Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas

Nº 967

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18 de ago. 2022

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: ESCUELA DE YOGA DE BUENOS AIRES

 

1. Argentina: 50 allanamientos policiales simultáneos desarticulan la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

2. La historia de Juan Percowicz, de 84 años, líder de la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

3. Tres décadas de investigación sobre una secta que contaba con importantes cómplices políticos.

4. Pablo Salum: toda una vida luchando contra la secta de la que salió en su adolescencia.

5. Los detenidos de la secta de Villa Crespo se niegan a declarar y piden la excarcelación.

6. El Gobierno de Argentina habla de “anulación de la voluntad” y “dependencia absoluta”.

7. El intento de huida de una de las dirigentes de la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

8. Así cuentan los vecinos de la secta de Buenos Aires el movimiento de personas en su sede.

9. El juez embarga los bienes de los 19 imputados de la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

10. Las grabaciones involucrarían a Plácido Domingo en las prácticas de prostitución de la secta.

 

 

1. Argentina: 50 allanamientos policiales simultáneos desarticulan la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

FUENTE: Clarín

 

 

Con el título “Explotación sexual, curas milagrosas y lavado de activos: megaoperativo en Villa Crespo para desbaratar una secta internacional”, el diario Clarín publicaba en la mañana del pasado 13 de agosto una de las primeras crónicas sobre esta importante noticia, firmada por Mariano Vidal, en la que se destacaba que la justicia desbarató una secta que funcionaba desde hace décadas en el país, y en la que se incautaron de más de 1 millón de dólares.

Con un megaoperativo que incluyó unos 50 allanamientos en simultáneo y 24 detenidos, la Policía Federal golpeó la noche anterior una secta internacional, acusada de reducir a las personas a la servidumbre, de trata, de explotación sexual y de lavado de activos, una práctica que llevaría más de tres décadas en el país. Se trata de la llamada Fundación Escuela de Yoga de Buenos Aires, que tenía su sede sobre la calle Estado de Israel al 4400, pero filiales incluso en Estados Unidos.

De acuerdo con la investigación que llevó adelante la justicia, la secta vendía una filosofía sobre terminar con “los males del SIDA y las drogas” y prometía “el desarrollo de la felicidad”, pantallas a partir de las cuales captaban a nuevos seguidores. Entre los 24 detenidos unos 19 serían integrantes de la banda criminal, incluyendo a toda la cúpula de la organización en el país. Están acusados de trata de personas agravada por coerción, hurto, lavado de activos, asociación ilícita, ejercicio ilegal de la medicina, expendio irregular de medicamentos y tráfico de influencias.

Además, se incautaron de más de un millón de dólares, casi 2 millones de pesos, libras esterlinas, euros, material pornográfico, juguetes sexuales, títulos de propiedad y una camioneta Ford Bronco en un operativo que se desarrolló en la sede central de Villa Crespo, en los barrios de Belgrano y Flores, un country de Zona Norte y también en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Allí cayeron tres miembros de la organización que se preparaban para salir del país a realizar una serie de supuestas curas a Estados Unidos, una práctica que era habitual. En los bolsos, de yapa, la Policía encontró pastillas y medicamentos que se preparaban para contrabandear.

Cómo funcionaba la organización

Según confirmaron fuentes judiciales a Clarín, la “Operación Secta Sociedad Anónima” comenzó hace casi un año por una denuncia de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), que recayó en el Juzgado Federal N°4, a cargo de Ariel Lijo. Allí comenzaron por investigar la firma BA Group, una consultora de coaching que se presentaba como “un espacio de aprendizaje filosófico sistematizado” apuntado a los objetivos del cliente, ya sean personas o empresas. Era una de las empresas detrás de la Escuela de Yoga, que tiene conexiones con el sector empresarial, de la salud e incluso de la política. La pesquisa encontró un funcionamiento macabro, que roza con la explotación e incluso con la esclavitud.

La Escuela se dedicaba a captar personas para, en algunos casos, incorporarlos a la organización y reducirlos a una situación de servidumbre. En otros casos, ofrecerles algunos de los tratamientos supuestamente médicos que hacen en sus clínicas. Ninguna estaba habilitada. Además de los fines recaudatorios, la clínica también captaba influencias que podían brindar cobertura para sus líderes. Se estima que unas 170 personas participaban de la organización, que tenía unos 1.500 alumnos.

Entre los supuestos tratamientos que se ofrecían, uno de los más perversos era la llamada “Cura del sueño”, un tratamiento que consistía en un mix de pastillas y de alcohol, que podía extenderse por varios días y tenía como objetivo adormecer y aturdir a las personas. Para los nuevos pacientes se vendía como un tratamiento para combatir adicciones a las drogas, que finalmente servía ─en muchos casos─ como una puerta de acceso para la captación dentro de la organización a través de la coerción.

Para los miembros que ya estaban dentro funcionaba a modo de castigo, una herramienta para quebrar la voluntad dejándolos empastillados por varios días. ¿El objetivo? Mantenerlos dentro de la organización. Estos tratamientos de sueño se brindaban en distintas sedes en la Capital y también en Estados Unidos y Uruguay. Sin embargo, los falsos médicos siempre insistían a los pacientes de todo el mundo a que vengan a tratarse a la sede central en Villa Crespo. El objetivo era poder aislarlos de sus familiares y comenzar las maniobras para captarlos y empezar a sacarles dinero.

Otra de las prácticas más aberrantes era la explotación sexual hacia las alumnas que estaban dentro de la secta. Es que según consta en la investigación, se las enviaba a buscar hombres con mucha plata, o que tengan algún cargo o puesto influyente, que pueda servir a los fines de la organización. Las enviaban a moverse en un circuito que incluía bares y lobbys de hoteles.

De acuerdo con la investigación, las ganancias obtenidas de la explotación de todas las personas captadas luego ingresaban al circuito legal mediante una serie de pantallas creadas en el extranjero. Incluso tenían un “banquito” propio, con el que planeaban comprar un edificio por casi un millón y medio de dólares en el corto plazo, de acuerdo con las escuchas telefónicas. Los miembros de la secta pagaban una membresía mensual, que se denominaba “ceremonial”. También recaudaban de las distintas charlas, clases de lectura, capacitaciones y otro tipo de actividades, Muchas de ellas fueron contratadas por empresas y también por organismos estatales, provinciales y municipales.

Otra fuente de financiación fueron los inmuebles, a través de la transferencia de propiedades por parte de los miembros captados, que se desprendían de sus bienes bajo el influjo de los líderes de la organización. En 1996 uno de los líderes de la organización había sido procesado por “hurto calificado” por desvalijar la casa de uno de los miembros al morir.

 

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2. La historia de Juan Percowicz, de 84 años, líder de la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

FUENTE: Infobae

 

 

Juan Percowicz, jubilado en los papeles y afiliado a la obra social del PAMI, se hacía llamar “El Maestro” o “El Ángel”. Con 84 años quedó detenido en el marco de 50 allanamientos realizados la madrugada del 13 de agosto por la Policía Federal como el líder de una organización internacional dedicada a la trata de personas que operaba desde el barrio de Villa Crespo, y que contaba con una sede en Estados de Unidos, según leemos en Infobae. La secta de Percowicz prometía “mejoras espirituales” para captar a sus víctimas, y reducirlas a la servidumbre o, en algunos casos, ofrecer servicios sexuales a “personas de poder”. No es la primera vez que Percowicz está acusado por este tipo de delitos; el hombre es un viejo conocido para los investigadores: cuenta con causas desde 1993.

