Iglesia-Estado

 

El Obispado, ante el traslado de la Cruz del Ribalta en Castellón: “improcedente y sin diálogo”

 

Destaca su oposición constante y el deseo de que se conserve la Cruz adecuadamente

 

 

 

12/08/22 | Javier Arnal


 

 

 

 

 

Tal como publicó Religión Confidencial el pasado miércoles 3 de agosto, el ayuntamiento de Castellón valló el 2 de agosto la zona próxima a la Cruz del Parque Ribalta, para comenzar la retirada al día siguiente, en medio de una gran tensión entre los vecinos, y con concentraciones ese día 3 de agosto a favor y en contra de la retirada.

Es una actuación que Compromís ha considerado importante en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, y así lo ha manifestado desde que gobierna en el consistorio, junto con socialistas y Unidas Podemos.

 

Retraso y más polémica en la retirada de la Cruz

Sin embargo, el miércoles 3 de agosto no comenzó la retirada de la Cruz. Entre los vecinos se ha extendido la impresión de que “no se atreven a quitarla”. Y se quitaron las vallas.

Según ha sabido este digital, el retraso se debe a una medida cautelar y una recusación que se ha presentado contra el juez que ha valorado los diversos recursos sobre la retirada de la Cruz, y “el ayuntamiento no quiere pillarse los dedos”.

Además, se ha denunciado a la concejala responsable de la retirada por contratar para el derribo de la Cruz a una empresa fantasma con sede social ficticia, en referencia a Solaris Purgaret, “una empresa recién creada, que no tiene registrada ninguna actividad, con impagos y registrada en una dirección falsa”, según han precisado a Religión Confidencial fuentes conocedoras del proceso.

“Según se consideren inhábiles o no judicialmente los días de agosto, el ayuntamiento tardará más o menos en contestar, pero su decisión de retirarla es firme”, han expuesto fuentes del proceso a este digital.

 

El Obispado reitera su postura contraria

Ante la inminente retirada de la Cruz por parte del ayuntamiento, el Obispado de la diócesis de Segorbe-Castellón, ha enviado un comunicado clarificador.

En escrito dirigido al Sr. Obispo de fecha 21 de mayo de 2021, la Regidora de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Castelló comunica a este Obispado la voluntad municipal de proceder a la retirada del monumento a los caídos del Parque Ribalta y la cruz que preside el mismo. En el mismo escrito, la Sra. Concejala solicita “conocer la voluntad respecto de la cruz latina del citado monumento”, empieza el comunicado.

A continuación, expresa que con fecha 27 de mayo de 2021, el Vicario general de la Diócesis en respuesta al escrito de la Sra. Concejala, expone las razones religiosas, históricas y culturales por las que este Obispado estima “totalmente improcedente la retirada del monumento del Parque Ribalta y la Cruz en él existente, tal como tiene previsto el Ayuntamiento de la ciudad”.

 

Preservar el carácter religioso de la Cruz

Y continúa: El 25 de junio de 2021, el Vicario general se reunió con la Sra. Concejala de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Castelló. En esta reunión, la Sra. Concejala manifestó la decisión municipal de desmontar el conjunto de la Cruz del Parque Ribalta y propone al Obispado hacerse cargo de la misma. Ante esta decisión inamovible del Ayuntamiento, sin opción de negociación, el Vicario general manifiesta “la disponibilidad de acoger la Cruz latina en un ámbito diocesano para así mantener el carácter religioso de la misma y conservarla adecuadamente”.

Así mismo, subraya que “desde el momento de esta decisión el Obispado ha pensado la mejor ubicación para la Cruz y la Delegación diocesana de Patrimonio se ha encargado de la preparación del lugar donde va a ser colocada”, de modo que  el ayuntamiento de Castellón, a través de sus servicios técnicos, ha comunicado el traslado inminente de la Cruz a su nueva ubicación, la parroquia de Santo Tomás de Villanueva, en Castellón.

Y concluye de modo taxativo que “desde el primer momento en que se hizo público el deseo del Excmo. Ayuntamiento de retirar la Cruz del Ribalta, este Obispado se ha posicionado en contra de esta acción. Con este gesto de aceptar la Cruz y colocarla en un espacio propio, preservamos el significado cristiano de la misma”.