas décadas, la estabilidad y la seguridad internacionales se han deteriorado (3).  Parece que la amistad política y la concordia internacional son cada vez menos el bien supremo que las naciones desean y por el  que están dispuestas a comprometerse.

Lamentablemente, en lugar de estar unidos para el bien común frente a una amenaza  que no conoce fronteras, muchos líderes están ahondando las divisiones internacionales e internas. En este sentido, la pandemia, con los fallecimientos y otras  consecuencias sanitarias, la recesión económica y los conflictos, representa la tormenta perfecta. Necesitamos un liderazgo mundial que pueda reconstruir los lazos de unidad y al mismo tiempo rechazar el argumento de los chivos expiatorios, la recriminación mutua, el nacionalismo chovinista, el aislacionismo y otras formas de egoísmo. Como dijo el Papa Francisco el pasado noviembre en Nagasaki, debemos «romper el clima de desconfianza» y evitar la «erosión del multilateralismo» (4). En aras de la construcción de una paz sostenible, debemos fomentar una «cultura del encuentro» en la que hombres y mujeres se descubran unos a otros como miembros de una familia humana, compartiendo la misma creencia. Solidaridad. Confianza. Encuentro. Bien común. No-violencia. Creemos que estos son los fundamentos de la seguridad humana actual.

La Iglesia apoya firmemente los proyectos de construcción de la paz que son esenciales para que las comunidades en conflicto y post-conflicto respondan a la COVID-19. Sin el control de las armas, es imposible garantizar la seguridad. Sin seguridad, las respuestas a la pandemia son incompletas.

La pandemia de COVID-19, la recesión económica y el cambio climático hacen cada vez más evidente la necesidad de dar prioridad a la paz positiva sobre las estrechas nociones de seguridad nacional. El Papa Juan XXIII señalaba ya la necesidad de esta transformación al redefinir la paz en términos de reconocimiento, respeto, salvaguardia y promoción de los derechos de la persona humana (Pacem in terris, 139). Ahora, más que nunca, es el momento de que las naciones del mundo pasen de la seguridad nacional por medios militares a la seguridad humana como principal preocupación de la política y las relaciones internacionales. Ahora es el momento de que la comunidad internacional y la Iglesia elaboren planes audaces e imaginativos para una acción colectiva acorde con la magnitud de esta crisis. Ahora es el momento de construir un mundo que refleje mejor un enfoque verdaderamente integral de la paz, el desarrollo humano y la ecología.

 

¡Gracias!

 

 

(1)https://news.un.org/en/story/2020/07/1067552

(2) https://news.un.org/en/story/2020/06/1066982

(3) https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2019/09/27/190927b.html

(4) http://www.vatican.va/content/francesco/es/discursos/2019/noviembrer/documentos/papa- francesco_20191124_mensaje-armasnucleres-nagasaki.html

 

 

 

 

Coronavirus: Nigeria, Sierra Leona, Ecuador y Bolivia reciben ayuda del Fondo para las misiones

Se viven situaciones dramáticas

julio 10, 2020 13:09

Iglesia y Mundo

(zenit – 10 julio 2020).- Diócesis de países como Nigeria, Sierra Leona, Ecuador y Bolivia han recibido ayuda del Fondo de emergencia en las Obras Misionales Pontificias creado por el Papa Francisco para apoyar a la Iglesia en tierras de misión ante la emergencia del coronavirus,

Así informa la agencia de noticias misionera Fides en una nota en la que se indica que en muchas diócesis de territorios de misión, a las graves consecuencias de la pandemia de COVID-19, de naturaleza sanitaria, social y económica, se han sumado a situaciones ya dramáticas.

 

Nigeria

Tal es el caso de las diócesis nigerianas, que, efectivamente han solicitado ayuda de dicho Fondo de Emergencia. De acuerdo a la citada fuente, en la arquidiócesis de Kaduna el grave impacto del coronavirus ha aumentado el sufrimiento de la población, ya afectada por los ataques terroristas a las comunidades cristianas que han provocado muertos, heridos y numerosos desplazados internos, así como un clima general de miedo.

