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¿Podemos sanar de las heridas familiares?

 

"Una amiga mía va a lugares donde le ofrecen curar las heridas de su familia. Vuelve bastante alterada", se preocupa una internauta.

 

 

 

17 ene 2022, 17:00 | La respuesta de Michel Souchon, jesuita, La Croix


 

 

 

 

 

 

Un proverbio judío dice: "Los padres comieron uvas verdes, y a los hijos les rechinaron los dientes". Jeremías (31,29) y Ezequiel (18,2) insisten en la responsabilidad personal y hablan en contra de esta idea. Tienen razón. Sin embargo, hay un peso de la herencia. Las personas están marcadas por una historia familiar que provoca sufrimiento y ansiedad.

 

Psicología o espiritualidad

De esta observación nació una práctica que combina la psicoterapia y la espiritualidad. Esta práctica, descrita por el médico escocés Kenneth McAll (Guide to Healing the Family Tree, 1999), se utiliza en "Eucaristías para la curación espiritual de las familias", jornadas o incluso sesiones en las que se invita a los participantes a volver a las "heridas" de su pasado familiar. La comunidad carismática de las Bienaventuranzas, en particular, ofrece este tipo de sesiones de oración y ha publicado un método de oración para la curación del árbol genealógico.

 

Reconciliarse con los difuntos

Rezar por los miembros fallecidos de la propia familia, pidiendo perdón al Señor por ellos, es una práctica espiritual justa y buena. Cuando se propone como método psicoterapéutico, es aconsejable, creo, dedicarse a él con precaución: ¿quién lo propone? ¿Para qué resultados? Quizás lo más importante es no pedir perdón por los fallecidos de nuestra familia. Más bien, se trata de reconciliarse con ellos.

Parafraseando las palabras del decálogo: "Honrarás a tu padre y a tu madre", el padre Maurice Bellet escribe: "Dejarás a tu padre y a tu madre, irás lo suficientemente lejos para reconocerlos como son, muy parecidos a lo que tú eres, y para darles gratitud por haberte dado la vida. Porque aunque no te dieran nada más, y aunque no te quisieran y desearan -o te transmitieran su maldad y su miseria- te dieron la vida; algo más allá de ellos y de mí pasó a ellos, y naciste tú, que sin ellos no serías. Así te reconciliarás, quizás a un gran precio, con ellos".