Vaticano
Linda Ghisoni inauguró el curso “Movimientos eclesiales, nuevas comunidades y hermandades”, alertando sobre riesgos de abuso y destacando el valor del acompañamiento en las asociaciones laicales
09/10/25
Linda Ghisoni, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, inauguró el pasado 7 de octubre el curso “Movimientos eclesiales, nuevas comunidades y hermandades” que organiza la la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Su lección inaugural llevaba por título “La contribución de la Santa Sede al fenómeno asociativo. Legislación y praxis del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida”.
- Presencia laical femenina en la Curia
- Acompañamiento y dignidad de las personas
- Surgimiento de carismas en la segunda mitad del siglo XX
- 115 asociaciones internacionales de fieles
- El discurso del Papa a los moderadores
- Acompañar, conocer y evaluar
- Polaridad persona vs institución
- El peligro del liderazgo absolutista y la obediencia manipulada
Formación, gobierno y prevención
Linda Ghisoni, subsecretaria
del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida,
inaugura en San Dámaso el curso sobre
nuevas realidades eclesiales.
Presencia laical femenina en la Curia
Es una de las mujeres con responsabilidades de gobierno en la Curia vaticana, nombrada por el Papa Francisco en 2017 Subsecretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida asumiendo una función de liderazgo con competencia sobre la legislación y el acompañamiento de entidades eclesiales.
Casada y madre de dos hijos, es significativo que la lección inaugural esté a cargo de una mujer que representa un modelo creciente de presencia laical femenina en estructuras de responsabilidad en el Vaticano.
Este tipo de nombramientos están en consonancia con la reforma de la Curia impulsada por la constitución Praedicate Evangelium, que amplía las posibilidades de participación al no reservar a los obispos o clérigos todos los cargos de dirección en los dicasterios.
Acompañamiento y dignidad de las personas
Linda Ghisoni centró su intervención en el papel del Dicasterio frente a las nuevas realidades eclesiales, subrayando la necesidad de acompañamiento, evaluación, rendición de cuentas y cuidado de la dignidad de las personas en las estructuras eclesiales.
En su discurso inaugural, combinó una reflexión teológica, histórica y normativa, desde la misión del Dicasterio hasta los desafíos actuales de las realidades eclesiales.
En la primera parte de su conferencia, Ghisoni expuso la misión del Dicasterio subrayando que una de las funciones esenciales del Dicasterio es acompañar, legislar en derecho propio y favorecer la comunión eclesial de las realidades laicales.
Surgimiento de carismas en la segunda mitad del siglo XX
Retomó luego el surgimiento de asociaciones y movimientos durante la segunda mitad del siglo XX, a partir del Concilio Vaticano II. En ese proceso, los laicos comenzaron a organizarse conforme a carismas reconocidos, con fundadores y una misión específica: “Una nueva época asociativa de los fieles laicos conferidos por un carisma del Espíritu Santo”, dijo.
Ghisoni enfatizó que estos movimientos, nuevas comunidades, hermandades y cofradías constituyen expresiones legítimas de la vida eclesial, siempre bajo la "perspectiva de comunión eclesial y una comunión trinitaria".
115 asociaciones internacionales de fieles
Una de las cifras que destacó fue la existencia de 115 asociaciones internacionales de fieles reconocidas por la Santa Sede, que están registradas en el repertorio publicado por el Dicasterio. Además, mencionó que estas entidades pueden agruparse en federaciones.
Ghisoni también hizo una aclaración importante respecto al Camino Neocatecumenal: aunque posee personalidad jurídica, no debe considerarse como una asociación en sentido estricto. “Son realidades que no pueden clasificarse de un modo rígido, por su propia naturaleza laical”, afirmó. Esta precisión subraya la flexibilidad que debe tener la Iglesia frente a estas realidades carismáticas, evitando reducirlas a categorías formales inadecuadas.
El discurso del Papa a los moderadores
Durante su conferencia, Ghisoni evocó el reciente discurso del Papa León XIV dirigido a moderadores de asociaciones eclesiales, en el que insistió en la importancia continua de los movimientos para la evangelización contemporánea. Como recordatorio, Ghisoni señaló que esas asociaciones no son periféricas: están llamadas a insertarse con fuerza en la misión de la Iglesia en el mundo actual.
