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Un tribunal de EE. UU. bloquea una ley que obligaba a romper el secreto de confesión en el caso de abusos
Los jueces aseguran que la ley violaba la libertad religiosa protegida por la Constitución
20/07/25 | M. S.
Una corte de apelaciones del Estado de Washington ha bloqueado una ley que pretendía obligar a los sacerdotes católicos a revelar lo escuchado en el sacramento de la confesión cuando se tratara de abusos contra menores. El tribunal concluyó que esta norma contradecía derechos fundamentales de libertad religiosa recogidos en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
- Demanda de los obispos
- Sigilo sacramental
- Incluso bajo pena de cárcel
- Excomulgado quien viole el secreto de confesión
- Otros medios para investigar el abuso infantil
Robert Barron, obispo de Winona-Rochester, Minnesota.
Demanda de los obispos
El tribunal federal del Estado de Washington se ha puesto así del lado de los obispos católicos que presentaron una demanda contra la medida a principios de este año. En el fallo, el juez de distrito David Estudillo dijo que “no había duda” de que la ley obstaculizaba el libre ejercicio de la religión.
La ley fue aprobada por la legislatura estatal en 2023 y firmada por el gobernador Robert Ferguson y eliminaba una excepción que durante décadas había protegido el secreto de confesión. Hasta entonces, los clérigos del Estado de Washington no estaban obligados a denunciar a las autoridades información obtenida exclusivamente durante una confesión sacramental. Con la nueva norma, los sacerdotes habrían tenido que hacerlo si la confesión incluía información sobre abuso infantil.
El fallo se produce después de que los obispos demandaran a Ferguson, al fiscal general del estado, Nicholas Brown, y a más de tres docenas de fiscales por la controvertida ley de informes, informa Angelus News.
Sigilo sacramental
El esfuerzo de los obispos de Washington contó con el apoyo de una amplia variedad de defensores, incluida la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, el Departamento de Justicia de Estados Unidos, una coalición de iglesias ortodoxas y el obispo Robert Barron de Winona-Rochester, Minnesota.
Barron argumentó ante el tribunal que un penitente que es “consciente de que el sacerdote podría (y mucho menos debería) compartir con otros lo que le fue dado en la más sagrada confidencia” de la confesión “sería realmente reacio a acercarse alguna vez” al sacramento.
Estas organizaciones religiosas y figuras del clero católico recurrieron la ley ante los tribunales, argumentando que el Estado no puede forzar a los ministros religiosos a violar los principios fundamentales de su fe. El más importante en este caso es el llamado “sigilo sacramental”, una norma canónica de la Iglesia católica que prohíbe de forma absoluta revelar lo dicho en confesión, sin excepción, ni siquiera en casos graves o delictivos. Romper este sigilo supone una excomunión automática para el sacerdote.
Incluso bajo pena de cárcel
La ley incluso recibió críticas internacionales cuando la Confraternidad del Clero Católico, que representa a más de 500 sacerdotes y diáconos católicos romanos de Estados Unidos, Australia y el Reino Unido, emitió el mes pasado una declaración criticando la aprobación de leyes "que intentan obligar a los sacerdotes ordenados a revelar la identidad y el contenido de lo que un penitente ha confesado".
El grupo criticó a los gobiernos por atacar específicamente a los sacerdotes y al mismo tiempo “respetar y defender las instituciones del privilegio abogado/cliente y médico/paciente”.
“Los pastores, obispos y sacerdotes” están “comprometidos a mantener el secreto de la confesión, incluso hasta el punto de ir a la cárcel”, manifestó el obispo de Spokane, Thomas Daly.
Excomulgado quien viole el secreto de confesión
El derecho canónico eclesiástico dicta que un sacerdote que viole directamente el secreto de confesión queda automáticamente excomulgado. A principios de este mes, Barron declaró ante el tribunal que «pocas prácticas religiosas son más incomprendidas que el secreto de confesión en la Iglesia Católica».
Los católicos creen que los penitentes que buscan el sacramento de la confesión están “hablando y escuchando al Señor mismo” a través del sacerdote, escribió el prelado.
Como resultado, “absolutamente nada debería interponerse en el camino de un pecador que busca esta fuente de gracia”, dijo Barron.
La corte de apelaciones dio la razón a los demandantes, indicando que la ley no puede aplicarse a las confesiones sacramentales sin violar los derechos religiosos de los sacerdotes y de los fieles. En su resolución, el tribunal subraya que el Estado carece de autoridad para intervenir en el modo en que las confesiones sacramentales se llevan a cabo, ni puede exigir que el contenido de las mismas sea divulgado.
La decisión fue acogida con satisfacción por parte de la Conferencia Católica del Estado de Washington, que había mostrado su preocupación desde el inicio del proceso legislativo. Algunos obispos han recordado que el secreto de confesión ha sido respetado durante siglos por gobiernos de distintas tradiciones jurídicas y confesiones religiosas, incluso en sociedades laicas.
Otros medios para investigar el abuso infantil
El tribunal también señaló que el Estado tiene otros medios para investigar y prevenir el abuso infantil sin necesidad de vulnerar los derechos religiosos de los ciudadanos. Insistió en que proteger a los menores es un objetivo legítimo y necesario, pero que ello no justifica la supresión de derechos fundamentales.
Por ahora, la decisión del tribunal implica que los sacerdotes católicos en el Estado de Washington no podrán ser obligados legalmente a revelar lo que escuchan en confesión, incluso si se trata de delitos relacionados con abusos a menores. La cuestión podría llegar en el futuro a la Corte Suprema de Estados Unidos si continúa generando disputas legales en distintos estados.
El caso vuelve a plantear un viejo dilema en la relación entre Iglesia y Estado: cómo proteger a las personas vulnerables sin invadir esferas íntimas de la vida religiosa. Para muchos creyentes, el secreto de confesión no es sólo una norma interna, sino una garantía esencial para poder acudir libremente al sacramento, con la confianza de que todo lo dicho quedará entre el penitente, el sacerdote y Dios.