Tribunas

¿Son más religiosos los hombres jóvenes ahora?

 

 

José Francisco Serrano Oceja


Grupo de jóvenes orando.

 

 

 

 

 

 

Esto, que he leído en la prensa norteamericana, me parece llamativo. En un artículo de “Christianity Today” titulado “Con la Generación Z, las mujeres ya no son más religiosas que los hombres”, Ryan Burge decía que entre las generaciones más jóvenes los hombres están dando una mejor respuesta a la interpelación religiosa que la mujeres. Más mujeres que hombres declinan la afiliación religiosa. Más hombres que mujeres, en el grupo de edad de 20-40, se identifican como religiosos.

La impresión general que tenemos, teníamos, es que las mujeres, también las más jóvenes, son más religiosas o, mejor dicho, practican más la religión. Sin embargo, Burge analizaba los resultados de una reciente investigación en la que se concluía que para los millennials y la Generación Z la tendencia está cambiando respecto a las anteriores generaciones. Entre los nacidos en 1980, la brecha comienza a reducirse en unos dos puntos porcentuales. En 1990, la brecha desaparece, y con los nacidos en 2000 o más tarde hay un mayor incremento de confesión de religiosidad en los hombres que en las mujeres. Por cierto, religiosidad que disminuye en las mujeres con educación universitaria.

No sé si en España se podría afirmar una tendencia similar. Pienso en las iniciativas de primer anuncio que ahora siguen pegando fuerte, Effetá, Hakuna, etc., o los que veo en algunas parroquias y en los Movimientos apostólicos, e intento analizar la proporción entre los jóvenes hombres y mujeres.

Quizá tenga que ver este proceso con el cuestionamiento como tendencia de la identidad masculina, un fenómeno sociológico-cultural que tiene complejas raíces y, sobre todo, profundas consecuencias en el orden cultural, social, incluso político. La pregunta por la identidad, en la clave de identidades de minorías y mayorías, sigue siendo un reto y base de determinados procesos como la ideología woke.

También me pregunto si existe un proceso de masculinización de la propuesta religiosa. Una de las características del catolicismo en el siglo XIX fue el de la feminización del catolicismo, principalmente en España, bueno, como tendencia europea.

Si estuviéramos en una época de masculinización, o re-masculinización del catolicismo, en el complejo proceso de reconfiguración de identidad sobre la base de la diferenciación sexual en mundo de dis-diferenciaciones, disoluciones, desvinculaciones, determinados debates internos en la Iglesia serían procesos de tendencias pretéritas.

 

 

José Francisco Serrano Oceja