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Al habla con el cardenal Cristóbal López y el arzobispo Emilio Rocha, los dos españoles que mantienen viva la fe en Marruecos

 

Un cardenal salesiano y un arzobispo franciscano están al frente de las diócesis de Rabat y Tánger

 

 

 

04/10/25


 

 

 

La presencia de eclesiásticos extranjeros en países musulmanes o de misión es la tónica habitual, aunque siempre desde el Vaticano se procura que exista algún nexo entre el país de origen y los prelados a los que allí se destina. Así, en Marruecos predominan obispos de habla hispana, mientras que en Argelia las riendas de la Iglesia las llevan obispos de origen francés.

 

 

 

  1. En Hispanoamérica
  2. Comunidades pequeñas y extranjeras
  3. El 0,1 por ciento
  4. Presencia de comunidades religiosas
  5. La difícil tarea de la evangelización
  6. El Evangelio hecho vida
  7. Reciprocidad entre católicos y musulmanes
  8. Relación con las autoridades del país
  9. Caso Torrepacheco

 

 

 


Monseñor Emilio Rocha, en su consagración episcopal
como arzobispo de Tánger, junto al cardenal Cristóbal López.

 

 

 

El cardenal español Cristóbal López Romero, salesiano, pastorea en Rabat desde 2017 el rebaño del pueblo de Dios que peregrina, mientras que desde 2023 hace lo propio en Tánger el franciscano madrileño Emilio Rocha Grande.

 

En Hispanoamérica

Al cardenal le quedan tan solo dos años para presentar la renuncia ante el Santo Padre por motivos de edad y así poder jubilarse para volver a recorrer tierras hispanoamericanas donde pasó dos décadas evangelizando.

En cambio, de monseñor Rocha Grande se espera que en un futuro no muy lejano pueda recabar en alguna diócesis de la península. El arzobispo franciscano es señalado por muchos como un hombre con futuro para la Iglesia en España.

Religión Confidencial ha charlado con ambos obispos para conocer la situación de la Iglesia católica en el norte de Marruecos.

 

Comunidades pequeñas y extranjeras

Tanto el cardenal Cristóbal López como el arzobispo Emilio Rocha comparten que la mayoría de católicos que atienden en sus diócesis son de origen extranjero.

Desde Tánger, el arzobispo Rocha confirma que “hay un grupo de cristianos, principalmente españoles, que trabajan aquí, bien como funcionarios del Estado (enseñanza, cuerpo diplomático…), bien empleados en empresas españolas o multinacionales presentes en el territorio marroquí”.

“Pero el grupo más numeroso lo constituyen jóvenes católicos estudiantes de países subsaharianos, principalmente francófonos, becados por el gobierno de Marruecos”. El franciscano confiesa a RC que “la presencia de católicos nacidos en Marruecos es prácticamente inexistente”.

 

 

 


El cardenal español Cristóbal López Romero,
salesiano, arzobispo de Rabat.

 

 

 

El 0,1 por ciento

En Rabat, el cardenal López Romeo cifra el número de católicos en unos 30.000 aproximadamente, (menos del 0,1% de la población).

En esa pequeña comunidad “hay más hombres que mujeres, más jóvenes que adultos (ancianos no hay prácticamente), y más negros que blancos”, explica el purpurado español.

Además, detalla que, al igual que en Tánger, “la gran mayoría son estudiantes universitarios subsaharianos que vienen a Marruecos, desde prácticamente todos los países de África (y también de Haití), en un programa de becas del gobierno marroquí”.

Cristóbal López destaca que la presencia de estos jóvenes “nos ha permitido, u obligado, a poner en marcha en todas las parroquias el catecumenado (tres años de preparación para el bautismo, con 70 adultos bautizados en la última Vigilia Pascual)”, además de la catequesis de confirmación con más de un centenar confirmados en 2025 y un Instituto Ecuménico de Teología que comparten con la Iglesia Evangélica de Marruecos.

 

Presencia de comunidades religiosas

Tanto el cardenal como el arzobispo coinciden en señalar la importancia que tiene para sus diócesis la presencia de comunidades religiosas. Sin ir más lejos, hace escasos días, la comunidad franciscana confirmó que se instalan de forma permanente en Larache, territorio de la diócesis de Tánger.

Sobre la presencia de franciscanos en Marruecos, monseñor Emilio Rocha resalta que llegaron allí en 1219, enviados por San Francisco de Asís, fueron martirizados en 1220 y son los protomártires de la Orden Franciscana.