Los niños pobres y los vulnerables buscan refugio en las parroquias, pero los sacerdotes no tienen los medios materiales para sostenerlos, ya que sin las celebraciones eucarísticas ni siquiera cuentan con las colectas para su sustento diario.

De este modo, la ayuda enviada por el Fondo servirá para sostener a los trabajadores pastorales y al personal empleado en las parroquias, así como a comprar los kits de protección sanitarios necesarios para hacer frente a la pandemia.

De hecho, en el último mes ha habido un aumento de contagios, pues muchas personas en la región rechazan el confinamiento y el cumplimiento de las normas de prevención debido a la alta tasa de analfabetismo.

 

Terrorismo

En los últimos años, la diócesis de Maiduguri también ha sufrido graves daños por los ataques de grupos terroristas en Boko Haram que destruyeron alrededor de 300 iglesias y centros pastorales, centros de salud y escuelas, dejando muertos y heridos a su paso, además de causar numerosos desplazados.

En este territorio existe una gran cantidad de viudas, huérfanos y desplazados internos, de los cuales se ocupa la diócesis, que ahora se encuentra a dificultades aún mayores causadas por la pandemia. Por lo tanto, se necesita ayuda para el personal diocesano, el personal médico, los sacerdotes que ayudan a las comunidades en las áreas más remotas y para la compra de material de protección sanitario.

 

Aislamiento

Osogbo, diócesis rural joven creada en 1995, normalmente obtiene los principales medios de sustento, para sus actividades y para los trabajadores pastorales, de las colectas de la Misa dominical y de otras ofrendas que provienen de la generosidad de los fieles.

Dado que el aislamiento ha cerrado las iglesias y ha detenido las actividades pastorales, la diócesis ha tratado de reducir o eliminar los gastos. No obstante, sigue precisando colaboración externa para garantizar un apoyo mínimo a los trabajadores pastorales y a las comunidades religiosas.

La diócesis de Ilorin, por su parte, cubre igualmente un área rural en su mayoría musulmana, donde los católicos son solo el 4%. Casi todos ellos son campesinos, agricultores, pequeños comerciantes, con un bajo nivel de educación e incluso analfabetos.

Por tanto, las consecuencias del aislamiento hacen especialmente difícil garantizar el apoyo a los trabajadores pastorales, que se dedican generosamente a ayudar y proclamar el Evangelio.

 

Sierra Leona

De acuerdo al citado comunicado, los fieles de la arquidiócesis de Freetown, en Sierra Leona, como los de todas las regiones en las que se ha decretado el cierre de las iglesias, en los últimos tiempos solo han podido participar en la Misa a través de las retransmisiones de radio e Internet.

De este modo, los cristianos que no han podido reunirse tampoco han podido proporcionar apoyo a sus sacerdotes, religiosos y catequistas dedicados a la promoción humana y la proclamación del Evangelio.

En particular, en esta arquidiócesis necesitan apoyo para las escuelas administradas por la Iglesia, que llevan a cabo un importante trabajo de formación y educación para las generaciones más jóvenes.

 

Ecuador y Bolivia

Según Fides, en América Latina también existen circunscripciones eclesiásticas confiadas al Dicasterio Misionero donde la Iglesia aún no está lo suficientemente desarrollada debido a las situaciones sociales y económicas locales.

En particular, el Fondo de Emergencia para las misiones ha enviado ayuda al Vicariato Apostólico de Puyo, Ecuador, que se utilizará para sostener el servicio sanitario para la población amazónica, y al Vicariato Apostólico de Beni, Bolivia, una de las áreas más afectadas por el coronavirus.

Además del peligro constante de enfermarse, esta población sufre por la falta de recursos económicos. La Iglesia distribuye alimentos y medicinas a las familias más necesitadas, al mismo tiempo que comparte un momento de oración con ellos, siempre en el respeto de las normas de seguridad sanitaria, explica la nota.

