Tribunas
08/08/2025
Impresiones de Amán
Alberto García Chavida
Vista de Amán desde la Ciudadela.
Crédito: Wikipedia.
Nunca había estado en Amán, la capital de Jordania, de unos 4 millones de habitantes. Y en esta, mi primera visita, que espero no sea la última, me he llevado algunas agradables impresiones. Gente amable, sonriente, que da la sensación de andar despreocupados y felices por la vida.
Me alojé en el Hotel Toledo, que por su ambientación bien podría estar ubicado en Granada o en otro rincón de Andalucía, con música de Joaquín Rodrigo incluida. Lástima que el buffet del desayuno no fuera típicamente andaluz, pero todo no se puede pedir.
A escasos 50 metros del Hotel, se encuentra una capilla católica, encomendada a los jesuitas. Allí pude participar en una Misa, concelebrada por un sacerdote indio y otro bastante avanzado de edad, que predicó una homilía contando prácticamente la vida de San Ignacio de Loyola. Lo que no dejaba de ser curioso, escuchar en inglés a un público asiático, las maravillas de la gracia de Dios en un navarro. Asistían unas 20 personas, incluyendo a tres jóvenes que amenizaban con sus cánticos y guitarras. Todo esto a las ocho de la mañana. Después nos invitaron a todos los asistentes a un ágape, para celebrar la fiesta de San Ignacio. Tenía buena pinta, pero no pudimos quedarnos porque se nos hacía tarde. Todo fue muy entrañable.
A continuación nos sumergimos en el túnel del tiempo, pues una visita a la Ciudadela de Amán supone un viaje en el tiempo, pues ha estado habitada más de 7000 años, y además ofrece unas vistas impresionantes de toda la ciudad. También compensa visitar el Museo Arqueológico, que además es gratis.
Después nos sumergimos en un pequeño tour por el centro de la ciudad, con sus abigarradas calles comerciales, tiendas de segunda mano en las que se vendía prácticamente de todo. Me recordaba algo al rastro madrileño, pero como unos 50 años atrás.
Y la gente muy bien vestida por la calle. Bastantes mujeres con el burka, o al menos con un pañuelo, y todas con gran sentido de la modestia y del pudor. En los hombres, algunos con el traje típico masculino, que consiste en una túnica de manga larga blanca. No suelen llevar pantalones cortos. Y se veían bastantes niños, lo cual siempre da alegría.