La primera vez que quedó en el foco de la Justicia fue justamente ese año, cuando se abrió una investigación contra la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA) que “El Ángel” lideraba. Las acusaciones eran similares a las que tiene que enfrentar ahora. Captación de víctimas para su explotación sexual bajo el cuento espiritual. En ese momento, la causa pasó tres jueces y finalmente le dictaron falta de mérito.

Unos años después, en 1996, Percowicz terminó procesado por hurto calificado y con un embargo de 150.000 pesos. El juez Roberto Murature, a cargo de la investigación, en ese momento consideró que Percowicz desvalijó, junto con su hijo, el departamento de la psicóloga y vicepresidenta de la Fundación, Susana Schiavi, después de que ésta murió en un accidente de tránsito. También, el hombre fue denunciado en otras oportunidades por el fundador de la Red LibreMentes y promotor de una ley antisectas, Pablo Salum.

Así pasaron los años hasta que el 13 de agosto, otra vez, los detectives del Departamento de Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA lo arrestaron en uno de sus domicilios ubicado en el country Barrio Santa Clara, en la localidad bonaerense de Benavidez. En el operativo, los detectives comprobaron que Percowicz era millonario y vivía rodeado de lujos. Los policías secuestraron dólares y medallas de oro. Incluso, una camioneta Ford Bronco de alta gama con un valor de mercado cercano a los 9 millones de pesos.

Aunque no sólo él estaba involucrado en la operatoria. En los allanamientos detuvieron a otros 23 sospechosos. Algunos de ellos fueron capturados a punto de fugarse en el aeropuerto de Ezeiza: como la detenida Marcela Sorkin, una pieza clave en el perverso entramado que conducía “El Ángel”. El expediente quedó en manos de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) y del Juzgado Federal Nº4, cuyo titular es el juez Ariel Lijo, quien libró órdenes de captura internacional para otros miembros de la banda que se encuentran prófugos.

La investigación contra Percowicz es compleja. “El Ángel” ahora está acusado de captar a sus víctimas con promesas exóticas como terminar con “los males del SIDA y las drogas” y “buscar el desarrollo de la felicidad”. También ofrecía tratamientos “médicos” que hacían en sus “clínicas”, con el propósito fundamental de obtener dinero, influencias y “coberturas” para sus líderes. Otra de las maniobras que realizaba era la que consistía en ser “curas de sueño”. No era otra cosa más que drogar a los “fieles” de la organización y a otras personas captadas en el extranjero para dormirlos durante días como una forma de castigo en el primer caso y un supuesto tratamiento contra las drogas para los otros. Así, los incorporaba a la organización y lograba reducirlos a una situación de servidumbre.

Una de las formas que Percowicz tenía para atraer era en la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA). Allí, captaba víctima y las introducía a su sistema de puntajes y jerarquías. Para concretar sus engaños y reclutar víctimas, la organización criminal poseía una estructura interna en la que prometía “evolucionar” y luego “reencarnar” en alguno de su insólita jerarquía: el líder, “maestro” o “ángel” (nivel 7); “Apóstoles, (nivel 6); el nivel 5 con los “genios”; nivel 4 de los “alumnos” y los niveles 3, 2, 1, que serían los “humanos comunes”. Desde la EYBA, “El Ángel” utilizaba a sus adeptas para el ofrecimiento de relaciones sexuales a personalidades poderosas, como el caso de artista internacional, que según indicaron quedó expuesto en escuchas telefónicas.

Además de la captación de víctimas y los servicios que ofrecían, la PFA descubrió el sofisticado método para blanquear el dinero que obtenían. Las ganancias de la explotación de todas estas personas —”alumnos” de la EYBA y los “pacientes” de la clínica denominada “CMI ABASTO”— presuntamente ingresaron al circuito legal mediante inmobiliarias y una escribanía que tiene la organización en el país, además de distintas fundaciones creadas en Estados Unidos. Esto último les generaba un flujo constante de divisas extranjeras, cuya cara pública y legal para ese fin era la empresa BA GROUP. Según indicaron las fuentes del caso, la investigación contó con la colaboración del Bureu of Diplomatic Security de la Embajada de los Estados Unidos.

De los 24 detenidos, este medio obtuvo la identidad de 19. De esos, 10 son hombres, incluido el líder. Se trata de Mariano Krawickz (57), Gustavo Aníbal Rena, Mario Alberto Leonardo (62), Luis Mario Romero (50), Carlos Walter Barragán, un hombre de 60 años que fue campeón mundial de magia, Daniel Eloy Aguilar (60), Daniel Fryd Trepat, Federico David Sisrro y Horacio Vesce. En cuanto a las mujeres, la PFA arrestó a Giorgi María del Carmen (64), Georgina Hirschfel (52), de nacionalidad venezolana, Susana Medelevich (75), Alicia Arata (62), Silvia Herrero (70), Marcela Agüello, Ruth Viviana London, Susana Barneix y Marcela Alejandra Sorkin.

Después de los allanamientos, se reveló el detalle de lo incautado. Según se observa, sorprende por lo cuantioso y por el valor para la investigación. Incautaron una cifra millonaria en distintas monedas, camionetas de lujo, videos porno sado, objetos de valor y computadoras. Se estima que la cantidad de “alumnos” ascendería a 170 personas aproximadamente en Argentina y otro tanto en Estados Unidos, quienes aportaban una cuota mensual en dólares, a la que denominan “ceremonial”.

De igual forma, contaban también con unos 1500 víctimas captados por la firma BA GROUP, a las que les cobraban por impartirles capacitaciones “evolutivas” y clases de lectura. Asimismo, realizaron distintas jornadas que estaban dirigidas a organismos estatales, consejos profesionales, organizaciones con o sin fines de lucro, emprendedores y al público en general. Ahora, “El Ángel” espera encerrado en un calabozo que sea llamado a declarar por la larga listas de delitos que se le imputaron.

 

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3. Tres décadas de investigación sobre una secta que contaba con importantes cómplices políticos.

FUENTE: Varios medios

 

 

En 1993, la Escuela de Yoga de Buenos Aires comenzó a ser investigada. A lo largo de seis años, la causa pasó por tres jueces: Mariano Bergés, que se excusó después de que los acusados promovieran su juicio político, Roberto Murature, y Julio Corvalán de la Colina. La Justicia sostuvo que no había méritos para procesar ni para sobreseer a los imputados por los delitos de estafa, hurto y abuso de mayores por los que fueron investigados, aunque la causa siguió abierta por el delito de reducción a la servidumbre, según informa Gabriela Origlia en La Nación.

El caso se reactivó en 1999, cuando Corvalán de la Colina admitió como querellantes a los padres de dos alumnas de la Escuela de Yoga, María Verónica Cané y María Valeria Llamas. El juez había decretado la incapacidad de las jóvenes y dio un nuevo impulso a la investigación, lo que hizo redoblar la presión sobre la EYBA. Sin embargo, la causa no avanzó.

Al cabo de un trámite con muchas alternativas controversiales –incluida una carta que, en mayo de 1999, un grupo de 28 congresistas norteamericanos envió al entonces presidente, Carlos Menem, para denunciar supuestas violaciones de los derechos humanos y hostigamientos judiciales en contra de Percowicz y otros miembros de la EYBA, y una carta enviada en 2002 al gobierno del expresidente Eduardo Duhalde por el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y otras connotadas figuras del arco de las organizaciones de DDHH argentinas–, la causa comenzó a languidecer, a pesar de que el expediente atesoraba fuertes declaraciones, como la de Pablo Salum.