 

 

 

 

Red Eclesial Panamazómica lanza serie documental sobre ‘Querida Amazonia’

Disponible el primer episodio

julio 10, 2020 17:18

Arte y Cultura
Iglesia Local

(zenit – 10 julio 2020).- Querida Amazonía: Los sueños del papa Francisco para la Panamazonía es el título de la nueva serie documental promovida por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en colaboración con Verbo Filmes.

Esta propuesta audiovisual, que pretende reflexionar sobre la exhortación apostólica post-sinodal “Querida Amazonía” de Francisco ya ha presentado el primer episodio que presenta “el sueño social del obispo de Roma para la región y sus pueblos”, informa la propia REPAM en un comunicado.

En el documento post-sinodal, el Santo Padre escribe, entre otras cosas: “Sueño con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida”.

 

Participación de los indígenas

Según la nota, esta iniciativa de producción de documentales desea “tratar de llevar a la vida, de seguir soñando con el Papa Francisco”. En el primer documental, titulado Un sueño social, que se ha estrenado en los últimos días, han participado indígenas, agricultores, comunidades fluviales, personas de origen africano y pastores.

Catorce personas, des seis países de la Amazonía (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) grabaron sus reflexiones: siete mujeres y siete hombres.

 

El proceso sinodal continúa

“Aún en medio de tiempos tan difíciles”, la REPAM invita “a mirar nuestra Casa Común, ver cómo la hemos dañado, destruido, ultrajado; pero también reconocer todas las posibilidades que todavía tenemos de salvarla”.

Por otra parte, este organismo recuerda que, tras haber tenido el privilegio de escuchar miles de testimonios del Amazonas durante el proceso de discernimiento, todos compartieron sus deseos, sus penas y sus esperanzas en la misión de la Iglesia en el territorio.

“Esta navegación es una invitación a mirar todas estas propuestas y hacernos cargo de ellas, porque el Sínodo no ha terminado. El proceso sinodal continúa y depende de ti, de cada uno y cada una, llevarlo a la vida. ¡Esto apenas comienza!”, concluye la nota.

 

 

 

 

 

 

 

Lecturas de verano: ‘Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto’

Libro de Fernando de Haro

julio 10, 2020 11:13

Arte y Cultura

(zenit – 3 julio 2020).- Este viernes retomamos la sección Lecturas de verano de la mano de Pablo Ortiz Soto, graduado en Humanidades, profesor y crítico literario (@portizs – @letraherido), quien hoy nos recomienda el libro Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto, de Ediciones Encuentro, escrito por el periodista Fernando de Haro.

El 9 de abril de 2017, festividad del Domingo de Ramos, el adjetivo “copto” entró a formar parte del vocabulario occidental tras el brutal doble atentado yihadista en las Iglesias coptas de Alejandría y Tanta que dejó la terrible cifra de 44 muertos y centenares de heridos. Un mes después, el 26 de mayo, otro ataque contra la comunidad copta causaba 28 víctimas mortales y una veintena de heridos tras ser acribillado el autobús en el que viajaban cuando se dirigían hacia el monasterio egipcio de San Samuel.

Estos atentados tan solo son los últimos de una larga y sangrienta lista contra esta minoría cristiana del Medio Oriente, y que en Egipto representa el 10% de la población (unos 9 millones). Pero, ¿quiénes son los coptos y por qué están siendo masacrados? Si quieren responder a esta pregunta es muy recomendable la lectura del libro Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto (Ediciones Encuentro), del periodista Fernando de Haro: “Los han matado porque los coptos son el testimonio más nítido de que el cristianismo y el islam pueden vivir juntos y el Estado Islámico quiere eliminar eso que ellos consideran una ‘anomalía’”.

