Diócesis

 

El Papa acepta la renuncia de Mons. Martínez como arzobispo de Granada

 

Le sucede Mons. Gil Tamayo, arzobispo coadjutor de la archidiócesis desde el 1 de octubre de 2022

 

 

 

01/02/23


 

 

 

 

 

El Santo Padre ha aceptado hoy, 1 de febrero de 2023, la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Granada presentada por Mons. Francisco Javier Martínez Fernández. Desde este momento, según indica el Código de Derecho Canónico, le sucede Mons. José María Gil Tamayo, arzobispo coadjutor de esta diócesis desde el 1 de octubre de 2022.

Ordenado obispo en 1985, D. Javier ha ejercido su ministerio episcopal en la archidiócesis de Granada desde 2003. "Durante estas dos décadas entre nosotros ha desarrollado una gran labor en el ámbito pastoral, cultural y social con la puesta en marcha de numerosas iniciativas dirigidas a la formación del clero y a la renovación eclesial, con un profundo amor a la entera diócesis de Granada", señala el arzobispado de Granada.

 

Despedida oficial

Según la archidiócesis, Javier Martínez seguirá residiendo en la capital diocesana y su presencia será habitual. Su despedida oficial tendrá lugar en la solemne Eucaristía que se celebrará el día 25 de febrero en la S. Iglesia Catedral Metropolitana. D. Javier, que ha sido operado de cadera el pasado 23 de enero, se está recuperando satisfactoriamente.

Como también señala el comunicado de la Santa Sede, y a tenor de lo establecido en el Código de Derecho Canónico (c. 409,1), le sucede inmediatamente como pastor diocesano, quien hasta hoy ha sido arzobispo coadjutor de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, que ya tomó posesión de su oficio el 1 de octubre de 2022 y ha venido ayudando en estos meses a D. Javier en el ministerio episcopal, y "conociendo nuestra realidad eclesial y social", dice el comunicado de la archidiócesis.

La Archidiócesis de Granada agradece vivamente a D. Javier su generosa entrega a nuestra Iglesia particular, y le asegura su cercanía y oración, así como al nuevo Pastor diocesano D. José María, al que manifiesta además la plena comunión y colaboración del clero, de la vida consagrada y de los fieles laicos. A ambos encomienda a la protección de Nuestra Señora de las Angustias y de san Cecilio, y a los demás santos y beatos granadinos.