Una entrevista al juez primero

Mariano Bergés (60) llevaba apenas unos meses como juez de Instrucción de Capital Federal cuando una joven de 24 años llamada Valeria Llamas denunció que su padrastro, Rodolfo Sommariva, la había golpeado, acosado y privado de su libertad. Eran fines de 1993. Parecía un caso fuerte, pero no muy distinto de otros que se ven en la Justicia penal. No resultó así. Detrás de esa historia había un complejo entramado de dinero, misticismo y sexo, tal como explica Virginia Messi en el diario Clarín.

Un entramado que ahora reapareció después de casi 30 años con la detención del contador Juan Percowicz (84), líder de la Fundación Escuela Yoga, en el barrio de Villa Crespo. Bergés por entonces tenía 32 años, pero ya llevaba más de una década trajinando la carrera judicial. Pronto se encontraría con que la denuncia de Llamas tenía una contra denuncia: Sommariva sostuvo que a su hijastra le había lavado el cerebro y corrompido sexualmente por el líder de lo que calificó como una secta.

Era pleno menemismo. La causa “Escuela Yoga” arrancó y progresó al punto de que el líder de la organización, Juan Percowicz, fue detenido e indagado y terminó procesado, en 1995. Los delitos: estafa, corrupción de menores, de mayores y promoción de la prostitución. El caso fue un escándalo porque Percowicz tenía muchos contactos en el Gobierno y también en organismos de derechos humanos de Estados Unidos que presionaron pidiendo por su liberación. Alegaban que se estaban violando los derechos humanos de él y sus seguidores. Finalmente la investigación con él pasó de juez en juez y languideció.

“Las mismas personas que investigamos hace 30 años”

Hoy, casi 30 años después, Bergés aun recuerda las presiones qué él y los empleados del juzgado sufrieron durante el trámite de la investigación, de la que finalmente se apartó en octubre de 1995. “Los seguidores de Percowicz llegaban a las 7.30 de la mañana al Palacio de Tribunales y se paraban en la puerta de mi despacho, en el tercer piso. Montaban guardias durante horas, tiraban como unos polvillos cuando uno pasaba. Me recusaban todos los días y hasta tuve que ir a la Cámara de Diputados a dar explicaciones de mi trabajo”, recuerda ahora Bergés en una charla con Clarín.

Los nombres de los ahora 24 detenidos durante los 50 allanamientos ordenados por el juez  federal Ariel Lijo son los mismos que aparecían en su expediente de 1993. Bergés -que se retiró de la Justicia en 2004- los repasa y todos están allí. Va nombre por nombre y recuerda cada circunstancia. “Es de locos, no lo puedo creer. Son todas las mismas personas que investigamos hace 30 años. Y, claro, ahora son gente muy mayor. Yo no sé qué habrá en esta causa de Lijo, pero cuando yo dejé el expediente todo el panorama ya estaba bastante claro. Se ve que se volvieron a armar”, comentó el ex juez.

Los “rituales” de los seguidores de Percowicz en los pasillos de los tribunales de Talcahuano se trasladaron al edificio de la calle Viamonte y Libertad, donde la Sala VI de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional tenía que resolver sobre el procesamiento dictado por Bergés. “Hoy sin duda podría decirse que trabajamos amenazados por esta gente. En aquella época tratamos de no darles demasiada importancia. Pero una vez discutí fuerte con quien era el presidente de la Corte, Carlos Fayt”, agrega Bergés.

- ¿Cómo lo recordás a Percowicz?

- Yo lo indagué diez días hábiles. Era un hombre de traje y corbata, porque era un contador, no parecía alguien espiritual ni nada de eso. Yo siempre traté de encarar el caso fuera del tema religioso. Eran claramente estafas. Lo que sí este hombre tenía un séquito de mujeres muy marcado. Era una defensa cerrada. Todos tenían que protegerlo a él. Lo que recuerdo perfectamente es que se desesperaban cuando aparecía el tema plata en el medio.

- Por ejemplo...

- Mirá, la sede estaba en la calle Estado de Israel, la compraron varios seguidores de este hombre y luego se lo cedieron a él. Recuerdo que hacíamos las escuchas telefónicas con la Policía Federal porque yo no confiaba en la SIDE. Las traía dos veces por semana Néstor Roncaglia, que terminó siendo jefe de la Federal años después. Ahí hablaban de “operativo rapiña” por los bienes de una mujer que era una seguidora y había muerto. Para mí, más que una cuestión esotérica era una gran estafa. Yo fui cuidadoso con la libertad de la gente, no lo encaré como una secta.

- Pero además procesaste por corrupción de mayores y menores.

- Sí, y me acuerdo que a mí me recusaron infinidad de veces. Como en ese momento no había Consejo de la Magistratura, la denuncia por juicio político era ante la Cámara de Diputados. Yo iba solo y recuerdo claramente que una de las personas que me, me, me...

- ¿Apretaban?

- Bueno sí, apretaban, eran Carlos Soria, el papá del actual ministro de Justicia; Nicolás Becerra, que luego sería Procurador y una diputada, Marcela Durrieu. Y ella me preguntaba cómo era posible corromper a personas mayores de edad. Yo tenía que dar una explicación que no había que darla, pero bueno...

- Y ahora la Justicia vuelve sobre la Escuela Yoga: ¿qué pensás?

- Yo lo que leo es que hay como 24 detenidos y cuando veo los nombres son los mismos. Es como que no lo puedo creer. Porque además veo que, por ejemplo, aparece uno que era músico, que ya en mi época estaba captado. ¿Cómo puede ser que sean los mismos? Yo no lo puedo creer. A mí me quedó la impresión de que cuando la allanamos la habíamos desarticulado, pero se ve que se rearmaron. Volvieron. Aprovechan las miserias humanas.

- Acá están luego de casi 30 años.

- Y... era gente con muchos vínculos políticos. Yo recuerdo una discusión fuerte que tuve con Carlos Fayt, que era presidente de la Corte. Había una eximición de prisión que habían planteado por el hijo de Percowicz que estaba prófugo. Me llamó Fayt porque lo habían apretado... bueno lo habían llamado. Él, Fayt, tenía muchos vínculos con organizaciones internacionales. A mí me mandaban faxes permanentemente, me aparecían a la mañana cuando llegaba al despacho.

- Yo recuerdo que había como guardias de gente de la Escuela Yoga.

- Estábamos en una esquina en el tercer piso del Palacio. Ellos hacían algo que ellos llamaban macumbas. Tiraban unos polvitos ahí en la puerta del juzgado y llegaban 7.30 de la mañana. Siempre había una o dos personas paraditas y miraban quién entraba en el juzgado. Algunos se pasaban 10 horas en el pasillo. En ese entonces eran otras épocas, no les decíamos “amenazas”. Hoy los hubiéramos metido en cana directamente.

Bergés la recuerda como una causa dura. “Allanábamos y nos encontrábamos con gente que nos decía ‘acá estamos doctor, captadas por la fundación’. Era como que te jodían, te cargaban. Era un tema difícil de abordar”, dice Bergés y cuenta que un ex empleado de él lo llamó este fin de semana para decirle: “Se ve que estábamos bien encaminados. Porque en esas épocas lo menos que nos decían era que estábamos locos”.

 

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4. Pablo Salum: toda una vida luchando contra la secta de la que salió en su adolescencia.

FUENTE: Varios medios

 

 

Para el activista Pablo Salum, la caída de la secta fue un momento que esperó toda una vida, según explicaba la mañana siguiente de la operación policial Mariano Vidal en Clarín. Su caso es paradigmático: su familia fue una de las primeras en ser cooptada por la organización. Él pudo escapar cuando tenía 13 años, pero se fue solo: adentro quedó su mamá y su hermana. Desde entonces, emprendió una cruzada personal por denunciar lo que allí pasaba.