Ese discurso del Papa León XIV sirve para subrayar que las nuevas realidades eclesiales —con su dinamismo carismático— no están en contradicción con la Iglesia institucional, sino que deben articularse a ella en comunión. Ghisoni retomó ese hilo para reforzar el llamado a que las asociaciones laicales, federaciones y movimientos trabajen diferenciando roles pero en unidad, sin caer en polarizaciones.
Acompañar, conocer y evaluar
La parte más notable y esperada de su intervención fue cuando abordó los problemas actuales que enfrentan las realidades eclesiales y la correspondencia que debe tener la Iglesia institucional (diócesis, obispo, Dicasterio) frente a ellos.
Ghisoni insistió en que el Dicasterio no solo debe reconocer una asociación bajo su derecho propio, sino acompañar su vida y en sus estatutos "con la finalidad de evitar desviaciones y abusos. Algunas asociaciones no tienen un origen estrictamente carismático, pero deben rendir cuentas para prevenir posibles desviaciones", dijo.
Polaridad persona vs institución
Un tema que la subsecretaria del Dicasterio insistió con rigor fue la polaridad entre persona e institución. Advirtió que romper esta polaridad, privilegiando desmedidamente a uno u otro polo, no es teológicamente correcto. “La institución está constituida por personas, con derechos y deberes ante todo en cuanto bautizados”, señaló.
Según ella, la entidad (movimiento, comunidad, asociación) debe preservarse cuidando su carisma original, sus fines, la vida espiritual de sus miembros, la pertenencia eclesial y el apostolado. Pero esto no puede jamás estar por encima del bien de las personas que la componen: “Cada vez que se ha pretendido preservar el buen nombre de la comunidad en detrimento de la persona, se han cometido aberraciones. Pensemos en los abusos”, advirtió.
El peligro del liderazgo absolutista y la obediencia manipulada
La subsecretaria del Dicasterio de Familia y Vida también dibujó escenarios peligrosos: cuando un superior de una asociación se transforma en legislador autorreferencial, imponiendo un sistema de obediencia que suprime la conciencia individual.
Para evitar este riesgo, el Dicasterio ha promulgado normas de carácter vinculante (aunque no legislativo en sentido estricto), como la limitación del tiempo de mandato de un moderador general —no más de cinco años— y la defensa de que el moderador no sea el único depositario del carisma.
Ghisoni denunció ejemplos de dirigentes que, bajo un barniz espiritual, han asumido liderazgos eternos o absoluto.
Además, criticó la práctica de ocultar abusos con el argumento de salvaguardar el prestigio institucional: “Se han cometido aberraciones como ocultar abusos con la ingenua pretensión de no causar escándalo para salvaguardar la institución. La vida está antes que cualquier institución”.
Luis Navarro, Linda Ghisoni,
Roberto Serres, y Juan Manuel Cabezas.
Formación, gobierno y prevención
En conclusión, Linda Ghisoni hizo hincapié en la necesidad de convertir el acompañamiento institucional en praxis: ya no basta reconocer legalmente a una asociación, sino hacer un seguimiento que preserve su identidad y evite desviaciones.
Además, es necesaria la formación que capacite para un gobierno transparente y colegiado. Es importante así mismo, hacer efectiva la corresponsabilidad laical en posiciones de responsabilidad, con voz y voto, no solo simbólica.
También es necesario cuidar la salud espiritual de las instituciones, evitando que la rigidez institucional o autoritario privaticen el carisma originario. Y, por último, la subsecretaria del Dicasterio puso énfasis en potenciar la inserción en la Iglesia local y la comunión diocesana de esas asociaciones.
El acto inaugural tuvo lugar en el Aula Pablo Domínguez de la UESD. Ghisoni estuvo acompañada en la mesa presidencial por los dos coordinadores del curso, el decano Juan Manuel Cabezas y el profesor Luis Navarro, así como el decano de la Facultad de Derecho Canónico Roberto Serres.
El temario del curso previsto para el año académico 2025-2026 es amplio, con sesiones que abarcarán tanto fundamentos teológicos y canónicos como aspectos concretos del gobierno, estatutos, gestión patrimonial y casos prácticos.