Al más puro estilo de los libros de viajes (con descripciones, reflexiones e impresiones sobre los lugares que visita), acompañamos al autor en su viaje por Egipto con el propósito de comprender las razones por las que esta minoría que profesa el cristianismo, y que siempre ha vivido en paz y en comunión con otras religiones, está siendo perseguida en su tierra; además de descubrir su origen, historia, tradiciones y costumbres: “Desde el comienzo de la segunda guerra de Iraq, cada vez nos atacan más -explica el monje. Los islamistas radicales nos consideran como a vosotros. Piensan que Estados Unidos y Europa son tierras cristianas y que están en contra del islam. Nosotros somos cristianos y, por eso, somos una expresión de la civilización occidental. Como no pueden ir a Estados Unidos o a Europa a atacaros a vosotros, nos atacan a nosotros. Lo hacen desde la época de Iraq y de Afganistán, desde la época de Bush”.

A lo largo de los once capítulos en los que se divide el libro, Haro nos dibuja la situación de la comunidad copta, sus raíces, su presente y su futuro a través de multitud de voces que van desde entrevistas a importantes personalidades (como el patriarca Ibrahim Isaac Sidrak o el gran imán y rector de la Universidad de Al-Azhar), hasta encuentros personales con ciudadanos que se va encontrando por el camino (un ingeniero, un funcionario-espía del gobierno, un comunista musulmán y una activista que luchan por la consecución de los derechos humanos o, entre otras personas, varios monjes y misioneros que llevan años ayudando a los más pobres de todas las creencias).

Testimonios que se intercalan en el relato con apuntes históricos (para matizar ideas, acontecimientos o explicar mejor los argumentos) y descripciones, recuerdos, vivencias e impresiones del periodista que hacen que el lector viva las dificultades que rodean al autor, sienta el sufrimiento de los coptos, se asombre ante su inquebrantable fe pese al dolor y al martirio, y vea, toque y hasta perciba el olor de la riqueza multicultural de este país milenario: “la luna creciente y la cruz están juntas. […] lleva la cabeza bien alta, eres egipcio”.

De este modo, además de todo lo comentado, también ahondaremos en la reciente historia del país para comprender el conflicto y la violencia desencadenada contra esta minoría, la situación del resto de la población, las causas y las consecuencias de la Primavera árabe en la región, las gravísimas equivocaciones de Occidente en Oriente Próximo, la verdadera cara de los Hermanos Musulmanes o, entre otros temas que encontrarán sumergiéndose en la lectura, el gran trabajo que está llevando a cabo Ahmed el-Tayeb para recordar la identidad egipcia y conseguir un Estado verdaderamente democrático.

En definitiva, gracias a esta obra descubriremos por qué en la actualidad, como afirma el autor, “Egipto no es Egipto” y cómo, por este motivo principal, miles de cristianos árabes están siendo discriminados y asesinados en la tierra de los faraones. Su tierra. Por todo esto, si han escuchado hablar en los medios de comunicación sobre los cristianos coptos y tienen curiosidad por saber quiénes son, cuál es su origen y cuáles son las razones por las que están siendo perseguidos; o si buscan conocer aún más lo que está ocurriendo en esta parte del planeta y su repercusión en el mundo, esta obra es una magnífica oportunidad para responder a sus inquietudes.

 

FICHA TÉCNICA:

Título: Coptos. Viaje al encuentro de los mártires de Egipto

Autor: Fernando de Haro

Editorial: Encuentro

Páginas: 200

Precio: 15 €

 

 

 

 

Academia de Ciencias Sociales: El Papa nombra miembro a Pedro Morandé Court

Y a otros dos profesores

julio 10, 2020 13:40

Ciudad del Vaticano

(zenit – 10 julio 2020).- El Papa Francisco ha nombrado miembro ordinario de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales a Pedro Morandé Court, profesor emérito de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Chile), ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede hoy, 10 de julio de 2020.

Igualmente, ha nombrado miembro ordinario de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales profesor Mario Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo (Italia).

Del mismo modo, el Santo Padre ha nombrado miembro ordinario de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales a Kokunre Adetokunbo Agbontaen Eghafona, profesora de Sociología y Antropología de la Universidad de Benin (Nigeria).