Fue uno de los principales testigos en un juicio que se inició contra la secta en la década del 90, que finalmente terminó en la nada. Desde entonces fundó la ONG LibreMentes y milita activamente en redes sociales para combatir distintas sectas, falsos líderes espirituales y otros gurúes que ofrecen curas milagrosas. La noticia de la caída de la secta lo agarró trabajando: Estaba en un streaming denunciando otra organización. “Pasé de tener una familia hermosa, pasé a no tener nada. Nos dejaron totalmente destruidos”, señaló el pasado 13 de agosto en una charla con TN.

“Tengo 30 años de lucha en esto. Acá está el nene al que le arruinaste la vida, había perdido la esperanza de tener justicia. Este es el final que estaba esperando para mi historia. Me encantaría que mi familia sepa que los estoy esperando”, cerró. Es ahora la justicia quien tiene en sus manos la historia de Pablo y otras víctimas.

“Luego de escaparme con 14 años del infierno de esta organización coercitiva #Secta Tratante y pederasta, no daban 2 pesos por mí. El líder decía que sería un delincuente y que me moriría pronto... aquí estoy “Maestro” más fuerte que nunca, ahí te deje pegados unos lindos carteles”, tuiteó Salum en septiembre de 2021, tal como recordaba estos días Minuto Uno.

El primer niño en la secta

Pablo Salum, víctima y denunciante de esta organización criminal, dio su testimonio en TN, como ya se ha indicado antes. El joven relató que fue el primer niño captado por la secta cuando tenía 8 años y pasó su infancia en el lugar. “La primera reunión que fuimos éramos 4 personas, yo fui el primer niño en ser captado. Luego fue creciendo rápidamente y éramos más de mil personas”, cuenta.

Salum relata que al principio era una escuela de filosofía, de cultura New Age, donde se practicaba yoga y a dónde su madre acudió por un problema de salud. Sin embargo, a medida que el lugar fue creciendo y empezó a tener más adeptos, la captación y el sometimiento fue empeorando. “Pasé de tener una familia hermosa, pasé a no tener nada. Nos dejaron totalmente destruido”, señala. “Juan Percovich y su hijo Marcelo Guerra, encargados de la organización, captaron a políticos, famosos, gente de los derechos humanos, con lo cual está probado en la causa anterior, intercambiaban favores sexuales con gente de la organización, entre ellas mi mamá y mi hermana”, señala Salum.

En su testimonio, relata el horror que le tocó vivir: “Los nenes era obligados a tener relaciones sexuales con adultos y con sus propios padres”. Pablo fue el primer niño que logró escapar y denunciar lo que estaba sucediendo en esta secta llamada “Escuela de Yoga”. Las primeras denuncias que realizó fue entre 1991 y 1992. Sin embargo, dice que estas denuncias quedaron en la nada.

“Muchos padres murieron en la lucha”

Pablo Salum tenía 14 años cuando hizo la primera denuncia sobre las aberraciones que se escondían detrás de la actividad de la Escuela de Yoga de Buenos Aires, la secta desbaratada en un megaoperativo que la Superintendencia de Investigaciones Federales bautizó “Secta Sociedad Anónima”. Sabe quiénes son muchos de los 19 detenidos y de los cinco sobre los cuales pesan pedidos de captura internacional como integrantes de la organización con base en la Argentina, pero que también operaba en Estados Unidos. Lo cuenta Gabriela Origlia en La Nación.

Hoy Salum tiene 44 años y, en diálogo con La Nación, asegura que no sólo carga con su propia historia, con haber perdido a su familia, que fue captada por esa organización, con haber pasado parte de su infancia. “Es, también, el dolor de ver a padres que perdieron a sus hijos allí; muchos de los detenidos ahora eran niños cuando ingresaron. Muchos padres murieron en la lucha, sin poder recuperarlos. No hay peor dolor que el que te roben un hijo”.

Hace un año –con 30 de lucha a sus espaldas– Salum hizo una nueva denuncia: “Pasaron tantos años que esto alguna vez tenía que llegar, pero para la Justicia yo ya no existo. Aporté testimonios, sumé pruebas, pero yo no existo porque aquella causa ya fue juzgada. Me siento violado; soy una de las víctimas”. Es que la causa contra Percowicz y los capos de la Escuela de Yoga de Buenos Aires que él presentó cuando logró escapar de su yugo, en 1993, fue cerrada hace años.

Tenía ocho años cuando su madre, por un problema de salud, se acercó lo que en ese entonces era una escuela de filosofía, de yoga, de cultura New Age. Era la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA). Dos clientas del negocio que tenía la familia le contaron de la entidad y Carmen Graciela Alarcón fue. Lo llevó a Pablo, que era el menor de sus tres hijos, con los que, entonces, vivía en el barrio de Núñez.

“Le prometían sanarse; la ciencia no les encontraba respuesta a los problemas de mi mamá”, dice. Recuerda que fue el primer niño en ingresar. En la primera reunión eran cinco personas. “El grupo fue creciendo rápido –sigue–. Sumaban a la familia porque decían que todos tenían energía negativa, que había que seguir al líder para limpiarse. Porque si no te podías enfermar, pasarla mal, morir”. La familia pasó de vivir en Núñez a estar en un departamento de la organización. Andrea y Germán, los hermanos mayores de Pablo, también quedaron captados. Él no tiene más relación con su familia. “Quedaron allí. Destruyeron a mi familia. Las víctimas terminan siendo victimarios”, sintetiza.

Repasa que él mismo llegó a tener “alumnos” y que su madre fue “ascendiendo” y también teniendo a otras personas a cargo. “Éramos más de 1000, y los primeros fuimos subiendo de categoría”, en una pirámide perversa. Salum señala que Juan Percowicz, líder de la organización, se hacía llamar “el ángel” y sostenía que “había sido enviado a sumar 1000 ángeles más para salvar a la humanidad”.

Percowicz le planteaba a su madre que en “en vez de estar” con su pareja [el padrastro de Salum, que también había llegado a formar parte de la EYBA] “tenía que estar con otro”; que “no tenía que seguir en su trabajo porque era algo menor y ella era una ‘líder’”. Y así comenzó la desarticulación de la familia; incluso le obligó a regalar una mascota que tenía desde muy chico.

Dinero y sexo

Salum detalla que les daban “tareas”, como “generar dinero”, y que, además, pedían poner en marcha el “coacheado”, que implicaba sumar a otra gente, como en las estafas piramidales, o el “geishado” o “palomeo”, que era, lisa y llanamente, ofrecer mujeres para actividades sexuales. A todo eso le agregaban el “chacra sexual”, que implicaba ir “contra todo lo que nos habían enseñado en el afuera”. “¿Cómo te diste cuenta de que la situación era anómala?”, pregunta La Nación. “Cuando empezó a circular material pornográfico; cuando veíamos que había sexo. A esa edad, yo era chico, rechazaba todo eso, me daba asco”.

“Todos se saludaban con un beso en la boca; había manoseos, se los obligaba a realizar orgías con fotos del líder detrás”, detalla. “Hubo casos en los que se ordenó que los hijos tuvieran relaciones sexuales con sus padres”, añade. Amigos que Salum tenía le contaban que habían tenido que hacer esa “tarea”. “Vi a mi mamá y a mi hermana, que tendría unos 22 años, ser esclavas sexuales; a mi hermana la usaban para seducir a los más grandes, a los poderosos –enfatiza–. Nadie me lo contó. Lo vi yo, de primera mano. Como era hijo de una ‘jerarquía’, por mi casa pasaban las fotos, los videos. Verlas me afectó mucho”.

