Tribunas

Un café sobre la Libertad Religiosa

 

 

José Francisco Serrano Oceja


 

 

 

 

 

El pasado lunes se celebró, en la Universidad Autónoma de Madrid, dentro del ciclo Café Innovación de la Fundación de la Universidad Autónoma, una Jornada sobre Libertad religiosa como inclusión social.

Nunca viene mal escuchar cuáles son las preocupaciones de las confesiones religiosas reconocidas en España, tanto las que se califican como de notorio arraigo como de otras minoritarias.

A modo de mosaico voy a recopilar algunas de las cuestiones que allí se pusieron sobre la mesa.

En términos generales, a las confesiones religiosas, y no me refiero solo a la Iglesia Católica, les preocupa no el proceso de secularización, que también, sino el reconocimiento efectivo de sus derechos tal y como se recogen en la ley.

La secularización ha traído irreligiosidad, pero también pluralismo. En ese marco plural es necesario que las confesiones religiosas articulen formas de colaboración a la hora de afrontar retos comunes. Por ejemplo, y en esto hubo acuerdo, el de la juventud.

Consideran que el marco de la Ley de Libertad Religiosa de 1980, una ley que no parece inadaptada a los tiempos actuales, es adecuado.

Pero también se percibía en la reflexión que esa ley, que es fruto del consenso de la Transición, y desarrollo de nuestra Constitución, ahora no se hubiera podio sacar adelante.

Entre otras razones, preocupa la quiebra de la neutralidad actual del Estado en la concepción sobre el hecho religioso por causa de determinadas formaciones políticas, que miran el pluralismo confesional desde la óptica de un laicismo, en no pocas ocasiones, agresivo.

Por cierto, una cuestión que concita el rechazo generalizado, en este caso de las confesiones de notorio arraigo mayoritarias, es la ideología de género.

Las confesiones minoritarias consideran que se ha dado un paso importante en el tránsito de la tolerancia a la libertad. Antes, eran toleradas, ahora forman parte de pleno derecho del espacio público.

Es interesante poder conversar con los responsables de la Comisión Islámica de España y escuchar de su voz su concepción del Islam. Según datos que allí se ofrecieron, en 2050 España será el país con más musulmanes de Europa.

La comunidad islámica reivindica el reconocimiento efectivo de sus derechos. Un caso sorprendente es el de los Colegios e Institutos de Madrid, no uno, ni dos, sino varios, en los que se ha expulsado a alumnas de confesión islámica por llevar velo.

Para las confesiones minoritarias, además de los problemas de identificación con una serie de estereotipos –Islam: terrorismo, radicalismo, fundamentalismo; evangélicos: extranjeros, anti-españoles, etc- está la invisibilidad social, una cuestión que interpela directamente a los medios de comunicación de masas.

En esta materia se produjo un encendido debate sobre el tratamiento de los medios generalistas a las confesiones minoritarias, más allá de las noticias que implican una crisis por acontecimientos llamativos.

Una tarea que las confesiones reconocen que tienen como asignatura pendiente. Pero que exige, por parte de los medios de comunicación, periodistas especializados que se rijan por los criterios de profesionalidad.

Una conclusión personal del diálogo. A la Iglesia Católica le interesa ir de la mano de las otras confesiones religiosas en algunas materias, frente a quienes ni entienden, ni quieren entender el hecho religioso y sus consecuencias en la vida pública.

 

 

José Francisco Serrano Oceja