 

Academia Pontificia de Ciencias Sociales

La Academia Pontificia de Ciencias Sociales tiene por objeto promover el estudio y el progreso de las ciencias sociales, económicas, políticas y jurídicas, ofreciendo a la Iglesia los elementos que puede utilizar en el estudio y el desarrollo de su doctrina social.

La Academia reflexiona también sobre la aplicación de esa doctrina en la sociedad contemporánea.

 

Profesor Pedro Morandé Court

Nació en Santiago de Chile el 3 de agosto de 1948. Es licenciado en Sociología por la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) y doctor en Sociología por la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nuremberg (Alemania).

En la UC fue profesor titular y luego jefe del Departamento de Sociología, pro-Rector, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y actualmente es profesor emérito.

Se especializó en Sociología de la Cultura y de la Religión y en Sociología de la Familia, con especial atención al pueblo latinoamericano y a su historia social. Ha publicado numerosos artículos sobre la familia y la identidad cultural de América Latina.

 

Profesor Mario Draghi

Nacido en Roma el 13 de septiembre de 1947, se graduó en Política Económica en la Universidad La Sapienza y obtuvo su doctorado en Economía en el Massachussetts Institute of Technology.

En 1981 pasó a ser profesor titular de Economía y Política Monetaria en la Facultad Cesare Alfieri de la Universidad de Florencia. Fue director ejecutivo del Banco Mundial y más tarde director general del Ministerio del Tesoro del Gobierno italiano.

También ejerció como gobernador del Banco de Italia de 2005 a 2011 y presidente de la Junta de Estabilidad Financiera de 2006 a 2011, cuando se convirtió en presidente del Banco Central Europeo hasta 2019.

Es miembro del Consejo de Administración del Institute for Advanced Study (IAS) y del Grupo de los Treinta (G30) y autor de numerosas publicaciones, con contribuciones que van desde la macroeconomía hasta la economía internacional y la política monetaria.

 

Profesora  Kokunre Adetokunbo Agbontaen Eghafona

La profesora Kokunre Adetokunbo Agbontaen Eghafona nació el 1 de octubre de 1959 en Londres (Gran Bretaña). Estudió en la Universidad de Benin, en Benin City (Nigeria), obteniendo una licenciatura en Historia y luego un máster en Artes.

También obtuvo un máster científico en Arqueología y Antropología de la Universidad de Ibadan, (Nigeria). En la Universidad de Benin ha sido profesora del Departamento de Sociología y Antropología; senior lecturer, profesora adjunta y profesora titular.

También ha ocupado varios puestos administrativos, entre ellos: jefa del Departamento de Sociología y Antropología y directora de programas a tiempo parcial.

Ha sido responsable del desarrollo sostenible en el marco de la Red de Soluciones Sostenibles de las Naciones Unidas y es autora de numerosas publicaciones académicas. Sus actuales actividades científicas incluyen medidas para combatir la trata de personas en Nigeria.

 

 

 

 

Bioética: Estudio confirma que edición genética de embriones aún no es segura

Observatorio de Bioética – Universidad Católica de Valencia

julio 10, 2020 10:00

Análisis

(zenit – 10 julio 2020).- Un equipo de Kathy Niakan, pionero en la edición genética de embriones en Reino Unido, ha confirmado que estas técnicas no están listas para ser llevadas a la clínica debido a importantes problemas de seguridad aún sin resolver.

Desde que en 2015 se aplicara por primera vez en embriones humanos la novedosa técnica de edición genética CRISPR (ver AQUÍ), en diferentes países se han puesto en marcha distintas líneas de investigación sobre edición genética embrionaria, y en España se autorizó el primer estudio de este tipo recientemente (ver AQUÍ). Los resultados de dichas investigaciones coinciden en señalar que la herramienta produce efectos colaterales no deseados en el genoma, por lo que la comunidad científica internacional está de acuerdo es que aún no es el momento de llevar esta práctica a la clínica para implantar los embriones modificados en mujeres y dar lugar a bebés (ver más AQUÍ). A pesar de ello, de todos es sabido lo ocurrido en noviembre de 2018 en China, donde el científico He Jiankui actuó en contra de este consenso y nacieron los primeros bebés modificados genéticamente (ver AQUÍ).