Salum asegura que Percowicz y su hijastro Marcelo Guerra sumaron a “gente conocida, a empresarios, a políticos” de los primeros años de la década del 90, los tiempos del menemismo. Pero cuando llegó a la adolescencia, él se espantó. “Yo era chico, pero tenía vida de grande. No iba al colegio”, apunta. “Me empezaron a decir que me ponía ‘rebelde’ porque no quería aceptar los lineamientos del líder –añade–. Mi familia apoyaba los castigos; me sacaron la comida, no me compraban ropa. No tenía a nadie que me apoyara; estaba solo”.

En la desesperación, robó uno de los sobres con dinero que los integrantes de la secta estaban obligados a entregar. Su madre le contó al líder, quien le pidió que llevara a Salum a una reunión donde tuvo que confesar públicamente lo que había hecho. Le pegaron adelante de su madre y lo llevaron a trabajar limpiando azulejos en la sede central de la organización, en la propiedad de Estado de Israel 4457.

Ante su negativa de volver, su madre avisó al líder. “Mandaron abogados a decirme que me llevarían a un internado; ante la negativa, al día siguiente mi hermano, que era morrudo, me llevó a la rastra al edificio a donde vivían los de la organización para que trabajara gratis en la cocina”. Se escapó en un descuido; corrió diez cuadras, como si escapara del infierno. Llamó a su padre, que había formado otra familia y vivía en Lomas de Zamora. Él lo llevó a hacer la denuncia. “Fui el primer chico en entrar y el primero en escapar y denunciar –resume–. Me mandaron al hospital para constatar los golpes. Recuerdo todo eso: la falta de capacitación de los que me escuchaban... Se reían”.

En su twitter @leyantisectas (ese nombre también tienen su página web y su usuario de Facebook y de Instagram), Salum -que dedica su vida a pedir que el Estado avance en la lucha contra estas organizaciones y trabaja en desenmascararlas desde la organización Librementes, dijo en 2018 que el juez Mariano Berges “jamás había imaginado encontrarse a personas tan poderosas vinculadas a una secta pedófila: ministros del gobierno nacional, jueces, sindicalistas, todos expuestos”, y que “ahí las presiones comenzaron a circular”.

Añadió: “La secta movió sus contactos en EE.UU., donde tenía contactos poderosos, y lograron que el Congreso norteamericano envíe a varios congresistas a presionar para que cierren la causa; incluso su presidente, Bill Clinton, le envió un memo a Carlos Menem”. Después de un episodio en el que un grupo de familiares de víctimas increpó y agredió a Percowicz y a su esposa en un restaurante de Belgrano, varias organizaciones de derechos humanos se movilizaron para apoyarlo y pedir por él. “Acto seguido, el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, llama desesperado al comisario y se presenta en la comisaría exigiendo que liberen al ‘maestro’ pedófilo, el mismo que ordenaba que abusen de nosotros”, sumó Salum en su hilo de Twitter.

En diálogo con La Nación, Salum enfatizó que su lucha es “apartidaria; sin color político”. “No es intencional. Soy una víctima a la que le robaron su familia, su vida en una organización coercitiva. Y esa organización siguió operando impunemente con la complicidad de los poderosos; porque financian campañas, porque prestan lugares para reuniones, porque hacen votar a sus adeptos”. “Solo, sin medios, di una batalla desigual –sintetiza–. Perdí a mi familia. El Estado debe intervenir, debe asumir la responsabilidad de esta lucha”.

 

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5. Los detenidos de la secta de Villa Crespo se niegan a declarar y piden la excarcelación.

FUENTE: Perfil

 

 

En el avance de la causa conocida como la “Escuela de Yoga” de Villa Crespo, el pasado 15 de agosto los detenidos se negaron a declarar frente al juez Ariel Lijo. Además, los acusados pidieron sus respectivas excarcelaciones, mientras se los investiga por trata de personas, abuso sexual y ejercicio ilegal de la medicina, entre otros delitos. Según informa Perfil, se trata de diez varones y nueve mujeres. Los hombres fueron trasladados a los tribunales de Comodoro Py para ser indagados. Cuando el magistrado les preguntó si iban a prestar declaración, optaron por el derecho constitucional de no hacerlo.

La decisión fue confirmada a NA por el abogado particular de los imputados, el Dr. Federico Bossi Ballester. En ese sentido, se señaló que la actual investigación es similar a la que se llevó a cabo en la década de los 90, a cargo del entonces juez Mariano Bergés. También argumentaron que en aquel expediente todos fueron sobreseídos, pero ahora resultan nuevamente imputados por hechos de la misma naturaleza por los que la Justicia ya se pronunció. Incluso algunos de esos casos se remontarían al año 2004.

El letrado además indicó que el resto de los detenidos, las nueve mujeres, fueron llevadas más tarde a los tribunales del barrio porteño de Retiro. Allí utilizaron la misma estrategia: se negaron a emitir palabra y pidieron quedar en libertad. Entre los acusados se encuentra Juan Percowicz, un hombre de 84 años sindicado como el líder de esta presunta secta. Hace más de 20 años había quedado involucrado en un caso similar.

Los detenidos fueron apresados en unos 50 allanamientos que se vienen realizando desde el 12 de agosto a cargo de la Policía Federal Argentina (PFA), como consecuencia de una investigación ordenada por Lijo. De acuerdo con la información de la PFA, la organización utilizaba a sus miembros para el presunto ofrecimiento de relaciones sexuales a “personas de poder”. En tanto, el dinero conseguido por estos delitos ingresaba al circuito legal mediante inmobiliarias y una escribanía que pertenecen a la empresa BA Group.

Con la promesa de terminar con “los males del SIDA y las drogas” y el “desarrollo de la felicidad”, la escuela de yoga era una de las principales puertas de entrada a esta agrupación. En los procedimientos, a cargo del Departamento Trata de Personas de la mencionada fuerza de seguridad, fueron secuestrados automóviles, computadoras, teléfonos celulares, documentación y otros elementos de contenido sexual. También se incautaron cerca de 500.000 dólares. Los investigadores estiman que el modus operandi de la banda era captar personas bajo la fachada de la Escuela de Yoga de Buenos Aires y la clínica “CMI Abasto”. En un edificio ubicado en la calle Estado de Israel, fueron encontradas unas 66 personas que serían víctimas de la organización.

 

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6. El Gobierno de Argentina habla de “anulación de la voluntad” y “dependencia absoluta”.

FUENTE: Gobierno de Argentina

 

 

En los últimos días se realizaron una serie de allanamientos conjuntos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y el conurbano bonaerense en el marco de una operación contra una secta acusada de trata y explotación sexual y laboral. La cartera nacional participó a través del programa nacional de Rescate a Personas Damnificadas por el Delito de Trata (PNR), según informa el Gobierno de Argentina. Durante el operativo, denominado “Secta Sociedad Anónima”, se incautaron cerca de 500.000 dólares, títulos de propiedad, historias clínicas, material de pornografía infantil y se hallaron “cuartos para intercambio sexual”.

En la mayoría de los departamentos había gran cantidad de bebidas alcohólicas, preservativos y ropa de cama; también elementos que serían utilizados para prácticas sexuales sadomasoquistas. Los allanamientos se efectuaron en forma conjunta con la División Trata de Personas de Policía Federal, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX). El operativo contó con la colaboración del Bureau de Seguridad Diplomática (DDS).