En la actual archidiócesis de Tánger (que se extiende por lo que fue el Protectorado español), Rocha destaca que la evangelización y misión pastoral de la Iglesia la han llevado tradicionalmente a cabo los franciscanos de las provincias de Santiago y de Granada, aunque esta presencia se ha ido transformando, de modo que actualmente quienes forman la presencia franciscana en la archidiócesis son frailes procedentes de Italia, España, Croacia, Perú, Polonia, Francia, Congo, Brasil y Filipinas.

“En la archidiócesis de Tánger hay actualmente tres comunidades de franciscanos: Tánger, Tetuán y Larache, formadas por ocho frailes profesos solemnes, un profeso temporal y un postulante, que atienden cinco parroquias. La reapertura de la comunidad de Larache, tras un trienio de ausencia de los frailes, es un motivo generalizado de alegría y esperanza”, añade el arzobispo.

En Rabat ocurre algo similar. Monseñor Cristóbal López Romero hace hincapié en que “más de la mitad de los 45 sacerdotes de la diócesis de Rabat son religiosos (franciscanos, salesianos, trapenses, sociedad de misiones africanas, misioneros de África, orionistas, misioneros de la Consolata…). La otra mitad son “fidei donum”, es decir, “regalo de la fe”, sacerdotes pertenecientes a diócesis europeas o africanas que nos “prestan” uno o más sacerdotes durante tres años renovables”.

Para el cardenal de Rabat, “la vida religiosa femenina es también un pilar insustituible”. En estos momentos, hay más de 100 religiosas en Rabat y unas 50 en Tánger, de unas 25 congregaciones diferentes, que “dan vida a numerosas obras evangelizadoras, sociales, culturales y educativas”, agrega el purpurado salesiano.

 

 

 


Mons. Emilio Rocha Grande,
franciscano, arzobispo de Tánger.

 

 

 

La difícil tarea de la evangelización

La realidad es que Marruecos es territorio hostil para que penetre el catolicismo, debido a la mezcla de política y religión (islam) en el gobierno del país.

El franciscano Emilio Rocha es plenamente consciente de esta situación. No obstante, destaca que la Iglesia “tiene en su ADN la misión evangelizadora” por lo que “no es concebible una presencia eclesial que no sienta la necesidad de compartir la Buena Noticia de Jesucristo”.

Otra cuestión -añade el arzobispo de Tánger- “es el modo y los medios utilizados para llevar a cabo esta misión. En Marruecos, nuestra evangelización reviste la forma de la presencia y de numerosas obras que tratan de responder a las palabras de Jesús: “Tuve hambre, tuve sed, estuve desnudo, fui forastero, estuve enfermo o en la cárcel y me atendiste”.

En estas circunstancias adversas, monseñor Rocha defiende que “nuestro modo de evangelizar trata de poner en práctica el primer modo de evangelización misionera propuesto por san Francisco”.

 

El Evangelio hecho vida

Por su parte, el cardenal López Romero explica a RC que sí se puede evangelizar en la sociedad marroquí, “si se entiende por evangelización el hecho de llevar el evangelio y sus valores a todas las actividades de la sociedad, construyendo de esta manera el Reino de Dios, es decir, la paz, la justicia, la libertad, la vida, la verdad y el amor, pues lo hacemos de mil maneras”.

En este sentido, el purpurado español deja un recado, al afirmar que “si en países como España, donde la Iglesia dispone de toda la libertad y de todos los medios, los resultados “evangelizadores” son tan escasos, es por falta de ese fundamento que es el testimonio de un evangelio hecho vida de parte de los cristianos”.

Cristóbal López no comparte que exista poca libertad religiosa en Marruecos, y lo fundamenta en que “en la diócesis de Rabat tenemos 12 escuelas católicas, a las que acuden unos 10.000 alumnos, todos musulmanes, así como sus padres y también los profesores. Pero las escuelas son católicas, y ellos lo saben. Y el proyecto educativo es verdaderamente evangélico: ¡ya lo quisiera yo vivido en muchos de los colegios católicos de España!”

No obstante, el religioso salesiano insiste en dejar claro que ellos no hace “proselitismo ni estamos aquí para aumentar el número de católicos, sino para construir el Reino de Dios y eso lo hacemos, no contra los musulmanes, sino con los musulmanes, que no son nuestros adversarios, contrarios o competencia, menos todavía enemigos, sino que son nuestros hermanos y hermanas, con quienes compartimos muchos elementos de nuestra fe”.

 

Reciprocidad entre católicos y musulmanes

Aunque en España, y en la gran mayoría de países occidentales, no se suelen poner trabas para que los musulmanes practiquen su religión, esto no suele ser recíproco en países islámicos.