Ahora, un artículo publicado en el servidor online bioRxiv viene a confirmar que los problemas de seguridad persisten. La investigadora principal del trabajo es Kathy Niakan, cuyo equipo, del Instituto Francis Crick de Londres, fue el primero en obtener permiso en Reino Unido para llevar a cabo este tipo de experiencias (ver AQUÍ).

Estos investigadores han utilizado la herramienta CRISPR en embriones humanos que habían sido donados para investigación, con el objetivo de estudiar las bases genéticas de las primeras etapas del desarrollo humano (en concreto estudiaban la función del gen POU5F1). Al analizar los embriones editados, encontraron que muchos de ellos contenían ediciones no deseadas importantes, que podrían conducir a graves consecuencias en los individuos modificados.

Así, los autores del mencionado artículo concluyen: “Nuestro trabajo subraya la importancia de una mayor investigación básica para evaluar la seguridad de las técnicas de edición del genoma en embriones humanos, lo que informará los debates sobre el posible uso clínico de esta tecnología.”

 

Conclusión

Estamos de acuerdo en que los resultados de las investigaciones no avalan la aplicación de la edición genética de embriones en la clínica. No obstante, somos contrarios a que el avance en este campo se sustente en la experimentación con miles de embriones humanos que después son destruidos. El ser humano de ningún modo puede constituir un modelo de experimentación.

 

 

 

 

San Benito de Nursia, 11 de julio

Abad, patriarca del monacato occidental

julio 10, 2020 09:00

Testimonios

 

“Abad, patriarca del monacato occidental. Redactor de la Regula monasteriorum, punto de referencia ineludible para la vida monacal que la ha tenido como norma durante más de 1500 años. Proclamado Patrón de Europa por Pablo VI

“Nada absolutamente antepongan a Cristo, el cual nos lleve a todos juntamente a la vida eterna”, consignó en el cap. 72 de su regla este gran santo. El Libro Segundo de los Diálogos, que san Gregorio Magno redactó unos cuarenta años después de la muerte de Benito, es el texto del que acostumbran a extraerse los datos de su vida. Pero este relato no es una biografía al uso; se limita a exponer hechos prodigiosos, que debieron narrar a Gregorio en el momento en que se hallaba redactando los Diálogos estos dos abades: Constantino sucesor de Benito en Montecassino, y Honorato, que presidía la comunidad de Subiaco. A Gregorio le interesó destacar la santidad de este patriarca del monacato occidental, y no tanto el discurrir cronológico de los hechos.

Benito nació en Nursia, Italia, hacia el año 480 en el seno de una familia de patricios. En su juventud cursó en Roma derecho, retórica y filosofía. En esa época dio otro rumbo a su existencia radicalmente opuesto al que llevaba: se había contaminado, en cierto modo, de la vida licenciosa de otros jóvenes coetáneos. Su hermana Escolástica le precedió en su consagración. Él comenzó retirándose a Enfide (Affile en la actualidad) para iniciar una experiencia eremítica signada por la oración, estudio, ascesis y penitencia, que ya no abandonaría. Tras veinte años de soledad, eligió el monte Subiaco para seguir retirado del mundo. Durante tres años habitó en una cueva bajo la guía de Romano, un ermitaño que moraba en otra oquedad cercana; éste le impondría el hábito monástico.

La siguiente etapa le llevó a convivir con los monjes de Vicovaro, quienes le eligieron sustituto del prior fallecido. Al parecer, las exigencias de la regla impuesta por Benito no fueron de su agrado, y tomaron el áspero camino de la venganza. Se quisieron desembarazar de él mediante una pócima venenosa que echaron en su vaso, pero cuando estaba a punto de beberlo, éste se quebró en pedazos.