La coordinadora del PNR, Zaida Gatti, relató que entre las personas halladas en los domicilios, algunas estaban desde “hace décadas rindiéndole culto al líder de la congregación, tiempo en que fue anulada su voluntad y autonomía” y explicó que a pesar de que las víctimas contaban con libertad ambulatoria, lo que se logra con este tipo de prácticas, es “obtener la dependencia absoluta”. Las entrevistas realizadas por profesionales del PNR permitieron conocer que muchas de las personas asistidas al momento de ser captadas fueron separadas de sus familias y que, incluso, algunas tuvieron hijos producto de las violaciones sufridas a lo largo del tiempo en el marco de la secta.

Puntualmente sobre la clínica clandestina ubicada en el barrio de Villa Crespo, el informe del PNR detalló que el lugar “contaba con habilitación para consultorio externo, pero no para internación; fue hallada una enorme cantidad de psicofármacos. Había consultorios de ginecología, cardiología y clínica en general” y una característica central que destaca el informe fue que “la distribución de algunas habitaciones era Consultorio-baño-habitación”.

El Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata del ministerio de Justicia y Derechos Humanos brinda asesoramiento técnico y apoyo psicológico y, desde el momento del allanamiento, el Programa interviene, conjuntamente con las Fuerzas de Seguridad Federales con el fin combatir y prevenir el delito, como así también acompaña a las víctimas hasta que se encuentren en condiciones de prestar declaración testimonial en sede judicial en articulación con el Programa de Testigos.

Durante el 2021 desde el Programa Nacional de Rescate se han rescatado y asistido a 1.337 víctimas a lo largo y ancho del país; y a su vez, en conjunto con las fuerzas de seguridad federales, el programa ha intervenido, en 2.067 casos y se han radicado 1.571 denuncias, por llamados recibidos a través de la línea 145.

En el marco de la lucha contra la Trata, en noviembre de 2021 el ministro Martín Soria puso en funcionamiento el Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata. Y en ese sentido, algunos días atrás se realizó la primera reparación a una víctima de trata a través del Fondo: es el caso de una mujer misionera, explotada en Santiago del Estero, que recibió una indemnización.

La reparación económica actualizada se obtuvo a partir del decomiso y venta del inmueble que era propiedad de la red de trata de personas que logró ser desbaratada por las autoridades judiciales. La puesta en marcha del Fondo de Asistencia Directa a Víctimas representa un hito de la Argentina en la lucha contra este delito aberrante: esta herramienta estaba previsto en la Ley 26.842 del año 2012, se formalizó a través del acuerdo entre el ministerio de Justicia y el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

 

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7. El intento de huida de una de las dirigentes de la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

FUENTE: Infobae

 

 

Son las 12.47 de este lunes (15 de agosto). Minutos atrás se negaba a declarar, ante el juez Ariel Lijo, Juan Percowicz, el líder de la secta Escuela de Yoga Buenos Aires allanada por vender la “evolución espiritual” y reducir a sus víctimas a la servidumbre mientras recaudaba 500.000 dólares por mes con un archivo de videos de porno sadomasoquista oculto en Villa Crespo. No fue el único que se llamó a silencio en los tribunales de Comodoro Py: todos los detenidos varones en la causa también se rehusaron a responder preguntas. Luego llegó el turno de que las detenidas enfrenten al juez. Hay una entre ellas que se destaca del resto. Es Marcela Alejandra Sorkin, 59 años. Su alias: “La Leona”. Lo cuenta Federico Fahsbender en Infobae.

La división de Trata de Personas de la PFA, que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales, la encontró en el aeropuerto internacional de Ezeiza horas antes del arresto del octogenario jefe. Las escuchas fueron una de las claves para atraparla. Se descubrió que intentaba viajar a Estados Unidos, donde se encuentra su hermano, también sospechado de ser miembro de la secta. Otros dos sospechosos la acompañaban. Llevaban 6.700 dólares, 300 blíster con pastillas, celulares, computadoras y documentos.

Según la Justicia, Sorkin figura con cierta prominencia en la línea de mando de la Escuela de Yoga. En base a la acusación del Juzgado N°4, con el secretario Martín Canero y la fiscal Alejandra Mángano, “La Leona” y el resto de los comandantes de la secta tenían “a su cargo los distintos ‘emprendimientos’ de esta organización”, como “el ‘coacheo’ -captación de nuevos alumnos-, el ‘geishado’ o ‘palomeo’ -explotación sexual-, la ‘cura de sueño’ -mecanismo de coerción- y el ‘banquito’ y otras inversiones -lavado de dinero-, cuyas gestiones son reportadas cotidianamente al líder”.

“La Leona”, creen investigadores del caso, tendría diversos roles en la organización, históricamente denunciada por Pablo Salum, fundador de la red LibreMentes e impulsor de una ley antisectas. Se sospecha que participaba del “geishado”, literalmente, prostituir a las mujeres víctimas de la secta con hombres ricos. Un pasaje en un escrito de la Justicia federal, con la investigación de la PROTEX, ilustra el fenómeno: “En algunos casos, esta práctica llegó a suponer una situación de esclavitud sexual, puesto que las ‘alumnas’ se encontraban a disposición de empresarios en el momento y lugar que ellos disponían durante largos periodos de tiempo; circunstancia que llegó a implicar traslados al exterior de varias ‘alumnas’ como si fueran un harén”. No es algo nuevo, para nada. Los Niños de Dios, allanados en Argentina a comienzos de los años 90, tenían la misma práctica. “Flirty fish”, la llamaban, el coqueteo del pez.

Curiosamente, Sorkin está registrada como docente en la AFIP. Esto se vincula a la otra acusación en su contra: regentear la bizarra escuela de coaching ontológico y autosuperación BA Group, con base en la calle Bulnes. Allí, por ejemplo, se encontró un lote de viejos VHS de cine porno sadomasoquista, más de una veintena de cintas que datan de comienzos de los años 90, con una serie de enigmáticos casetes.

BA Group era una suerte de puerta de entrada a la Escuela de Yoga. Con una retórica similar a Generación Zoe, ofrecía cursos de “liderazgo” y felicidad personal. Esos cursos también eran usados para maniobras de lavado, dar una apariencia lícita. Un informe policial revela que al menos 1700 personas pasaron por BA Group. La cartera de clientes de la escuela es otro punto oscuro en la historia. Federico Sisro, otro jerarca de la escuela, fue capturado en Ezeiza junto a Sorkin.

La historia de “La Leona” con el jefe Percowicz es larga. Ambos fueron demandados por daños y perjuicios en 2004, en un expediente que terminó archivado en la Justicia civil. Los registros consultados por Infobae muestran a la abogada Susana Barneix como su representante legal en esa vieja demanda. Barneix hoy es otra de las detenidas, acusada de ser parte del “estudio jurídico contable” de la secta. La imputación en su contra es particularmente siniestra: la Justicia federal sostiene que la letrada y otro cómplice confeccionaban a voluntad los testamentos de las víctimas de la organización con el apoyo de una escribanía. Barneix tiene como domicilio registrado ante el Colegio porteño de abogados un departamento en la calle Paraguay, la misma dirección que Sorkin registró ante la AFIP.

 

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8. Así cuentan los vecinos de la secta de Buenos Aires el movimiento de personas en su sede.

FUENTE: Clarín

 

 

En una recorrida de Clarín por el barrio, los vecinos de la secta de Villa Crespo contaron los extraños movimientos que se veían de madrugada. Otros expresaron su sorpresa, según explica la redactora Penélope Canonico. El pasado 12 de agosto, las cámaras de televisión revolucionaron la cotidianeidad de un lugar arraigado en sus propias costumbres. Todo sucedió en el barrio de Villa Crespo, cuando 50 allanamientos en simultáneo desbarataron una de las múltiples caras de una secta internacional que funcionaba en un edificio de la calle Estado de Israel 4457, bajo la pantalla de la Fundación Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA).