“La reciprocidad en las relaciones entre dos Estados creo es un bien deseable, que afecta a numerosos ámbitos de la vida, no solamente al de la construcción de edificios religiosos”, declara Emilio Rocha a Religión Confidencial.

El arzobispo de Tánger incide en que esa reciprocidad “tiene que ver también, ejemplo, con la necesidad de obtener visado para la entrada en un país, la homologación de títulos universitarios cuando se dan las condiciones académicas necesarias. Es mucho lo que los Estados pueden seguir llevando a cabo a este respecto”.

En cambio, en esta materia la opinión del cardenal de Rabat difiere de la de su colega franciscano. Según monseñor Cristóbal López, “la reciprocidad es deseable, pero no exigible”. Y lo explica de esta manera: “El amor de Dios no es recíproco. Él nos ama gratuitamente. Él quiere que le amemos, porque eso es bueno para nosotros; pero, si no le amamos, no por ello Él deja de amarnos”.

“Así tiene que ser nuestro amor, como el de Dios: gratuito, incondicional. ¿Dónde estaríamos nosotros si Dios, para amarnos, nos exigiera reciprocidad?”

“Yo quiero que en Marruecos, y en todo el mundo, crezca la libertad religiosa, porque eso es bueno para todos; que cada uno viva su fe como fruto de una decisión libre y consciente, y que respete a los demás en su opción. Lo deseo, pero no lo exijo como contrapartida a lo que yo pueda hacer por este pueblo”, sentencia el cardenal López Romero quien añade que “en Marruecos podemos construir iglesias si lo necesitamos, nada ni nadie lo impide”. Además, próximamente recibirán 800.000 euros públicos para costear las obras de restauración de la catedral de Rabat.

 

Relación con las autoridades del país

Si en algo coinciden tanto el arzobispo de Rabat como el de Tánger es en confirmar que las relaciones que ellos mantienen con las autoridades del país son buenas.

“Las relaciones de la Iglesia católica con las autoridades religiosas y políticas de Marruecos, tanto en la archidiócesis de Tánger son muy buenas”, asegura Rocha Grande. El arzobispo de Tánger señala a RC que “hay un respeto mutuo y una fluidez en el diálogo, expresión del respeto que la población marroquí -musulmana en su práctica totalidad- muestra hacia la Iglesia católica, hacia sus obras y estructuras y hacia las personas de esta confesión”.

“Un dato que sirve para evidenciar esta buena relación lo tenemos en el hecho de que en las fiestas solemnes que se organizan anualmente con motivo de la “Fiesta del Trono” (aniversario de la entronización del rey de Marruecos), dentro del grupo reducido de personalidades que tienen el privilegio de saludar personalmente al monarca se encuentra el arzobispo de la archidiócesis (Rabat o Tánger) en cuyo territorio se celebra cada año la fiesta”, agrega el arzobispo franciscano.

Cristóbal López también confirma las palabras de su colega de Tánger, y corrobora que las relaciones con las autoridades políticas y religiosas de Marruecos son “muy buenas”. Incluso va más allá, al asegurar que, no sólo son tolerados, sino que “aquí somos aceptados, acogidos, respetados, ayudados y estimados. Nuestra presencia es querida y apreciada”.

El cardenal de Rabat destaca que el rey de Marruecos se preocupa de que musulmanes, cristianos y judíos tengan lo necesario para “vivir libremente y practicar abiertamente nuestra fe. En la audiencia que tuvo el gesto de concederme, se manifestó disponible para ayudarnos en todo lo necesario”.

La relación parece ser tan cordial, que según relata López Romero, “en la noche de Navidad y de Pascua, cuando nuestras celebraciones acaban pasada la medianoche, los cristianos de Beni-Mellal se encontraron con la sorpresa de que las autoridades locales dispusieron un autocar, gratuitamente, para llevar a todos los cristianos (no llegan a 40) a sus barrios respectivos… sin haberlo pedido”.

 

Caso Torrepacheco

Por eso, Cristóbal López confiesa que le dolió especialmente “episodios como lo de Torre Pacheco o la prohibición de utilizar espacios deportivos públicos para ciertas celebraciones religiosas”.

“Más que esos hechos puntuales, me duele la imagen negativa que se tiene en España de una forma bastante generalizada -siempre hay excepciones- de Marruecos y de los musulmanes. Es una imagen equivocada, completamente sesgada e injusta. Me gusta decir: “Menos hablar de los musulmanes, y más hablar con los musulmanes”, añade el cardenal antes de concluir lanzando un aviso: “Quien no ve en el otro, en todo otro, un hermano… no es cristiano, o al menos no vive como tal”.