Benito quedó consternado. Retornó a Subiaco con la idea de fundar nuevos monasterios y dio inicio al primero de ellos con el grupo de jóvenes que se congregó en torno a él. A éste le siguieron otros difuminados por la región. Al saberse objeto de envidia de monjes vecinos, abandonó el lugar para establecerse en Montecassino. Allí erigió otra abadía el año 529, y redactó hacia el 540 su conocida Regula monasteriorum (regla de los monasterios), fruto de su acrisolada experiencia monástica, punto de referencia ineludible para la vida monacal que la ha tenido como norma durante más de 1500 años. Su unánime aceptación ha sido la artífice del título otorgado a Benito como “patriarca del monacato occidental”. El hecho de estar fundamentada en las Sagradas Escrituras y en la tradición de la Iglesia ha contribuido a que mantenga su frescura inicial. En ella no se atisba la inducción a extremadas penitencias, sino la exhortación a una vida cimentada en los pilares de la consagración: humildad, obediencia y abnegación. Al tiempo, realza la hospitalidad característica del monacato y subraya el valor incalculable del estudio. El objetivo primordial: la santidad de vida guiada por el “ora et labora”. El santo abad quería conducir a todos “a Dios por el trabajo de la obediencia, de la que habían salido por la pereza de la desobediencia”. La vivencia de la caridad, y la pobreza, siempre con un espíritu de fraternal y gozoso servicio por amor a Dios, ejercido en silencio, irían moldeando el discurrir de todos.

Benito fue agraciado con dones diversos, entre otros, el de milagros y el de profecía; era un dechado de virtudes. En su regla se aprecian muchas de ellas a través del perfil que trazó sobre la figura del abad, destacando el rigor que debe caracterizarle y la responsabilidad que encarna. En el primer capítulo de la misma hizo notar: “El abad debe acordarse siempre de lo que es, debe recordar el nombre que lleva, y saber que a quien más se le confía, más se le exige. Y sepa qué difícil y ardua es la tarea que toma: regir almas y servir los temperamentos de muchos, pues con unos debe emplear halagos, reprensiones con otros, y con otros consejos. Deberá conformarse y adaptarse a todos según su condición e inteligencia, de modo que no sólo no padezca detrimento la grey que le ha sido confiada, sino que él pueda alegrarse con el crecimiento del buen rebaño”. Personalmente contribuyó sin descanso a ese incremento de vocaciones al que aludía. Desde Montecassino impulsó la creación de nuevos monasterios, auténticos bastiones de fe y cultura en los que se formaron incontables monjes dando lance en esos momentos a una época caracterizada por una profunda crisis espiritual.

Su hermana santa Escolástica, que compartió con él similar vocación al monacato, moraba con su comunidad en las estribaciones de Montecassino. Acostumbrados a compartir sus altos ideales, ambos se veían semanalmente de forma puntual. Al final del día, Benito regresaba al monasterio con los monjes que le acompañaban. Pero en una ocasión, Escolástica le rogó que se quedase hasta el día siguiente. El cumplimiento de la petición no entraba en los planes de Benito, riguroso observante de su regla. Se propuso partir desoyendo el ruego de su hermana, cuando una súbita tempestad le obligó a permanecer junto a ella. Viéndose sorprendido por esta contingencia meteorológica, que apareció de improviso, reconvino a Escolástica haciéndole “culpable” de la misma. Ella, paciente y animosa, replicó con ternura que al ver rechazada su petición, elevó sus ruegos a Dios y Él la escuchó. Poco tiempo después, su alma volaba al cielo, y su hermano, en un éxtasis, contemplaba su ingreso en la gloria eterna. Benito no tardó mucho en seguirla. Vaticinó su muerte que se produjo el 21 de marzo de 547, pocos días después de la de su santa hermana. Fue canonizado por Honorio III en 1220. Pablo VI lo proclamó Patrón de Europa en 1964 con la carta apostólica “Pacis nuntius”.