Los vecinos hablan de una puerta misteriosa y de movimientos extraños alrededor, pero la noticia dejó perplejo a más de uno. “Algo que a mis amigos les llamaba mucho la atención es que, cerca de las 3 de la madrugada, veían ingresar por la puerta de ese edificio a mujeres con poca ropa, como si estuvieran disfrazadas”, señala el empleado de una casa de comidas, mientras saca un cigarrillo del bolsillo para darle una pitada.

Según la investigación, la organización, que operaba desde la década del '90, incluye inmobiliarias, consultoras, financieras paralelas generaba ingresos de hasta 500.000 dólares al mes. Además, expandía sus negocios tanto en Argentina como en Estados Unidos. Clarín tocó los timbres de varios departamentos, pero en todos obtuvo la misma respuesta, teñida de un tono incómodo y nervioso: “No sé nada, disculpá”.

La fachada del centro de yoga donde operaba la organización que captaba a personas con la promesa de terminar con “los males del SIDA y las drogas” y el “desarrollo de la felicidad” está al lado de un supermercado chino. Sus dueños hablan poco español, pero una de las cajeras le dijo a este medio: “Lo poco que nos enteramos fue un montón. La gente de al lado es amable en el trato y por eso también nos impactó. Es duro saber que siempre haya un oportunista esperando aprovecharse del más vulnerable”.

El inmueble, donde operaba una de las principales puertas de entrada a la secta para captar a las víctimas, todavía luce “ocupado”. El centro de la puerta del vidrio está tapado con una especie de cartón, el interior iluminado y cada tanto se abren sus puertas. Sale una señora que carga una mesa de madera. Intenta esquivar la consulta de Clarín, sonríe y continúa su camino. Más tarde, aparece un joven de campera naranja que ignora por completo la pregunta, haciendo un gesto extraño para mostrar su disconformidad. Una camioneta roja permanece estacionada frente al ingreso y también se observan dos autos en doble fila.

Cecilia vive hace 27 años en el barrio de Villa Crespo y siempre sospechó de que algo andaba mal en esas “puertas misteriosas”. “Por lo que hablé con gente de la zona, se trataba de una secta de tráfico de personas, medicamentos y dinero. Incluso, un vecino averiguó que le robaban bienes a gente enferma ofreciéndoles curas milagrosas. Además, parece que funcionaba un prostíbulo”, señala tras interrumpir la charla con un grupo de amigos en la puerta de un bar.

Y sigue: “El edificio tiene dos entradas: una puerta de vidrio y una de madera. La primera creía que estaba destinada para uso del personal y en la segunda parecía que funcionaba una confitería clandestina, con invitación de ingreso, donde había chicas trabajando voluntariamente. Sólo se abre cuando golpeás o tocás el timbre. Allí se veía ir a gente específica”. “Tiempo atrás, gente del edificio de al lado vio salir de ahí a políticos. Lo llamativo era que nunca vimos movimientos de vecinos que entraran o salieran. Veíamos salir a chicas jóvenes, que asumimos eran prostituidas, y a señoras”, agrega.

Liderada por una especie de mesías autoproclamado al que llamaban “Maestro”, Juan Percowicz (84) pregonaba que su misión es ayudar a la humanidad formando seguidores. Está acusado de montar una estructura que incluía prostitución VIP, medicina ilegal y presunto lavado de activos. Bajo el nombre de BA Group, la organización criminal captaba adeptos desde la Escuela de Yoga de Buenos Aires para reducirlas a la servidumbre o, en algunos casos, ofrecer servicios sexuales a “personas de poder”.

Mientras acomoda los cubiertos de una mesa en la vereda, el recepcionista de un bar de la cuadra dice que nunca había notado nada extraño. “Sólo me llamaba la atención que siempre hubiera un hombre en la puerta tomando cerveza, escuchando música o lavando un auto. Es educado, pero parece como perdido en su propio mundo”, dice.

“Hace 25 años que vivo en este barrio y ese edificio siempre me resultó misterioso. Parecía que hacían yoga, pero no sé mucho más porque me voy de mi casa a las 7 y regreso a las 21”, dice un señor mayor mientras cierra con llaves la puerta de su casa para pasear a su perro. Varios vecinos aseguraron estar enfocados en su trabajo y no involucrarse con lo que pasa a su alrededor.

En la esquina, un joven espera que cambie la luz del semáforo para cruzar. Ante la consulta de este diario, vacila y asegura estar sorprendido por la situación. “El viernes, cuando volvía del trabajo, me encontré con todo cortado por el allanamiento y pensé que era un choque. Uno piensa que está lejos de estas cosas y estaba pasando a una cuadra de mi casa”.

“Llego, me meto en mi casa y sigo con lo mío. No me meto ni involucro con nadie”, remarca un señor mientras sale de su casa con ropa deportiva para comprar en el chino de la manzana. En la parada de la línea 99, un adulto mayor asegura que esa casa es misteriosa. “Siempre observé pocos y extraños movimientos. Alguien llama, espera, vuelve a golpear y le abren”, sostiene.

Cómo funcionaba la secta

La organización posee una estructura interna según la cual se puede “evolucionar” y luego “reencarnar”. El líder, autoproclamado “Maestro” o “El Ángel”, pertenece al nivel 7; sus secundantes, llamados “Apóstoles”, al 6; luego se encuentran los “Genios”; en el nivel 4, los “Alumnos”; y, por último, los niveles 1, 2 y 3 los “humanos comunes”. El modus operandi de esta banda era captar a las personas bajo la fachada de la Escuela de Yoga de Buenos Aires y la clínica “CMI Abasto”.

Más allá de la explotación sexual, el tráfico de influencias y el lavado de activos, también se conoció que, gracias a su clínica, captaban a gente en el extranjero, proponiéndoles la “cura del sueño”, los traían drogados a Argentina, aislándolos de su familia y realizaban maniobras para obtener diferentes beneficios económicos.

Estas “curas del sueño” se realizaban en departamentos de la ciudad de Buenos Aires que identificaban como “clínicas o consultorios”, pero eran lugares que no se encuentran registrados ni habilitados para ese fin. Consistía en un mix de pastillas y alcohol, que podía extenderse por varios días y tenía como objetivo adormecer y aturdir a las personas. Para los nuevos pacientes se vendía como un tratamiento para combatir adicciones a las drogas, que finalmente servía ─en muchos casos─ como una puerta de acceso para la cooptación dentro de la organización a través de la coerción.

Estos tratamientos de sueño se brindaban en distintas sedes en la Capital y también en Estados Unidos y Uruguay. Sin embargo, los falsos médicos siempre insistían a los pacientes de todo el mundo a que vengan a tratarse a la sede central en Villa Crespo. El objetivo era poder aislarlos de sus familiares y comenzar las maniobras para cooptarlos y empezar a sacarles dinero.

Otra de las prácticas más aberrantes era la explotación sexual hacia las alumnas que estaban dentro de la secta. Es que según consta en la investigación, se las enviaba a buscar hombres con mucha plata, o que tengan algún cargo o puesto influyente, que pueda servir a los fines de la organización. Las enviaban a moverse en un circuito que incluía bares y lobbies de hoteles.

Además, según escuchas telefónicas, se pudo establecer que para afianzar sus actividades en Estados Unidos planeaban adquirir un edificio por 1,5 millones de dólares, suma que saldría de un banco que aseguraban tener en ese país, por lo que la Justicia sospecha que manejaban dinero en efectivo de origen dudoso que “blanqueaban” en compras inmobiliarias o vehículos.

 

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9. El juez embarga los bienes de los 19 imputados de la Escuela de Yoga de Buenos Aires.

FUENTE: Infobae

 

 

Inhibición general de bienes para los 19 imputados que cayeron en los 50 allanamientos de la división de Trata de Personas de la Policía Federal; y el embargo de 37 inmuebles y 13 autos fue lo que dispuso el pasado 16 de agosto el juez Ariel Lijo en el marco de la causa en la que se investiga la secta que operaba en el barrio porteño de Villa Crespo Escuela de Yoga Buenos Aires, según leemos en Infobae.

Las medidas cautelares de aseguramiento de bienes habían sido solicitadas por el fiscal Carlos Stornelli, y sus colegas Alejandra Mángano y Marcelo Colombo, titulares de la Procuraduría contra la Trata y la Explotación de Personas (Protex). Además, también se pidió desde la fiscalía que se rechacen las excarcelaciones reclamadas por los imputados, quienes se negaron a declarar este lunes ante el juez Lijo en los tribunales federales de Comodoro Py.

Entre los bienes embargados por la Justicia este martes están los domicilios de Estado de Israel 4453/57, donde funcionaba la Escuela de Yoga Buenos Aires en Villa Crespo, y el de Guardia Vieja 4072, de Almagro, donde se encontraba la clínica “CMI-Abasto”, según surge de la resolución a la que accedió a la agencia de noticias Télam. A través de esa resolución, el juez también ordenó la inhibición general de bienes, la inmovilización y congelamiento de las cuentas y productos bancarios y el franjado de las cajas de seguridad que registrasen los imputados.

También se dispuso el bloqueo de los productos que pudieran registrar los imputados en el mercado de capitales, para lo que se libraron oficios a los Registros de la propiedad inmueble y automotor correspondientes, al Banco Central de la República Argentina (BCRA) y a la Comisión Nacional de Valores (CNV). En total fueron 19 personas las detenidas el pasado 12 de agosto, en el marco de 50 allanamientos realizados en la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano. En la causa se investiga a la organización a la que pertenecen -BA Group y sus subsidiarias Escuela de Yoga Buenos Ares (EYBA) y Clínica CMI Abasto- por trata de personas con fines de explotación sexual y laboral.

Para los investigadores, Juan Percowicz era el creador y líder de la organización, pero bajo su orden había una línea de, al menos, 18 personas que lo secundaban y que tenían a su cargo los distintos “emprendimientos”. Tanto la cabeza de la secta como los otros 18 detenidos se negaron a declarar ayer en el juzgado Criminal y Correccional Federal N°4, a cargo del juez Lijo. La organización tenía tres grandes ejes de donde conseguir ingresos: uno era el sector de salud, que incluía la internación por adicciones, el suministro de psicofármacos, y el funcionamiento de una clínica en donde se prometía la “sanación”.

Un segundo eje era el “sobre ceremonial”, que se basaba en el pago mensual de 200 dólares por parte de los “alumnos” para ser parte de la organización, que podía llegar hasta la suma de 10.000 dólares, dependiendo el alumno. Por otra parte, a los “alumnos” se les apropiaban sus bienes y se los colocaba a disposición de la organización, haciéndolos firmar, en algunos casos, testamentos a favor de sus miembros.

El tercer eje de la organización, y una de las principales fuentes de financiamiento, era la explotación sexual de alguna de sus “alumnas”, que en la jerga de la organización denominaban “geishado VIP” o “palomear”, que consistía en enviarlas “a mantener encuentros sexuales con personas de elevado poder económico para obtener dinero, protección y/o influencias”. Su objetivo era captar a empresarios o personas de poder para “obtener grandes sumas de dinero para la organización”.

Los investigadores creen que la organización captaba a “alumnos y alumnas” desde al menos el año 2004 y “contaba con una estructura jerárquica y piramidal de la que participaban aproximadamente 179 alumnos, repartidos entre sus diversas sedes ubicadas principalmente en esta ciudad, y en Las Vegas, Chicago y Nueva York”.

 

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10. Las grabaciones involucrarían a Plácido Domingo en las prácticas de prostitución de la secta.

FUENTE: TN

 

 

Tras el desbaratamiento de la secta criminal en Villa Crespo el pasado 12 de agosto, Telenoticias accedió a escuchas que involucran al cantante español Plácido Domingo con la siniestra secta. En uno de los audios se logra oír como una mujer apodada “Mendy” habla con un hombre, el cual no se conoce su identidad. En un momento le comenta que tuvo una charla con el cantante. “Plácido dijo que podía venir a visitarnos, es decir, que va a venir a visitarme. Porque él va a casa en New York y lo recordó ayer”, detalló la mujer.

En ese contexto, le consulta a este hombre si pueden pactar el encuentro en el Museo, ubicado en un del edificio de avenida Corrientes al 4457, donde hay departamento acondicionado como privado. El hombre le da el visto bueno a lo que la mujer le responde entre risas: “Tendré que sacrificarme una vez más, tengo mucha vocación de servicio”.

En el siguiente audio se escucha como “Mendy” habla directamente con Plácido y arregla el encuentro. En él, Domingo le da indicaciones sobre cómo van a llegar al lugar. “Cuando salgamos de la cena venimos separados, lo hacemos así porque mis agentes se van a subir a la habitación cuando yo suba y se van a quedar en el mismo piso”, comenta el cantante y procede a indicarle el número de cuarto en el que se debían encontrar. Al finalizar la charla, la mujer llama a Juan Percowicz, el líder de la secta criminal, y le confirma que pudo pactar el encuentro con Plácido.

El dialogo entre “Mendy” y Juan Percowicz

- Mendy: Ya me llamó y armó la matufia para que me quede en el hotel sin que los agentes se den cuenta.

- Percowicz: Qué degenerada que sos.

- Mendy: Me parece que un poquito colaboraste con este producto. Está hecho mierda, Juan, me da pena, yo no le deseo ningún daño, pero es tan maravilloso vernos a nosotros brillando y volando por los cielos y él hecho mierda, nos contó todo lo que le hicieron. ¿Estás emocionado? Te quiero tanto.

- Percowicz: Si, pero bien emocionado

- Mendy: Claro, porque seguís haciendo milagros todo el tiempo, son enormes milagros porque realmente no estaba escrito para nosotros tener esta vida tan abundante, Juan.

- Percowicz: Yo estoy leyendo las primeras clases de cuando empezó la escuela y en un momento dado empieza a haber videos y en los videos se ve a la gente con una ropa mucho más pobre.

- Mendy: Y éramos todos mucho más pobres que ahora. Yo tenía dos pesos en la cartera cuando te conocí. Ha habido una o dos personas que tenían plata, pero los demás éramos todos muy pobres. A todos nos diste un bienestar que nunca hubiéramos logrado sin vos.

- Percowicz: No, no, seguro que no. Los que me siguieron todos ganaron.

- Mendy: Todos ganamos, porque realmente nosotros vivimos como gente rica, Todos los que estábamos en EYBA, cerca tuyo, realmente vivimos como gente rica. Viajamos, tenemos nuestros autos, casa, ropa, equipos electrónicos, como si fuésemos millonarios. Todos somos millonarios, es así.

- Percowicz: Lo logramos. Muchas gracias, vos me ayudaste mucho a lograrlo.

- Mendy: Gracias a vos, pa, por todo, es un milagro maravilloso EYBA y vos sos la luz que lo ilumina todos los días.

- Percowicz: Me das una alegría muy grande.

- Mendy: Que tengas un fin de semana hermoso, te amo.

 

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.